Joaquín Mª Aguirre (UCM)
RTVE nos muestra en su edición matinal los "reparos" de Javier Milei para
aceptar el concepto de "cambio climático" y los derivados, pura
invención de radicales fantasiosos empeñados en convertir el "causa
humana" lo que es cambio por ciclos. Le escuchamos con su énfasis habitual
atacar a los que usan el término "cambio climático". En la pieza
televisiva se entrevista a un par de meteorólogos que evitan mostrar sus
rostros. El motivo es denunciar la persecución a la que se ven sometidos
aquellos que usan el término y más aquellos que usan la explicación prohibida,
que está causada por la acción del ser humano.
¿Cómo
se ha llegado a una situación en la que los científicos de diversas partes del
mundo tienen miedo de usar términos descriptivos de las situaciones,
explicaciones de las causas, etc.? ¿No es volver a una dogmática "edad
media", acientífica y represiva?
En el
diario argentino Página12 podíamos leer en enero de este año:
Javier Milei tiene un problema con la temperatura. En pleno verano subtropical, el presidente acostumbra a usar remera térmica y campera de cuero, ya sea al sol o a la sombra. Pero tiene un conflicto mayor con el clima (y la evidencia científica): el jefe de Estado insiste que el cambio climático "es otra mentira que se cae", pese a que el gran consenso científico ratifica que el planeta enfrenta un calentamiento global.
El presidente agita otra cruzada de su batalla cultural en una movida que permite que la agenda no se estacione en los problemas económicos que esconde su plan de gobierno. Luego de ir contra las pibas, el colectivo trans y las personas con discapacidad -ya sea en el Foro de Davos o en la promoción de proyecto para eliminar la normativa vigente- ahora Milei apunta a otra provocación, esta vez, contra los ecologistas. *
El cuadro ideológico (y patológico) de Milei es claro y está definido por sus fobias: antifeminista, anti LGTB+ y anti políticas de igualdad en cualquier dimensión. Para Milei y los que comparten esta ideología, la naturaleza es diversa y competitiva y la igualdad o intentos de imponerla no son más que una aberración que debe ser eliminada con moto sierra o sin ella. Los débiles, piensa, son los que se inventan obstáculos para defenderse de los fuertes, que se ven desplazados.
La sintonía del guion de Milei con el de Trump y otros en la ultraderecha europea es muy clara. Es un mismo cuerpo doctrinario que se expande gracias al "apoyo mutuo" y a las políticas de atracción mediática, algo que va desde los cortes de pelo llamativos al grito estridente en el momento adecuado, pasando por las fotos extravagantes con cualquier titular debajo.
Estos políticos e han tomado la medida a los medios y saben cómo hacerse con los objetivos. Se proclaman, como Trump, "anti políticos" y "anti sistema", con lo que conectan con el aburrimiento ciudadano que valora las emociones fuertes aunque sea envolviendo ideas turbias. Estos nuevos políticos atraen rebuscando en las frustraciones y en los tópicos. Y les funciona bien.
Han convencido a millones por todo el mundo que les están robando oportunidades bajo el signo de la igualdad. La respuesta inmediata y sin documentar dada por Donald Trump ante un accidente de helicópteros acusando a las políticas de igualdad que hacía contratar a personas con discapacidades no era más que una mentira infame, pero eso no importa. Muchos le creyeron. Da igual que pronto saliera a la luz que había un solo trabajador donde debía haber dos. Trump consiguió lo que quería, reorientar el problema hacia el terreno que le interesaba, sabedor que pronto llegarían casos que taparían sus propias palabras y quedarían en la mente de los que querían creerlas.
Cómo han llegado tan lejos estos esperpentos, negación de la verdadera política, la que está al servicio de los ciudadanos y protegen sus derechos y libertades es uno de esos misterios que quedan sin una explicación clara.
Milei prohíbe hablar del cambio climático. Protege con ello a los que se hace ricos dañando el planeta, a los que les importa poco lo que pueda suceder en el futuro, concepto de débiles. Es en el presente donde se dan las luchas y se consiguen los votos. Lo demás es especulación.
Lo malo no es solo la existencia de estos personajes negacionistas al frente del mundo. Los peor son los imitadores, los que se apuntan a la misma canción sabedores ya de que funciona, de que obtienen respuesta social.
El detalle irónico sobre la indumentaria de Milei, señalado en Página12, olvida señalar que en estos personajes la ropa forma parte del personaje. No se trata de la coherencia estacional, sino del mantenimiento del "personaje" que representan.
Ellos van más deprisa que la política tradicional; no les importa mentir porque su mundo no tiene verdades o certezas, solo objetivos y estrategias para conseguirlos. Ofrecen —como Trump, como Mileiؙ— espectáculo; atraen cámaras y micrófonos sabedores de que la extravagancia tiene un público cada vez mayor, que la ignorancia es más fácil de conquistar.
Para conseguir esto, reducen fondos a la Ciencia, a las Universidades, sabedores de que los pueden controlar a través de ellos. Lo estamos viendo en los Estados Unidos de Trump en su batalla con la Universidad de Harvard o con los centros de investigación meteorológicos en Argentina. Lo vemos en la exigencia a las empresas de que renuncien a cualquier política de igualdad dentro o fuera.
Esto va de algo más que de aranceles, aunque nos lo quieran hacer creer. Esto va de las inversiones en política de las grandes industrias que no quiere ver reducido su negocio por la salud del planeta. Invertir el política forma parte del plan, un gasto más que esperan recuperar.
* "Así es la cruzada de Milei contra el cambio climático: no atender la evidencia científica y usar remera térmica en verano" Página12 26/01/2025 https://www.pagina12.com.ar/799602-asi-es-la-cruzada-de-milei-contra-el-cambio-climatico-no-ate
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