miércoles, 30 de abril de 2025

Tras el gran apagón

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El espectáculo de nuestros políticos discutiendo sobre lo que no saben ya no es noticia, sino un capítulo más al que arrastran a los que pueden. En primer lugar a los medios, a los que necesitan para expandirse y llamar la atención.

La escala del delirio va desde la insinuación a la afirmación, todo ello aprovechando el margen que el desconocimiento permite. Lo ocurrido es muy grave, pero mientras no se entiendan las causas, la producción de titulares depende de la osadía y el desparpajo, de la seriedad impostada, de la imaginación recurrente. Para algunos es lo imposible; para otros es la confirmación de todo tipo de avisos apocalípticos lanzados desde sus púlpitos y micrófonos. En este sentido, el gran apagón, como ya se le conoce, es una especie de test de confirmación de las ideas (por llamarlo así) previas. La "realidad" encaja a martillazos en el programa de cada uno.

Y esto se produce, en gran medida, debido a dos factores, el primero, lógicamente, la falta de respuestas a las preguntas, que genera nuevas preguntas sobre la falta de respuestas (como ¿qué ocultan?). El camino queda expedito a la imaginación insinuante y al dedo acusador. Mientras no se sepa nada, todos son culpables a los ojos de sus rivales.

Los políticos no quieren abandonar el centro del escenario y recuperan su protagonismo con cualquier cosa que puedan lanzar a la cabeza de sus contrarios. Esta es la fase en la que nos encontramos. De nuevo, el objeto de los discursos son los otros, ya sea porque no responden como deben, porque no están a la altura, mienten, etc. etc.

El segundo factor es el divorcio comprensivo entre los técnicos y expertos y el gran público, con los medios en su función intermediaria. Las cosas no son sencillas y no es fácil entenderlas. En este tipo de situaciones tecnológicas, los expertos no suelen serlo en la divulgación asequible. 

Tras los infructuosos intentos de hacer comprender qué pasó en esos cinco segundos fatídicos, los medios se redirigen hacia algo más fácil de entender: las indemnizaciones por los daños causados. Las imágenes de los helados derretidos o las palabras de la señora que dice haber tenido que tirar un kilo de filetes son ya perfectamente cotidianas y por ello comprensibles. La ausencia de motivos del apagón nos redirige a lo que han titulado ya como "el día después del apagón" en donde lo cotidiano desplaza a los incomprensibles expertos que piensan que se van a ocupar de ellos sin que les ofrezcan causas fáciles de entender.

En estos días, en un programa televisivo de un canal extranjero, los presentadores trataban de explicar el "espacio-tiempo" y cómo el universo surgió de la "nada". No sé porqué me acabo de acordar de esto, pero me recuerda a los problemas de explicar algo sin duda más sencillo, nuestro apagón. ¿Entrará nuestro apagón en este tipo de programas en los que te surgen más preguntas que respuestas, siempre insatisfactorias?

Algunos lo sitúan ya en el camino de las penalidades, estableciendo una sucesión que incluye danas, volcanes, incendios y ahora apagones. Es el camino de la fatalidad; algo habremos hecho, piensan.

Nuestro apagón ha logrado eclipsar al cónclave papal, a los aranceles de Trump, a las elecciones en Canadá y casi a cualquier cosa, con la lógica excepción del deporte. Las preguntas de hoy son ya sobre el "largo puente" y sus millones de desplazamientos. Los medios se preguntan si el apagón afectará a los trenes y a sus viajeros del largo fin de semana. El problema se refine y pasa de las causas a los efectos.

Abascal, siempre didáctico, señala que el apagón fue para distraer del asunto del hermano de Pedro Sánchez; otros siguen apuntando a un ciberataque. Curiosamente nadie ha mencionado a los extraterrestres, algo que en Estados Unidos se daría casi por seguro. Trump le habría echado la culpa a los inmigrantes y a la administración demócrata anterior.

Necesitamos saber qué ha pasado para que no ocurra de nuevo, al menos, esto. Necesitamos también que nos lo expliquen con claridad, aunque eso se irá diluyendo. Las instrucciones como "quédense donde estén" o "no usen el teléfono", por ejemplo, se respondieron con grandes atascos y con estar usando el teléfono de forma constante aunque improductiva. Muchos son los perjudicados y también unos cuantos los favorecidos, como nos dicen de las ferreterías o de los vendedores de radios a pilas, que agotaron las existencias en cosa de minutos; los que vendían bocadillos agotaron el pan y estiraron el jamón.

¿Lo entenderemos algún día? ¿Nos aburriremos de escuchar explicaciones que no entendemos? Quizá tengamos que repensar el "kit" y ajustarlo a lo imposible que ocurra.

martes, 29 de abril de 2025

A las 12 y 33 h

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Lo sabemos con toda exactitud, con la máxima precisión: todo comenzó a las 12 horas y 33 minutos, aunque algunos señalan que fue a los 32 minutos. No sabemos nada más, aunque el presidente —circunspecto y bajando la mirada— asegura que "no se descarta ninguna hipótesis". Lo dice como prueba de seriedad, pero lo cierto que las hipótesis están en la calle y en los medios. La TV francesa titulaba sobre las causas del apagón y lo hacían con "cara de proximidad", un concepto nuevo, pero que seguro que todos entienden. Luego dieron paso a la noticia de la adaptación de un nuevo cómic de Asterix al cine. La cara ya era otra.

En la universidad tuvimos suerte. Había convocada una huelga contra las políticas universitarias de la presidenta Díaz Ayuso y apenas hubo gente en las facultades (al menos en la mía); solo los cantos de los piquetes llamando a manifestarse al vacío. Si llegan a estar las aulas medio llenas (suelen estar medio vacías) habríamos tenido un dantesco espectáculo, pues las autoridades decidieron que había que cerrar las facultades a las 4 de la tarde. Esto significaba dejar en la calle a una parte importante de los que estaban por allí, como en mi caso. 


Nuestra universidad madrileña acoge cada día a miles de estudiantes que viven fuera de Madrid, que llegan en tren desde las ciudades y provincias cercanas. Yo mismo me habría quedado tirado, pues debo coger un tren y el metro cada día para llegar de mi casa al despacho. Me veía durmiendo en el despacho, pero finalmente un compañero me dijo que vivía en el siguiente pueblo, Colmenar, y que me dejaba en casa. De no ser así, habría tenido que esconderme en mi despacho.

Antes de salir vi un despacho abierto. Allí dos jóvenes profesoras trabajaban sin descanso con sus ordenadores enchufados a la red eléctrica (por alguna extraña razón, algunos enchufes tenían corriente). Ellas pensaban que era cosa de la huelga convocada, que el resto de España funcionaba. "No, es en toda España. Terminad que os cierran". "¡Gracias!", me dijeron un poco desconcertadas.

Se habla mucho de las urgencias médicas, del tráfico, etc. pero no se habla nada de lo que puede apreciar, de la búsqueda desesperada de un servicio en el que orinar. "¡Cuidado que cierran en dos minutos! ¡No te vayas a quedar encerrado!", les advertía a los que llegaban y trataban de encontrar un espacio donde desahogar la vejiga. Este tema no se ha tratado como debe. Tampoco el de esa gente que pasaba horas en las colas del autobús o caminando por los bordes de la carretera; esa gente que te preguntaba en los cruces si les podías llevar: "Voy a Villaverde", te decían. "Lo siento, vamos en otra dirección".

El presidente dice que no descarta ninguna hipótesis; la gente, en cambio, lo tenía todo muy claro. La culpa era de Putin. No había noticias, pero sí bulos y más bulos. Todos apuntaban al mismo sitio. Lo primero que te contaban era que el ataque había sido por toda Europa. Te citaban de Finlandia a Alemania, pasando por Holanda y Francia. Todo eso era seguro, fiable, decían.

Encender la radio de un coche hizo que se arremolinaran personas que trataban de escuchar las noticias, pero estas era pocas y no aclaraban nada. Tenía razón Ignacio Ramonet: la televisión y la radio sustituyen la explicación por la "mostración". Informar es ya mostrar. En este caso, se traslada una cámara a la estación de Atocha o Chamartín y se nos muestra lo que ocurre allí. Carecemos de información, pero vemos en directo lo que pasa. Luego se nos dice que no caben para pasar la noche, se nos muestran los casos más patéticos... pero no hay explicación.

Si toda Europa estaba apagada, el caso ya no era ibérico. En el tiempo que estuvimos escuchando la radio del coche, con accesos intermitentes a los móviles según los operadores, no se puede decir que tuviéramos información, solo pseudo explicaciones de gente que intentaba interpretar los que los "especialistas" en energía intentaban transmitir sin saber lo que realmente pasaba, pues lo más que teníamos era que "no se descartaba ninguna hipótesis", que era el mantra oficial. Lo que llevó a algunos hacia el apocalipsis, a beber la última cerveza, una más por si acaso.

Desde el aparcamiento prácticamente vacío de la Facultad veíamos el monumental atasco de la salida a la carretera de La Coruña. La recomendación que se hacía oficialmente era "quédese donde esté", algo fácil de decir pero difícil de aceptar. Incluso la Universidad nos echaba de donde estábamos. Muy mal nuestras autoridades universitarias llevando la contraria. En fin...

Los medios muestran los efectos, pero las causas siguen entre el "megáfono de los bulos" y "el silencio prudente". Algunos de los expertos consultados dicen que se pueden tardar meses en saber qué ocurrió, dada la cantidad de información que deben analizar en la caja negra del sistema eléctrico.


Con el precedente de Mazón y su dana, las autoridades se han movido rápidamente, que es una forma de seguir acusando a los dirigentes valencianos. Se trata de mostrar "eficacia" y "rápida respuesta" ante los problemas. Algunas autonomías le han pasado el marrón al gobierno central con lo del "nivel 3" de emergencia. Se curan en salud ante la posibilidad (una realidad) de que esto se use políticamente.


Esto lo podíamos ver con claridad en los programas informativos de las televisiones en los que las filias y fobias de siempre se adecuaban al "gran apagón", como han coincidido en llamarlo prácticamente todos los medios.

Hoy los medios despiertan llenos de historias emotivas y emocionantes sobre lo que te tocó en el gran apagón. Es la hora protagonista de los que quedaron atrapados en trenes, ascensores, atascos y otros espacios-trampa. Los medios les piden que cuenten sus horas de angustia, su descubrimiento del apagón, cómo se enteraron, sus reacciones. "Todos recordaremos qué nos pasó en este día", nos asegura un presentador televisivo.

Los expertos complican las cosas cuando nos dicen que no debe haber solo una causa, sino al menos dos. Con una, el sistema responde y se defiende; con dos falla la respuesta ante la primera. Tiene su lógica, pero esperemos a la explicación. Desde la Unión Europea ha descartado un ciberataque, por lo que quitan la ilusión a muchos de haber sobrevivido a Putin.

Por ahora sabemos que "fuimos desconectados" (aunque no sabemos por quién), que se "perdieron" en cinco segundos (algunos hablan de cinco minutos) el equivalente al sesenta por ciento del consumo del momento (¿se perdieron?), que no hay que buscar una causa, sino dos y... poco más. Bueno, sí, que no se descarta nada, aunque no se explique que sería "todo".


El hecho de que lo más afectado hayan sido el metro y los trenes deja nuestro gozo en un pozo, pues eran los medios menos contaminantes y más seguros... hasta que se va la luz. Hemos vuelto a lo del "kit" y aun canto a lo analógico. Hemos redescubierto el valor del dinero en efectivo, lo que es subir escaleras y y lo tranquilo que se va leyendo en el Metro, entre otras cosas.

Cuando llegué a casa me cogí un libro y me baje a la avenida soleada. Me senté a leer. Como no tenía mi mp3 que me libera de escuchar las conversaciones callejeras, escuchaba a la gente pasar caminando y comentando entre ellos posibles causas, momentos en los que les ocurrió e intentando conectar con el móvil a algún centro de información, conectar con la familia, etc. De repente, dos ancianitas dijeron "¡Ya ha vuelto la luz!" mientras señalaban a un semáforo cercano que había recuperado sus luminosos colores.

Nada da más sensación de seguridad y orden que un semáforo, un instrumento para sobrevivir al caos, que es lo que se vivía en ese día, el del gran apagón, el día en el que todo cambió (esperemos) a las 12´33 horas.

lunes, 28 de abril de 2025

La amenaza de Trump a Canadá

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Es difícil, muy difícil reconocer a los Estados Unidos en los Estados Unidos de Trump. No es fácil comprender la evolución de una sociedad que respalda sus formas imperialistas y totalitarias, xenófobas y racistas en un país "hecho" por inmigrantes y que se proclamaba a diario la "tierra de la libertad" ("...Land of the Free, Home of the Brave"), que ha lanzado discursos al mundo sobre todo esto.

Sí, no es fácil entender lo que nos llega cada día. Tampoco es fácil entender las contemplaciones —más allá del miedo político—, silencios y palabras cargadas de ambigüedades con las que se tratan sus acciones e intenciones. A veces da la impresión de que no acabamos de creernos lo que escuchamos, que lo que escuchamos forma parte de una pesadilla de la que en cualquier momento despertaremos. Pero la triste realidad es que la pesadilla se extiende y la escuchamos repetida en muchas voces. Ha prendido su mensaje y surgen apoyos y silencios cómplices buscando aprovecharse del tirón.

Hemos escrito mucho sobre Trump desde su primer mandato, antes incluso porque hubo etapas en las que se le consideró un payaso pasajero, un tipo con tirón mediático, pero poco peligroso para una clase política que controlaba el poder y se las sabía todas. Los medios se reían de él cuando ya estaba en la Casa Blanca, donde se estaba seguro que se lo podría controlar desde los poderes. Pero la ceguera de unos y el aprendizaje de otros lo devolvieron a la Casa Blanca con un "plan rápido" cuyos primeros cien días han arrasado para evitar vueltas atrás. Hoy nadie duda de que Trump haga lo que tiene en mente sin atender a consecuencias ni escuchar razones.

Hoy se celebran elecciones en Canadá y los medios atienden principalmente a un trágico atropello provocado con 11 muertos y decenas de heridos. La tragedia hace pasar a segundo término la amenaza trumpista de anexión. 

Es difícil entender el papel de los medios en la situación de los Estados Unidos de Trump. ¿Temen a Trump y lo que hay detrás? ¿Temen perder lectores ante el apoyo masivo en las urnas? ¿No creen en sus amenazas, creen que son faroles?

Sea por el motivo que sea, las reacciones ante lo que Trump dice que va a hacer no deja de ser tibia, con la excepción de algunos medios que plantean la crítica como línea dominante. En estos momentos, el debate se debe producir en la opinión pública, con un partido demócrata perdido en las sombras y sin voz visible. De hecho, las noticias las protagonizan personajes aislados que deciden enfrentarse al poder de Trump, como esa jueza que se ha opuesto a su política de deportaciones o algún congresista o senador que enarbola algún cartel en su contra.

CNN

Sin embargo, las líneas principales, las más agresivas contra otros países, quedan en suspenso ante un incrédulo "¿puede?". Ese principio de incredulidad el que evita a muchos decir los riesgos que se corren ante el temor de que sea palabrería. Ese es el mayor riesgo ante Trump, creer que no es posible hacer lo que dice, pensar que Trump es un perro ladrador. Esa es también su mejor baza.

Trump está consiguiendo muchas cosas ante el temor de que pudiera conseguir muchas otras. Ya solo con mencionarlo tiene efectos, como el vuelco en las elecciones canadienses que se celebrarán hoy, que presumiblemente devolverá a los liberales el poder que temían perder ante las "simpatías" conservadoras hacia Trump.

No sabemos cómo se van a desarrollar realmente las elecciones canadienses, aunque sí sabemos que Trump y sus amenazas estarán presentes en la mente de los votantes. De igual forma estarán en las mentes de gentes de muchos otros países cuyas políticas se dividirán por la actitud ante lo que Trump representa.

Como hemos repetido en este tiempo, Trump ha cambiado la percepción de los Estados Unidos en el mundo. Donde antes había en muchos una imagen de aliado, esta se ha derrumbado dejando paso a otra amenazante, altanera, imperialista. Dice que se hará con lo que necesite, sin miramientos, algo que va de Canadá a Groenlandia o los canales de Panamá o Suez.

Con sus palabras estará condicionando la voluntad de cientos de millones de personas y de decenas de países, que temen verse mencionados por Trump. Ocurra lo que ocurra, no se ve a los Estados Unidos de la misma forma. Ellos tampoco se ven ahora de la misma forma condicionados por la imagen que se les crea. 

De verdad ¿puede?

domingo, 27 de abril de 2025

El divo azul

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

¡Lo ha conseguido de nuevo! ¡Trump ha vuelto a llamar la atención! Esta vez lo hacho con su traje azul en medio del funeral por el Papa Francisco. Melania lo entendió; él no. Se trataba de algo sencillo y fácilmente comprensible. El luto es una señal de respeto y de dolor común, iguala a todos. Pero eso es demasiado pedir para el ego de Donald Trump.

Algunos pensarán que no es importante, pero lo es por lo que significa, por lo que nos dice de lo que vemos y de lo que se puede esperar de él. Trump —aunque no lo entienda— estaba allí en representación del pueblo norteamericano. Biden, por ejemplo, estaba allí a título particular, para mostrar su respeto y cariño al papa fallecido. Trump, en cambio, no. Era el presidente norteamericano, no el representante del dolor de los estadounidenses, al menos de su respeto. Pero es demasiado pedir al que se ve como un destino, como alguien por el que los norteamericanos son bendecidos por Dios. Es él quien prestigia el acto con su presencia.

Pero Trump no es más que el poder y la presunción; no es hijo de la divinidad, sino un mero "divo", el divo azul, aquel que necesita llamar la atención, el más débil de todos, pues necesita de las miradas que otros le dediquen.

Para Donald Trump confundirse entre la multitud es, sencillamente, insoportable, algo inconcebible. Necesita saber que es visto. El improvisado diálogo con Zelenski es el elemento que le sustrae a lo común. No está allí para despedir a un Papa que le dijo "más puentes y menos muros"; está allí para ser visto, para ser enfocado por los medios y convertirse en el objeto de la mirada de los millones que no pueden dejar de mirar.

Donald es el "divo azul". Si todos hubieran ido de azul, el habría ido de negro.

En RTVE.es podemos leer:

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha convertido este sábado en uno de los grandes protagonistas, tanto por sus interlocuciones con el resto de mandatarios, como por su vestimenta. Acompañado por la primera dama, Melania Trump, ha lucido un traje de chaqueta y una corbata azules que, si bien en el interior de la basílica de San Pedro parecían más oscuros, ante el potente sol de la mañana en Roma le han hecho destacar entre el resto de jefes de Estado.

Sentado en primera fila, la vestimenta de Trump contrastaba con la de presidente de Francia, Emmanuel Macron, o del rey Felipe VI, que, ubicados a escasos metros, han optado por el tradicional negro siguiendo las indicaciones trasladadas por la organización del funeral. Según fuentes del Vaticano, en la invitación no se exigía el uso de frac, pero se especificaba el uso de trajes oscuros. Asimismo, se indicaba que el Cuerpo Diplomático podía llevar condecoraciones debido a la singularidad del acto.*


¿Han "optado"? ¿La han elegido ellos? ¿Se han levantado pensando en qué se iban a poner? Para los asistentes, el luto es una señal de respeto, una forma de seguir un protocolo que está por encima de sus "decisiones", no porque no puedan, sino porque no es opcional. Es una forma común de mostrar respeto, algo que no va con Trump.

El calificativo como "no protocolo" de la vestimenta azul de Trump es engañoso y, sobre todo, descuida la consideración de lo que supone. Esto tiene sentido porque nada hace más felices a los medios que esas actitudes divergentes, maleducadas, de Trump, algo de lo que él es perfectamente consciente y usa para atraer a los medios sobre su figura, palabras y acciones.


Trump es el vivo ejemplo de lo que Ignacio Ramonet llamó la victoria de la comunicación sobre la información en su obra La tiranía de la comunicación (1986). Supone que el sujeto se transforma en el objeto de la comunicación, que es él quien busca ser el centro, que puede convertir lo trivial en contenido de lo que los demás repetirán hasta la saciedad transformándolo en una "verdad" comunicativa.

Trump ha convertido el protocolo, lo que debe ser seguido, en algo opcional, cuando es precisamente su función la contraria. Así Trump no solo ha llamado la atención, sino que ha convertido el luto en una "opción". Los demás decidieron seguir el protocolo; él no.

Para cubrir un poco la situación se han mirado otros casos, como el del príncipe Andrés o la ropa de guerra de Zelenski, pero creo que otra la intención y sobre todo el deseo de protagonismo.

Calificar como "no protocolo", como se hace en el titular de RTVE.es, es evitar llamar a las cosas por su nombre: un acto de falta de respeto en una ceremonia protocolaria. Lo mismo que su reunión con Zelenski, que puede ser considerada igualmente una falta de respeto a las circunstancias, al motivo por el que se estaba realmente allí. Pero Trump sabe cómo convertirse en el centro. Simplemente un traje azul. Sencillo.

Daily Mail

* "El 'no protocolo de Trump': ignora las directrices del Vaticano al no llevar traje oscuro en el funeral del papa" RTVE.es 26/04/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250426/trump-ignora-protocolo-vaticano-traje-oscuro-funeral-papa/16555842.shtml 

sábado, 26 de abril de 2025

El cuarto poder y la crisis de los medios

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El miércoles pasado recuperamos para nuestro cinefórum la película "El cuarto poder" (Deadline - USA), un filme escrito y dirigido por Richard Brooks en 1952, con un reparto encabezado por Humphrey Bogart y por Ethel Barrymore. La actualidad del filme se hace evidente conforme van pasando los minutos y se comprende la crisis que trató de reflejar en su momento.

La historia que se nos cuenta es la de un periódico comprometido con la sociedad, que antepone los valores informativos a cualquier otro interés. Nos alejamos de la parte de la trama de corrupción política que se nos muestra en el filme y vamos a los procedimientos. Comenzamos con la mayoría de edad alcanzada por la hija pequeña del dueño fallecido. 

La viuda y las dos hijas deciden vender el periódico que va a ser comprado por otro de la competencia para callarlo y así aumentar su audiencia, ante la oposición de su actual director de The Day, Ed Hutchenson (H. Bogart), un continuador de la pasión periodística por el compromiso social y ético de su fundador hacía más de 30 años.

El filme nos muestra un giro en la historia de los medios a través del cambio y de las presiones que rodean al periódico, que se ha convertido en molesto en su afán por llegar al fondo de todo. El medio deja de estar dirigido por los intereses de los lectores y comienza a ser presa de los intereses —políticos, económicos, personales...— que le rodean. Hoy diríamos que la información toma la forma de "influencia". Ya no se trata de hacer llegar al lector lo que le interesa y afecta, sino lo que interesa a las empresas y grupos que se hacen con los medios. En este sentido, el término "influencer" va más allá de la persona aislada y la asumen los grupos detrás de los medios, ya sean políticos o económicos.

La película nos muestra la transición de las empresas familiares en la prensa —como ocurrió en España con la familia Luca de Tena— a los grandes grupos que usan su poder para influir o para evitar que llegue información que no les conviene. En el filme esto se refleja en los grupos corruptos, pero también en la intromisión del director de publicidad de The Day plantea retirar un artículo porque afecta en lo personal a un anunciante millonario del periódico.

La actualidad del filme es grande pues nos hace comprender con claridad el movimiento de los medios hacia la manipulación de los públicos en funciones de diversos intereses. Quizá lo que nos muestra Brooks en su película es un ideal y nunca existió realmente, pero sí es cierto que nos muestra el comienzo de algo que hoy ya no tiene apenas límites. Los medios los controlan los que están detrás, ya sean políticos o empresas, que los orientan hacia sus propios intereses. En este sentido, la cuestión puede variar en el grado, pero no en el fondo.

Lo que ocurrió 20 años después con el "caso Watergate" fu el canto de cisne de la Prensa. Hoy estamos en un mundo manipulador y manipulado, donde no tiene sentido decir la verdad porque estamos en un mundo en el que no se puede diferenciar de las "fakes news", de los bulos fabricados por personas o por IA automáticamente. Es un mundo en el que la fotografía, las voces o los vídeos se han convertido en tal grado manipulables que no es fácil sostener que puedan ser "ciertos" y el Periodismo sin un cierto grado de seguridad en lo que ofrece tiene poco sostén y eficacia.

Hoy compiten débiles verdades con poderosas mentiras repetidas millones de veces y la victoria no suele estar del lado bueno. Los públicos desean la mayor parte de las veces ser engañados en la medida en que creencias erróneas son suyas. De ahí el interés en la polarización social; cuando esta crece, los deseos de tener razón frente a los otros, convertidos en el otro polo, aumentan y se produce ceguera.

Solo desde estos parámetros es comprensible que las mentiras te lleven hasta la Casa Blanca o puedas aplicar aranceles a una isla habitada por pingüinos, que puedas cambiar el nombre al Golfo de México o, en general, puedas reescribir la Historia a tu gusto, faltando a cualquier rigor, con millones de personas deseando escuchar tus mentiras lanzadas por redes sociales o por medios que luchan contra su propia tendencia a informar verazmente.

Dicen que la verdad es la primera víctima de las guerras y las dictaduras. Habría que aplicar el concepto ya a las democracias, a las que vemos debilitarse por el declive de ese "cuarto poder" que deja en gran medida de cumplir sus funciones respecto a la ciudadanía, concepto que es olvidado en favor de otros, como "mercado".


Los medios actuales se encuentran en la encrucijada. Esta plantea directamente el uso de la información en una de las dos direcciones: la que va desde arriba hacia abajo siguiendo la dirección del poder o la inversa, la que asciende desde la ciudadanía y nos muestra los entresijos del poder.

La película de Brooks es muy recomendable verla de nuevo. Lo que se anticipa en ella, la muerte de la información como valor y su reducción a mercancía, lo tenemos hoy consumado en la mayoría de los medios, cuya subsistencia se mantiene por lo que tienen de etiquetado de lo que nos rodea. Pero también se incluye una declaración de amor por el verdadero periodismo, ese cuarto poder que vigila a los demás en defensa del ciudadano, por ese periodismo con valores que no siempre vemos en este mundo revuelto de la información.

Placer y melancolía al ver que el viejo cine no es tan viejo como indican los años. A veces es interesante ir al principio para comprender mejor.

 

֫— "El cuarto poder" (Deadline - USA). Richard Brooks 1952. B&N, 87 minutos.

viernes, 25 de abril de 2025

El estudiante que adoraba a Hitler y no estaba radicalizado

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En Francia, los políticos dicen que están preocupados por la cada vez más frecuente aparición de casos con armas blancas en colegios e institutos o en sus proximidades. No es el único país en donde aumentan este tipo de casos con armas blancas, algo que parece que  se está convirtiendo en parte del equipaje cotidiano para salir de casa. La cartera, el bocadillo... y la navaja.

Las navajas son asequibles, no necesitan cargarse y se ocultan fácilmente entre la ropa o dentro de un táper. Lo frecuente de los casos ha llevado a las autoridades francesas a promover algún tipo de detector que permita el control de la entrada en los centros de navajas, machetes y cuchillos de diversos filos y tamaños.

Si detectar metales es relativamente sencillo, detectar los instintos criminales, frustraciones, complejos, abusos etc. no es tan sencillo o, por expresarlo así, conlleva otro tipo de riesgos. Entre ellos el de poner a prueba nuestro sentido de la "normalidad", tanto individual como colectiva, nuestro concepto de convivencia, incluso de lo que supone ser "joven" hoy en día a la vista de los adultos, tanto familia como autoridades de diferentes niveles. Una vez concretado que no es "normal" llegar a clase con una navaja y emprenderla a navajazos con los compañeros muestra ciertos signos peculiares, por no calificarlos, los problemas van pasando de unos tejados a otros.

En RTVE.es se nos explican algunas circunstancias del caso:

El incidente ha tenido lugar hacia las 12:30 en el centro educativo privado de secundaria Notre Dame de Toutes Aides y el autor era uno de los alumnos. El resto de estudiantes del centro, de dos pisos de altura y que acoge a 2.000 adolescentes de entre 14 y 18 años, fueron evacuados a la sala polivalente y las autoridades enviaron un equipo de asistencia psicológica.

El autor del ataque no estaba radicalizado ni tenía antecedentes policiales, sino un perfil más bien depresivo, han apuntado fuentes de la investigación a la radio pública France Info. Uno de los heridos está muy grave, mientras que los otros dos no están en peligro, según los medios locales. * 

Los detalles precisos —la hora, el lugar, los pisos, el número de personas, la "sala polivalente", el envío un equipo psicológico... — son formas de "tranquilizar", de dar a entender que esto está controlado, aunque no lo esté. El procedimiento informativo se repite aquí y allí. Los términos técnicos dan a entender igualmente que tener un término técnico supone "comprensión" y que esta supone a su vez un cierto "control" sobre el mundo, algo que no es cierto.

Se nos dice que el primer ministro ha "sugerido" la posibilidad de instalar controles en las entradas de los centros escolares, lo que queda muy bien dicho, pero es más complicado tanto en lo económico como en lo social al transmitir que los centros y sus alumnos son algo más que jóvenes y niños deseosos de aprender. No es muy fácil vender tranquilidad y cultura cuando pasas por un detector o te cachean.

Se nos dice que

El autor ha sido internado en un hospital psiquiátrico tras un examen que determinó "la incompatibilidad de su estado de salud con las condiciones de una detención", según ha informado el fiscal de Nantes, Antoine Leroy.*

Desde que se empezó a identificar la "muerte" como "la incompatibilidad con la vida" hemos dejado de intentar comprender fenómenos muy humanos o sociales dejándolos sometidos a la oscuridad terminológica, es decir, al intento de ir más allá de las palabras o, al menos, de la palabrería.

Pero lo asombroso nos llega un poco después cuando se nos explica:

Varios alumnos han indicado que recibieron en la mañana un extraño correo electrónico de varias páginas que había sido enviado por otro estudiante. El texto se titulaba "La acción inmunitaria" y señalaba, entre otras cosas, que "la revuelta es la mayor victoria que podemos alcanzar".

"La gente conocía al alumno del instituto como un depresivo, decía que adoraba a Hitler. Envió un correo electrónico de 13 páginas a todo el mundo explicando todos sus problemas a la hora de comer", ha indicado a Afp una estudiante del centro.

Tras el ataque, el centro ha sido rodeado por la Policía y los servicios de urgencias y las autoridades han enviado un equipo de asistencia psicológica para los alumnos y el personal del centro.

Se nos ha dicho inicialmente que el alumno atacante no estaba radicalizado; se nos dice ahora que el calificado como "depresivo" por todos decía que "adoraba a Hitler". No entiendo como la adoración por Hitler no encaja en la idea de "radicalización". A lo mejor jugamos con otro tipo de significados que se me escapan, pero sí yo conozco a alguien que dice "adorar a Hitler", debería empezar a sopesar algunas posibilidades.

A lo mejor, "lo que todo el mundo sabía" habría debido servir para algún tipo de vigilancia o seguimiento. Mandar después al 7º de caballería francés a rodear el instituto no es más que una medida para tapar los errores en cadena cometidos. A lo mejor, insistimos, hubiera sido más útil mandar a los psicólogos a preocuparse del "violento no radicalizado y admirador de Hitler con problemas de la comida" que hacerlo después para atender a sus víctimas.

Llama la atención las palabras de los políticos:

El ministro de Interior, Bruno Retailleau, ha sido muy duro al afirmar que "hace falta reconstruir la autoridad. Vamos a una sociedad asalvajada". Retailleau ha responsabilizado a "una sociedad que ha fomentado el laxismo, que ha debilitado la autoridad", en declaraciones junto a la titular de Educación, Élisabeth Borne.

Es una pena que los políticos extiendan su dedo acusador y no se sientan nunca responsables de lo que ocurre. Parece que su fuerte son los sermones y no las soluciones a los problemas, aunque sean de su propio ministerio, como es el caso. Pero es probable que se suman en discusiones entre ministerios intentando dilucidar de quién es la responsabilidad, si de Educación o de Interior. Ninguno querrá asumir la responsabilidad de estos casos y es mejor echarle la culpa al conjunto, en el que nadie se da por aludido. "Laxismo", "autoridad", "sociedad asalvajada"... muchas palabras y pocos hechos. Parece que el ministro del Interior pasaba por allí,

Quizá deberíamos todos pensar en el origen de todo esto o, al menos, debatirlo de forma sana, es decir, intentando ir más allá de la palabrería y las acciones tardías e inútiles. Habría que empezar a ver muchas cosas de otro modo. 

Cadena SER

* "Una estudiante muerta y varios heridos en un ataque con cuchillo en un instituto de la ciudad francesa de Nantes" RTVE.es / Agencias 25/04/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250424/muerto-heridos-ataque-cuchillo-instituto-secundaria-frances/16553017.shtml

jueves, 24 de abril de 2025

Balas o votos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

"Balas o votos" (Bullets or ballots, William Keighley 1934) es una vieja película norteamericana de gánsteres protagonizada por los inmortales Edward G. Robinson y Humphrey Bogart, El título le va como anillo al dedo al nuevo problema que le ha surgido al ejecutivo de Sánchez. ¿Balas o votos?

La cuestión ha conseguido salir a la luz en medio de la tormenta informativa causada por la muerte del Papa Francisco e ir ascendiendo hacia los titulares. No lo tenía fácil, pero tiene todos los componentes para generar más titulares: conflicto entre el gobierno y sus socios, conflicto con grupos sociales, conflicto con la oposición, conflictos con los antimilitaristas... En fin, tiene todo lo que un "buen tema" puede ofrecer en este escenario político cada vez más sensible a este tipo de problemas en el que alguien se pisa los cordones de los zapatos por llevarlos mal atados.

Las compra de balas —dos contratos, uno por más de cuatro millones de euros y el otro por más de dos millones— a una empresa de Israel con filial en España ha llegado en el peor momento, con el agravante de tener que desdecirse de lo dicho cuando se tuvo conocimiento el asunto. Fueron entonces las promesas de cancelación de aquellas compras invocando todo tipo de principios morales, éticos, etc. Era un buen momento para los compromisos, la solidaridad, la ejemplaridad... Pero ahora todo ha cambiado y le ha estallado al gobierno al enterarnos de que la compra, pese a lo dicho, seguía adelante.

La cuestión nos es descrita así en RTVE.es:

Fuentes de Interior han justificado este cambio en un estudio que solicitó el 29 de octubre de 2024 a la Abogacía del Estado sobre la posible rescisión del contrato adjudicado. En dicho informe, se desaconsejó anular la adjudicación debido a la avanzada fase de tramitación, que hubiera supuesto abonar el precio a la empresa sin recibir el material. Por ello, el Ministerio decidió atender a la recomendación y seguir adelante.

"La anulación hubiera supuesto abonar el precio a la empresa sin recibir el material contratado, necesario para que la Guardia Civil pudiera prestar los servicios que tiene encomendados", ha indicado Interior en un comunicado, en el que, pese a este episodio, comparte "el compromiso del Gobierno español de no vender o comprar armamento al Estado israelí adquirido desde que estalló el conflicto armado en el territorio de Gaza".*


El denominado "episodio" se justifica por la "recomendación" de la Abogacía, por el desembolso imparable, por lo que se aparcó la ética, la solidaridad, etc. El informe de respuesta se limita a decir que habría que pagar por las balas, las recojas o no, las dispares contra quien las dispares o no las dispares. Luego los políticos deciden.

Y la decisión tomada es seguir adelante por seis millones de razones. Ahora bien, las balas israelíes se acabarán traduciendo en votos españoles, se disparen o no.

En el artículo de RTVE.es lo que se recogen son evidencias de otra guerra, la que tiene montada Sánchez en su gobierno progresista, donde el inicio de su mandato. La guerra de Sánchez es una que no aparecerá en los libros dedicados a las guerras, pero que existe en otra dimensión perfectamente real.

Sus socios se defienden de que la incongruencia les arrastre porque todos tienen a sus respectivas izquierdas grupos de los que deben defenderse para evitar la dispersión de los votos provocada por la fácil comprensión y manipulación del caso. En efecto, todo el mundo entiende que no es "normal" condenar ante las cámaras y comprar por lo bajini armas a las empresas del país al que se llama "genocida".

Subirse al barco gubernamental de Sánchez supone el riesgo constante de encontrarte metido en algún marrón del que no te has enterado y que te estalla en las manos. Hace mucho que aquello de compartir objetivos pasó a la Historia y los múltiples grupos que están en el gobierno, que lo apoyan parlamentariamente, etc. saben el riesgo que corren y decidieron mantener las distancias y ser, en todo caso, los primeros en saltar al cuello de sus compañeros. No, esto no es nuevo. Es una forma de ganar protagonismo, prevenirse de los males y sacar rendimiento político doble, desde el poder y contra el poder.

El País

Estas son las reacciones producidas desde los "amigos" y "compañeros de consejo de Ministros" recogidas por RTVE.es en su información:

Sumar ha tachado la adquisición del suministro para la Guardia Civil como una "vulneración flagrante de los compromisos adquiridos en el seno del Gobierno" y ha subrayado que la suspensión del comercio de armas "no es solo una medida justa en el contexto del genocidio que está sufriendo el pueblo Palestino, sino también en consonancia con los tratados internacionales". "No caben matices en medio de una masacre cuyos responsables tienen una orden internacional de arresto por parte de la Corte Internacional Penal", añade el comunicado.

Por ello, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha exigido "la cancelación inmediata del contrato" y ha solicitado la comparecencia del Ministro de Interior para aclarar lo sucedido, al tiempo que ha pedido el compromiso "absoluto" del Ejecutivo con el pueblo palestino. "Estamos asistiendo al genocidio en directo del pueblo palestino, es necesaria una rectificación", ha alegado en declaraciones a los medios de comunicación.

Desde Izquierda Unida van más allá y, además de pedir el cese de "los responsables políticos" del contrato, abren la puerta a la salida del Gobierno en respuesta a la "crisis" abierta en la coalición. Este mismo miércoles, la formación ha pedido una reunión de la mesa de partidos de Sumar para abordar el gasto en defensa.

Precisamente, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego (IU), ha enviado una carta a Marlaska para recordarle que la compra de suministro israelí "supone un incumplimiento claro de las decisiones colectivas tomadas hasta ahora en el seno del Gobierno" y pidiendo la anulación del contrato. "Cuando ya nos hemos posicionado nítidamente en relación al embargo de armas, nos encontramos noticias como esta. Es inaceptable destinar un solo euro a la compra de armamento de un Estado genocida", ha manifestado rego en un videocomunicado emitido a los medios.*

Con socios así, no hacen falta opositores. En cualquier caso, repetimos, esto no es nuevo, sino una forma de "hacer política a la española", marcada por la debilidad de los gobiernos desde que se decidió la "muerte del bipartismo" y estallaron a derecha e izquierda nuevos grupos que viven de rentabilizar "principios" frente al pragmatismo político. Lo que iba a ser una mayor fortaleza nos ha dejado está doble política de pisar ministerios y pisar, en el otro sentido, ministros y presidentes.

Los partidos pequeños no se aburren y reparten a diestro y siniestro para conseguir ese protagonismo de los que no tienen todo el poder, pero sí el suficiente, con aspiración a mejorar en las urnas de cara al siguiente gobierno.

Gobernar no es sencillo. La oposición lo es más. Pero este extraño sistema que hemos implantado, el del gobierno y oposición en una sola pieza tiene el problema diario como base de su sustento. Solo nos falta que en este asunto tercie el gobierno de Trump señalando que practicamos políticas antisemitas.

Para más complicación, el asunto llega en otro momento de crisis (¿cuándo no la hay?), el de la ampliación del gasto militar. La noticia en RTVE.es se cierra con la siguiente y necesaria puntualización

La noticia de la compra de suministros llega, además, un día después de que el presidente Pedro Sánchez anunciara el aumento del gasto en defensa para alcanzar el 2% del PIB, siguiendo el compromiso con la OTAN, y que las nuevas adquisiciones recaerían en un 87% a empresas españolas y el resto en industria europea, todo ello con el fin de mejorar "la autonomía estratégica".*

Los problemas crecen y son semilla de discusiones, comunicados, explicaciones, etc. cada vez más complicados porque todo acaba en el mismo sitio, en La Moncloa, con un presidente abrumado, temeroso de lo próximo que entre por la puerta.

Eso sí, el asunto se puede complicar más. Ya veremos lo que da de sí. Al final las balas, por un medio u otro, se convertirán en votos, como en la vieja película, si bien votos negativos. 

 

* Irene Fedriani "Interior licita la compra de balas israelíes seis meses después de anunciar que anulaba el contrato por la guerra en Gaza" RTVE.es 24/04/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250423/interior-licita-compra-balas-israelies-seis-meses-despues-guerra-gaza/16550613.shtml