miércoles, 7 de junio de 2017

Los caballeros no usan la palabra chantaje o May es May

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿Ha cometido Theresa May el mismo error que David Cameron? ¿Le costará el poder? Las últimas estimaciones de voto que acabo de ver en la televisión norteamericana le dan una distancia de 4 puntos respecto a los laboristas de Corbin, mientras que le dan un 9% a los liberales y un 4% al UKIP del sonriente Farage. ¿Dónde está la gloria de los días pasados cuando May prometía un futuro dominador de Gran Bretaña sobre el mundo? May empezó muy fuerte, en todos los sentidos.
May comenzó con la promesa de doblegar la Unión Europea y en estos momentos está defendiéndose de sus diez años pasados al frente del Ministerio del Interior del gobierno conservador, el que propició miles de despidos en la Policía y millones en recortes en el gasto en seguridad.
Debo confesar que me sorprendió su argumentación —entre atentados— de que había que poner el énfasis en Internet. Es algo ya viejo y que choca con muchos problemas, entre otros que las compañías de internet son norteamericanas y tienden, como norma general, a la protección de la privacidad de sus usuarios antes de saber qué les ronda por la cabeza. Poner el énfasis en internet es como hacer un brindis al sol, pero a May le van estas cosas. ¿Estaba huyendo de los reproches por su política anterior en seguridad, los recortes en agentes?
El argumento de que se debe mantener la unidad frente al terrorismo y no convertirlo en parte del debate político no está siendo respetado en Reino Unido y es invocado por los conservadores. Pero vayamos un poco hacia atrás en el tiempo para entender algunas cosas.


El pasado 30 de marzo, la CNN titulaba tras una intervención de May en el Parlamento británico "Theresa May accused of 'blatant threat' against EU on security"*. Los analistas entendieron que el discurso era una amenaza contra Europa a cuenta de la seguridad:

British Prime Minister Theresa May has been accused of threatening to use the safety of UK and European citizens as a bargaining chip in Brexit talks.
In the formal letter that notified the European Union of Britain's intention to leave, May warned that the failure to strike a deal on any future relationship would have consequences for security.
"In security terms a failure to reach agreement would mean our cooperation in the fight against crime and terrorism would be weakened," she wrote in the letter to European Council President Donald Tusk.
In all, May mentioned security 11 times in the six-page letter, hand-delivered at lunchtime to Tusk in Brussels by Britain's ambassador to the EU, Sir Tim Barrow.*


Si la señora May pudo meter la "seguridad" en su amenaza de futuro debate sobre el "Brexit", ¿qué tiene de particular que le recuerden que el caótico estado de la seguridad británico es el resultado de su labor al frente del Ministerio del Interior?
La ideología conservadora de la señora May —ha tenido grandes maestros a ambos lados del Atlántico— consiste en grandes palabras y lápices rojos. Hoy la gente mira menos sus vibrantes discursos de futura grandeza y se fija más en las consecuencias de los recortes policiales.
Los primeros golpes a la ventaja conservadora no han sido por seguridad sino por aprovechar el patriotismo del Brexit para colar impuestos y recortes. Algún tipo de gong sonó en la mente de muchos británicos cuando la señora May anunció lo que se ha dado en llamar "dementia tax", que llevaba a tener que vender sus casas a las personas aquejadas de enfermedades que podían ser tratadas en sus hogares para asegurarse el pago de sus tratamientos.

Theresa May has performed an extraordinary U-turn by watering down her "dementia tax", just four days after making it the centrepiece of her election manifesto.
A clearly flustered Prime Minister announced the Conservatives would pledge to introduce a cap on lifetime care costs, following widespread protests that more families would be forced to sell the homes of pensioners paying for their care.
The seemingly unprecedented reversal on a clear manifesto pledge comes after she threw out plans for the cap just last Thursday, insisting it was not necessary to protect older people from catastrophic care costs.
But the measure was dubbed a “dementia tax”, because the homes of sufferers would need to be sold to pay their bills, after their deaths, after the commitment to a cap on overall care costs of around £72,000 was dropped.
For the first time, it would include pensioners who own their properties who receive care in their own homes - while cancer patients, for example, treated in hospital, receive free care.**


Es un ejemplo de cómo los británicos se han dado cuenta de que la señora May intentaba meter muchas cosas en el paquete patriótico. El sonido de los pífanos y tambores, redobles hacia la gloria, tapan las miserias ultraconservadoras que May pretende introducir. Estas cosas cuentan y definen un estilo político que su cuidado acento británico encubre. La retórica de Theresa May debe tomarse con cuidado por las espinas.
Cuando en marzo amenazó a la Unión con la cuestión de la seguridad, sus propios compañeros británicos la llamaron "chantajista". Ella se defendía poniendo por delante los intereses británicos y considerando, orgullosa, que su labor al frente del ministerio del Interior, había dejado edificado un monumento. Hoy vemos que el edificio tiene poco de monumental.
Las reacciones, dentro y fuera, fueron muy duras:

The European Parliament's co-ordinator for Brexit, Guy Verhofstadt, said the EU would oppose any attempt by Britain to link security with trade.
Asked if he thought May was engaged in "blackmail", Verhofstadt said: "I try to be a gentleman, so towards a lady I don't even use or think about the word 'blackmail'," he told a press conference in Brussels, the Press Association reported.
In the House of Commons in London, Tim Farron, leader of the Liberal Democrats, who oppose Brexit, said May's linking of trade and security was "shameful" and a "blatant threat."
"Security is too important to be used as a bargaining chip and this will backfire in any negotiations, which rather than building up alliances will leave Britain even more isolated," he said.
Labour MP Yvette Cooper echoed the concerns. "Completely irresponsible to threaten, gamble or bargain on national security," she wrote on Twitter.
May said that it would be important to negotiate a future deal on security.*

Desde esta perspectiva, en la que solo lo caballeros no hablan de chantaje, Theresa May difícilmente podrá rechazar las críticas de las deficiencias en seguridad que han resultado de su obra. May no va a tener la suerte de encontrase muchos "caballeros" en su camino, especialmente dadas sus peculiares maneras de hacer política.


Contra Theresa May se vuelven sus decisiones, actos y palabras. Su cara junto a Donald Trump dice mucho sobre su frustración por cómo van sus sueños trasatlánticos; su recogida de velas ante las desafortunadas propuestas (como la "dementia tax") y, finalmente, el chantaje que sobre seguridad ha pretendido hacer en las negociaciones futuras del Brexit. 
Afortunadamente la reacción europea ante los atentados ha sido ofrecer toda la ayuda posible en seguridad, toda la cooperación que sea necesaria y que el desgraciado Brexit no cree más problemas de los debidos. El dolor por Londres o Mánchester es el mismo que por París o cualquier otro espacio europeo. Ni la solidaridad ni la colaboración deberían reducirse.
Ahora se encuentra con la perspectiva de que puede perder la mayoría y el gobierno. Su capacidad retórica para hacer buenas frases —"Brexit means Brexit", "enough is enough"— no es suficiente. Los hechos son los hechos. Al menos para el pueblo británico.


* "Theresa May accused of 'blatant threat' against EU on security" CNN 30/03/2017 http://edition.cnn.com/2017/03/29/europe/brexit-article-50-theresa-may-security/index.html
** "Theresa May waters down 'dementia tax' in extraordinary U-turn after poll lead slashed" The Independent 22/05/2017 http://www.independent.co.uk/news/uk/politics/theresa-may-dementia-tax-u-turn-pensioners-labour-corbyn-general-election-conservative-tory-poll-a7749001.html


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