viernes, 10 de enero de 2014

Los suicidas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Camus definía el suicidio como el tema verdaderamente filosófico. Consideraba que era una cuestión que involucraba al sentido de la vida y la libertad, que nos llevaba a la pregunta sobre si la vida merece ser vivida. En los últimos días estamos asistiendo a la proliferación de un tipo de suicidio sin nada de filosófico, más bien la negación de la inteligencia. Es el suicidio del fanático, el del que niega la vida propia y ajena en nombre de una promesa grabada a base de repeticiones monótonas en su cerebro inculto por hábiles inductores de la piedad, cuya función en la vida es sermonear a los demás sobre los placeres del más allá y la forma de alcanzarlos rápidamente. Estos orientadores hacia el otro mundo disfrutan del poder último: convencer a los demás de que sacrifiquen la vida propia con tal de acabar con la ajena. Y les prometen el paraíso, dejando en este mundo la simple idiotez, el dolor y la desolación.
En estos días hemos tenido dos casos que merece la pena mencionar.
El primero de ellos se ha producido en Afganistán donde una niña, de nombre Spozhmai*, se ha negado a hacer estallar los explosivos con los que su propio hermano la había envuelto para convertirla en un ser "útil" superando su doble inutilidad natural, de niña y mujer. Solo el momento de la explosión la convertiría en pieza valiosa del juego de la Creación.


Nos puede parecer que su hermano es un monstruo. Y efectivamente, lo es, pero solo ante nuestros ojos, pues ante los que le rodean es un ser iluminado por la gracia divina. Ha visto el camino con la claridad de la luz: ha comprendido el sentido de su hermana sobre la tierra. Y ha obedecido. Su hermana, en cambio, dejó de obedecerle a él cuando se quitó el chaleco con los explosivos. Algunas versiones presentan a la familia de forma pragmática y señalan que la niña había tenido "contacto" con personas inadecuadas a sus ojos y decidieron quitársela de en medio envuelta en una "buena causa", que además les da prestigio ante los demás. Es lo que dice la niña.
Algunos medios reflejan las dudas sobre lo que motivó realmente la acción de la niña y dicen que pudo ser por el hecho de que se le mojaran los explosivos al cruzar un río y el miedo a regresar a casa sin haber cumplido su misión lo que la llevó a ir a la Policía. El tiempo nos los aclarará. O no. Sea por el motivo que fuera, con lo que hoy sabemos, ella se negó a ser suicida para que su hermano hiciera méritos para el paraíso.
La prensa de ayer mismo nos traía otro caso muy distinto de atentado suicida, esta vez desde Pakistán, pero con los talibanes de nuevo como protagonistas. El diario El Mundo nos lo cuenta así:

El suicida, que intentaba entrar en la escuela de Hangu (Pakistán) con 2.000 alumnos en su interior, se encontró con la resistencia de Aitizaz Hasan, de 15 años de edad. El adolescente luchó con todas sus fuerzas para no dejar pasar al terrorista, pero que no pudo evitar la detonación del explosivo que finalmente lo mató en el hospital horas después.
El atentado fue reivindicado por Lashkar-e-Jhangvi, un grupo radical islámico suní que está detrás de muchas de las matanzas en Pakistán contra fieles de la rama minoritaria chií, a la que pertenecían los alumnos del colegio, según el diario 'Express Tribune'.*


El acto de Aitizaz Hasan, en el que se dejó su vida, permite contrastar las dos muertes: la fanática del suicida y la que adquiere pleno sentido al salvar la de otros. Los dos padres estarán orgullosos de sus hijos, aunque por motivos radicalmente diferentes. El padre de Aitizaz lo ha manifestado directamente: “Aitzaz has made us proud by valiantly intercepting the bomber and saving the lives of hundreds of his fellow students,” he said. “I am happy that my son has become a martyr by sacrificing his life for a noble cause”**, según recoge el diario pakistaní The Nation.


Es la idea de la "noble causa" lo que les une y distingue. Para unos merece la pena perder la vida con tal de llevarse otras por delante; otros, en cambio, la ofrecen para salvar las ajenas. Por mucho que nos parezca evidente la noble de una causa frente a la otra, el problema no es cómo lo vemos nosotros, sino cómo lo ven los otros. Por eso lo esencial para intentar frenar todas estas situaciones es la educación y aprender a distinguir cuál es la nobleza de las causas. No es casual que los atentados se sucedan en las escuelas; son más peligrosas que cuarteles y comisarías.
El odio de los talibanes a las escuelas, a todo lo que no sea su enseñanza coránica distorsionada y fanática, tiene que ver con la aparición de otras luces en la vida. Sus disparos sobre Malala parando el autobús escolar, por ejemplo, muestra esa actitud. No se trata solo de las escuelas, sino de lo que se cuece dentro, de que se abran  otros libros, que se vayan descubriendo verdades y destapando mentiras. Temen perder poder, que el mundo deje de ser la foto inmóvil que desean y evolucione, se mueva hacia un futuro impredecible sin ellos. Eso angustia a los que consideran que todo está dicho y solo hay que cumplirlo.


La niña que tiró el chaleco con los explosivos se negó a entrar en el Paraíso como sirvienta de la muerte. El chico que forcejeó con el suicida fanático que iba a volar una escuela prefirió dar la vida por sus compañeros. Los fanáticos que planearon estos casos sentirán frustración por no haber causado más daño del que querían, pero afortunadamente la vida les pone zancadillas de vez en cuando.
Aitizaz quería ser médico, nos dice su primo en The Nation. Ya no lo será, pero si su ilusión era salvar las vidas de otros, ese deseo al menos se cumplió. A Spozhmai todavía le queda vida por delante para poder tener sueños.



* "La policía afgana busca al hermano de una niña suicida que no se hizo estallar" La Vanguardia 7/01/2014 http://www.lavanguardia.com/internacional/20140107/54398875285/policia-afgana-busca-hermano-nina-suicida.html
** "Pakistán homenajea a un alumno que murió al detener a un terrorista suicida" El Mundo 9/01/2014 http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/09/52cee77822601d51228b4574.html

*** "Father takes pride in son’s sacrifice" The Nation (PK) 10/01/2014 http://www.nation.com.pk/national/10-Jan-2014/father-takes-pride-in-son-s-sacrifice







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