lunes, 17 de junio de 2019

Nadie a quien creer o el lobo con piel de pastor

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El ataque en aguas del estrecho de Ormuz a dos petroleros ha elevado el nivel de alerta ante el peligro de que se produzca una escalada tras un hecho oscuro. La rapidez con la que los Estados Unidos de Trump se ha lanzado a responsabilizar a Irán no ha gustado en todo el mundo, especialmente en Europa que prefiere ser más cauta. Las imágenes ofrecidas por los Estados Unidos no han resultado convincentes más que para ellos. Pero la credibilidad de los Estados Unidos en estos casos quedó minada tras la Guerra de Irak y la inexistencia de sus "armas de destrucción masiva", las que nunca aparecieron, uno de los mayores fraudes de Inteligencia de la era moderna.
Las sospechas no solo vienen de fuera. La relación entre la Casa Blanca y los Servicios de Inteligencia no pasan por su mejor momento. En la guerra que Trump tiene contra el universo, se encuentra con que ahora necesita apoyarse en los servicios que él mismo ha boicoteado con motivo de las informaciones sobre la conexión rusa y desestimando sus informes sobre la participación del príncipe heredero de Arabia Saudí en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Los informes de la CIA responsabilizaban directamente al príncipe del secuestro, tortura y asesinato del periodista afincado en los Estados Unidos en la sede diplomática en Turquía. Esto, junto a otros casos, ha ido minando la credibilidad.
La ex asesora del presidente Obama y analista de seguridad nacional en la CNN, Samantha Vinograd, escribe sobre la cuestión del descrédito de los Estados Unidos producido por la llegada y acciones de Donald Trump a la Casa Blanca:

But because of Trump's own track record of wielding big sticks when it personally suits him, and then putting them down based on his mood that day, we are no longer viewed as a trustworthy partner. Since assuming office, Trump has withdrawn from the Paris Climate Accord, the Trans-Pacific Partnership and the Intermediate-Range Nuclear Forces Treaty -- just to name a few.
In other words, the cost-benefit analysis of supporting US foreign policy initiatives is far more complex. Countries may question whether working with the United States is a lot of pain and no gain. And consider this: we asked our allies to work with us on the Iran deal. They did, and then we withdrew from it -- so getting them on board with more coordinated action on Iran will be more difficult.*


La idea de Vinograd es que los apoyos a un país se consiguen en la línea contraria a la que ha emprendido la administración Trump. No se puede jugar golpear a todos y después pretender que te crean y te apoyen.
La comunidad internacional, despreciada por los Estados Unidos, ha pedido calma y pruebas. Trump da lo contrario, grandes calentones y pocas pruebas. Como señala Vinograd en la primera línea de su artículo, "sembrar desconfianza tiene consecuencias". Lo ha hecho Trump, pero ha ido mucho más allá de la desconfianza por sus dudas y descalificaciones con el FBI o la CIA. Estados Unidos ha dejado de liderar.
La primera consecuencia del "America First!" es la pérdida del liderazgo. El concepto de liderazgo de Trump, curtido en las guerras sucias empresariales, conlleva la incomprensión absoluta del concepto además del fallo en la comprensión del otro, algo de lo que carece como competencia personal. La agresividad de Trump, la falta de empatía con el resto del mundo —es una persona a la que le tienen que escribir las preguntas que debe hacer a un niño, como ha ocurrido—, tienen como consecuencia esta falta de alineación con sus llamamientos. Con la excepción de los aspirantes a líderes del Brexit, los candidatos conservadores británicos a la presidencia del gobierno, el mundo no se cree a Trump.


El que sean los conservadores británicos los que creen a Trump, pese al rechazo popular demostrado, es una evidencia del aislamiento al que se ha condenado el Reino Unido. "UK Second!, debería ser su grito de guerra, supeditado ahora a los vaivenes de Trump.
Hay muchísimas dudas sobre la autoría de los ataques en el Estrecho. La primera es sobre quién se beneficia de unos ataques absurdos a un petrolero japonés en el momento en el que el primer ministro japonés visita Irán.
Lo que sí es evidente es que alguien quiere crear una gran tensión en la zona cuyos resultados pueden ser muy graves para todos los países más allá de la zona. Los efectos sobre la economía pueden ser destructivos con una elevación repentina de los precios del petróleo ante el temor al cierre del estrecho.


La guerra entre los servicios de inteligencia norteamericanos y su presidente minan la credibilidad mutuamente para los propios norteamericanos. El gobierno de Trump está siendo destructivo en todos los planos, internos y externos. Como ya señalamos hace unos días, sus muchas guerras tienen sus consecuencias. La primera es la credibilidad. Cuando un presidente ha conseguido que se cuenten sus mentiras diarias y se establezcan estadísticas al respecto, como ha hecho algún medio, no se puede esperar que te crean si más. Trump también ha desacreditado a los medios, así que no queda más instancia de verdad que... ¿queda alguna?
La historia del pastor, el lobo y las ovejas está en la mente de todos. Hay cambios importantes en los personajes. En esta fábula, el pastor lleva piel de lobo y el lobo de traje de pastor. Las ovejas están desnudas intentando saber quién tiene razón o a quién seguir. Estados Unidos se enfrenta a la evidencia de la pérdida de liderazgo por sus propias políticas y la Casa Blanca a su propia incongruencia y pérdida de credibilidad dentro y fuera.



* Samantha Vinograd "Trump's Iran problem: he's blown America's credibility" CNN 16/06/2019 https://edition.cnn.com/2019/06/16/opinions/donald-trump-iran-problem-distrust-intelligence-vinograd/index.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.