martes, 26 de noviembre de 2013

Obama y las asignaturas pendientes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿Intenta compensar el presidente Barack Obama los problemas domésticos con resultados internacionales, con éxitos diplomáticos? Las batallas ganadas fuera pueden ser muy discutibles y, de hecho, lo son. A Estados Unidos se le escapan sus enemigos tradicionales de entre las manos —Rusia, Irán, Siria...— mientras que sus aliados tradicionales —Israel, Arabia Saudí—se encuentran francamente enfadados. ¿Es esto ganar? ¿Lo es realmente? Sus "victorias" le siguen atrayendo enemigos internos y pueden ser presentadas como debilidades.
Puede que Barack Obama se haya escapado de las trampas obstruccionistas de los republicanos dedicándose a la política exterior. De casi montar una guerra contra Siria en pleno calor veraniego, ha pasado en el frío otoño a alcanzar un "acuerdo histórico" con Irán. Pero ¿qué extraña política exterior es esta que hace que se enfade Israel y se alegren los iraníes, que Kerry se abrace con el ruso Lavrov sin pudor alguno?, piensan muchos norteamericanos. ¿Qué es esta especie de promiscuidad diplomática? ¿Desde cuándo vamos juntos?

Dice Antonio Caño en El País, desde Washington:

Barack Obama afronta el reto más importante de la política exterior de su presidencia, la reconciliación con Irán, en absoluta soledad, sin apoyos claros ni dentro ni fuera de Estados Unidos, obligado a demostrar en poco tiempo que existen garantías verificables de mantener el programa nuclear iraní bajo control y que no existe peligro inmediato para los principales aliados norteamericanos en Oriente Medio.
La posición de Obama tras la firma de acuerdo interino es bastante más incómoda que la de sus colegas europeos en Ginebra. El presidente norteamericano, no solo se enfrenta a una dura oposición de ambos partidos, incluido el suyo propio, en casa, sino que ve amenazada la arquitectura tradicional de influencia de EE UU en la región. Israel y Arabia Saudí, los dos pilares sobre los que se ha asentado la estrategia norteamericana, están en contra del pacto con Irán y reconsiderando sus relaciones con Washington.*


El éxito o el fracaso de sus acuerdos dependen ahora del cumplimiento de sus enemigos, en cuyas manos ha puesto su destino. Hay que reconocerle valor a Obama. Es consciente de que se encuentra bloqueado en política interior y quizá desee que su mandato sea recordado por lo único que el mundo, al final, suele recordar a los presidentes norteamericanos: por sus hechos positivos o negativos en política internacional, que son los que mejor se entienden desde la perspectiva de los otros países. Unos abren las guerras y otros las cierran; unos bloquean y otros desbloquean; unos sancionan y otros quitan las sanciones. La política nacional queda para el consumo interno; el resto, lo padecemos directamente los demás. La soledad de Obama se hace más comprensible desde esa perspectiva.
The New York Times nos da cuenta así de un acto público de Obama ayer:

“For the first time in a decade, we’ve halted the progress on Iran’s nuclear program,” Mr. Obama told a crowd of about 600 people. “Key parts of the program will be rolled back. International inspectors will have unprecedented access to Iran’s nuclear stores.”
The rally here was originally intended to promote Mr. Obama’s proposals for an immigration overhaul. But as negotiations with Republicans on domestic policy issues like immigration and the budget have continued to stall, Mr. Obama instead began his remarks with a defense of his Iran negotiations.
“Tough talk and bluster may be the easy thing to do politically,” Mr. Obama said. “But it’s not the right thing to do for our security.”**


En un encuentro destinado a hablar de la inmigración, otro tema bloqueado, Obama tiene que aprovechar para explicar lo que está haciendo fuera, el campo que le queda más despejado. Quizá sea el público más receptivo que pueda encontrar para los temas exteriores, el que comparte las preocupaciones dobles por lo que ocurre dentro y lo que ocurre fuera. En cualquier caso, sea como sea, es el público que el presidente necesita para lanzar su mensaje al resto. Ante ellos, Obama se reivindica:

Together with the end of the war in Iraq, the death of Osama bin Laden and the impending departure of American troops from Afghanistan, Mr. Obama said, he has fulfilled the promise from his first campaign to bring about a “new era of American leadership, one that turned the page on a decade of war.”**


Con el listado de sus logros exteriores, Obama está participando en un diálogo más amplio que el que mantiene con los asistentes, meros figurantes en su discurso, dirigido a los legisladores, a los que tendrá que convencer de la importancia histórica del acuerdo y lo beneficioso para todos. Es también un mensaje, una lista de aquello por lo que desea ser recordado, sus logros: cerrar Iraq, la muerte de Bin Laden y las tropas de Afganistán, aunque se queden otros diez años. Él es quien está "cerrando las páginas" que otros abrieron. Puede que sus temas "propios" se vean frenados, pero está terminando con las asignaturas pendientes. Así, Obama planta cara a los que le han llamado "mentiroso" con el "Obamacare" y líder "débil" por la situación en Siria y en todo Oriente Medio, con una evidente pérdida de apoyo entre los antiguos aliados, y el creciente peso de la Rusia de Putin.
Queda por ver si lo que todos fuera de los Estados Unidos consideran un acuerdo histórico parece lo mismo en casa, donde las imágenes de la llamada "crisis de los rehenes" todavía están frescas. Puede que el Oscar concedido a la película "Argo" en año pasado, en la que se nos mostraba cómo se burló la vigilancia de los revolucionarios iraníes para sacar una parte del personal de la embajada, no haya sido bastante catarsis para algunos.


Lo que sí parece quedar claro es que Obama es consciente del tipo de fracaso histórico con el que intentan presentarle en los Estados Unidos. Ha desafiado demasiados tabúes y los obstáculos no han sido pocos.
Dice The New York Times, citando fuentes discretas, que las conversaciones se han mantenido a través del sultán de Omán desde 2011, con Kerry como interlocutor. Que se filtre esto ahora parece querer decir que no se trata de una loca carrera para compensar con éxitos exteriores los golpes internos, sino ofrecer la impresión de una estudiada estrategia que comenzó con el anterior y más radical gobierno iraní. Lo cierto es que efectivamente la prensa daba cuenta de las conversaciones o posibles contactos que Obama pudiera establecer, con información real o como posibilidad. De ello y de las reacciones ante esta posible situación quedó testimonio a través de los chistes gráficos, buen medidor de las reacciones. Ahora apenas ha dado tiempo a pensar en el acuerdo sirio y ya se ha cambiado de objetivo. Puede que algunos se pregunten no necesariamente con ironía —como ya hacía la Fox criticando la política de vigilancia nuclear de la presidencia— si los siguientes serán los norcoreanos o los cubanos en la lista de Obama.



Hace unos días, la prensa daba cuenta de un hecho histórico en el funcionamiento político norteamericano: el cambio de la norma que permitía los bloqueos de los nombramientos de cargos propuestos por la Presidencia a las minorías. Desde la llegada de Obama, las presiones de los republicanos —manejados por los miembros del Tea Party— han sido brutales y lo que era un mecanismo de garantías se convirtió en un infierno para los candidatos que eran rechazados impidiendo el normal funcionamiento institucional. El cambio de la norma, aprobado por los demócratas, permitirá a Obama designar sus peones en la administración para poder alcanzar sus objetivos. Nos contaba Eva Sáiz en el diario El País:

En la última semana, los republicanos han bloqueado a tres de los candidatos designadas por Obama para ocupar el estrado en el Tribunal del Circuito del Distrito de Columbia. Antes, para impedir un nombramiento era necesario que la incompetencia o la incompatibilidad para desempeñar la función para la que habían sido designados fuera manifiesta. En estos días, varios senadores republicanos han reconocido que la razón principal por la que se oponen a las elecciones del presidente es el mero hecho de que no desean que ninguno de sus nominados acceda a ese juzgado en concreto. En lo que va de año, la práctica del filibusterismo ha bloqueado la investidura de 13 cargos para ocupar puestos en tribunales federales.
El número de candidatos bloqueados desde que Obama llegó a la Casa Blanca, contrasta con el de presidencias anteriores. George W. Bush sufrió siete obstrucciones, Bill Clinton nueve, y Ronald Reagan y Jimmy Carter dos respectivamente.***


Las cifras son reveladoras del calvario interior de Obama. La historia se tomará su tiempo para analizar este complicado periodo de la política norteamericana, sus luces y sombras, internas y externas. La batalla del presupuesto ha sido pospuesta, no abortada. Veremos cómo acaba, con los republicanos enfurecidos e Israel movilizando sus apoyos internos. Obama ha conseguido enfurecer a mucha gente.
Esa "absoluta soledad" en sus acciones, de la que hablaba el corresponsal de El País en Washington, tendrá que verse con cierta perspectiva. Su valoración dependerá de sus resultados, como es lógico, y estos están en manos de sirios, iraníes y rusos, del grado de cumplimiento y compromiso que tengan. Todo un acto de confianza —caminar sobre el filo de una navaja— que podría desmoronarse en cualquier momento si alguna de las partes hace un movimiento inadecuado.
Entonces, no haría falta esperar a la Historia para celebrar el juicio. Jueces y verdugos están listos desde hace tiempo. Siempre se recela de los éxitos que tus enemigos celebran más que tú.



* "Obama se queda solo en la defensa del acuerdo con Irán" El País 25/11/2013 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/25/actualidad/1385403875_123270.html
** "Obama, Countering Critics, Defends Iran Nuclear Deal" The New York Times 25/11/2013 http://www.nytimes.com/2013/11/26/world/middleeast/longer-term-deal-with-iran.html?hp&_r=0

*** "El Senado elimina el veto minoritario a los cargos elegidos por el presidente" El País 22/11/2013 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/21/actualidad/1385059483_766882.html








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