lunes, 15 de septiembre de 2014

Más allá de las batallas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo que los expertos auguraban está empezando a producirse. El trasvase de la militancia terrorista desde una Al Qaeda de capa caída hacia el Estado Islámico, al que ven como caballo ganador está ocurriendo. Ese trasvase se produce mediante la creación de nuevos grupos que actúan como franquicias en la zona al igual que antes lo hacían para Al Qaeda. Ahram Online daba cuenta de ello ayer mismo:

A new armed group calling itself the Caliphate Soldiers in Algeria has split from al Qaeda's North African branch and sworn loyalty to the radical breakaway group Islamic State fighting in Syria and Iraq.
A breakaway of key Algerian commanders from Al Qaeda in the Islamic Maghreb, known as AQIM, would show deepening rivalry between al Qaeda's core command and the Islamic State over leadership of the transnational Islamist militancy.
In a communique, AQIM central region commander Khaled Abu Suleimane, whose real name is Gouri Abdelmalek, claimed leadership of the new group, joined by an AQIM commander of an eastern region in Algeria, where the al Qaeda wing has its base.
"You have in the Islamic Maghreb men if you order them they will obey you," Suleimane said in reference to Abu Bakr al-Baghdadi, the leader of the Islamic State. "The Maghreb has deviated from the true path."*


La combinación de "pureza" teológica y deseo de éxito, que es tal como ven al Estado Islámico, servirá para atraer a nuevos seguidores a los que será fácil alentar con la visión de los gobiernos impuros que se alían con el diablo occidental. Cuando se produzcan los ataques en la región actualmente en conflicto, Siria e Irak, lo más probable es que comiencen a producirse atentados en los extremos para evitar el despliegue y obligar a repartir recursos. La combinación de guerra abierta en el frente y atentados en las retaguardias será la forma más lógica de acción, como se desprende de su propia estructura organizativa.

La rapidez con la que se ha dado el salto de grupos terroristas a ejércitos bien organizados y financiados tras los entrenamientos militares en campamentos y frente, hace augurar que no va a ser sencillo frenar un avance tan peculiar como el de este estado de formación espontánea entre otros dos, rodeado de países con conflictos propios. El Estado Islámico es grado más en una zona cuya inestabilidad es creciente y contagiosa. La reivindicación de espacio es una novedad de consecuencias trágicas pues aquellos que quedan bajo su crueldad inusitada no tienen demasiadas probabilidades de subsistir: desplazamiento o exterminio. Han dado suficientes pruebas de un fanatismo sangriento que está suscitando las críticas de todo el mundo islámico horrorizado por las acciones de estos carniceros y matarifes. Las imágenes que llegan son cada vez más anacrónicas, llegadas de un mundo irreal al que se dirigen en su negación del avance de la historia. Son un agujero negro que devora cuanto roza.
En Daily News Egypt, el analista James M. Dorsey resalta el fracaso actual con la "guerra al terror", diseñada por la administración Bush y seguida en sus líneas generales por la de Obama. Dorsey lanza una pregunta desde los mismos titulares: "Fighting the Islamic State: What about the day after?". Y esa es la gran pregunta tras las experiencias anteriores y los resultados que han dejado las acciones anteriores. Sin embargo, no todo depende de las acciones exteriores, aunque sean una parte importante del caldo de cultivo que ha producido la situación actual. Dorsey termina su artículo señalando:

Decades of entrenched autocratic mismanagement and abusive rule in the Middle East and North Africa cannot be erased overnight. Similarly, they cannot be reversed by foreign intervention. Populations in the region will have to chart their own course in struggles that are likely to be volatile, messy and at times bloody. The US and others cannot do it for them. They can however help in levelling the playing field by living up to their democratic ideals and adhering to Bush’s realisation that US policies in support of autocratic regimes help create the breeding ground for ever more effective and brutal groups such as the Islamic State.**


Se decía que Bush hijo regresó a terminar los que Bush padre no remató. Nada se terminó realmente, sino que se crearon condiciones para que creciera el problema. La cuestión sigue sin tener un final medianamente claro y no lo tendrá mientras no se abra un diálogo real con los países implicados y un compromiso en sus transformaciones que acaben con las condiciones reinantes. La política de mantener autócratas favorables que actúen como contenedores con manos libres de las molestias de los Estados Unidos no se ha visto como la estrategia más saludable. No, a la vista de los resultados. No lo ha sido ni para las poblaciones locales que las padecen ni tampoco para la seguridad global.
Hoy, más de una década después del 11 de septiembre, las acciones realizadas solo han generado antipatía y desconfianza hacia una política de parcheo que no soluciona los problemas reales. Se limita a bombardearlos de vez en cuando. Y vuelta a empezar.
Aunque las batallas estén por disputarse, la pregunta sobre lo que ocurrirá después debería estar ya en las mentes para evitar que esto se convierta en un círculo vicioso de sufrimiento y destrucción.



* "Splinter group breaks from al Qaeda in North Africa, swears loyalty to Islamic State" Ahram Online http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/110724/World/Region/Splinter-group-breaks-from-al-Qaeda-in-North-Afric.aspx

** "Fighting the Islamic State: What about the day after?" Daily News Egypt 13/09/2014 http://www.dailynewsegypt.com/2014/09/13/fighting-islamic-state-day/



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