sábado, 20 de abril de 2024

Semiótica de la hamburguesa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Si hay un producto cargado de significado es la hamburguesa. Y eso que ha tenido que luchar contra su propio nombre que la sitúa en la germánica ciudad de Hamburgo. Pero la hamburguesa representa a los Estados Unidos, como la paella representan a España o el arroz tres delicias representa a China a los ojos de alguien de fuera. El mundo es muy compelo, pero a la vez muy simple. Los Estados Unidos son los "cowboys", John Wayne, Elvis, Bogart... y la hamburguesa.

En una hamburguesería de mi centro comercial tienen dos ofertas de hamburguesas. Una es la "King-Kong" y la otra la "Godzilla", colocadas ambas a la par en promoción de una película que ponen en los minicines de enfrente. El mundo funciona así, a base de signos y remisiones a signos, del cine a la hamburguesería de enfrente hay apenas 20 metros, pero los signos nos llevan de la carne con queso y bacón a la butaca con palomitas y refresco con pajita.

Si la hamburguesa es un símbolo de los Estados Unidos y Kong del cine americano que se apropia del nipón Godzilla y los convierte en pareja bien avenida, la hamburguesería se convierte en un "McDonald's". Nadie dice "¡vamos a una hamburguesería!", sino "¡vamos a un McDonald! o "¡vamos a un burger!", aunque luego se vaya a otra cadena distinta. Hay nombres que quedan determinados por las marcas: nadie dice "¡pásame un tisú!", sino "¡pásame un kleenex!". Pero este universo simbólico, rebosante de procesos de semiosis, tiene también casos peligrosos en los que las cadenas de símbolos son determinantes.

En RTVE.es podemos leer una noticia con el titular "El juez investiga como terrorismo el ataque con hacha en un McDonald's de Badalona". El detenido resultó ser nacionalidad paquistaní y este es el relato de lo ocurrido: 

El 27 de marzo, relata el auto, el investigado accedió al centro comercial ataviado con un pañuelo palestino en la cabeza a modo de liturgia previa y portando un hacha de grandes dimensiones.

A continuación, se dirigió al establecimiento de McDonald’s en un momento en que, por las fechas (Semana Santa) y la hora, estaba presente una gran concurrencia de público, valora el juez.

Una vez en el interior del local, el investigado blandió el hacha que portaba y acometió con ella contra un expositor, fracturando los cristales de una de las lunas, “causando un clima de terror e histeria colectivas entre las personas que en ese momento se encontraban” en el interior.

El atacante, prosigue el auto, fue inmediatamente interceptado por un ciudadano que tuvo que esquivar los golpes y el ataque con el hacha, si bien logró inmovilizarlo. 

El propio agresor manifestó a un agente de la policía, en lengua inglesa, que había obrado movido porque había visto en el móvil niños palestinos que habían muerto en manos de americanos, en una suerte de acto de represalia.*

Si entendiéramos como una suerte de "texto" todo este acontecimiento podríamos comprender que un acto simbólico, como suele serlo todo acto terrorista. En realidad lo que define un acto terrorista es lo que tiene de acto simbólico, es decir, por lo que representa, aunque sean sus consecuencias las que normalmente lleven a sus representantes a la muerte, a la cárcel o salgan huyendo.

Un robo es un robo; pero un acto terrorista en un envoltorio simbólico, por eso va precedido de mensajes (el detenido dejó un mensaje grabado por si no regresaba o moría) y después tiene reivindicaciones, otros mensajes explicativos del sentido.

La elección del espacio real del atentado debe coincidir con su dimensión simbólica. Por eso se eligen embajadas, iglesias, centros públicos, concentraciones, etc. espacios que de forma permanente o temporal representen "algo", es decir, un país, una creencia religiosa o política.

Para el atacante del hacha de "grandes dimensiones" el ataque y los golpes iban dirigidos para lo que representaba para él su enemigo, los Estados Unidos. El móvil del ataque —que realizó con un pañuelo palestino al cuello, otro factor simbólico— fue haber visto un vídeo con "niños muertos por los Estados Unidos". Aquí realizó otro proceso simbólico, la identificación de Estados Unidos con Israel.

Hace unos días algunos medios explicaron que, desde la terminología simbólico-religiosa de Irán (y los que le escuchan, claro), Israel es el "pequeño Satán" mientras que los Estados Unidos son el "gran Satán", otro lío de símbolos que nos lleva de un lugar a otro.

Los cristales del McDonald's en Badalona fueron la representación simbólica más a mano para el reivindicador paquistaní, armado de hacha y con ganas de hacer pagar a aquellos "estadounidense" de Badalona los pecados del "Gran Satán". Puede que muchos de los badaloneses que se encontraban allí en ese momento, en plena de Semana Santa, no secundaran las políticas de Israel y Estados Unidos, incluso que fueran personas beligerantes contra sus políticas, pero no importó al paquistaní del hacha.

Para él, lo importante era el simbolismo de espacio, la hamburguesería y el producto, la hamburguesa. Aquello era, sin duda para él, el centro del mal que había que destruir a golpe de hacha.

Como mundo simbólico, vemos que todo se basa en las representaciones, es decir, en aquel sentido que adquiere el mundo bajo su mirada interpretativa. En su diccionario mental y cultural, las cosas y objetos, los espacios, las situaciones, los momentos, etc. tienen un significado que si no comparte usted el mismo diccionario difícilmente entenderá.

Puede que usted considere que una hamburguesería es algo "muy americano", como la propia publicidad nos repite, pero no llegue hasta el final de esas suposiciones dando hachazos a los que están en su interior y, mucho menos, piense que con eso va a aliviar el dolor del pueblo palestino. Pero las cabezas de la gente están amuebladas de formas muy diferentes.

El integrismo yihadista puede funcionar causando daños gracias a ese proceso semiótico de cadenas de identificación en los que una cosa lleva a otra. En realidad casi siempre funcionamos así y es la reflexión y la profundización en la cultura ajena, un cierto distanciamiento de los tópicos y estereotipos y una profundización que separe lo que tendemos a juntar de mala manera, casi siempre de forma manipulada desde instancias de poder, ya sean políticas o religiosas,

Son estos perversos sentidos que damos al mundo y a la vida los que llevan a casi todas las radicalizaciones, un proceso mental que acaba renombrando el mundo en pequeños y grandes satanes, con lo que se justifica lo injustificable.

El paquistaní del hacha actúo desde esas llamadas a la yihad que se hacen a los cuatro vientos, desde las llamadas a causar daño a quien sean porque cualquiera es objetivo posible si se le mira con detalle. "Occidente" es el límite y, claro, cabe todo.

Cuanto mejor entendamos estos funcionamientos, los simbólicos, los que establecen cadenas de asociaciones de significado que nos llevan a mirar a las personas como signos de algo, les guste o no, seremos capaces de distanciarnos de esos riesgos de caer en ellos.

El mundo está lleno de signos y usted puede ser mañana el significante de algo, de los Estados Unidos por comerse una hamburguesa, le guste o no. Esa tarde tranquila que usted disfrutaba con la familia puede significar el "infierno" al que le van a buscar.

Deberíamos comprender el peligro de caer en lo mismo. No caigamos ni en el error ni en la tentación de cubrir la realidad de significados torcidos, impuestos por la ceguera y meter a martillazos los símbolos. Mañana a algún radical interpretativo se le puede ocurrir atacar un restaurante donde están tomando un rico kebab porque se imagina lo peor.

Los radicalismos suponen siempre una imposición simbólica sobre la realidad, que ya tiene bastante de simbólica por sí misma. Nuestro mundo esta llenos de signos que se entrelazan y connotan, Hay que tener cuidado no sea que alguien los interprete como no debe. 


* "El juez investiga como terrorismo el ataque con hacha en un McDonald's de Badalona" RTVE.es/EFE 19/04/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240419/juez-investiga-terrorismo-ataque-hacha-mcdonald-badalona/16068764.shtml

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