domingo, 14 de abril de 2024

Contención o el cántaro y la fuente

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Cada momento de un conflicto está marcado por algún tipo de concepto clave. El que toca ahora es "contención". Es el que le piden todos a Benjamín Netanyahu tras los cientos de drones y misiles de diverso tipo que Irán ha dirigido a Israel como represalia por su ataque con drones a los iraníes que estaban en el consulado de Irán en Damasco, que causó siete muertos.

"Contención" es un concepto interesante cuando se llevan unos meses de guerra y decenas de miles de muertos. Pero ahora, oficialmente, esa contención que se pide afecta a otro nivel, el del enfrentamiento directo entre Irán, que ha estado detrás de todo lo que ha ocurrido, e Israel.

El estado actual del conflicto avanza en una dirección por un lado inesperada y por otro, por paradójico que parezca, hacia lo esperado. Lo "inesperado" no es más que una actitud, una perplejidad impostada de lo que todos saben, Lo "esperado", en cambio, es el "off the record", lo que no se puede decir hasta que se produce.

Esta guerra —fase de otras varias guerra con distintos tiempos y velocidades— tiene varios condicionamientos, como es la propia actitud de los Estados Unidos que suministra los materiales bélicos mientras pide "contención"; la guerra de Rusia, que ve beneficiada en dos puntos, como son la división de los recursos y la distracción de la atención internacional.


¿Es posible una guerra total en la zona, una guerra abierta, sin máscaras? En la medida en que iraníes e israelíes son prisioneros de sus propias acciones, en la medida en que no pueden mostrar "debilidad" y se sienten obligados a meterse en operaciones de respuesta, puede haber un momento en que se les vaya de las manos, un momento en el que las decisiones tomadas de respuesta abran un capítulo incontrolable y el relato de la guerra siga agregando acciones.
Estados Unidos, en pleno proceso electoral, se ve pillado entre el compromiso del apoyo y defensa de Israel y la respuesta de la opinión pública, cada vez más dividida entre el tradicional respaldo y la barbarie que observa en su aliado, masacrando a la población civil, matándolos de hambre, etc.


De fondo la guerra islámica entre facciones, en la que Irán lucha por convertirse en faro armado y exportar su gobierno teocrático, el de los ayatolas, amparado en su activa guardia revolucionaria. La crisis del régimen necesita de esta estado doble: la acción exterior y la represión interna, que no cesa. Esta pérdida de fuerza hace que vea en las respuestas contra Israel una fuente de energía y prestigio. Nada une más a las bases islámicas que la lucha contra Israel. Eso le sirve para alentar y justificar a sus organizaciones terroristas por distintos países de la zona.

De momento parece frenado el énfasis de los hutíes en hundir barcos en el estrecho, otro factor de división militar aliada, que tiene que atender varios frentes y abastecerlos. No sabemos si es porque ya no pasan barcos, que han elegido otras vías más seguras aunque más lentas y costosas o porque se dedican a otras cosas.

¿Crecerá la tensión con la ya anunciada represalia-venganza de los israelíes contra los misiles y drones de Irán? Pues parece que todo lleva por ese camino. Es previsible que si Irán e Israel se enzarzan, Hamás trata de dar una réplica aprovechando el momento. La casi imposibles conversaciones para una tregua dejan de tener sentido si Irán e Israel se enzarzan. Con la vista puesta en Irán, los ataques de los grupos proiraníes repartidos por la zona se lanzarán desde diversos frentes.


Una parte de la destrucción de los drones y misiles de esta noche pasada se debe a los ejércitos norteamericano, británico y alemán, según informan los medios. ¿Se verán "obligados" a cubrir a Israel en cada ataque? Es cuando tiene sentido el uso de "contención". ¿Pero serán capaces de exigir a Israel parar o recibirán presiones desde las urnas próximas? Hasta el momento nadie ha hecho frenar a Netanyahu. La esperanza mayor sería un aumento de la presión interna que cambiara el rumbo y abriera nuevas perspectivas, algo que hoy por hoy no se percibe en el ambiente. Conforme se abra más la guerra directa, las esperanzas de regreso se van reduciendo y creciendo la irritación.

A Rusia, la única beneficiaria de este caos, le viene bien el choque. La opinión pública norteamericana se enfrenta a dos "no guerras" de la que solo se benefician los fabricantes de armamento, que hacen su agosto surtiendo dos frentes. En Europa, por su parte, crece el peligro de que esa guerra acabe saltando como tal o se convierta en un incremento del terrorismo en nuestro espacio, ahora ya bastante alarmado y en vigilante tensión.

En los países vecinos, como Egipto, el riesgo de las oleadas de refugiados, impregnados de de miembros camuflados de Hamás, es otro peligro que hace que aumente su tensión interna y que se ofrezca como mediador en una situación compleja, ya que su financiación norteamericana por función asegurar las espaldas de Israel. Ver llegar a cientos de miles de refugiados que, presionados por Israel, llaman a las puertas de Rafah no es precisamente lo que el gobierno egipcio tenía previsto. Con una inflación galopante, una enorme pérdida del turismo por el peligro de la zona y por esa misma inflación, junto con deterioro del paso de barcos por el Canal, una de sus fuentes de subsistencia, Egipto necesita de un acuerdo que vuelva las cosas a su sitio.

La idea de "contención" parece un tanto alejada. Parece que nadie es capaz de hacer entrar en razón a Netanyahu, que ya habla de devolver el golpe. Igualmente los iraníes se preparan.

Todo muy complicado. El cántaro está yendo demasiadas veces a esta fuente peligrosa de la guerra total en la zona. En cualquier momento se dará un mal paso. Estamos en las tierras del "ojo por ojo"; nadie va a parar.

 

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