miércoles, 26 de noviembre de 2025

Mesa y sobremesa o cómo entrar en la Historia por la puerta de atrás

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Uno de los grandes misterios de la vida humana es cómo algo que parece no tener ninguna importancia se revela como trascendental y, viceversa, cómo esos momentos en los que creemos ser el centro del universo se revelan posteriormente como intranscendentes, irrelevantes, fútiles y se volatilizan.

Habrán adivinado que me estoy refiriendo a la, en principio, intranscendente comida de Carlos Mazón con la periodista Vilaplana, sujeta hoy al escrutinio público, convertido un ticket de aparcamiento en un documento crucial y el reservado de El Ventorro y lo que en él ocurrió en el centro de la cuestión política un año después de la dana que se llevó por delante la vida de más de doscientas personas.

Se trata de un asunto clave: ¿por qué narices no estaba el señor Mazón donde debía estar a la hora que debía estar y haciendo lo que debía hacer dada la naturaleza de su cargo en la Generalitat Valenciana? Porque el señor Mazón estaba intentando convencer a la periodista de que aceptara un puesto en la radiotelevisión pública valenciana, algo que debía ser muy importante para él.

No sé si el caso ha revalorizado al alza los precios de El Ventorro, si se hacen visitas guiadas entre comidas, si las plazas del aparcamiento en cuestión tienen un precio especial, pero seguro que cuando termine la investigación serán lugares de peregrinación. El "menú que acabó con Mazón" se convertirá en un clásico gastronómico en este país.

Leo en 20minutos la información —digna de una obra de Samuel Beckett— sobre lo ocurrido en El Ventorro:

Tras mantener una reunión con agentes sociales en el Palau de la Generalitat, Mazón se trasladó a comer al restaurante El Ventorro. Según la declaración del dueño del local como testigo ante la jueza de Catarroja, el president llegó sobre las 14.30 horas, solo y sin escolta. Le sirvieron agua y unas olivas. Más tarde, sobre las 14.50 horas, llegó Vilaplana y el propietario acompañó a ambos a una sala reservada.

Según la testifical de la periodista, la comida tuvo un carácter profesional que versó sobre su posible incorporación a la cadena pública valenciana À Punt, una oferta que finalmente rechazó. Asimismo, relató que Mazón "atendía su teléfono móvil, hablaba y también escribía", y que en ningún momento percibió "prisa" en él, ni llegó a escucharle mencionar "ni la DANA, ni el Cecopi, ni las lluvias". La reunión del Cecopi arrancaba a las 17.00 horas

Vilaplana declaró que, a partir de las 17.15 horas, Mazón comenzó a recibir una intensidad creciente de llamadas. No pudo confirmar con quién hablaba, y subrayó que nunca preguntó por el contenido de esas comunicaciones: "No le preguntaría jamás a nadie de qué habla por teléfono. No se lo haría ni a un amigo". En un momento, el ya expresident solo comentó que algunas llamadas eran "por lo de la foto", que la periodista interpretó como un tema relacionado con un evento al que él debía acudir.

La periodista explicó que ambos estaban solos en el piso de arriba del restaurante, al que solo accedía el dueño. En distintos momentos, Mazón se ausentaba o se concentraba en su teléfono, y Vilaplana aprovechaba para atender asuntos personales, como pedir a su exmarido que recogiera a su hijo. Aun así, según explicó, no percibió ninguna preocupación ni inquietud en él.* 

El nivel de detalle de lo ocurrido en ese período de tiempo, de las acciones mínimas y entonces intrascendentes da cuenta del cambio producido. Es una narrativa a medias conductista (observación desde el exterior) y a medias personalizada por la periodista, que describe lo que ve e introduce su propia perspectiva y motivaciones, como lo de que su exmarido recoja a la niña del cole. El detalle de "la foto" y su interpretación nos deja su percepción de lo que ve.

El intentar que cuadren los minutos y segundos, que no haya huecos sin explicar, da cuenta del detalle necesario de algo que en conjunto está muy claro: el presidente Mazón no estaba donde debía.

Con todo, lo más revelador es esa llamada con lo de la foto —ese "por lo de la foto"— que nos dirige hacia el contraste entre lo que está ocurriendo y lo que está saliendo en los medios, es decir, la perspectiva del político preocupado por la imagen, la propia y la que la realidad nos deja.

La gente se pregunta —yo me pregunto— qué tan importante era aquella comida reservada como para que el entonces presidente no se levantara de la mesa y saliera corriendo hacia los lugares donde debía estar. Me pregunto cuántas fotos deberían aparecer para que Mazón se dejara el postre sobre la mesa y no se tomará el café.

En el fondo se trata de eso, de cómo funciona la balanza en la que se pone en un platillo una dana con inundaciones, desbordamientos, muertos..., por un lado, y una comida de trabajo, por el otro, una larga, muy larga comida de trabajo.

La defensa de Mazón viene a decir que no debía estar allí donde se le reclamaba, que no era su puesto. La gravedad de lo sucedido, en cambio, exigía que estuviera allí. Pero Mazón no se levantó de la mesa hasta pasadas unas cuantas horas tras las que se separó de su intrigada comensal.

Creo que la investigación judicial no logrará adentrarse en lo que estaba en la cabeza de los comensales. Se centra en los aspectos de la duración, de los bloques temporales, de lo que se hacía en cada uno de ellos, pero no puede entrar en las cabezas. La periodista llamó a su ex; Mazón se preocupaba por la foto.

¿No se le ocurrió a nadie ir a buscarle y sacarle de una oreja? Quizá, nos dicen, Mazón se aseguró de no ser encontrado. Ni chófer ni escolta. Un día especial. Las informaciones sobre mesa y sobremesa nos llevan más lejos de la dana. ¿Fue Mazó a ducharse a su cas tras la comida como aseguran en La Sexta?

Supongo que cuando esto termine, como en otras ocasiones, será el arte el que dé cuenta de todo esto sobre un escenario, en una pantalla. La comida de Mazón es un argumento perfecto para representar teatralmente una comida que ocurría mientras miles de personas se enfrentaban a los elementos, a la muerte. ¿Tardaron en decidir el menú?

Los jueces intentan encontrar sentido a algo que no lo tiene precisamente por ese desequilibrio que todos percibían... menos los dos comensales. En cualquier caso, Mazón ya ha quedado retratado ante la Historia. Será recordado por esa comida que vale un reino. La clase política anotará en su libreta: cuidado con las comidas.

La periodista Maribel Vilaplana ha quedado vinculada con Mazón y con la Historia a través de esa comida, para bien y para mal. Da igual lo que haga, no se librará. A diferencia de Mazón, al menos, se aseguró de que alguien recogería a la niña a la salida del cole.

La dana valenciana es un asunto serio y revelador. Más allá de lo que ya no se puede arreglar, hay que señalar lo que no cumplió con lo que se esperaba. La política conlleva mucho de ceguera y aquí, entre otras cosas, se está juzgando la falta de visión y de previsión de los responsables. El hecho de que intenten eludir sus responsabilidades ante lo ocurrido es una demostración más de lo inadecuado de sus acciones y omisiones.

Este Mazón desvelado nos hace dudar incluso de que su presencia donde debía estar hubiera servido de algo. Pero eso es otra cuestión, materia de otro debate.

Más allá de lo penal, lo político queda en evidencia en su relativismo y errores de cálculo, en su inoperancia y en la falta de adecuación a los cargos cuando son sometidos a prueba y no solo materia mediática. La política no solo es poder, sino hacer; es estar en su sitio en el momento adecuado tomando las mejores decisiones.

Está claro que Mazón falló en lo político, que falló a los que le votaron y a las instituciones que representaba, y que la periodista estaba un tanto desconectada de la realidad, al menos en las horas de esa comida para la historia. Lo que salga de ahí, lo sabremos pronto y hoy son todo especulaciones.

El caso parece que tiene giros inesperados y cada vez huele peor. Quizá por eso Mazón se fue a duchar y a cambiarse de ropa. Como decíamos, se puede entrar en la Historia de muchas formas.

* Sara Méndez "Cronología de la tarde de Mazón el día de la DANA: desde la comida con Vilaplana en El Ventorro a su llegada al Cecopi" 20minutos https://www.20minutos.es/comunidad-valenciana/cronologia-tarde-mazon-dia-dana-desde-comida-con-vilaplana-ventorro-su-llegada-cecopi_6902665_0.html




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