Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
pasado miércoles vimos en nuestro cinefórum la película española "El
pisito", estrenada en 1958, dirigida por Marco Ferreri e Isidoro M. Ferri,
con guion del gran Rafael Azcona sobre su propia novela. Se trata de una
comedia "negra" que nos muestra la situación de una pareja, Rodolfo (José
Luis López Vázquez) y Petrita (Mary Carrillo), que no se pueden casar, después
de doce años de relaciones, porque no disponen de piso asequible. A él le pagan
poco en su trabajo y lo más que le da el sueldo es para vivir en un piso
compartido por varios inquilinos realquilados hacinados y a cubierto por el alquiler
de una anciana, doña Martina, postrada en la cama en muy mal estado de salud.
El dueño del piso está deseando que muera para echarlos a todos a la calle.
Esta situación tiene una "solución" que le mencionan por todas partes
a Rodolfo: casarse con "la vieja" y cuando muera quedar como titular
del alquiler del piso, lo que supone que garantizaría la continuidad de todos.
Como viudo continuará en el piso y podrá casarse con Petrita
Salvo
por la cuestión del "matrimonio", que se ha relativizado con otras
formas de convivencia si pasar por el altar, la situación que vivimos hoy no se
me iba de la cabeza durante la proyección: hoy lo llamamos de forma eufemística
y genérica "el problema de la vivienda", cuando en realidad, entonces
como hoy, se enlaza con el problema de la especulación, por un lado, y la mala
situación del empleo, su inestabilidad y poca cantidad, por otro. Como ocurría
con la pareja del filme, las posibilidades de emanciparse hoy son muy pocas con
sueldos bajos y empleos inestables.
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| La Vanguardia |
Pero
los problemas ya no son solo de los jóvenes. Leemos cada día en la prensa la
situación de octogenarios desahuciados, puestos en la calle por aumento
especulativo de los alquileres a cargo de propietarios deseosos de deshacerse
de los viejos inquilinos para poder hacerlo.
Las protestas y manifestaciones por el tema de la vivienda son cada vez más frecuentes en nuestras calles. La compra de inmuebles por parte de los llamados "fondos buitre" hace que la presiones vayan aumentando en busca de la obtención de mayores y más rápidos beneficios.
Hoy leo
y escucho una pequeña pieza de los informativos Fin de Semana de RTVE.es con el
titular "El 'cohousing', una alternativa a la crisis habitacional",
cuyo resumen es el siguiente:
El 'cohousing' se está extendiendo por toda
España y hay quien ve en esta modalidad una solución al problema de encontrar
vivienda.
El término 'cohousing' surge en Dinamarca en los años 60. Se trata de un alojamiento en el que se comparten zonas comunes. Es una forma de alojamiento a medio camino entre la comuna residencial y la vivienda convencional.*
No deja
de sorprenderme que a los problemas de siempre les pongamos nombres en inglés.
"Cohousing", "Bullying", etc. les da un cierto toque de
modernidad y más si han "surgido en Dinamarca", lo que nos convierte
en europeos de primera.
La
versión española de tener que juntarse para poder vivir la veíamos en toda su
crudeza en "El pisito". Hemos vuelto a tener que compartir pisos porque
no los podemos pagar individualmente, a hacinarnos, a compartir cocina y baños.
La cuestión ya no es como pretendíamos "pisos de inmigrantes", sino nuestra, de todos —de jóvenes cuyos sueldos no llegan y de viejos cuyas
pensiones no alcanzan— ante la especulación inmobiliaria que padecemos.
Nuestra
división territorial, además, ha creado una forma de corrupción ligada al suelo
y a lo que se construye encima. La mayor parte de los escándalos tienen que ver
con el suelo y la construcción. Se construye donde no se debe y los políticos
miran hacia otro lado; las leyes favorecen a los propietarios y van en
detrimento del creciente alquiler por falta de ingresos. Comprar una casa, con
los sueldos de hoy y la especulación actual, supone endeudarse para toda la
vida, una vida de riesgos económicos con la precariedad de empleos y sueldos. Beneficiarios
de todo esto los bancos y las constructoras, los propietarios desaprensivos.
Eso que llaman el "cohousing", tal como se nos presenta en RTVE.es no es un "logro" que nos llega de Dinamarca, sino otro negocio más de quien construye, que buscan la cooperativas de quienes pueden financiar la construcción y la van pagando hasta su muerte. Si no hay dinero en los jóvenes, edifiquemos estos nuevos centros para quienes se los puedan permitir, los que han podido ahorrar en su vida, algo hoy casi imposible. Es la variable del piso de los 50, pero para grupos selectos que invierten sus ahorros en ser copropietarios. Los años cincuenta fueron de pobres; hoy separas a los pobres de los ricos en tu oferta.
Es una
forma, nos dicen, de afrontar la llamada, "crisis habitacional", otro
eufemismo que busca diluir las responsabilidades políticas de unos estados
convertidos en "mercados" especulativos y con unos ciudadanos cuyo
derecho se ha reducido al del consumo y de aquello que se pueda permitir.
El "cohousing" se promociona como una hábil oferta para problemas que no se solucionan, ya sean de orden psicológico (la soledad creciente) o de orden especulativo (la compra y derribo de viviendas para hacer nuevas construcciones). Basta con ver las imágenes "promocionales" que se nos ofrecen para saber a quién van dirigidas.
Desgraciadamente,
nuestros políticos siguen enzarzados en sus polémicas sin fin y, la mayoría de
ellas, sin sentido. La vivienda ha pasado a ser el principal problema de estas
generaciones que, como le pasaba a Rodolfo y Petrita, no tenían más que para
mal vivir. Que estemos con problemas parecidos a los de los años 50 significa
que hemos retrocedido o, si se prefiere, avanzado por caminos equivocados.
"El
pisito", en versión 2025, sería en color, tendría otros protagonistas. Rodolfo
no tendría "vieja" con quién casarse para hacerse con el piso
alquilado. Tendrían que declararse "okupas" y serían desalojados por
alguna empresa dedicada a eso. Más allá de esto, el guion tendría pocos
cambios. Su mala situación de pensiones para el futuro, sin apenas haber
cotizado, tampoco les dejaría la opción del "cohousing", pensada nos
dicen en RTVE.es, para combatir "la soledad no deseada", otro
tecnicismo eufemístico.
¿Cuándo empezaremos a llamar a las cosas por su nombre (en español) y a afrontar los problemas reales?
*
"El 'cohousing', una alternativa a la crisis habitacional" RTVE.es
15/11/2025
https://www.rtve.es/play/videos/telediario-fin-de-semana/cohousing-alternativa-crisis-habitacional/16817060/
Dirección: Marco Ferreri y Isidoro M. Ferri
Guión: Rafael Azcona y Marco Ferreri
Intérpretes: Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Concha López Silva, Mª Luisa Ponte, Chus Lampreave...
Duración: 87 minutos








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