domingo, 16 de noviembre de 2025

De "El pisito" al "cohousing"

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El pasado miércoles vimos en nuestro cinefórum la película española "El pisito", estrenada en 1958, dirigida por Marco Ferreri e Isidoro M. Ferri, con guion del gran Rafael Azcona sobre su propia novela. Se trata de una comedia "negra" que nos muestra la situación de una pareja, Rodolfo (José Luis López Vázquez) y Petrita (Mary Carrillo), que no se pueden casar, después de doce años de relaciones, porque no disponen de piso asequible. A él le pagan poco en su trabajo y lo más que le da el sueldo es para vivir en un piso compartido por varios inquilinos realquilados hacinados y a cubierto por el alquiler de una anciana, doña Martina, postrada en la cama en muy mal estado de salud. El dueño del piso está deseando que muera para echarlos a todos a la calle. Esta situación tiene una "solución" que le mencionan por todas partes a Rodolfo: casarse con "la vieja" y cuando muera quedar como titular del alquiler del piso, lo que supone que garantizaría la continuidad de todos. Como viudo continuará en el piso y podrá casarse con Petrita


Las imágenes que vemos del Madrid del año 58 son las de una ciudad vieja y pobre, en la que los edificios son derribados, barrios enteros, para afrontar la nueva década por delante, que intuyen será la de las constructoras: derribar y construir sin freno. La gran especulación ya se estaba creando.

Salvo por la cuestión del "matrimonio", que se ha relativizado con otras formas de convivencia si pasar por el altar, la situación que vivimos hoy no se me iba de la cabeza durante la proyección: hoy lo llamamos de forma eufemística y genérica "el problema de la vivienda", cuando en realidad, entonces como hoy, se enlaza con el problema de la especulación, por un lado, y la mala situación del empleo, su inestabilidad y poca cantidad, por otro. Como ocurría con la pareja del filme, las posibilidades de emanciparse hoy son muy pocas con sueldos bajos y empleos inestables.

La Vanguardia

Pero los problemas ya no son solo de los jóvenes. Leemos cada día en la prensa la situación de octogenarios desahuciados, puestos en la calle por aumento especulativo de los alquileres a cargo de propietarios deseosos de deshacerse de los viejos inquilinos para poder hacerlo.

Las protestas y manifestaciones por el tema de la vivienda son cada vez más frecuentes en nuestras calles. La compra de inmuebles por parte de los llamados "fondos buitre" hace que la presiones vayan aumentando en busca de la obtención de mayores y más rápidos beneficios.

Hoy leo y escucho una pequeña pieza de los informativos Fin de Semana de RTVE.es con el titular "El 'cohousing', una alternativa a la crisis habitacional", cuyo resumen es el siguiente:

El 'cohousing' se está extendiendo por toda España y hay quien ve en esta modalidad una solución al problema de encontrar vivienda.

El término 'cohousing' surge en Dinamarca en los años 60. Se trata de un alojamiento en el que se comparten zonas comunes. Es una forma de alojamiento a medio camino entre la comuna residencial y la vivienda convencional.*

No deja de sorprenderme que a los problemas de siempre les pongamos nombres en inglés. "Cohousing", "Bullying", etc. les da un cierto toque de modernidad y más si han "surgido en Dinamarca", lo que nos convierte en europeos de primera.

La versión española de tener que juntarse para poder vivir la veíamos en toda su crudeza en "El pisito". Hemos vuelto a tener que compartir pisos porque no los podemos pagar individualmente, a hacinarnos, a compartir cocina y baños. La cuestión ya no es como pretendíamos "pisos de inmigrantes", sino nuestra, de todos —de jóvenes cuyos sueldos no llegan y de viejos cuyas pensiones no alcanzan— ante la especulación inmobiliaria que padecemos.

Nuestra división territorial, además, ha creado una forma de corrupción ligada al suelo y a lo que se construye encima. La mayor parte de los escándalos tienen que ver con el suelo y la construcción. Se construye donde no se debe y los políticos miran hacia otro lado; las leyes favorecen a los propietarios y van en detrimento del creciente alquiler por falta de ingresos. Comprar una casa, con los sueldos de hoy y la especulación actual, supone endeudarse para toda la vida, una vida de riesgos económicos con la precariedad de empleos y sueldos. Beneficiarios de todo esto los bancos y las constructoras, los propietarios desaprensivos.

Eso que llaman el "cohousing", tal como se nos presenta en RTVE.es no es un "logro" que nos llega de Dinamarca, sino otro negocio más de quien construye, que buscan la cooperativas de quienes pueden financiar la construcción y la van pagando hasta su muerte. Si no hay dinero en los jóvenes, edifiquemos estos nuevos centros para quienes se los puedan permitir, los que han podido ahorrar en su vida, algo hoy casi imposible. Es la variable del piso de los 50, pero para grupos selectos que invierten sus ahorros en ser copropietarios. Los años cincuenta fueron de pobres; hoy separas a los pobres de los ricos en tu oferta.

Es una forma, nos dicen, de afrontar la llamada, "crisis habitacional", otro eufemismo que busca diluir las responsabilidades políticas de unos estados convertidos en "mercados" especulativos y con unos ciudadanos cuyo derecho se ha reducido al del consumo y de aquello que se pueda permitir.

El "cohousing" se promociona como una hábil oferta para problemas que no se solucionan, ya sean de orden psicológico (la soledad creciente) o de orden especulativo (la compra y derribo de viviendas para hacer nuevas construcciones). Basta con ver las imágenes "promocionales" que se nos ofrecen para saber a quién van dirigidas.

Desgraciadamente, nuestros políticos siguen enzarzados en sus polémicas sin fin y, la mayoría de ellas, sin sentido. La vivienda ha pasado a ser el principal problema de estas generaciones que, como le pasaba a Rodolfo y Petrita, no tenían más que para mal vivir. Que estemos con problemas parecidos a los de los años 50 significa que hemos retrocedido o, si se prefiere, avanzado por caminos equivocados.

"El pisito", en versión 2025, sería en color, tendría otros protagonistas. Rodolfo no tendría "vieja" con quién casarse para hacerse con el piso alquilado. Tendrían que declararse "okupas" y serían desalojados por alguna empresa dedicada a eso. Más allá de esto, el guion tendría pocos cambios. Su mala situación de pensiones para el futuro, sin apenas haber cotizado, tampoco les dejaría la opción del "cohousing", pensada nos dicen en RTVE.es, para combatir "la soledad no deseada", otro tecnicismo eufemístico.

¿Cuándo empezaremos a llamar a las cosas por su nombre (en español) y a afrontar los problemas reales? 

 

* "El 'cohousing', una alternativa a la crisis habitacional" RTVE.es 15/11/2025 https://www.rtve.es/play/videos/telediario-fin-de-semana/cohousing-alternativa-crisis-habitacional/16817060/

 El pisito (1958)

Dirección: Marco Ferreri y Isidoro M. Ferri

Guión: Rafael Azcona y Marco Ferreri

Intérpretes: Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Concha López Silva, Mª Luisa Ponte, Chus Lampreave...

Duración: 87 minutos

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