Joaquín Mª Aguirre (UCM)
A veces
es difícil creernos las noticas, no tanto porque sean inverosímiles, sino por
lo que nos muestran sobre la realidad humana. Aunque el listón está alto, los
medios tienen todavía la capacidad de transmitirnos esas noticias que nos
sorprenden.
La
noticia apenas lleva tres horas en la página de la BBC y nos la cuenta en un
breve texto su corresponsal para la Europa del Este, Sarah Rainsford, con el
siguiente titular: "Italia investiga acusaciones de que turistas
habrían pagado para disparar a civiles en Sarajevo durante la guerra de
Bosnia"*
Si una guerra ya es horrible de por sí, son estos detalles escalofriantes las que la convierte en un horror miserable. No hay guerra buena, pero si grados infinitos de maldad y bajeza.
La Fiscalía de Milán abrió una investigación por las denuncias sobre ciudadanos italianos que presuntamente viajaron a Bosnia-Herzegovina en "safaris de francotiradores" durante la guerra a principios de la década de 1990.
Las denuncias alegan que italianos y personas de otras nacionalidades pagaron grandes sumas de dinero para disparar contra civiles en la ciudad sitiada de Sarajevo.
La denuncia fue presentada por el periodista y novelista Ezio Gavazzeni, quien describe una "cacería humana" llevada a cabo por "personas muy ricas", con una gran afición por las armas.
Gavanezzi asegura que "pagaban para poder matar a civiles indefensos" desde posiciones serbias en las colinas que rodean Sarajevo.
Según algunos informes, se cobraban tarifas diferentes por matar a hombres, mujeres o niños.*
Que salgan ahora estos acontecimientos ocurridos hace tres décadas y media es algo por lo que más vale no preguntar. En este tiempo transcurrido habrán fallecido muchos de los metidos en este infame negocio del safari de francotiradores, otros dirán que han prescrito los delitos, que son cosa pasada. No es tarea fácil para la Fiscalía de Milán, pero más vale dejar los hechos al descubierto a que queden silenciados para siempre.
Que alguien pague su buen dinero para poder "darse el placer" de matar inocentes en una guerra que no le va ni le viene, solo entra en la cabeza de aquellos que estén perturbados, que hayan perdido las referencias morales de todo tipo. El detalle de las distintas tarifas según las víctimas es algo más que un detalle macabro; refleja una forma de pensar y de ver el mundo. Algunos hablarán de "oportunidades".
Los que busquen matar impunemente demuestran no solo inhumanidad, sino una capacidad infinita de maldad. Si los precios seleccionan a los asesinos, es más que probable que los que han podido pagarlos se encuentren en las filas de los privilegiados sociales, incluso de aquellos que tienen un cierto grado de liderazgo, de éxito en el mundo de los negocios de cualquier tipo.
Son personas que creen que pueden comprar cualquier cosa. Y de hecho es lo que hacen. Me viene a la memoria la frase de Donald Trump: "¿De qué te sirve el poder si no puedes conseguir lo que quieres?", Toda una filosofía de vida que ha ido ganando adeptos conforme las distancias entre los súper ricos y el resto de los mortales aumentaban. Los medios nos vuelven a hablar hoy de las relaciones de Trump con Jeffrey Epstein, el que les buscaba jóvenes a los ricos que se lo podían permitir.
"¿De qué te sirve el dinero si tienes que respetar las vidas de los demás?", sería la versión ajustada a hoy. En un mundo que idolatra el dinero, gastarlo de esta forma delictiva es lo que hace que valga la pena ganarlo. Es lo prohibido lo que merece la pena, lo que marca la distancia, sentir la impunidad. Es lo que no se puede contar, pero que tus amigos saben.
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| Onda Cero |
* "Italia investiga acusaciones de que turistas habrían pagado para disparar a civiles en Sarajevo durante la guerra de Bosnia" BBC 12/11/2025 https://www.bbc.com/mundo/articles/c4gpkq0x87xo





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