Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
Unión Europea tiene muchos retos. Es difícil —muy difícil— mantener unidos y
con cierta cohesión y coherencia a un ya elevado número de estados que afirman
su deseo de permanecer unidos y compartir una serie de valores, derechos y
problemas. No es nada fácil, desde luego.
No es
fácil porque no se plantean una fusión dada su diversidad, tanto histórica como
cultural. "Europa" es una idea en la que confluyen muchas que tienen
que ver con la nueva identidad que deseamos crearnos, a veces en tensión con
nuestro propio pasado. Pero hay gente que está en Europa y se crea su identidad
frente a Europa, un sinsentido identitario, pero no hay que pedirle demasiado a
la realidad de algunos, que necesita reafirmarse. Un momento europeísta de la
historia te lleva a desear formar parte de esa construcción común. Pasadas unas
décadas, descubres que te es más rentable sacar lo puedes de ella y llevar la
contraria a todos.
Es el
caso de la Hungría de Víktor Orbán, cada vez más incompatible, donde cada día
se rompen lazos con la Unión mediante acciones y discursos que alientan contra
Europa, por un lado, mientras que por otro
se crea una identidad incompatible.
En
estos momentos el titular principal de la edición en inglés de Euronews recoge
en sus titulares la noticia de la renuncia de una antigua colaboradora de Víktor Orbán,
una amistad de 20 años, por el discurso que califica de nazi, pronunciado hace
unos días.
A long-time adviser to Viktor Orbán has
resigned over a speech that the Hungarian prime minister gave in which he
criticised what he labelled as "race mixing", sparking international
outcry.
Zsuzsa Hegedüs said in a letter sent to
Hungarian news outlet hvg.hu that while she doesn't believe Orbán is racist as
a person, the comments he made on Saturday "turned into an openly racist
speech".
"I don't know how you didn't notice that
you were turning your previous anti-migrant [rhetoric] and anti-Europeanism
into a pure Nazi text worthy of [Joseph] Goebbels," she said. "But I
cannot, because of the severity of the fact, even with our friendship of nearly
20 years, overlook that this time."
Orbán denies the allegations, blaming the media
for misrepresenting his comments. In a letter responding to Hegedüs '
resignation, he said his government takes a "zero tolerance" approach
to anti-semitism and racism. "You can't seriously accuse me of racism
after 20 years of working together," Orbán said.*
Son muchos años diciendo que los medios le malinterpretan,
para que le funcione la excusa a Orbán, cuyos discursos han ido creciendo en
intensidad antieuropea conforme aumentaba la tensión con Rusia, de la que es el
mejor apoyo dentro de la Unión, un habitual boicoteador de las medidas y
sanciones.
La particular idea de que una persona que no sea racista
pueda proferir discursos racistas no se sostiene. Somos lo que hacemos y
decimos, por más que nos podamos considerar seres arcangélicos en nuestro
interior. Orbán no lo es ni lo ha sido nunca. Es un político manipulador y
oportunista, con una rica trayectoria en este tipo de situaciones. Es un
manipulador retórico que convence a los húngaros de las maldades de la misma
Unión mientras manipula desde su interior.
En varias ocasiones hemos hablado aquí de esos dirigentes
que juegan al nacionalismo transfiriendo sobre Europa todos los males que ellos
provocan en muchas ocasiones. Los organismos europeos se pueden equivocar,
hacer malos cálculos, como cualquier otro organismo de gobierno de cualquier
país. Lo que no se puede es hacer antieuropeísmo como línea de actuación y
manipulación dentro de la propia Unión, aunque parece parte del destino de la
comunidad tener en su interior periódicamente este tipo de comportamientos, es
decir, miembros antieuropeos.
¿Qué dijo Víktor Orbán que hizo que su amigo de más de
veinte años le llamara "nazi" y le presentara la dimisión como
asesor? ¿Qué ha hecho que se desaten las iras contra él? En el mismo medio,
Euronews, lo veíamos hace unos días:
Hungary's prime minister caused outrage
Saturday after he bashed western European countries for "mixing"
European and non-European populations in a keynote speech.
Viktor Orban claimed "the west is split in
two", arguing that countries where European and non-European people
intermingle "are no longer nations".
The ultra-nationalist conservative leader
idealised an "unmixed Hungarian race", during his annual address at
the Tusvanyos Summer University in Romania.
“We [Hungarians] are not a mixed race … and we
do not want to become a mixed race,” he said, which prompted a huge public
outcry.
Ethnic Hungarians are a mix of Finno-Ugric
Magyars and various assimilated Turkic, Slavic, and Germanic peoples, according
to Encyclopedia Britannica.
Katalin Cseh, an MEP from Hungary's opposition
Momentum party, criticised Orban's speech.
“His
statements recall a time I think we would all like to forget," she said.
"They really show the true colours of the regime,” she said.
Orban alleged that the West, Brussels, and the
"troops" of long-time Fidesz enemy George Soros were trying to
"force migrants" on Central Europe.
The Romanian MEP Alin Mituța also responded angrily
to Orban’s comments.
“Speaking about race or ethnic ‘purity’,
especially in such a mixed region such as central and eastern Europe, is purely
delusional and dangerous. And so is Mr Orban,” he wrote on Twitter.**
La identificación de "raza", "nación" y
"territorio" es volver a las bases románticas del nazismo; le ha
faltado la "lengua", pero está implícita en el mensaje. Hubo que
crear la "naciones" diferenciadas para que surgieran las "razas
puras", con todos sus mitos fundacionales, como le recuerdan los que le
señalan las complicadas mezclas que las migraciones, invasiones, movimientos de
todo tipo, han creado los actuales países europeos.
Hay que tener cuidado con los mitos de este tipo porque te
acaban jugando malas pasadas. Y a Orbán se la juegan siempre porque son las
bases retóricas de su forma de controlar el poder, las bases de su populismo.
Orbán se ha empeñado en la existencia de una "raza
húngara pura" que se ve amenazada en su "pureza" e "integridad",
por peligros exteriores. Unos días, el exterior comienza en sus fronteras y
Europa amenaza; otros días, en cambio, el exterior comienza en las fronteras de
Europa y es de allí de donde viene el peligro. Él, Víktor Orbán, es el mesiánico
defensor tanto de Europa como de Hungría.
Por supuesto vivimos en muchas peligrosas guerras que él
nos anuncia para advertirnos del mal camino europeo:
"There is a war, an energy crisis and war
inflation, all of this draws a screen before our eyes," he said. "It
draws a screen between us and gender and migration".
"In fact, the future raises these
questions," Orban continued. "This is the great historical battle we
are fighting: on demography, migration and gender. This is precisely what is at
stake in the left-right fight."**
La guerra es contra la migración y el feminismo. Orbán es
hijo del populismo ultraderechista, que alienta la pureza en todas sus formas. La
mujer debe jugar su papel reproductor en la familia. El lo que nos señaló el
Vicepresidente de Vox de la Junta de Castilla y León, que comentamos aquí hace
unos días, denunciando la "hipersexualización juvenil" y que solo los
inmigrantes tienen hijos, que es (una vez más) herencia ideológica de la
doctrina de la extrema derecha norteamericana de la "Gran Sustitución),
según la cual existe un plan maquiavélico para hacer que seamos sustituidos por
los hijos de la inmigración.
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20/05/2022 |
Género y migración son los dos elementos clave para mantener
esa pureza. Por motivos obvios, en esta visión es la visión androcéntrica la
que asigna los papeles a las mujeres, piezas útiles en manos de los varones,
que tratan de evitar que se desvíen de sus misiones
históricas; los emigrantes, de igual forma, son enviado a Hungría para que
se entremezclen (hasta sexualmente, ¡uf!), para que se vayan haciendo con las
ciudades, los barrios, las escuelas... ¡todo!
Todo esto es puro nazismo. Las demás razas son inferiores y
la "propia", que es la superior, solo puede sobrevivir
"dominando", manteniendo "distantes" a los otros y, si te
dejan, exterminándolos. Orbán jura que no es antisemita. No hace falta. El
nuevo nacionalismo de la pureza no va contra los judíos; ese era el viejo, el
antiguo. Por eso no se siente nazi, solo
nacionalista húngaro. El rechazo a todos los demás le parece normal en
beneficio de lo que él llama la "raza húngara", que ha ascendido por
alguna línea biológica independiente.
Hay una línea en el texto que nos notifica la dimisión de su
asesor: "EU 'shot itself in the lungs' with sanctions against Russia, says
Orban."** No es casual que Putin sea el valedor europeo de Orbán y viceversa.
Víktor Orbán forma parte de ese tejido
creado por Putin por el mundo, ese oscuro entramado que le sirve para tratar de
boicotear las iniciativas contra él desde la retaguardia. En línea con Putin y
Orbán hay muchos grupos políticos, no siempre en el poder, pero que cuando lo
están vemos lo que hacen. Lo estamos viendo en Italia, donde han dinamitado el gobierno
otros buenos amigos de Putin, incluyendo a Mateo Salvini, otro populista
ultranacionalista del mismo corte. Todos hablan de sus "razas" usen
el término o usen otros; todos buscan dinamitar el orden conjunto europeo para
crear eso que han llamado "Europa de las naciones", que es
precisamente de lo que se huía.
Hay un interesante párrafo en el artículo sobre las
declaraciones de Orban. Con él se cierra el artículo de Euronews:
According to the Hungarian prime minister, the
Ukraine war will not end until 2024, after the upcoming elections in the US. He
suggested Russia would not have invaded its neighbour if Donald Trump had
remained in the White House.*
¿Captan el mensaje, lo que se quiere decir? La guerra de Ucrania se ha producido por la salida del poder de Trump y concluirá cuando él regrese a la Casa Blanca.
La amenaza de
que Trump esté en la Casa Blanca de nuevo es una realidad. Conforme se cierra
el círculo a su alrededor por el asalto del 6 de enero al Capitolio, sus
esfuerzos son mayores y la necesidad de que esté allí es esencial para Putin...
y para Orbán y demás de su calaña. Sin la presión de la Casa Blanca con Trump
en el poder, las posibilidades de sanciones a Rusia por parte de Europa
quedarían reducidas a cero.
Las palabras de Víktor Orbán más allá de la guerra a los
derechos de las mujeres o de las barreras a la migración. Víktor Orbán forma
parte de esa Europa no-unionista, de la Europa Antieuropea, populista,
ultranacionalista y que ve en Putin el modelo perfecto en el que reflejarse. La
mezcla de nacionalismo, religión (contar
con las bendiciones del Patriarca de Moscú para sus guerra, persecuciones de
homosexuales, etc.) y militarismo que está floreciendo por medio mundo gracias
a los apoyos de amigos tan poderosos como los que están instalados en el
Kremlin y, en ocasiones, en la Casa Blanca.
El problema de los populistas con los medios que no controlan es que tienen que hacer sus discursos encendidos, llenos de emociones y señalando enemigos. Cuando controlas los medios, como Vladimir Putin en Rusia, sabes que solo van a decir lo que te interesa por la cuenta que les trae. Pero en Hungría, por mucho control que tenga de los medios oficiales, no puede silenciar desde allí a todos los medios europeos, que han recogido sus encendidas palabras sobre la "raza húngara" y los peligros de la mezcla. ¿Sirve de algo? Es necesario, aunque su público, dentro y fuera de Hungría, siempre se emocionará.
La conexión de la política mundial lleva a crear extraños, insospechados triángulos, como ocurre con los Estados Unidos, Rusia y Hungría. Un pequeño cambio y las fichas se pueden precipitar en cadena.
El peligro, claro está, es el hundimiento de Joe Biden, el nuevo
ascenso de Trump —que sigue con millones de seguidores y comparten igual populismo— y que sigan proliferando los Orbán por toda Europa y por
diversas partes del mundo con sus gobiernos autoritarios, como está ocurriendo. La idea de desgajar Europa es algo que satisface por igual a Rusia y los Estados Unidos. Trump apoyó el Brexit, como lo hizo a media luz Putin, recibiendo y financiando a Nigel Farage y al UKIP y a otros separatista europeos, que han sido aupados hasta el propio Parlamento Europeo para, desde allí, dinamitar la Unión.
El discurso de Víktor Orbán es inamisible en boca de un dirigente de la Unión Europea. Es anti europeo, racista y de odio. Europa no se lo puede permitir ni lo puede permitir. La forma de hacerlo es complicada, pero necesaria.
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"Long-time Orban ally resigns over Hungarian PM's 'pure Nazi' speech"
Euronews / AFP 27/07/2022
https://www.euronews.com/2022/07/27/long-time-orban-ally-resigns-over-hungarian-pms-pure-nazi-speech
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"Outrage as Orban bashes Europe for 'mixing with non-Europeans' Access to
the comments" Euronews 24/07/2022
https://www.euronews.com/2022/07/24/outrage-as-orban-bashes-europe-for-mixing-with-non-europeans