Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Definitivamente,
la política ya no es lo que ha sido. No lo es porque la propia sociedad ha
cambiado dirigiéndose hacia un mundo dominado por la apariencia o, si se
prefiere, hacia la imagen. Vivimos en un mundo en el que la palabra es pura
retórica, construcción formal, parte de un efecto buscado. El término
"influencer" capta perfectamente lo que es estar hoy en el mundo. Los
otros nos ven y nosotros necesitamos controlar la imagen para que ellos nos
vean como queremos ser vistos. Las "apariencias" nunca tuvieron buena
fama, pero hoy son el centro, el objetivo.
En esto
no es trivial la tecnología, claro. Se agotó el valor de la palabra racional,
del lenguaje, de la lógica. Hoy lo que se dice y cómo se dice forman parte de
una entidad doble empaquetada con el resto de todo aquello que puede ser
transmitido, publicado, visto. Es la mirada del otro la que nos da
consistencia y poder. Existimos mientras se nos mira. Hoy hablamos de una
"economía de la atención". Nada de problemas existenciales; ser es
ser visto. Pero no de cualquier manera, no existe un concepto de
"autenticidad", ya que se trata de ser captado conforme a aquello que
queremos mostrar y que no tiene necesariamente que ser real, verdadero, solo
apariencia, efecto, un destello.
Leo en Independent en español un artículo que
no debería sorprenderme:
El estilo Mar-a-Lago llega a Washington: cirujanos plásticos en D.C. reportan auge de retoques al estilo MAGA.
Desde que Donald Trump regresó a la presidencia en enero, clínicas estéticas en Washington D. C. han experimentado un aumento notable de pacientes que buscan procedimientos más notorios y llamativos, inspirados en el círculo íntimo del mandatario. Según Axios, algunos cirujanos llaman a esta tendencia el “rostro Mar-a-Lago”.
Para el presidente, de 79 años, lo
grande y ostentoso es sinónimo de mejor. Aunque para muchos resulte excesivo o
de mal gusto, su estilo no deja lugar a dudas, y prueba de ello son los
recientes retoques dorados y brillantes que ha incorporado a la Casa Blanca.
Los allegados a Trump han trasladado ese maximalismo a sus decisiones estéticas, optando por labios voluminosos con bótox, frentes tensas y pómulos marcados y prominentes. Sin embargo, este estilo menos natural no siempre fue tendencia, según explicó el cirujano plástico Troy Pittman.*
Puede
parecernos ridículo (sin duda lo es), pero es terriblemente significativo
porque nos muestra esa adaptación de la política a una forma de
"parecer", a una "marca" visible que sienten la necesidad
de establecer.
No
tiene nada que ver con las ideas, pero sí con el marco interpretativo de la
política, una forma hacia la que se dirigen como meta, como objetivo. Estar en
política —estar del lado trumpista— es mostrarse de una determinada manera. La
política siempre ha usado signos y símbolos. La gorra roja del MAGA entra
dentro de esa categoría tradicional, como lo hace la "sandía" palestina
con sus colores o el pañuelo al cuello. Pero esto se trata de otra cosa, un ir
más allá.
Nos
dicen en el artículo:
Antes, los círculos de poder en Washington preferían intervenciones sutiles, casi imperceptibles para el ojo ajeno, contó Pittman a Axios. “Ahora estamos viendo personas que quieren que se note que se hicieron algo”, afirmó.
Miembros del círculo MAGA están optando por
procedimientos estéticos más notorios y menos naturales, a los que un médico ya
ha bautizado como el “rostro Mar-a-Lago”
Mientras que el entorno previo al segundo mandato de
Trump mostraba una estética más discreta y natural, el cirujano Troy Pittman
señala que la nueva imagen del llamado “grupo de Palm Beach” es mucho más
extravagante y excesiva. La expresión “rostro Mar-a-Lago” proviene del
exclusivo resort de Trump en Palm Beach, pero ahora se asocia con rinoplastias,
lifting faciales y cantidades generosas de bótox.
A diferencia de generaciones anteriores de políticos y figuras influyentes, los simpatizantes MAGA actuales hablan abiertamente sobre sus procedimientos y comparten recomendaciones de cirujanos, añadió Pittman.*
En la
medida en que muchos de estos políticos (no son los únicos) son meras piezas
que siguen las directrices de los grandes grupos e intereses que están en la
sombra, los que planifican las acciones y marcan las fronteras, necesitan
"mostrarse" en este mundo mediático. La apariencia pasa a ser una
marca identificadora de un cierto estilo que es a la vez estético y político.
Cuando
Trump llegó por primera vez a la Casa Blanca empezó a hablarse de su imposición
de estilo a las mujeres del entorno, imponía un modelo. Hoy esos modelos van
más allá de vestidos y peinados. No necesita imponerlos desde la presidencia,
se ha convertido en una forma de presentación, un mimetismo que se concreta en
esos rostros "Mar-a-Lago" de los que se habla en el texto.
En el
texto se menciona algo de lo que nos ocupamos hace unas semanas, el aspecto que
deben tener los militares y se cita al
encargado de Defensa, a Pete Hegseth, que fue quien estaba preocupado por la
"apariencia militar" viril. Es solo un apunte de esta preocupación por la
imagen en este mundo mediático. Hace también unos días, comentamos cómo Trump
había presionado para que se cambiara una portada de Time, en la que no se
encontraba favorecido. Control de la imagen.
Sigo dudando si Donald Trump es el efecto o la causa de este modo de hacer basado en la apariencia, en modelos que son llevados al extremo del detalle mínimo.
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| The Week 4/11/2025 |
*
Isabel Keane "Aliados de Trump recurren a cirugía en D. C. para lucir el
estilo “Mar-a-Lago”: informe" Independent en español 14/11/2025
https://www.independentespanol.com/politica/ee-uu/cirugia-plastica-trump-dc-rostro-mar-a-lago-b2865719.html




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