Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Vuelven
las noticias sobre un episodio vergonzoso. Me refiero al del avión de EgyptAir
que cayó al mar en circunstancias sin esclarecer todavía, justo al llegar a las
aguas territoriales egipcias, frente a Alejandría, el 19 de mayo de este año.
En el avión, un Airbus, viajaban 30 egipcios, 15 franceses y otros pasajeros de
distintos países hasta completar los 66 del total, incluida la tripulación.
Se
anuncia ahora, pasados todos estos meses, la repatriación de los restos de los
viajeros a sus países. La espera de los restos se ha convertido en una tortura
más para complementar el dolor de la muerte. Lo que hayan estado pasando las
familias solo ellos lo saben por más que podamos aproximarnos a su dolor e
indignación.
Francia
estaba doblemente involucrada en el hecho en la medida en que es el fabricante
del aparato y tenía esos quince pasajeros entre las víctimas. Pero pronto se
vio que la cuestión iba más allá del accidente o atentado, pues de esta
distinción se trataba en función de los intereses políticos. Pero por muchos
intereses que se tengan, es un mínimo de consideración a las familias de las
víctimas lo que se debe tener en cuenta. Y eso no solo no se ha tenido en
cuenta sino que se ha jugado con ello de la manera más vergonzosa.
Para
entender el caso es necesario contemplarlo en el marco egipcio más general con
el atentado del avión ruso cargado de turistas. El planteamiento oficial del
gobierno egipcio ha sido negar lo que a todos les resultaba evidente, incluidos
los terroristas que hicieron públicas fotografías de los artefactos utilizados
para destruir el avión que se dirigía hacia Rusia cargado de turistas.
Rusia
había sido un apoyo fundamental para el gobierno de Abdel Fattah al-Sisi al
prometerle turismo, un elemento esencial reducido a mínimos, además de armas,
energía y trigo a buenos precios. Vladimir Putin había sido recibido con las
calles engalanadas con su fotografía como una especie de héroe que sacaría a
Egipto de todos sus problemas, una ingenuidad más con las que los egipcios
viven sus angustias, alimentadas con los sueños de amigos generosos que
llegarán gracias a las habilidades de sus gobernantes.
Egipto todavía no ha hecho una
declaración aceptando los enormes fallos de seguridad producidos en el
aeropuerto de Sharm el-Sheikh, de donde había partido el avión ruso. La
negación de lo evidente ha sido lo que más ha preocupado a los distintos países
que pronto cortaron los vuelos a Egipto convirtiendo el hermoso centro de
vacaciones internacional en una ciudad fantasma. Hasta Rusia, un aliado con
buena voluntad, suspendió los vuelos turísticos ante las enormes deficiencias
de seguridad que se encontraron. Los turistas británicos, otros asiduos que
dejaron de ir, contaban en la prensa de su país anécdotas referidas a cómo se
saltaban los controles de seguridad con una simple propina. Se cuestionaron
hasta los detectores de explosivos que se usaban, modelos defectuosos que ya habían sido denunciados
en conflictos anteriores y que, sin embargo, se seguían usando allí.
Pese a
todas las evidencias y testimonios, Egipto siguió negando la existencia del
atentado, que fue incluso reivindicado con todo lujo de detalles. Choca esta negación
extrema del atentado contra el avión ruso y su responsabilidad en el
aeropuerto, del que se ha tenido que cambiar todo para que pueda ser aceptado
por los estándares de seguridad, con la declaración tras lo ocurrido con la
caída al mar del avión egipcio el 19 de mayo y del que todavía esperan la
llegada de los cuerpos a sus familiares.
El
gobierno egipcio hizo lo peor que podía hacer: convertir el hecho en una
especie de reivindicación política para tratar de atenuar sus propias
responsabilidades en el caso del avión ruso. Los políticos vieron la ocasión de
decirle al mundo que "estas cosas les pasan a todos". El problema se
vio pronto, ante la negativa de Francia a aceptarlo sin más información. El
caso del avión de EgyptAir pasó a ser el segundo contencioso con Europa tras la
negación de responsabilidades en el caso del secuestro, tortura y asesinato del
estudiante doctoral italiano Giulio Regeni, desaparecido en el aniversario del
25 de enero.
El
mismo día 19 de mayo, el del incidente, el Independent
británico recogía las declaraciones del ministro egipcio Sherif Fathy con el
titular: "EgyptAir flight MS804 crash: Egyptian minister says terror
attack is more likely cause than technical problem". El periódico recogía
las declaraciones con una gran foto del ministro rodeado de micrófonos:
Egypt's civil aviation minister has said he
believes the EgyptAir crash was more likely to have been caused by a terror
attack than technical problems.
“Let’s not try to jump to the side that is
trying to identify this as a technical failure – on the contrary,” Sherif Fathy
told a news conference.
“If you analyse the situation properly, the
possibility of having a terror attack is higher than the possibility of having
a technical (failure).”
He did not provide any further information and
added that he did not want to draw conclusions.*
Estas sorprendentes declaraciones, jugando con las
probabilidades de "un lado" y "otro", mostraban con
claridad que el gobierno egipcio, pese a las declaraciones del primer ministro
pidiendo no especular, serían las que marcaran el desarrollo del caso.
La sorpresa procede evidentemente de la negativa a aceptar
un hecho que tiene todas las evidencias y declaraciones —el atentado contra el
avión ruso— mientras que se adelanta
una probabilidad sin haber sacado todavía ni un resto del mar. El gobierno
egipcio estaba desde las primeras horas dispuesto a aceptar que aquello fue un
"atentado" y no un "accidente" debido a diversas
circunstancias. Desde entonces, todo ha sido un tira y afloja entre los
gobiernos, jueces que llevan el sumario, investigadores de distintas partes,
etc.
Es sorprendente que se prefiera un atentado para
responsabilizar a otros, cuando el atentado ha sido contra un vuelo egipcio, es
decir, también se volvería contra sus intereses. El accidente, en cambio,
entraría en las estadísticas de problemas empezando por el fabricante, Francia,
aunque a ellos les afectaría el estado de conservación y del aparato. Tras el
atentado de avión con los turistas rusos, lo peor para su turismo es que fuera
un atentado contra EgyptAir, que sería doblemente negativo, para los vuelos de
la compañía y para los vuelos a Egipto.
Daily News Egypt nos
cuenta hoy mismo:
France’s BEA Air Crash Investigation Agency
said on Thursday that conclusions regarding the crash of EgyptAir flight MS804
cannot be drawn as the causes are still being investigated. The aeroplane
crashed in May while en route from Paris to Cairo.
This came in response to the Egyptian Ministry
of Civil Aviation’s statement claiming that traces of explosives were found in
the remains of the victims of the crashed flight.
According to Reuters, BEA’s spokesperson said
that there is no detailed information regarding the conditions and ways in
which samples were taken, and it is not currently possible to reach conclusions
concerning the causes of the accident.
French foreign minister Jean-Marc Ayrault
issued a press release following the claim made by Egyptian investigators, in
which he said he hopes Egypt hands over the remains of French nationals who
were killed on the flight.
Mutual accusations between Egypt and France
have taken place, while the former insists that the crash happened as a result
of a lack of security measures at France’s Charles De Gaulle airport, implying
that the crash was the result of a terrorist attack. France said that failures
in the regular check-ups on the aeroplane were the cause, an accusation that
Egypt refused.**
Evidentemente nosotros no podemos saber quién lo hizo o qué
ocurrió, según las versiones en liza. Pero lo que es absolutamente imperdonable
es la retención de los cuerpos como forma de presión para que se acepte una
versión. Desde el 19 de mayo las familias de esas 66 personas esperan poder
recibir los restos de las víctimas. Y eso no es de recibo, por mucha
investigación que se esté haciendo.
También es imperdonable que no exista una cooperación real, como se han quejado los franceses,
para poder llegar a las últimas consecuencias de este caso y poder saber qué
ocurrió.
A los políticos les preocupan sus responsabilidades, ya sea
de un tipo u otro. A los franceses la cuestión les preocupa doblemente, ya que
ambas versiones les afectan: como seguridad del aeropuerto y como fabricantes
del avión. A los egipcios, en cambio, les preocupa no acumular otro siniestro
turístico o ser acusados de un mal mantenimiento del aparato. A ambos les
deberían también preocupar las familias de las víctimas; es lo que comparten
unos y otros. Las hay francesas y egipcias. Sus familias han quedado unidas por
el dolor de la pérdida. Saber qué ha sido es algo que solo adquiere interés
tras poder enterrar los restos de sus familiares.
El caso egipcio es realmente extraño porque no creo que le
beneficie en nada el hecho de que haya sido un atentado. Pero muchos preferirán
hacer ver que no serían los únicos acusados de negligencia. Les importa el aeropuerto
de salida, intentando establecer comparaciones con el caso de Sharm el-Sheikh.
Pero un desastre no alivia ni compensa otro desastre ni diluye las responsabilidades.
Es ahí donde radica el principal error egipcio. Pero es difícil sacar de un
error al gobernante egipcio.
Por otro lado, tampoco está claro que, de ser un atentado, haya sido allí donde subió un terrorista o se alojó una bomba, ya que era la
tercera ruta que el avión hacía en el día. Nada se ha encontrado entre los
pasajeros que pueda vincular a alguien con alguna organización terrorista. Todo sigue igual, pero con más recelos entre las partes.
Las discrepancias surgen constantemente. La información de Reuters de hace un par de días mostraba
que todavía no hay síntomas de acuerdo entre las distintas partes:
France's foreign ministry said the causes were
still being investigated and appeared to hint that it had been kept at arm's
length.
"France, like it has been from the
beginning of this tragic accident, remains at the disposal of the relevant
Egyptian authorities to contribute to this investigation, including with the
means of its experts," it said.
In a rare statement on an ongoing foreign
investigation, France's BEA air crash investigation agency said on Thursday no
conclusions could be drawn on what might have caused the crash.
"In the absence of detailed information on
the conditions and ways in which samples were taken leading to the detection of
traces of explosives, the BEA considers that it is not possible at this stage
to draw conclusions on the origin of the accident," a spokeswoman said.
The BEA is accredited to the Egyptian-led
investigation because the Airbus aircraft was designed and built in France.
Two Western sources briefed on the
investigation expressed reservations about the explosives findings and said a
technical cause remained the most likely. The pattern of wreckage also
suggested the plane hit the sea intact at high speed, they said.
One of the sources said the traces of
explosives reportedly found appeared to be identical to samples previously held
in stock, whereas there would usually be tiny forensic differences. Neither
source agreed to be identified because of the sensitivity of the matter.
Airbus declined comment.
Audio from the flight recorder mentions a fire
on board the plane in its final moments and analysis of the flight data
recorder showed smoke in the lavatory and avionics bay.***
La información "delicada" sobre las muestras
"idénticas" augura un futuro de discusiones y, cuando salgan a la luz
los informes, probablemente de acusaciones y campañas mediáticas. Como todo lo confuso,
puede estallar entre las manos a quien lo esté manipulando en cualquier
momento. La obcecación en el caso del avión ruso lo que hizo realmente fue sembrar la desconfianza sobre el gobierno egipcio. Es lo que más daño les hizo internacionalmente.
Solo hay dos hechos claros y ciertos: el avión se estrelló y
nadie lo ha reivindicado. Lo demás es trabajo de los técnicos y científicos.
Que sean políticos los que administren los hechos o establezcan los resultados
pocas horas después del siniestro no es bueno para nadie, ni para Egipto, ni
para Francia ni para las familias francesas y egipcias, además de las víctimas
de otros diez países que viajaban en aquel avión.
Los intereses económicos o políticos complican las labores.
Se deberían emplear las energías en aspectos más productivos, como la seguridad frente a los problemas técnicos o el terrorismo. Se le deben a los muertos y se lo deben a los que vayan a montar en un avión a Egipto o cualquier otro lugar del mundo.
*
"EgyptAir flight MS804 crash: Egyptian minister says terror attack is more
likely cause than technical problem" Independent 19/05/2016
http://www.independent.co.uk/news/world/africa/egyptair-flight-ms804-crash-egyptian-minister-says-terror-attack-is-more-likely-cause-than-technical-a7037781.html
**
"French investigators say conclusions on EgyptAir MS804 crash cannot
currently be drawn" Daily News Egypt 18/12/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/12/17/french-investigators-say-conclusions-egyptair-ms804-crash-cannot-currently-drawn/
***
"Traces of explosives found in Egyptair crash: investigators" Reuters
15/12/2016
http://www.reuters.com/article/us-egyptair-crash-investigation-idUSKBN1441PW
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