domingo, 21 de julio de 2024

Las luchas de los asesores

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El mayor problema de una campaña electoral no es que tu contrincante se burle de ti; lo malo es que tenga razón. Y eso es lo que ocurre con Joe Biden, empeñado en seguir en la Casa Blanca, algo que entendemos pero en lo que casi nadie cree. Quizá el más claro síntoma del problema de Biden sea el negarse a ver la realidad. Cualquiera puede confundir a Zelenski con Putin, cualquiera menos alguien que quiere ser presidente de los Estados Unidos cuatro años más.

Aquí la función de los asesores es fundamental. Pero no es lo mismo ser asesor de un candidato a presidente que ser asesor de un candidato a la presidencia retirado. No, no es lo mismo. Eso lo entiende cualquiera.

Los asesores presidenciales empiezan a pensar más en sus cargos y privilegios que en su verdadera labor, es decir, pensar en lo mejor para la presidencia para que esta solucione los problemas del conjunto social. Al menos esa es la teoría.

El ser asesor presidencial puede peligrar si empiezas a decirle cosas como que se retire. Esto puede llegar a ser un tabú, algo no mencionable, el límite. Puede que se lo hayan dicho ya y haga oídos sordos. Pero entonces solo hay una salida, la dimisión

Una cosa es "perder" —un riesgo mayor o menor— y otra "no presentarse", donde el riesgo desciende a cero porque la pérdida es segura. Una cosa es ayudar a que llegue a la Casa Blanca y otra es recomendarle que salga.

Pasado cierto momento crítico, los asesores —la camarilla— piensan más en ellos mismos —diciendo lo que esperan escuchar— antes que lo que cualquier político inteligente (en su caso) debería oír: críticas constructivas, señalamiento claro de sus errores.

Me imagino que esta separación entre partidarios de seguir y de renunciar ya se ha producido. Los titulares de la prensa distinguen entre ambos intentos, ambas fuerzas enfrentadas. Biden parece solo escuchar por ahora a los que le piden quedarse. Pero cuando aumente la presión fuera, veremos qué ocurre.

A Trump, los malos asesores de Joe Biden se lo ponen fácil y hasta se permite burlarse. En RTVE.es nos cuentan el primer mitin de Trump tras la nominación: 

Trump se ha burlado de los demócratas, diciendo que querían echar a Biden de la candidatura después de que ganara su concurso de nominación presidencial. "En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las papeletas", ha comentado, mofándose más tarde de que el partido "no tiene ni idea de quién es su candidato".

Trump insulta a Biden como "enfermo, débil y patético"

También ha capitalizado la débil actuación de su oponente en el debate de finales de junio, tras el cual empezaron las presiones de líderes demócratas para que Biden abandone la carrera presidencial: "¿Quién ganó el debate, Biden o Trump?", ha preguntado, suscitando gritos con su apellido.

"Este es un hombre enfermo, débil y patético que no puede presentarse a unas elecciones", ha declarado con dureza.

"Cuando voten por Biden, probablemente estén votando indirectamente a Harris, de todas formas", ha agregado el expresidente, que ha aprovechado para repetir sus denuncias infundadas de fraude electoral o "trampas" en las anteriores elecciones que perdió frente a Biden.*


La mención a Kamala Harris no es casual. En el caso de que Biden se retirara, ya se apunta contra Harris y, si ocurre, se acusará a los demócratas de improvisación, desesperación y de todo aquello que le han servido en bandeja.

Biden ha desaprovechado hasta el momento la posibilidad de dar la vuelta al tema y hacer un gesto de reconocimiento del problema, de volverlo "natural" y demostrar su generosidad dando paso a otro candidato o candidata por el bien mayor, el futuro del país. En lugar de esto, les ha servido en bandeja la elección. El atentado del otro día ha sido el broche de oro de una candidatura lista para volver a la presidencia.

Ahora  los republicanos lo presentarán como un "desalojo" del poder de alguien que se resiste contra toda evidencia de limitación o incapacidad. De Biden, que lleva toda la vida en política, se podrá decir de todo en cuanto a los motivos para querer permanecer en la Casa Blanca, anteponiendo sus deseos a las necesidades del país, que es lo prioritario. Es un blanco fácil y más teniendo a Trump con su oreja vendada como símbolo de resistencia. Los republicanos no han tenido pudor en usar esta línea de ataque.

Pero Biden está haciendo algo peor: atacar a los que piden el recambio, llamarlos traidores, como acaba de hacer con Barack Obama. Creo que es el síntoma definitivo de que prefiere perder y servir la Casa Blanca a Trump en bandeja antes que buscar una solución digna y razonable. No hay conspiración, solo desesperación.

La verdad, con un Trump haciendo virtudes de sus defectos y logros de sus pifias, no es fácil sostener una línea como la escogida por Biden. Si cada vez que Biden sube una escalera o dice cuatro palabras seguidas todos están esperando que ocurra o no ocurra algo, es que no se va por buen camino, algo que los asesores deberían decirle que es irreversible. Pueden mentirse diciendo que pasó una mala noche, pero no tiene sentido ir contra la única verdad irrebatible: el tiempo pasa. 

Me temo que la salida de Biden va a ser de todo menos honrosa.

* "Trump se burla de los demócratas y de la debilidad de Biden en su primer mitin tras el intento de asesinato" RTVE.es / Agencias 21/07/2024  https://www.rtve.es/noticias/20240721/trump-burla-democratas-debilidad-biden-primer-mitin-tras-intento-asesinato/16193188.shtml

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