miércoles, 24 de julio de 2024

Pompeyo González, un terrorista de la tercera edad

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Con el atentado contra la oreja de Trump todavía en mente, leo la condena realizada contra Pompeyo González, de 74 años, por las cartas bomba enviadas, según nos informan en RTVE.es, a "... el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles; los directores del Centro de Satélites de la UE en Torrejón de Ardoz y de la empresa de armamento Instalaza, en Zaragoza; así como a los embajadores de Estados Unidos y Ucrania en España."* No está nada mal y lo que sugiere es la buena preparación de Pompeyo para estas cosas de los atentados.

Frente al confuso atentado contra Trump, del que solo sabemos que "era un atentado contra la democracia", en palabras de Trump, los atentados del jubilado español son perfectamente nítidos en su motivación y preparación. Aquí funcionaron —afortunadamente— los mecanismos de prevención y, salvo un herido al que tiene que indemnizar con 1.500 euros, no hubo más consecuencias.

Sorprende lo completo del plan de Pompeyo González, excepto en la detección. Allí donde solo la suerte y los fallos han impedido un desastre que es difícil de imaginar (quizá la película Civil War, de Alex Garland 2024, se le acerque), el plan de nuestro jubilado era tan meticuloso que todo eran pruebas y detalles en su juicio. El rastro de su tarea es inmenso.

Si de Pompeyo sabemos mucho, del joven de 20 años que se subió a un tejado frente al orador aspirante y le voló una oreja solo sabemos eso. ¡Ah...! y que se inscribió para votar con los republicanos y que era bueno en matemáticas. No sé si con el tiempo llegaremos a saber algo más. Por lo pronto, se ha llevado por delante a la cúpula del Servicio Secreto.

De Pompeyo lo sabemos casi todo, aunque los titulares de los medios no le hacen siempre justicia. No saben muy bien por dónde enfocarlo, si por jubilado, por las cartas a Pedro Sánchez, el Ministerio, por Rusia y Putin, por Ucrania, por USA...

En RTVE.es nos dicen de él:

El informe de análisis del contenido de los dispositivos electrónicos pone de manifiesto la afinidad del acusado con Rusia y su posición contraria a la ayuda a Ucrania. Entre esos elementos destacan la instalación en su teléfono móvil de las aplicaciones “RT Noticias” y “Sputnik”, de los medios de comunicación gubernamentales de Rusia, que en esas fechas eran inaccesibles en virtud de las restricciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania.

Los jueces consideran que el acusado actuó con “el propósito de causar una gran conmoción en la sociedad española que ejerciese presión para que los gobiernos de España y de los Estados Unidos de América y otras entidades radicadas en territorio español dejasen de prestar apoyo a Ucrania en la guerra sostenida por este Estado contra Rusia”. 

Donde pone "dispositivos electrónicos" debemos leer "teléfonos móviles", ordenadores y similares. Estos son ya el "espejo del alma". Lo que antes se decía de los estantes de tu biblioteca, que te permitían una aproximación psicológica del que juntó aquellos libros, hoy se dice de las aplicaciones instaladas en tus dispositivos, las fotos, que guardas, el salvapantallas que usas, etc. Es tu otro yo o, si se prefiere, lo externo que permite llegar a lo interno. Podríamos ir más lejos y decir que es lo exterior lo que da forma a lo interior. Eso es lo que parece querer decirnos que tenía las Apps de "RT Noticias" y "Sputnik" instaladas y que ambas fuentes informativas siembran el putinismo en su versión más oficial.

Esos datos de Pompeyo nos permiten también hacernos una idea de lo que supone hoy ser ruso y estas escuchando todo el día las noticias filtradas por ese putinismo beligerante y parcial. Pompeyo González es un "ruso periférico", pero no de los exiliados, de los que han tenido que huir, sino de los que quieren entrar. Los datos nos hablan de que se había interesado por esta cuestión, la de la acogida ya como prestigioso terrorista en Rusia, un nuevo tipo de héroe.

Si el objetivo del terrorista veinteañero norteamericano —a falta de otro mejor— era entrar en el paraíso de los magnicidas, el de Pompeyo González era más terrenal: salir de España e ir a Rusia a recibir honores. La España de Pompeyo es la de la cadena RT (Russia Television), la de las noticias de Sputnik, una España descrita al dictado y que Pompeyo aceptaba antes que la que veía desde cualquiera de sus ventanas. Dotado de un amor incondicional hacia la Rusia de Putin quería dinamitar la España de Sánchez, hacerla saltar por los aires. El presidente, la ministra, directivos de empresas de defensa... Todo hecho en su casa, artesanal, puro bricolaje, con estas manitas...

Para ello se preparó meticulosa y concienzudamente:

En el análisis de sus dispositivos electrónicos consta que el acusado consultó, antes de remitir los envíos, al menos las webs de Presidencia del Gobierno y el Ministerio de Defensa, así como datos de Pedro Sánchez y de la ministra Margarita Robles.

También, que recabó de internet abundante información sobre explosivos y tarifas postales, así como que después de enviarlos se informó por la misma vía de los resultados en los diversos destinos. Han aparecido además consultas sobre identificación de huellas dactilares, pruebas de ADN, abogados penalistas, formas de comportarse en caso de ser detenido y posibilidades de que las personas mayores entren en prisión, así como acerca de los requisitos para la entrada de extranjeros a Rusia y vuelos a dicho país en esas fechas.

Otra de las pruebas que destaca la Sala son las periciales de grafística que acreditan que las direcciones de los destinatarios en las etiquetas de los sobres y las de correo electrónico que figuran en los reversos fueron escritas por la misma persona y que esta persona es la que escribió diversos documentos intervenidos en su domicilio.*  

La gran duda que me asalta es si Putin ha llegado a enterarse de que Pompeyo González aprendía y actuaba con el deseo ardiente de pasar los años de vida que le resten en Rusia. Es cierto que lo que ha obtenido —la cárcel— es lo más parecido a la Rusia de Putin. Pero seguro que él esperaba otra cosa.

Es una pena que España desperdicie así a sus jubilados emprendedores. Bien canalizado, sin tanta app, Pompeyo González hubiera podido hacer muchas cosas por este país, pero prefirió hacerlo por otro, por la Rusia de Putin. Me gustaría pensar que fue el amor a Dostoievski, Pushkin, Lermontov... hasta por Gorki o Pasternak. Pero no, le iba la otra Rusia, una con más mala leche.

No nos dicen qué hacia Pompeyo González antes de darle por documentarse y atentar. Busco un poco y resulta que era enterrador, algo que deja mucho tiempo para pensar y quizá te dé una imagen un poco distorsionada de la realidad. Las seis cartas bomba que envió en 2022 no le confieren don de gentes precisamente.

Voz de América 23/07/2024

Uno no se puede imaginar una vida sencilla ni fácil siendo tan pro-ruso, como se le califica. Su plan de hacer saltar por los aires media España, embajadas de Ucrania y Estados Unidos, etc. no surge de un subidón, de una ocurrencia.

No tengo dudas de que Pompeyo González aprovechará su estancia en la cárcel para aprender algo, aunque no sabría bien decir qué. Habrá que estar pendientes porque le veo muy tranquilo.

* "Condenan a 18 años de cárcel al hombre que mandó cartas con explosivos a Moncloa y a la Embajada de Ucrania" RTVE.es / EFE 23/07/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240723/condenan-18-anos-carcel-hombre-mando-cartas-explosivos-moncloa-embajada-ucrania/16195748.shtml

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