miércoles, 15 de mayo de 2024

Problemas del futuro, ya en el presente

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hace un par de meses pude ver una película japonesa, "Plan 75" (2022), la ópera prima de Chie Hayakawa, merecedora de diversos premios, pero sobre todo de la atención que apenas se le ha dado por ser una película incómoda quizá. La "incomodidad" del filme —como suele ocurrir— viene dado por la proximidad del tema, por más que nos muestra un mundo relativamente lejano.

Plan 75 parte de la realidad para proyectarla en un futuro tan próximo que casi puede tocarse con los dedos de la sensibilidad. Nos cuenta cómo, en un futuro próximo que apenas de diferencia del presente, Japón desarrolla un plan de asistencia al suicidio al llegar a los 75 años ante la imposibilidad de sostener la población mayor de esa edad. Japón se ha llenado de ancianos y apenas nacen niños (¿les suena?). El gobierno asegura la vida tranquila de los mayores si estos entran en un plan que incluye el suicidio a esa edad, los 75. Los ancianos viven en soledad y tiene asegurados 15 minutos diarios de conversación telefónica para tratar de aliviarles el día a día, hasta que llegue la muerte liberadora, que es para el estado una liberación económica.

Pero la realidad puede dejar a las fantasías cortas. Leemos en RTVE.es el siguiente titular "Japón, entrar en prisión para sobrevivir: 5.000 jubilados roban para ir a prisión y asegurarse comida, techo y atención médica", en un artículo firmado por Fátima Hernández Rodríguez, en el que leemos en su inicio:

En Japón cinco de cada diez hurtos cometidos en tiendas son perpetrados por ancianos, el doble que hace una década. La mayoría nunca había cometido un delito.

Acudir al robo de manera reiterada ha sido la solución que han encontrado estos ancianos japoneses a la precariedad en la que viven. Cometen pequeños robos en tiendas para conseguir ir a la cárcel y así asegurarse, al menos durante el tiempo que dura la condena, un techo, comida, atención medica... y no estar solos.

En Japón, por un hurto de un poco de kimchi (col fermentada) cuyo valor no llega a dos euros (algo más de 300 yenes) se puede condenar a una persona hasta con dos años de prisión, o cinco si se es reincidente.*

 

Ya nos permite acercarnos al problema que "Plan 75" planteaba, la creación de una sociedades envejecidas en las que los ancianos no tienen sitio. La frontera laboral pasa a ser en muchos casos la frontera de la vida digna o, incluso, simplemente de la vida. Esto se va agravar en este futuro que nos ha alcanzado. Y es que no salen las cuentas cuando es la codicia la que se ha erigido en fuerza dominante.

Las diferencias entre lo que nos muestra el filme "Plan 75" y lo que nos cuenta el artículo son muchas... pero no tantas. El problema, en cambio, es exactamente el mismo: ¿qué hacer con los ancianos?

Con los ancianos ocurre algo parecido a lo que sucede con los niños: olvidamos que lo hemos sido en el pasado e ignoramos que seremos ancianos en el futuro. Es un problema del lenguaje: palabras distintas, conceptos distintos ¿seres distintos?

Cuando pensamos en los "ancianos" es que no lo somos todavía y todo parece un problema de otros, un problema del futuro. Pero seremos todos parte del problema cuando nos toque.

Algunas culturas, como ocurre en China, tiene instituido en el ADN que los hijos tienen la obligación de cuidar a sus padres, algo que Confucio dejó claro. Pero las familias de ahora ya no son las de antes, que estaban muy localizadas. Ahora están dispersas por medio mundo, ya no residen en un "hogar familiar" que va pasando de unos a otros y los miembros pueden estar repartidos por varios continentes y pasar años sin verse.

La precariedad que se ha creado para los jóvenes tampoco les permite elegir mucho. Tienen que emigrar, vivir en las pequeñas casas que sus bajos sueldos les permiten o ambas cosas a la vez. En un titular de ayer, con información de RTVE.es y Agencias so nos dice que "El porcentaje de jóvenes con vivienda en propiedad se desploma 37 puntos desde 2011"**

Bajos sueldos, altos alquileres, empleos precarios, emigración... eso es lo que nuestra economía produce con resultados previsibles y peligrosos para el futuro. Para los ancianos hemos desarrollado la "Silver Economy" que es la forma de intentar sacarles los ahorros y bienes a los que hayan podido ahorrar algo en tiempos en los que esto era posible. Pero las crisis de las últimas décadas no han permitido hacerlo, solo a algunos ricos ser más ricos y hacer más pobres a los pobres, además de desmantelar el estado para que ese dinero ahorrado fluya hacia las empresas privadas, algo que va del ocio a las residencias pasando por la medicina y la prolongación de la vida.

Los ancianos que roban en Japón lo hacen acuciados por la necesidad y por la soledad, dos males que intentan paliar entrando en las cárceles. Dicen que ninguno de ellos lo había hecho con anterioridad. No, no son delincuentes. Son personas que han quedad fuera del sistema, tanto laboral, como familiar y social. Del laboral por la edad; del familiar porque apenas tienen hijos o están muy lejos y sin poder sostenerles; del social porque empiezan a ser considerados parias que solo son comprendidos por sus iguales, es decir, los que viven como ellos entre rejas.

No hace falta recurrir a la ciencia-ficción para imaginar este futuro crudo, insensible. La codicia hace que cada vez más solo se considere el lucro como el motor social. Son los efectos de la revolución neoliberal de los 80, del thatcherismo y el reaganismo, de un mundo en el que el único derecho es enriquecerse sin límites, sin necesidad de pensar en los efectos de las distorsiones sociales que se puedan producir.

La pandemia nos ha enseñado lo que hay detrás de las residencias de ancianos, lo que valen sus vidas mientras las pueden pagar. Cada vez automatizamos más y destruimos empleo... y a nadie le parece mal porque nadie se puede imponer entre el deseo de ganar y la posibilidad de hacerlo. Solo se mide la "eficiencia", que es el resultado de invertir lo menos posible con el máximo beneficio. Nadie se atreve a limitar el beneficio porque, gracias a la globalización, puede "deslocalizar" las empresas y crear un paro más alto. Las empresas, por su parte, procuran que lo que hacían dos lo haga uno, firman contratos día tras día para aprovechar las ventajas de contratar y despedir, despedir y contratar. Invierten en aquellas áreas que les permiten mayor control y menos empleo, como ocurre con las automatizaciones y la Inteligencia Artificial. Ya la máquina posibilitó en la revolución industrial al proletariado como mera prolongación de ellas. Ahora tenemos un empleo virtual y un paro real.

Se cierra el artículo así: 

Según el jurista Tatsuya Ota, "el problema de qué hacer con las personas mayores que han cometido delitos es ahora bastante grave, y la sociedad japonesa no los acepta". Por eso, explica, actualmente se están promoviendo medidas destinadas a crear un lugar para esos delincuentes de edad avanzada en Japón.* 

Convertirse en pequeño delincuente —dos años de cárcel por robar un poco de col, como se nos dice— es traspasar una barrera. Es necesario hacerlo para poder disfrutar de la comida en la cárcel y de la compañía de los demás presos. No roban mucho; lo suficiente para estas condenas que les caen cada vez que lo necesitan.

No, no hace falta la ciencia-ficción. En 1973 se estrenó el filme "Soylent Green. Cuando el destino nos alcance", dirigido por Richard Fleischer. Estaba ambientado en 2022, hace un par de años. El destino era descubrir que la población sobrante —que era mucha— se "reconvertía" en alimento para los demás. Así imaginaban entonces el mundo cincuenta años después, en nuestro tiempo. El destino sí nos ha alcanzado ya y lo que ocurre se parece cada vez más a lo que se nos muestra en las pantallas.

Mirarse en Japón es necesario. Tenemos que empezar a pensar en soluciones que no estén movidas por el lucro, que solo busquen el enriquecimiento con los problemas y no sus soluciones. Esto nos afectará a todos. De vez en cuando saltan las alarmas, se nos dan datos y avisos, pero estamos demasiado ocupados en divertirnos unos y en sobrevivir otros. 

* Fátima Hernández Rodríguez "Japón, entrar en prisión para sobrevivir: 5.000 jubilados roban para ir a prisión y asegurarse comida, techo y atención médica" RTVE.es 15/05/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240515/japon-entrar-prision-para-sobrevivir-5000-jubilados-roban-para-ir-a-prision-asegurarse-comida-techo-atencion-medica/2462957.shtml

** "El porcentaje de jóvenes con vivienda en propiedad se desploma 37 puntos desde 2011" RTVE.es / Agencias 14/05/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240514/jovenes-vivienda-propiedad-desploma-37-puntos-2011/16103568.shtml

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