Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Tras el
confinamiento, la gente salió como toro de toril, bramando y queriéndose llevar
la terracita por delante. El confinamiento no fue, al parecer, ocio sino cárcel, una cárcel de la que se salió con unas ganas de marcha que
no veas. Hemos comprendido en este tiempo la diferencia entre estar ocioso y no parar de ocio, el ocio frenético y agotador, intensivo. Hemos
aprendido que aquel dolce far niente
—el dulce no hacer nada— se ha transformado el dulce no parar, casi atlético
por tanto saltarse las normas escritas, no escritas y por escribir. Es un
triple salto en el que los españoles, ¡por fin! nos hacemos un hueco en la
Historia de la incontinencia humana. Si el mundo antiguo considerada el ocio
como una oportunidad del alejarse del
mundanal ruido, que decía el poeta, lo nuestro es quedarse sordo de tanto
decibelio, inmersión en la vorágine. Cualquier circunstancia es buena, como nos
recuerdan los sevillanos que no pueden dejar de abrazar a sus ídolos
futbolísticos, de hacerse selfies con ellos y gritar cantos y vítores,
esparciendo aerosoles, como se dice ahora, más lejos que nadie con tanta
euforia. ¿Nos extraña que hayan caído tantos seguidos en las plantillas? ¡Qué
va! ¡Tanto abrazo, tanto abrazo! ¡Goles son amores! Y un título bien vale un
contagio, que es amor a los colores.
La
Vanguardia nos trae un titular de final de verano: "Mediaset despide a
Marta López por su irresponsabilidad’ ante el Covid-19"*. No es casual que
sea el mundo de la farándula ociosa el que nos muestre el camino hacia el otoño
caliente, apocalíptico now!, que se
nos viene encima.
Mediaset España acaba de hacer público un
comunicado por el cual da a conocer que prescinde de Marta López como
colaboradora de ninguno de sus programas antes “su actitud públicamente
irresponsable” frente a la pandemia del Covid-19. La cadena considera que
aunque haya sido en su ámbito privado, López no ha mantenido “la rigurosa
conducta” que todo ciudadano de cumplir para superar la pandemia.
La noticia se ha dado a conocer mediante un
comunicado y ha pillado en directo a sus compañeros de Sálvame. Era Kiko
Hernández, muy amigo de la colaboradora, el encargado de leer el comunicado
íntegro, que la compañía ha compartido también en sus redes sociales.
El comunicado dice, textualmente, lo
siguiente:
“España
ha decidido prescindir desde hoy de la colaboración de Marta López en sus
distintos programas de entretenimiento ante la actitud públicamente irresponsable que ha manifestado
en su ámbito privado, al no mantener la rigurosa conducta que todo ciudadano
debe cumplir para superar la crisis sanitaria provocada por la COVID 19 y que
por supuesto exige esta compañía.
Mediaset España,
desde el inicio de la crisis sanitaria, ha establecido un riguroso protocolo de
medidas de seguridad y preventivas aplicable a sus trabajadores, miembros de
productoras y colaboradores externos para mantener una esfera de seguridad que
permita la continuidad del servicio público que se lleva a cabo desde el ámbito
audiovisual, tanto desde el punto de vista informativo como de entretenimiento.”*
Hablar
de "actitud públicamente irresponsable" es ya un listón que no está
al alcance de todos. Para que en España te apliquen esos términos, y más en el
mundillo del famoseo cotilla, ya hay
que pasarse.
En el
mundo de la televisión, y otros campos mediáticos, solo se puede trabajar en
grupo si existe el pacto de contención, es decir, si los que tienen que
trabajar juntos son capaces de protegerse ellos mismos para no arrastrar a sus
compañeros de plató o escena. Si algunos sale rana, por decirlo así, pone en
riesgo a los compañeros y a la cadena misma que se vería afectada en todo el
personal. Eso que llaman "esfera de seguridad" es el compromiso de
responsabilidad que precisamente la despedida de Mediaset ha roto con su
conducta "irresponsable".
Decía
ayer el presidente autonómico Emilio García Page que querían que las escuelas
fueran lugares más seguros que lo que hay fuera, un error bienintencionado. Eso
solo funcionaría si los niños se quedaran dentro sin salir hasta que
desapareciera el peligro. El nivel de seguridad de un sistema lo marca el
eslabón más débil, lo que quiere decir que los niños puede que no lo cojan
dentro, pero lo pueden traer de fuera. Cada vez que un niño estuviera
contagiado, quedaría fuera de la burbuja, por lo que esta se iría reduciendo
hasta llegar a cero si los contagios siguen creciendo, eso que llaman
"incontrolados".
El
control son los "cortafuegos" para evitar que se expanda. Pero es ahí
donde fallan muchos. Salen a la calle con mascarillas, como veíamos estos días,
pero luego se montan una fiesta privada. Basta un segundo de las 24 horas del
día para que el contagio se produzca. Cada acción irresponsable aumenta la
probabilidad al interactuar con otros. Por eso hay que restringir las
posibilidades, las situaciones de riesgo, y es ahí donde se falla
estrepitosamente.
El
doctor Simón, del que todo el mundo dice que ha cambiado el tono y está
enfadado (¡ya era hora!), ha pedido ayuda a los influencers de la redes
sociales, que es una forma directa de responsabilizar de nuevo a los jóvenes,
que no solo incumplen sino que además —según diversas fuentes— tienen poco
interés en hacerse los test para detectar si están contagiados y están
expandiendo el virus en cada quedada.
El gran
éxito evolutivo del coronavirus no es que mute más o menos, sino el
"asintomático". ¡Eso sí que es un logro! Y ha encontrado el animal
perfecto, nosotros, capaces de ser tan listos que acabamos cayendo uno detrás
de otros por no querer privarnos de esos grandes avances de las humanidad como
discotecas, botellones, despedidas de solteros y solteras, cumpleaños, etc.
Siempre hemos considerado que la inteligencia era nuestro rasgo decisivo, lo
del "sapiens", pero creo que deberíamos ir pensando en cambiarlo.
El
corresponsal en Galicia de La Vanguardia recoge otro caso de brote, esta vez en
el Camino de Santiago:
El virus llevaba semanas rondando los tramos
gallegos del camino de Santiago, en los que se habían detectado varios brotes a
lo largo de su itinerario. Y esta semana el Servicio Gallego de Salud ( Sergas)
informó de un foco de ocho casos vinculado a una peregrina madrileña que hizo
una etapa después de haberse realizado la prueba PCR, sin esperar por el
resultado. Se trata de uno de los múltiples frentes de la pandemia en Galicia
que ayer se agravó, con dos muertes en el geriátrico de O Incio (Lugo) y 250
casos nuevos según los datos de la Xunta, el máximo desde el 6 de abril.
Sin embargo, la incidencia hospitalaria sigue
siendo mucho menor que durante la primavera. Por ejemplo, en el área sanitaria
más afectada en agosto, la de A Coruña, hay 56 pacientes ingresados, frente a
los cero que había hace un mes. Pero en abril llegó a haber más de 250.
En el mapa gallego de los brotes destaca el
que apareció esta semana en el Camino de Santiago. Se detectó a través del caso
de una peregrina madrileña de 53 años que hacía la ruta en un grupo de 17
personas y que se sintió mal a la altura de Palas de Rei (Lugo). Sin esperar
por el resultado de la PCR, realizó la siguiente etapa, hasta Arzúa (A Coruña).
Con el rastreo de contactos se localizaron los otros siete casos, que volvieron
a sus lugares de origen a pasar la cuarentena, por lo que el Sergas da por
resuelto este brote.**
¡Muy
optimistas los del SERGAS! Creo que quieren decir, más bien, que una vez
vueltos a sus casas respectivas los peregrinos, cargarán con ellos los servicios de sus Autonomías, dejando de ser
un problema gallego. A cada uno lo suyo. A quién se le endosan los casos es
importante es este estado competitivo a la baja de a ver quién tiene menos
casos y puede hacer el signo de la victoria. El caso de la peregrina y su grupo
nos muestra que no hay excepciones, que no es cosa del dónde, ni del cuánto, ni
del con quién. Es cosa de cómo nos protegemos allí donde estemos, de cómo
mantener las distancias, ya sea en la juerga o en el rezo, en discoteca o
basílica, en bosques galaicos o en chiringuitos mediterráneos. Es en el
comportamiento, en nuestra conducta en lo que hay que insistir. Hay que estar
con el piloto puesto, con vigilancia constante, por más que cueste. Hacerte un
test y no esperar a los resultados es realmente penoso. Pero el Apóstol no da
más luces a quienes no las tienen, como Salamanca.
¡Pocos
se esperaban, la verdad sea dicha, que iba a ser tan dura la "nueva
normalidad"!, que de normalidad
tiene poco y de nueva menos, porque
vamos hacia atrás, como nos dice con enfado el doctor Simón.
Y es
que era incompatible llenar el ocio festivo con la salud. Si los turistas
extranjeros no venían había que salir a esos sitios tan seguros (¡todos querían corredores seguros!, ¿recuerdan?) a hacer
gasto, abrir la economía. Pero lo que se ha abierto es otra cosa.
Los que
han sobrevivido al intenso ocio activo, que por hacerse semiclandestino en
muchos locales y casas particulares, regresan del veraneo. Y regresan, como
siempre, con ganas de contarlo, de que te vean lo moreno que estás.
"¡Cuando regrese quedamos y te cuento!", te amenazan. Es el post ocio. Los lunes se cuenta lo que
has hecho el finde y en septiembre lo
que has hecho en verano.
El
aumento de los rebrotes en Madrid no es casual. Es el resultado del regreso de
las vacaciones que se ha ido produciendo desde mediados de agosto. Ahora toca
cargar con el post ocio, que no es
tan productivo como el ocio. Cuando no es una despedida de soltero, lo es de fin de verano. ¡Qué duro esto del ocio!
A algunos les parecerá más "noble" contagiarse en el camino de Santiago que hacerlo en diferentes juergas "irresponsables". ¡Tremendo error! No se dejen engañar por las apariencias. El mundo del coronavirus no entiende de estas cosas, por más que nos guste verlas así.
El despido de la colaboradora
de Mediaset ha sido fulminante. Ellos, al menos, lo tienen claro. Lo malo es
como empiecen a inspeccionar las
cuentas de redes sociales para comprobar desde las empresas quiénes son
"responsables" y quiénes no. Habrá quien llegue el lunes y se
encuentre la foto de la juerga y el finiquito sobre la mesa. ¿Injusto? Si los interesados no toman medidas, las acaba tomando alguien. Tampoco es justo que te contagie un irresponsable.
A lo
mejor se entiende así el mensaje mejor que con los influencers. Quién sabe.
*
"Mediaset despide a Marta López por su “irresponsabilidad’ ante el
Covid-19" La Vanguardia 20/08/2020
https://www.lavanguardia.com/television/20200820/482918496888/marta-lopez-despedida-mediaset-colaboradora-coronavirus-telecinco-covid.html
** Anxo
Lugilde "Brote en el camino de Santiago por una peregrina que no se esperó
a ver su PCR" La Vanguardia 22(08/2020
https://www.lavanguardia.com/vida/20200822/482929383173/camino-de-santiago-covid-brote-peregrina-madriena.html
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