Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
nivel de auto intoxicación norteamericano está superando con creces en nivel de
intoxicación exterior de cara a la elecciones presidenciales. Es sorprendente,
pero es así. La pregunta que surge entonces es si son los propios políticos
norteamericanos los que avanzan en esa senda del miedo a ser influidos por
otros.
El
simple hecho de anunciar que quieren influir sobre ti ya tiene una influencia.
El propio gobierno de Trump ha querido usar a los gobiernos extranjeros para
poder auto influirse. El caso más claro es el de Ucrania, donde Trump y sus
acólitos le exigen al gobierno ucraniano que haga un comunicado diciendo que se
está investigando allí al hijo del candidato y expresidente Joe Biden. Se
trataba aquí de manipular a un tercer país presionándolo con el cierre de la
ayuda económica y militar si no se convertía en fuente de una noticia que luego
pudiera ser explotada contra Biden.
En el
contexto internacional, hay ya que afinar mucho sobre las "influencias"
electorales, pues son los propios Estados Unidos los que intervienen en las
vidas del resto del mundo. Como se etiquetan como "intereses de los
Estados Unidos", expresión que sigue siendo un enorme misterio político
para mí, ya que justifica desde un bombardeo hasta unos aranceles. Es una
expresión mágica que lo permite todo sin tener que dar explicaciones. Estados
Unidos es el país que más acusa y menos explica, no sea que le ocurra como con
las "armas de destrucción masiva", expresión que ha quedado en gran
parte del planeta como sinónimo de mentira política que se usa para justificar
una acción.
En el
estado actual de cosas, parece que hasta cierto prestigio que alguien quiera
influir en tus elecciones, quedando un poco en ridículo internacional si no le
importas a nadie. Es evidente que me puede resultar indiferente quién gane las elecciones
en, pongamos, Samoa, pero también lo es que no soy indiferente a quien está en
la Casa Blanca. El motivo no es otro que la propia culpa intervencionista de la
presidencia norteamericana, empeñada en ejercer de potencia colonial. Por algún
extraño motivo histórico, se ha pasado de aliados a súbditos, donde Trump puede
apostar por la ruptura de Unión Europea apoyando el Brexit y yo no puedo apoyar
la independencia de Texas o Puerto Rico. Los políticos pragmáticos que me dirán
que el mundo es así de duro y que se rige por la "ley del embudo";
pero también es razonable que a la gente no le guste y, ya que todos tenemos un
presidente norteamericano sobre nosotros, se pueda manifestar al menos la
preferencia sobre la mano que aprieta. Puede que sea un consuelo de siervos,
pero algo es algo. Pero parece que hasta esto molesta,
En la CNN
leemos el siguiente titular "Intelligence community's top election
official: China and Iran don't want Trump to win reelection, Russia working
against Biden". Observen que el uso de los verbos es muy
meticuloso: del "no desear" al "trabajar en contra" hay
mucho trecho. Al primero me apunto: yo tampoco deseo que gane Donald Trump, al
contrario que la gente de Vox, que le imitan en todo (¿influye Trump a través
de sus memes españoles en nuestra
política?).
En el texto se nos explican estos matices diferencias:
The US intelligence community's top election
security official said in a statement Friday that China "prefers" an
outcome where President Donald Trump is not reelected in November and Russia is
working to "denigrate" former Vice President Joe Biden's White House
bid.
"We assess that China prefers that
President Trump -- whom Beijing sees as unpredictable -- does not win
reelection," said William R. Evanina, director of the National
Counterintelligence and Security Center, in a statement updating the election
threat landscape heading into the November election.
"China has been expanding its influence
efforts ahead of November 2020 to shape the policy environment in the United
States, pressure political figures it views as opposed to China's interests,
and deflect and counter criticism of China."
"We assess that Russia is using a range of
measures to primarily denigrate former Vice President Biden and what it sees as
an anti-Russia 'establishment.' This is consistent with Moscow's public
criticism of him when he was Vice President for his role in the Obama
Administration's policies on Ukraine and its support for the anti-Putin
opposition inside Russia," Evanina added.
Evanina also stated that Iran is seeking to
"undermine US democratic institutions, President Trump, and to divide the
country."
In essence, Evanina's statement Friday
afternoon put two of the biggest American adversaries on opposite sides of the
election: Russia for Trump and China for Biden.
The statement from the top counterintelligence
official is also the clearest the intelligence community has been in suggesting
Russia prefers one candidate over the other in the 2020 race.
At a news conference at his Bedminster, New
Jersey, country club on Friday night, Trump appeared reluctant to accept the
intelligence community findings.
Asked if he believes the intelligence, the
President replied, "It could be. I mean it could be, very much."
"I think that the last person Russia wants
to see in office is Donald Trump because nobody's been tougher on Russia --
ever," Trump said, adding later, "the last thing that Russia wants,
and China wants, and Iran wants is for Donald Trump to win."
Asked what he would do in response, Trump
didn't offer a concrete action, saying, "Well, we're going to look at it
very closely."*
No sé cuál es el presupuesto de estas agencias, pero en este
caso es tirar el dinero. Han descubierto el Mediterráneo. ¿Puede alguien creer
que a China le "guste" Donald Trump? Creo que con la excepción de
Brasil, Egipto y algún otro país, el día que Trump salga de la Casa Blanca será
un día de celebración mundial.
La cuestión es que Trump considera que los demás influyan en su contra como un
enorme mérito, como un signo de grandeza, un reconocimiento de que ha hecho lo
mejor para los estados Unidos y lo peor para el resto del mundo, que es la base de
su retórica política internacional. Cuanto
más nos odien, señal de que lo hago bien, dice Trump, una persona capaz de
apuntarse hasta los muertos del COVID19 como un gran mérito. Y una parte del
pueblo norteamericano está en esta idea, pues el populismo nacionalista ha
llevado al simplismo de que es mejor que te odien a que se aprovechen de ti.
Esto es lo que ha vendido Trump, el victimismo USA y el placer de la humillación por la fuerza. "¡Construye el muro y que lo paguen!" sintetiza los dos principios, el de agresión y el de humillación.
El nivel de deseo de perder de vista a Trump está en función
no de la envidia, sino del nivel intervencionista norteamericano. Aquí es necesario
recuperar la presunta idea china mencionada en el artículo: la impredecibilidad
de Trump. Que sea impredecible Andorra puede ser molesto para algunos, pero que
lo sea Estados Unidos es inaceptable por el desproporcionado efecto de las
consecuencias. Para Trump no existe la decadencia, solo la debilidad. Y su
forma de manifestarlo es el uso cada vez más arbitrario e interesado de la
fuerza. Estados Unidos, en su visión, no debe nada al mundo y el mundo, en cambio,
se lo deben todo a ellos. No hay idea buena que no le haya sido robada, copiada
o aprovechada.
La estrategia de Trump sobre las "influencias" es
sencilla. Él es el vendedor de peligros. Decir que China prefiere a Biden es un
argumento contra Biden. Casi todo el planeta prefiere a Biden por muchos,
muchísimos motivos y el principal es que si está Biden no está Trump. Es
difícil superar a Trump, aunque —como con la actual pandemia— pueden llegar en
el futuro otras peores. Pero ahora, el principal empeño de Biden debería ser
reparar los desastres internacionales. No menciono los "nacionales"
porque la brecha que Trump ha abierto será difícil de cerrar y ya le estarán
buscando un sustituto las fuerzas que le llevaron a la Casa Blanca.
El argumento sobre Rusia es también interesante en la
perspectiva de Rusia. "Nadie ha sido más duro que él con los rusos",
es su respuesta, por lo que le interesa que gane Biden. Sin embargo, el interés
de Rusia es que Trump esté en la Casa Blanca. Desde que Trump llegó, Rusia no
ha hecho sino ganar terreno e influencia. Terreno en el plano simbólico y literalmente,
como ocurrió con quedarse con la península de Crimea y el este de Ucrania de
una tacada. Pero no ha sido solo eso. Rusia ha aumentado su presencia e
influencia en Oriente Medio y hasta se le han acercado de Grecia a Turquía, por no hablar del aumento de su
influencia en la Unión Europea. Cada vez que estos países se sentían
presionados por Trump, lo primero que hacían era ir a hacerse fotos a Moscú
para delicia de Vladimir Putin. Esto ha sido una constante de su mandato. El
caso de Siria es, con todo, el más claro. Estados Unidos se retiró dejando a
los kurdos tirados y a Rusia combatiendo para convertirse en pieza
imprescindible en la zona, que ha quedado bajo su amparo y en conflictos
abiertos ahora con Libia.
La tercera pieza es Irán. De nuevo, ¿le extraña a alguien
que Irán quiera ver desaparecer a Trump después de haberse cargado los acuerdos
que había costado años conseguir y haberles bombardeado con drones? Trump ha
conseguido lo que parecía imposible, convertir Oriente Medio en más inseguro de
lo que era.
¿Cómo van a influir en las elecciones norteamericanas?
Depende de lo que llamemos "influir". La misma idea de que les están
influyendo ya influye. Por eso Putin
estará encantado con la noticia de la CNN porque eso le evita tener que molestarse
en "influir". Por eso hay que valorarlo, independientemente de los
movimientos reales, que les son adjudicados a sus rivales o afectados, como una
retórica que busca convencer a los propios electores de las agresiones, reales
o no, y le permite ejercer nueva virulencia contras los países mencionados.
El primero en influir, cuando no lo hace directamente, es
Trump. Lo que está haciendo con las empresas como TikTok es la más indecente
manipulación política del mercado internacional, superando las maniobras contra
Huawei por el control del 5G y por su ganancia en el mercado internacional. En
estos días se vuelve a producir las advertencias y amenazas a Alemania por la
importación del gas ruso y la construcción de los conductos para hacerlo
llegar. Trump corta cualquier iniciativa económica que no sea con las empresas
norteamericanas y, lo que es peor, se están acostumbrando a este tipo de
protección en los negocios. ¿Liberalismo o imperialismo?
Es indudable que el mundo necesita muchos retoques para
funcionar mejor, pero no parece que el mejor camino sea que haya un señor en
la Casa Blanca que niega el "cambio climático", el papel de la
Ciencia, ha socavado todos los acuerdos internacionales, ataca a las
instituciones —de la OMS a la ONU, pasando por
la OTAN—, que impone
sanciones a los países que quieren hacer que las grandes empresas paguen
impuestos allí donde consiguen su beneficios, etc.
El mayor daño lo está haciendo a la propia democracia norteamericana, porque en el fondo de todo esto, del voto por correo a las influencias de Rusia, Irán o China, lo que está realmente es el mecanismo de negación de que pueda perder las elecciones. Si Trump todavía no ha asimilado que sacó menos votos que Hilary Clinton —por encima de dos millones de votos— y que fue el "colegio electoral el que le dio la victoria gracias a ganar en estados con pocos votos y mucha representación, ¿cómo podemos esperar que asimile que va por detrás en las elecciones próximas? Trump nunca aceptará una derrota; siempre será una conjura nacional, internacional, intergaláctica... lo que le saque de la presidencia. Todo esto le servirá de colchón.
Sin querer influir en nadie: mejor que siga jugando al golf,
aunque mucho me temo que seguirá dando espectáculo fuera de la Casa Blanca.
Pero ya será otra cosa.
* Alex Marquardt, Evan Perez, Zachary Cohen y Veronica
Stracqualursi
"Intelligence community's top election official: China and Iran don't want
Trump to win reelection, Russia working against Biden" CNN 8(08/2020
https://edition.cnn.com/2020/08/07/politics/2020-election-russia-china-iran/index.html
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