Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
En
Estados Unidos están empezando a especular seriamente con la posibilidad de que
Trump se niegue a abandonar el poder en el caso de perder las elecciones. La
gran duda con Trump, como en otras ocasiones, es si realmente está hablando en
serio o sí es una forma de provocación, por un lado, y de crear animadversión
entre sus votantes hacia los demócratas, calentando a su electorado.
Pasados
casi cuatro años, ya al final de su mandato, podemos estar seguros de que Trump
habla en serio, que si pudiera lo haría. Hay suficientes ejemplos de ello a lo
largo de estos inquietantes años en los que las amenazas a las libertades han
sido constantes por parte del ejecutivo, que ha llevado al extremo sus
decisiones aprovechando el carácter presidencialista de la democracia
norteamericana. Gracias principalmente a los jueces, que han frenado algunas de
sus iniciativas, se puede seguir creyendo en que el sistema ha funcionado, pero
en el límite constante y, sobre todo, con los intentos de sobrepasarlo cayendo
en un personalismo del poder que los pensadores políticos han temido que
pudiera ocurrir. La democracia tiene su camino hacia el poder, pero el poder
debe seguir siendo democrático. Y eso ya depende de muchos factores,
especialmente cuando se tiene un presidente con las características de Donald
Trump, con una personalidad claramente autoritaria y narcisista del poder.
Cuando
se acerca el momento de las nuevas elecciones, cada día que pasa, lo que
parecía una broma empieza a tomarse en serio. Los que consideran el sentido del
humor del presidente acaban reconociendo que carece de él y, algo peor, sus
grandes errores son disfrazados como formas de ironía. Por eso, se está empezando a considerar las
posibilidades de que sus amenazas sobre el retraso de las elecciones o las
posibilidades de fraude electoral en el voto por correo sean algo más que
retórica y que trate de llegar allí hasta donde le dejen llegar.
En la
CNN, Paul Callan, analista legal de la cadena y antiguo fiscal, publica un
artículo cuyo título, "If Trump loses and won't leave, it could get
ugly", ya dice bastante del recelo existente, secundado por otros analistas
legales. Ante las dudas de cómo tomarse las palabras de Donald Trump, Callan escribe:
Maybe we shouldn't be so quick to dismiss the
possibility that he sometimes means what he so often says. With Trump you don't
know. At the moment, critics are accusing the President of hedging his bets in
the upcoming election by starving the US Postal Service of funding as the
agency faces the monstrous task of delivering a record number of mail-in
ballots during the pandemic.*
La creencia en que el voto por correo favorece a los demócratas
hace que inmediatamente se centre en él obsesivamente. Los medios insisten en
que no se ha aportado una sola prueba de que esto haya ocurrido, pero Trump no
necesita pruebas; le basta con afirmar lo que más le conviene. Pedirle pruebas
de algo es un ejercicio inútil. Si Trump necesitara pruebas para decir algo no
sería Donald Trump.
Los recortes de la financiación del Servicio Postal es una
típica reacción marrullera de Trump, una de tantas para conseguir sus objetivos
aprovechando los recursos del poder. Si ha sido capaz de mandar tropas
federales a ciudades como Portland para incrementar el nivel de los conflictos
en las calles, puede hacer cualquier cosa. Y lo hará. Ya ha comenzado con la
difamación de Kamala Harris, continuación de las maniobras contra Joe Biden y
su familia.
Lo más preocupante no es Trump, sino el clima de aceptación
de esta perversión continua de la democracia que suponen sus acciones. El
presidente norteamericano subvierte la democracia con sus actos y actitudes,
tanto en el plano interno como en el internacional donde se ha caracterizado
por la apertura de conflictos, la retirada de los Estados Unidos de los grandes
foros y su apoyo a dictadores del planeta con tal de que sirvieran a sus
propósitos. Hablar de "líder del mundo libre" en tiempos de Trump es
una gigantesca broma que es contestada cada día con las manifestaciones por
todo el mundo en su contra. Los temores a que no tenga una salida
"normal" de la Casa Blanca y que intente cualquier cosa no son, en
cambio, cosa de broma.
Por si acaso se le ocurriera, los especialistas en la constitución
norteamericana y en sus límites advierten de lo que podría ocurrir ante
cualquier intento de impedir su salida del poder. En el artículo de la CNN, Paul Callan advierte:
If the President refused to vacate the Oval
Office at the completion of his first four-year term, severe consequences would
follow. He would probably be reminded of this during a visit from the leaders
of both parties in the Senate and House of Representatives. A similar
congregation of politicians persuaded Nixon to resign during the Watergate
scandal.
To beef things up in this case (which, were it
to happen, would be much more serious than Nixon's predicament), such a group
might be joined by members of the Joint Chiefs of Staff to make it clear that
the military will also stand with the Constitution rather than a rogue
president.
In this speculative scenario, should Trump
persist in an attempt to retain presidential power, it would likely be viewed
as a criminally treasonous conspiracy under the Constitution. Treason can
result in lengthy imprisonment or even the death penalty under US law. Trump
undoubtedly knows this because he regularly accuses his opponents of treason.
He also loves lawsuits so we might certainly
expect him to file a lawsuit seeking to overturn the election results on basis
of "fraud" if he loses.*
No conozco ningún país democrático en el que se especule
sobre la posibilidad de si pierde el presidente trate de retener el poder. La
simple especulación sobre esto en los Estados Unidos es una aberración, pero
así ha sido el mandato de Trump. Callan llega a detallar lo que le supondría a
Trump negarse a dejar la Casa Blanca a través de cualquier argucia.
Si se produce la deseable victoria de Joe Biden, esperemos
que sea por un margen suficiente como para que Trump no plantee ninguna de sus
argucias. El conglomerado de intereses a su alrededor es grande y se resistirán
a salir del poder. Las elecciones de noviembre en los Estados Unidos, sea cual
sea el resultado y los acontecimientos que las rodeen, serán recordadas por sí
mismas.
La proliferación del modelo de Trump en diferentes países es
un enorme peligro que debe ser analizado con detalle tratando de explicar qué
circunstancias o motivos hacen que puedan llegar al poder, ejerciéndolo de
autoritaria, sosteniendo ideas descabelladas, pero aclamados por parte de la
población que ve en ellos algo modélico.
Es urgente encontrar explicaciones y sacar consecuencias
para evitar esta forma de uso y abuso del poder que alienta las formas
autoritarias estableciendo la decadencia del sistema que pasa a ser inestable y
conflictivo.
Los antiguos consideraban la Historia como maestra de la
vida, como un repertorio de casos que podrían servir para actuar ante los
problemas del futuro. Nuestra percepción es otra. La aceleración de los tiempos
hace que prefiramos la especulación futurológica, el análisis del futuro, antes
que el análisis de un pasado en el que cada vez es más difícil encontrar
precedentes que nos ayuden a entender nuestro presente inmediato y su
evolución. Nuestros modelos actuales se basan más en el Big Data que en la experiencia
de la Historia, en el estudio de proyecciones probabilísticas. De vez en cuando, la Historia si puede enseñarnos lo que nos espera al otro lado de la puerta.
La democracia moderna es muy reciente y completamente nueva
una sociedad mediática y global, donde todo influye en todo. La complejidad del
sistema ha aumentado, por lo que lo hace también el riesgo de conflictos inesperados. La aparición
de figuras populistas que arrastran hacia los conflictos, que dividen a las sociedades
sembrando el odio, que transmite una mezcla de miedo a los otros y de
agresividad, que siembran el recelo sobre las instituciones y viven en un clima
de conspiración permanente, etc. es un enorme riesgo para la estabilidad de los
países y del conjunto. Cuanto se reflexione sobre todo esto nos ayudará.
El mundo espera inquieto lo que pueda ocurrir en noviembre.
The Washington Post 18/08/2020 |
* Paul
Callan "If Trump loses and won't leave, it could get ugly" CNN
18/08/2020
https://edition.cnn.com/2020/08/17/opinions/if-trump-loses-and-refuses-to-leave-callan/index.html
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