Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Erdogan
sigue con la purga y el plan retórico estratégico que habíamos señalado el otro
día, incluidas la líneas de chantaje con las que pretenden conseguir sus fines,
que son de distinto orden. Los discursos de Erdogan tienen siempre dos destinatarios
y una sola cara: los avisos al exterior y la creación de imagen interior.
En la
primera perspectiva, Erdogan siempre es desafiante y amenazante, con un punto
lastimero. Siempre se queja de que es él un aliado de Occidente y que este le
trata mal, le traiciona y con él al pueblo turco. El segundo destinatario es el
propio pueblo turco ante el que se presenta como aquel que planta cara a
Occidente y que tiene su destino en sus manos, ya sea combatiendo al terrorismo
o gestionando a los refugiados. Para los turcos, la estabilidad del mundo pasa
por las manos de Erdogan. Le perciben —él se encarga de ello— como el nuevo sultán
otomano que va desafiando a aquellos que le pretenden imponer límites. Eso
forma parte de la concepción del liderazgo culturalmente hablando: el liberador
de ataduras y el afianzador de identidades.
Ese
doble carácter del liderazgo islámico tiene mucho que ver con el objetivo de
distanciamiento de Occidente en sus discursos. La postura de Turquía en la OTAN
y de cara a Europa no es cómoda para Erdogan. Las dos las ha recibido. Su
carácter autoritario choca con un mundo democrático con otra forma de
liderazgo.
Desde
la perspectiva de la pertenencia a la OTAN también existe un problema. Turquía
entra en la OTAN en plena época de la Guerra Fría, en 1952, las amenazas son entonces
la Unión Soviética y China. Por poner una referencia en esos momentos se
produce el golpe de estado de los militares egipcios. La Turquía que entró
entonces en la OTAN no lo haría ahora de mano de Erdogan.
El
enemigo principal ya no la inexistente Unión Soviética sino el fundamentalismo
islámico que ve en Occidente su principal enemigo. Las dudas y oscuridades de
las relaciones de Turquía con el Estado Islámico en las mismas puertas del país
y con sospechas de complicidades para que le eliminaran a sus enemigos internos
kurdos son muchas y variadas, como ya le han advertido los socios de la OTAN.
Su
pertenencia a la Alianza Atlántica supone además un corsé para la política
pretendida por Erdogan en donde juega en la zona sus propios intereses. Como
líder de un partido islamista, tiene su propia política en la zona, con sus
afines como Hamás o los Hermanos Musulmanes, con lo que entra en conflicto al
ampararlos o apoyarlos.
Uno
podría pensar que Erdogan busca ser expulsado tanto de la OTAN como de la lista
de espera para la adhesión a la Europa unida, con la que cada día tiene menos
que ver. Siempre maquiavélico, los analistas piensan que le puede interesar una
aproximación a la Rusia de Putin, con la que tampoco serían fáciles las relaciones
y constituiría otra causa de problemas con Europa.
Recep
Tayyip Erdogan es el prototipo del gobernante autoritario que va configurando
la sociedad para no abandonar nunca el poder. La identificación de política y
religión, como hacen los islamistas, le permite trazar una línea divisoria que
realmente convierte en irreconciliables a las personas, que desde ese momento
pasan a ser enemigos. Erdogan legisla para la islamización de Turquía
recortando cada día el carácter laico del Estado, que había sido una de sus
señas de identidad y modernidad. No ha sido Erdogan quien modernizó el país,
sino quien se ha aprovechado de ello para un desarrollo económico que proviene
en gran parte de sus relaciones con una Europa a la que ahora denuesta.
Los
discursos de Erdogan que Euronews nos mostraba ayer son intolerables desde la
política internacional y deberían tener respuestas contundentes. La estrategia
de Erdogan ya la habíamos anticipado hace unos días y los discursos son su
concreción: Occidente (sea esto lo que sea) es responsable del intento de golpe
de Turquía. Recogen en Euronews:
Occidente apoya el terrorismo y a quienes
intentaron dar un golpe de Estado en Turquía el pasado 15 de julio. Es la
acusación que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha lanzado durante un
discurso televisado desde el palacio presidencial en Ankara.
“¿Qué clase de socios estratégicos con
Estados Unidos somos si cuando, en nombre de mi país, les pido la extradición
de Fethullah Gülen, involucrado en un caso de seguridad nacional, lo que hacen
es mantenerlo allí?
¿Occidente apoya el terrorismo? ¿Occidente
respalda la democracia o a los golpistas y el terror? Lamentablemente, este
Occidente apoya el terrorismo y se alinea con los golpistas”, ha dicho Erdogan.*
No es
Recep Tayyip Erdogan el más indicado para hablar de democracia cuando ha ido
alejando a Turquía de ella. Erdogan no ha aportado una sola prueba de nada y,
en cambio, ha aprovechado el intento de golpe ("el regalo de Dios",
como lo calificaba la prensa egipcia) para hacer una purga descomunal, digna
del periodo estalinista más duro. Erdogan es demócrata circunstancial, solo si
le van bien las cosas. Por ello no entiende ni quiere entender que los países no
le entreguen a quienes él quiere por el simple sonido de su voz.
Como
buen estalinista, Erdogan explica retroactivamente
sus acciones autoritarias. Justifica lo que ha hecho antes por lo que ha
ocurrido ahora. Según esta forma de argumentar, todo lo que ha hecho
anteriormente contra kurdos, gulenistas, laicos, izquierdistas, escritores,
etc. se justifica por el intento de golpe del 15 de julio. Su argumento es ¿veis?, tenía razón. Por supuesto no se
le ocurre considerar que puedan haber sido todas esas acciones contra las
libertades y las personas las que hayan servido para tomar la decisión del
intento de golpe.
Hay un
elemento de gravedad importante. En un momento en el que el terrorismo está
atacando a países como Francia, Bélgica, Alemania, etc., las acusaciones de
Erdogan son intolerables porque son una incitación al terrorismo. Desde el
momento en el que Erdogan, el gobernante islamista, responsabiliza a Occidente
de su golpe se hace responsable por
incitación de cualquier atentado que se pueda cometer. La radicalización no
sale solo de las mezquitas y cárceles, sino de las insinuaciones o acusaciones
directas de los políticos irresponsables. Aquí se ve su mala fe.
Los
miles de turcos a los que llamó a manifestarse en su apoyo en el corazón de
Alemania y a los que pretendió dirigirse por videoconferencia podrían haber
escuchado esas mismas palabras que ha dicho en Turquía: Occidente es culpable.
¿Qué pretende Erdogan? Es claro, pero
también de una irresponsabilidad intolerable. Erdogan quería darles su versión,
la misma de un país en el que ha dejado de existir la libertad de información y
expresión.
Creo
que las aspiraciones de Erdogan ya no son ser una parte menor de algo mayor. La
progresiva islamización del país y el recorte de libertades especialmente
después de la Primavera Árabe muestran que sus aspiraciones no van hacia
Occidente sino hacia Oriente. Sus miradas se dirigen hacia otros objetivos más
amplios que tienen que ver con su expansión económica hacia otros países
mediante las flotas empresariales que los islamistas turcos han formado para
sus negocios. Pero esta clase empresarial que se ha enriquecido durante años
está ahora en horas bajas y comienza a dudar de la viabilidad de los planes de
Erdogan. El giro populista, la mezcla de religión y nacionalismo, para
conservar el poder implica una serie de problemas, incluido el intento de golpe
y la crisis económica. La respuesta de Erdogan a todo es la represión.
The New York Times titula "The Scale of Turkey’s Purge Is
Nearly Unprecedented". En el artículo trata de establecer la
analogía para comprender la escala de la purga que está realizando el
"democrático" Erdogan:
Only rarely in modern history has a leader
detained and fired as many perceived adversaries as President Recep Tayyip
Erdogan of Turkey has since a failed coup attempt last month. Here is how Mr.
Erdogan’s vast purge would look if Americans were targeted at a similar scale.
Almost 9,000 police officers fired
Like firing every police officer
in Philadelphia, Dallas,
Detroit, Boston and Baltimore.
The Interior Ministry fired the police
officers, some of whom government officials said had supported the coup
attempt. Turkish officials have acknowledged that the number of people targeted
in the purge is probably much greater than the number of conspirators.
21,000 private school teachers suspended
Like revoking the licenses of every
third teacher in private elementary
and
high schools across the United
States.
In addition to the teachers suspended, the
government intends to close more than 1,000 private schools it linked to
Fethullah Gulen, a cleric who the government said was the mastermind of the
coup attempt. (Mr. Gulen has denied this, and his level of involvement remains
unclear.) Followers of Mr. Gulen have sought to gain power within Turkey by
infiltrating state institutions, often successfully.
Education officials said they planned to
convert the schools into public schools and hire 40,000 new teachers.
[...]**
Y así sigue dando datos de los sectores purgados
estableciendo comparaciones espectaculares, como por ejemplo que se habría
purgado a la totalidad de los rectores de universidades norteamericanas. Si
tomamos en cuenta las diferencias de población entre ambos países, los
resultados son todavía más espectaculares: "Like
taking nearly every fourth officer in the U.S. Army into custody",
"Like suspending every state judge in California, Texas, New York and
Georgia", "Like firing nearly every third employee of the U.S.
Department of Education", "Like forcing all American university deans
to resign", "Equivalent to President Obama’s issuing arrest warrants
for conservative journalists, closing television and radio stations and
censoring dozens of news-related websites", "Like suspending nearly
everybody at the U.S. Treasury who regulates banks and designs and prints
money"**. Las dimensiones de la purga son realmente su propio golpe de estado, una limpia de opositores, sin garantías, sin acusaciones formales... una caza de brujas.
Este es el personaje que acusa a Occidente de estar detrás del
golpe de estado, quien amenaza constantemente y organiza manifestaciones de apoyo
en países extranjeros como muestra desafiante de fuerza.
Como
hemos señalado, amenazar forma parte de su retórica del poder. Pero es también arrojar
gasolina al fuego del terrorismo en un momento en el que Occidente está tomado
medidas para prevenir atentados. ¿Es consciente de ello? Por supuesto. ¿Le
importa? En absoluto.
Lo
único que pudiera parecer chocante es precisamente que sea un miembro de la
OTAN y aspirante a la Unión Europea. Pero, como hemos señalado antes, estos dos
caminos pueden haber dejado de interesarle y tener las manos libres para
realizar en la sociedad turca lo que una Unión Europea no va a ver nunca con
buenos ojos. Estados Unidos, por su lado, ya busca bases alternativas, vista la
experiencia con los ataques al Estado Islámico.
El golpe
tiene algo de cierre de temporada y
de espera de sorpresas en la siguiente. Queda la cuestión de los refugiados,
complicada, y que está usando sin pudor alguno como chantaje para presionar. Alemania ha sido contundente en estas últimas horas. Pero Erdogan no puede manifestar debilidad ante los suyos y sigue la escalada de acusaciones. Nunca reconocerá que es su política reaccionaria la que ha ido complicando la vida turca, polarizándola y llevándola de conflicto en conflicto. De la misma forma, su política ha hecho que entre en conflicto con sus aliados anteriores y se cree nuevos enemigos por sus pretensiones y modos.
Confiar
en él para la resolución de un problema es añadir una segunda vertiente al existente, pues tratará de usarlo siempre. Las consecuencias de sus palabras acusatorias difícilmente se podrán medir en términos de violencia, pero de lo que no habrá duda es de que a él se deberá una parte del odio sectario que se está generando.
* "Erdogan acusa a Occidente de apoyar el terrorismo y el intento golpista" Euronews 2/08/2016 http://es.euronews.com/2016/08/02/erdogan-acusa-a-occidente-de-apoyar-el-terrorismo-y-el-intento-golpista-en-un
** "The Scale of Turkey’s Purge Is Nearly Unprecedented" The New York Times 2/08/2016 http://www.nytimes.com/interactive/2016/08/02/world/europe/turkey-purge-erdogan-scale.html
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