Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El titular del día 6 de agosto en The Economist, "The ruining of Egypt"*, levantó unas airadas respuestas en el gobierno egipcio. El titular de hoy mismo en Daily News Egypt, "Economic situation is critical, all Egyptians must work together to overcome this ordeal: Al-Sisi"** viene a reconocer una situación que difícilmente puede ocultarse. La situación no es nueva, pero el orgullo egipcio o si se prefiere la negación de la realidad apenas ayuda. Los discursos triunfalistas se escuchan con satisfacción pero cualquier insinuación sobre que los gobernantes no están cumpliendo las expectativas para mejorar la situación es considerada un ataque. La respuesta, una vez más, a si los egipcios viven en una burbuja es "sí". El desprecio por las advertencias desde todos los frentes se acaba pagando. El presidente les acaba de decir que "el gobierno solo" no puede sacarlos de la crisis.
El titular del día 6 de agosto en The Economist, "The ruining of Egypt"*, levantó unas airadas respuestas en el gobierno egipcio. El titular de hoy mismo en Daily News Egypt, "Economic situation is critical, all Egyptians must work together to overcome this ordeal: Al-Sisi"** viene a reconocer una situación que difícilmente puede ocultarse. La situación no es nueva, pero el orgullo egipcio o si se prefiere la negación de la realidad apenas ayuda. Los discursos triunfalistas se escuchan con satisfacción pero cualquier insinuación sobre que los gobernantes no están cumpliendo las expectativas para mejorar la situación es considerada un ataque. La respuesta, una vez más, a si los egipcios viven en una burbuja es "sí". El desprecio por las advertencias desde todos los frentes se acaba pagando. El presidente les acaba de decir que "el gobierno solo" no puede sacarlos de la crisis.
Pero
quizá lo que más molestó —aunque el término no sea el que mejor lo expresa— de lo publicado por The Economist unos días antes de reconocer la crisis profunda fuera el planteamiento general del artículo. Se decía en la introducción:
IN EGYPT they are the shabab al-ahawe,
“coffee-shop guys”; in Algeria they are the hittistes, “those who lean with
their backs to the wall”; in Morocco they go by the French term, diplômés
chômeurs, “graduate-jobless”. Across the Arab world the ranks of the young and
embittered are swelling.
In most countries a youth bulge leads to an
economic boom. But Arab autocrats regard young people as a threat—and with
reason. Better educated than their parents, wired to the world and sceptical of
political and religious authority, the young were at the forefront of the
uprisings of 2011. They toppled rulers in Tunisia, Egypt, Libya and Yemen, and
alarmed the kings and presidents of many other states.
Now, with the exception of Tunisia, those
countries have either slid into civil war or seen their revolutions rolled
back. The lot of young Arabs is worsening: it has become harder to find a job
and easier to end up in a cell. Their options are typically poverty, emigration
or, for a minority, jihad.
This is creating the conditions for the next
explosion. Nowhere is the poisonous mix of demographic stress, political
repression and economic incompetence more worrying than in Egypt under its
strongman, Abdel-Fattah al-Sisi.*
Estos escuetos párrafos contienen un resumen de lo ocurrido
desde antes de 2011, lo que llevó a la Primavera Árabe, hoy denostada por el
régimen. La situación ha sido invertida y lo que se saludaba como esperanza de
modernización no ha traído más que represión más intensa y un aislamiento mayor
para que los que allí viven realmente pierdan toda esperanza.
La otra noticia que hoy nos trae la prensa egipcia es la
salida de la cárcel de la activista Mahinour El-Masry***, liberada por decreto
presidencial y vuelta a encarcelar por desacato. Dijo lo que tenía que decir y
el juez volvió a encarcelarla de nuevo. Como fondo desde hace varios días el
escándalo de corrupción de miles de millones de libras egipcias del trigo, una
inmensa estafa con los desajustes entre el trigo que se supone que debería
haber y el que hay realmente. El Auditor General ha sido condenado
recientemente a un año de cárcel por ponerle cantidad a lo que Egipto pierde
por la corrupción; eso, decía, era un ataque al prestigio del país. Acaban de
nombrar a su sucesor.
Este blog, lo he señalado en ocasiones, nació con la
Primavera Árabe. Nació con un artículo titulado "Mundos sin futuro"
en enero de 2011, con la gente en las calles de Egipto. Unos amigos, profesores
egipcios, se habían quedado bloqueados en España y todos vivíamos angustiados
la situación con las comunicaciones cortadas y la poca información que llegaba.
Mi solidaridad con ellos me llevó a escribir; quería que entendieran que los
que les estaba pasando me importaba, que estaba junto a ellos y sus
aspiraciones.
Con el ánimo de complementar lo que escribió hace una semana
The Economist, me permito reproducir
algunos párrafos de lo que escribí entonces, 30 de enero de 2011:
La revolución del mundo árabe es
la de los jóvenes a los que se fuerza a malvivir en sus países o a emigrar a
otros donde son tratados, en muchos casos, como delincuentes potenciales.
Atrapados entre estas dos opciones, la respuesta no puede ser otra más que la
rebeldía, la rabia que estalla finalmente.
[...]
Occidente tiene mucho que
aprender y mucho que aportar en esta situación. Tiene que aprender que crear
generaciones sin futuro es muy peligroso y tiene que aportar al mundo árabe
algo que este urgentemente necesita: esperanza y mano tendida. El gran problema
del mundo árabe es la pérdida de la autoestima, el sentirse completamente
abandonado por los que les gobiernan y despreciado y criminalizado por los que
están fuera. El camino que emprenden ahora necesitará de mucha ayuda y
comprensión, sobre todo. La necesidad urgente hoy es edificar un moderno islam
que puede llevarles hacia el futuro, su propio futuro. De no entender esto, se
corre el riesgo de que las fuerzas no vayan hacia el futuro, sino hacia el
pasado, sacarlos fuera del tiempo. Los cientos de miles de árabes que hoy han
vencido el miedo, que han quebrado el muro de los discursos recibidos durante
décadas piden libertad y un mundo más justo, piden libertad y el derecho a poder
trabajar dignamente; reclaman el derecho a tener gobiernos que se preocupen de
sus pueblos y no de sus propios fines. No piden mucho más…, por ahora.
Occidente necesita menos geoestrategia y más sentido común para entender estas
situaciones, menos cálculo y más generosidad. [ver entrada]
La palabra que más aparecía en las canciones de los jóvenes,
en una explosión creativa sin precedentes, quizá fuera "sueños". Era
lógico que así fuera. Era la esperanza la que dominaba; habían conseguido
levantarse y arrastrar a la gente en un mundo en el que protestar era un desafío
reservado a muy pocos, los que tenían una extraña vocación por dar con sus
huesos en las cárceles o aparecer destrozados en cualquier cuneta.
La gente se sumó a la protesta de los jóvenes que pedían un
futuro. "Los jóvenes tienen razón", decían. "Estoy aquí",
le dijo un viejo paria herido en Tahrir a una estudiante que le cuidaba,
"por vuestro futuro, no por mí". Futuro, sueños de futuro.
Acabo de volver a ver y escuchar una de las canciones que
recogí entonces para el blog del Taller de Periodismo "Otra Cultura".
Se trata de la canción de Amir Eid y Hany Adel, "La voz de la Libertad"
(Sout Al Horeya), grabada en la misma
Plaza de Tahrir, con la gente manifestándose. Es una fiesta que poco tiene que
ver con lo que ocurrió después o con lo que ocurre ahora.
La voz de la Libertad (Sout Al Horeya)
Hemos levantado la cabeza hacia
el cielo
Ya no nos importa el hambre
Lo más importante es nuestro
derecho
Y escribir nuestra historia con
nuestra sangre
Si eras uno de nosotros, deja de
despotricar y de decirnos
Que nos vayamos y olvidemos
nuestros sueños
No sigas hablando en mi nombre
En todas las calles de mi país
Llama la voz de la libertad
He bajado a decir que no vuelvo
He escrito con mi sangre en todas
las calles
Nos ha oído el que no oía
Y se han levantado todas las
prohibiciones
Nuestras armas son nuestros
sueños
Y tenemos un mañana claro ante
nosotros
Hace tiempo que esperamos
Buscamos y no encontramos nuestro
sitio
En todas las calles de mi país
Llama la voz de la libertad
Sueños, sueños... a falta de realidades. Lo que llamé entonces
una revolución de los hijos contra los
padres se ha convertido de nuevo en una nueva situación asfixiante, sin salida:
fracaso económico y más represión. Nuestro idioma usa la misma palabra
"sueño" para nombrar las ilusiones que se entrevén y el estado de
somnolencia. Hay una gran diferencia entre "tener un sueño" y "tener
sueño". La primera expresión reflejaba el espíritu de los jóvenes; la
segunda el estado del régimen. Es la diferencia entre el canto ilusionado y el
ronquido.
En un duro artículo
reciente, "How Egyptians’ morals justify immoralities", Mohammed
Nosseir escribía: "Inspired by their own logic and aided by their talent
in justifying their sins, Egyptians tend to transform their disgraceful acts
into morally acceptable practices."**** La indignación del régimen
ante el espejo ofrecido por The Economist
puede ser incluido en este modelo de transformación. La publicación fue acusada
inmediatamente de servir a oscuros propósitos y conspiraciones extranjeras
contra Egipto, la madre del mundo. Se
pide a los egipcios más sacrificios cuando sigue sin cortarse el grifo de la
corrupción y los escándalos políticos y económicos se suceden. Se apela a la
moralidad para exigir a sabiendas de que la inmoralidad es constante, pero el
mecanismo funciona. El razonamiento de Nosseir es que cuando se vive en este estado
doble, llamando a lo inmoral "moral" y viceversa, se acaba perdiendo
el sentido de la realidad: "People who are not able to distinguish between
virtues and vices won’t notice the difference between moral and immoral values.
Attempting to persuade them to abide by moral values is therefore futile,"****
Las palabras son duras, como lo es el diagnóstico, y vienen de un egipcio. El
principio social es claro: cuando se convierten en virtudes lo que no lo son,
se acaba perdiendo la referencia y la capacidad de respuesta. Cuando se aceptó
que las personas que dieron su vida en las calles, los jóvenes que salieron
inicialmente a reclamar libertad, eran traidores
a Egipto, cuando se dio por bueno para justificar la represión posterior,
el encierro en las cárceles de las personas que pedían de nuevo lo mismo —pan,
justicia, libertad—, el alma ya estaba vendida y la confusión asentada. Mientras se encierra a los activistas que quieren democracia, se suelta y exonera a los corruptos de entonces en u trasiego infame y moralmente inaceptable.
Así se puede encerrar en la cárcel, uno tras otro, al que
denuncia las situaciones mientras que se alaba al que reprime y ampara. La
dignidad está en Mahinour El-Masry, a la que se saca a la calle con un perdón
presidencial que no ha pedido y que vuelve apenas unos meses después a la
cárcel porque le dijo al juez que la encarceló lo que pensaba cuando lo tuvo
enfrente. Esa es la dignidad —¡levanta
la cabeza!— que queda para el futuro y por la que deberían dar las gracias
muchos egipcios. Sara las que les salve la cara cuando se escriba la historia.
Nadie valora fuera de las fronteras nada de lo que se aplaude precisamente por esa inversión moral que denuncia Mohammed Nosseir. Pero es el mundo el que está equivocado.
Nadie valora fuera de las fronteras nada de lo que se aplaude precisamente por esa inversión moral que denuncia Mohammed Nosseir. Pero es el mundo el que está equivocado.
Los jóvenes tienen "sueños", los poderes tienen
"fantasías" megalómanas que son arrastradas por los vientos de
artículos como el de The Economist o
de tantos otros que llevan advirtiendo de los males de la economía egipcia, del
desastre absoluto de la gestión y de la incapacidad de afrontar los males. El mal principal viene de la incompetencia demostrada, de la corrupción
galopante que hace perder millones y millones ante la mirada falsamente escandalizada
de los egipcios. Apartar a los que nos dicen lo que no nos gusta escuchar tiene
sus riesgos.
El 25 de enero de 2011 muchos egipcios salieron a decir que esa fantasía era ya insostenible, que querían abrir un camino hacia el futuro. Cuando, unos años después, Shaimaa al-Sabbagh salió a llevarles una corona de flores como desagravio en el aniversario del 25 de enero, recibió un tiro en la cabeza a cargo de un oficial de Policía. Ella tenía memoria y no había perdido el sentido de la dignidad. Por eso estorbaba. La historia es otra infamia más que aquí hemos contado.
The Economist señalaba en el irritante artículo:
The regime is bust, sustained only by generous
injections of cash from Gulf states (and, to a lesser degree, by military aid
from America). Even with billions of petrodollars, Egypt’s budget and
current-account deficits are gaping, at nearly 12% and 7% of GDP respectively.
For all of Mr Sisi’s nationalist posturing, he has gone beret in hand to the
IMF for a $12 billion bail-out (see article).
Youth unemployment now stands at over 40%. The
government is already bloated with do-nothing civil servants; and in Egypt’s
sclerotic, statist economy, the private sector is incapable of absorbing the
legions of new workers who join the labour market each year. Astonishingly, in
Egypt’s broken system university graduates are more likely to be jobless than
the country’s near-illiterate.*
Los síntomas son alarmantes desde hace mucho tiempo, pero
las cifras son negadas o mostradas como campañas contra Egipto. Las exigencias
del Fondo Monetario internacional para los préstamos han sido también recibidas
con mensajes contradictorios del tipo "nadie va a decir a Egipto lo que
tiene que hacer". Pero los préstamos necesarios tendrán que salir de algún
lado y los saudíes advirtieron hace tiempos que se habían acabado los préstamos
a fondo perdido.
No se ha hecho nada, ninguna reforma, y así no puede mejorar la economía. La fantasía de que el carisma del elegido mariscal El-Sisi puede resolver por sí solo los problemas de Egipto se va desvaneciendo. Da igual lo que soñara en El-Sisi, da igual que en sus sueños se la aparecieran todos los que han tenido el poder en Egipto desde la primera dinastía faraónica. Es el gobierno de los militares, vestidos de paisano un día y de uniforme otro para las inauguraciones y mantener el prestigio del Ejército, lo que ha llevado a Egipto a la situación actual. Los pueblos son hijos de sus errores y aciertos. Confundirlos solo sirve para ahondar en las crisis.
No se ha hecho nada, ninguna reforma, y así no puede mejorar la economía. La fantasía de que el carisma del elegido mariscal El-Sisi puede resolver por sí solo los problemas de Egipto se va desvaneciendo. Da igual lo que soñara en El-Sisi, da igual que en sus sueños se la aparecieran todos los que han tenido el poder en Egipto desde la primera dinastía faraónica. Es el gobierno de los militares, vestidos de paisano un día y de uniforme otro para las inauguraciones y mantener el prestigio del Ejército, lo que ha llevado a Egipto a la situación actual. Los pueblos son hijos de sus errores y aciertos. Confundirlos solo sirve para ahondar en las crisis.
Ahora el presidente sale a anunciar a los egipcios la crisis
profunda de su economía. Todos los voceros que han señalado que iba muy bien y
que había planes óptimos tendrán que callarse y tratar de justificar sus
sueldos intentando hacer algo por el país y dejar de adular.
El artículo que causó indignación se cierra
provocativamente, poniendo el dedo en la herida:
For the time being talk of another uprising, or
even of another coup to get rid of Mr Sisi, has abated. Caught by surprise in
2011, the secret police are even more diligent in sniffing out and scotching
dissent. But the demographic, economic and social pressures within Egypt are
rising relentlessly. Mr Sisi cannot provide lasting stability. Egypt’s
political system needs to be reopened. A good place to start would be for Mr
Sisi to announce that he will not stand again for election in 2018.*
Sin embargo, ya hay gente trabajando en la mentalización social
de que Abdel Fattah El-Sisi debe seguir al frente del país. Un régimen tan
personalista, tan centrado en un hombre no admite muchos cambios.
Ahram Online recogía las palabras de contestación a The Economist
a cargo del portavoz del Ministerios de Asuntos Exteriores. Por supuesto, todo es injusto, políticamente motivado, falso, etc.
He also said that the article did not
acknowledge the Egyptian government’s plan for inclusive and sustainable growth
by 2030.
Abu Zeid added that Egypt's discussions with
the International Monetary Fund (IMF) on the economic package were undermined
by the article, and that they should be considered "an indication that
Egypt’s economy is moving on the right track."
“We hope that in the interest of maintaining
its credibility, reputation and professionalism, The Economist will be less
reductionist and biased in the future,” Abu Zeid said.*****
La argumentación de que cuando se advierte de los problemas
es que se va en la dirección correcta
es típicamente egipcia. Hoy el presidente ha salido a decir, sin más remedio,
que esperan tiempos muy difíciles, de recortes y despidos, de decisiones
impopulares pero necesarias tras décadas de corrupción y desidia. Ya no se
puede jugar a ser popular, a la sisimanía. Comienza una nueva fase.
Las palabras finales de aquella canción que recorrió Tahrir
con esperanza siguen resonando como un eco:
Hace tiempo que esperamos
Buscamos y no encontramos nuestro
sitio
En todas las calles de mi país
Llama la voz de la libertad
No sé si ahora es tiempo para sueños en Egipto. Pero lo que está claro es que el tiempo de dormitar ya ha pasado, que las canciones que mecen la cuna tienen que ser otras. Estas está ya agotadas.
* "The ruining of Egypt" The Economist 6/08/2016 http://www.economist.com/news/leaders/21703374-repression-and-incompetence-abdel-fattah-al-sisi-are-stoking-next-uprising
** "Economic situation is critical, all Egyptians must work together to overcome this ordeal: Al-Sisi" Daily News Egypt 13/08/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/08/13/economic-situation-critical-egyptians-must-work-together-overcome-ordeal-al-sisi/
*** "Mahinour Al-Massry, Youssef Shabaan released after finishing prison term" Daily News Egypt 13/08/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/08/13/mahinour-al-massry-youssef-shabaab-released-finishing-prison-term/
**** "How Egyptians’ morals justify immoralities" Daily News Egypt 7/08/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/08/07/530056/
***** "FM spokesman slams Economist issue criticising Egypt's economic policies" Ahram Online 8/08/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/238234/Egypt/Politics-/FM-spokesman-slams-Economist-issue-criticising-Egy.aspx
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