Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ningún
asesinato es una buena noticia. La muerte a tiros de un imam y su ayudante en
Nueva York tampoco lo es por diversos motivos. El primero y más obvio es porque
tienes que actuar de forma distinta si no quieres hacer lo mismo. No hay
diferencia entre los crímenes del sacerdote francés degollado y el imam
disparado en la cabeza en Queens. No la hay. Son dos seres humanos víctimas de
la intransigencia y del odio. No sé si hace bien el responsable de hablar con
los medios al decir que no hay evidencia
de que hayan sido asesinados por una cuestión
religiosa. Puede que no haya evidencia de ello pero es lo más probable.
Llevaban una gran cantidad de dinero encima que nadie se llevó. Disparó y salió
corriendo. Las opciones no son muchas. Se entienden los reparos policiales a etiquetarlo,
pero habrá otra forma de expresarlo.
En
segundo lugar, matando en las calles solo se consigue dar excusas a los
que les matan cristianos en otros lugares del mundo, que lo usarán como
argumento para seguir haciendo lo que hacen. Estas manifestaciones de violencia
son reproducidas allí donde nadie tiene culpa de nada con más muertes. Ha
ocurrido con anterioridad con otro tipo de manifestaciones gratuitas que solo
han conseguido ser manipuladas para desencadenar más violencia. Los muertos que
se puedan causar por parte de los que siguen la política del ojo por ojo
también caerán sobre la conciencia del que disparó al imam y sus instigadores.
Los
musulmanes que se han manifestado en Queens tras la muerte del imam piden
"justicia" y hacen bien. Es la justicia la que debe actuar
diligentemente para detener al responsable. La calificación del acto depende de otros factores, nos siempre fáciles de determinar. Es siempre problemático obtener una calificación, como crimen de odio en este caso, que se pide de inmediato. Podemos pensarlo, pero las autoridades se curan en salud hasta tener datos que puedan probarlo. Recordemos las discusiones tras los crímenes de Orlando.
Se trata de evitar los conflictos sectarios, de evitar reacciones demasiado
rápidas en las que las comunidades descarguen las iras que se desatan. Pero tampoco
se debe dar la impresión, ante las suspicacias, de que se carece de interés o se trata de negar lo evidente. En esto el sentido común hace mucho.
En
tercer lugar, no se puede prescindir del contexto de la campaña electoral y del
tono que ha adquirido. Una cuestión es lo que puede ser probado, que compete a
los tribunales, y otra lo que puede ser pensado con un fundamento mayor o
menor. The Washington
Post señala:
But in an election year marred by anti-Muslim
vitriol, from the Twittersphere to Donald Trump’s campaign stage, there is a
feeling of certainty for many in this Queens community that what happened was a
hate crime — a double murder perpetrated because the men were Muslim — and they
want to hear the city say it out loud.
“As a community organizer, it is obvious,” said
Rokeya Akhter, 55, a Bangladeshi American activist who drove to the Ozone Park
mosque with two friends from the nearby neighborhood of Jamaica on Sunday to
show their support. “They
were targeted as Muslims.”*
La
cuestión no es tanto lo que se piense —todo el mundo pude elaborar una teoría
desde los datos conocidos— si cómo se actúa. La creencia en que es un crimen de
odio, por ser musulmanes, puede llevar a varios tipos de reacciones. Y la
diferencia es precisamente la confianza en la ley y el apoyo de la comunidad.
Al menos en el espacio norteamericano.
La
sociedad no es un laboratorio con las condiciones controladas. Es un sistema
abierto en el que las personas tienen sus creencias-filtro por las que pasan
los datos que reciben y los interpretan de una manera u otra. En el contexto de
los ataques y desprecios recibidos por la comunidad musulmana en Estados Unidos
por parte de Trump, lo normal es que surja esa opinión entre ellos.
Desde
el comienzo de las primarias, el clima ha ido deteriorándose con el aumento
consiguiente de los casos de ataques:
“There has been an increase in hate crimes
against the Muslim American community . . . and people are scared,” said Ali
Najmi, an attorney who is representing a Bangladeshi immigrant who was badly
beaten on a sidewalk in May by a man yelling “F--- Indians.”
Najmi, who said hate-crime charges are
difficult to secure because police must show a discriminatory intent, is
struggling to get his client’s case classified as a hate crime.
“I think it’s directly related to the
incitement leveled by Donald Trump,” he said of the attacks, including
Saturday’s killings. “I believe there’s a correlation there and a causation.
The community is really on edge between everything he’s doing and what we’re
seeing on the ground.”
Trump’s campaign said in a statement that it
was “highly irresponsible” to blame a political candidate for the attacks, the
Associated Press reported Sunday.
On Sunday, mosque leaders held up the police
sketch of the attacker, depicted as a bearded man with dark hair and glasses.
They held the sketch in front of the TV cameras. Then they taped it to the
mosque’s door.*
En las campañas electorales se produce una intensificación
de los discursos y dentro de estos una concentración temática. Es implica una
mayor intensidad de los mismos temas, que son repetidos como puntales de
críticas y programas. El esquema "problema-solución" adquiere una
intensidad inusitada ampliando la gravedad de los problemas y extremando la simplicidad
de las soluciones. Donald Trump ha llevado este esquema a la máxima
simplificación: "inmigrantes" (problema) - "muro"
(solución); "hispanos = violencia, drogas" (problema) = "expulsión"
(solución); "musulmanes = antiamericanos" (problema) =
"expulsión" (solución"), etc. Este modelo adquiere unas
dimensiones inusitadas, como ninguna campaña anterior, produciendo una violenta
identificación final de los "otros" (problema) = ... (solución)".
Es ahí donde Donald Trump juega la baza de la insinuación: Hillary os va a
quitar las armas, ya sabéis lo que tenéis
que hacer. Los seguidores lo tienen claro y así lo gritan, como recogió The New York Times: kill her!
Este tipo de cobardes e irresponsables insinuaciones han
sido constantes en la campaña de Trump. La última (e igualmente irresponsable)
es decir que si pierde será porque existe
fraude electoral. Habrá descerebrados que lo crean. Si hay algún incidente
cuando sean las elecciones, será responsabilidad suya.
Los argumentos de defensa desentendiéndose de lo ocurrido en
Queens suenan ahora pobres en alguien que ha estado llamando a la violencia
durante todo el tiempo. Él no aprieta el gatillo, pero llena la cabeza de odio.
El otro día lo llamamos "apóstol del odio". Nos reafirmamos en ello.
La prensa norteamericana se ha desplegado por todos los ámbitos
posibles para frenar a Trump y hacer ver el peligro que es para los Estados
Unidos. The New York Times recoge hoy
informaciones sobre las conexiones directas de su jefe de campaña, Paul
Manafort, con el partido del anterior y prorruso presidente de Ucrania, el
infame Yanukovich, una marioneta de Putin. Las noticias llegan desde Ucrania y
de la Comisión Anticorrupción. Su empresa se dedicaba al asesoramiento político
de Yanukovich. Anteriormente lo había hecho con el dictador filipino Marcos.
Trump sabe dónde elegir sus empleados. Sus palabras pidiendo a Rusia que pirateen
los emails de Clinton o la salida a la luz de los correos de los dirigentes demócratas
adquieren una nueva resonancia.
La campaña electoral de 2016 será recordada como una
pesadilla, con la intensificación del sectarismo, del racismo y de la intolerancia.
Trump no quiere una "América grande", como reza su eslogan de
campaña, sino un país intolerante dirigido por un narcisista megalómano. Los
intentos de imaginar lo que Trump podría hacer, de sus relaciones con las
instituciones, sus nombramientos, etc. son espeluznantes. La América que le
apoya debe despertar en algún momento porque el futuro que depara es
inimaginable en todos los órdenes.
Mientras tanto, los efectos acusadores de sus palabras, sumados
al contexto internacional, hacen que vaya marcando "objetivos". El
vídeo de The New York Times, que comentamos aquí el otro día, en el que se
recoge el comportamiento de las personas que siguen a Trump, sus gritos
insultantes y amenazantes hacia todos aquellos a los que el dedo de su líder
señala, era suficientemente claro.
Mientras, la comunidad musulmana de Queens se pregunta qué
hacer:
Now there are murmurs and debate,
Uddin said, about what to do next. Should they protest? Should they wait? Should they trust the police to
arrest the man who did this and charge him appropriately?*
La respuesta es importante porque las presiones de los que
quieren que aumente la tensión serán grandes. Nada le vendría mejor a Trump que
una protesta que acabara en enfrentamientos. Con las ya existentes en el campo
racial, la campaña tendría por delante unos meses de crecimiento de tensiones
con resultados difíciles de calcular.
La respuesta más sensata es alejarse del sectarismo y no ceder
ante provocaciones como el asesinato del imam en Queens. Eso implica el apoyo a
la comunidad musulmana, como están haciendo algunos políticos demócratas y
otras comunidades. También el compromiso de las autoridades en tomarse el caso
en serio. No hacerlo sería insensato.
Las condenas de un crimen cobarde deben ser claras y
rotundas. Lo que separa de la barbarie es la ley y el funcionamiento de las instituciones
por encima de cualquier circunstancia, color o religión.
El consejo más sensato lo dio la medallista norteamericana Ibtihaj
Muhammad, la primera mujer en representar a Estados Unidos vistiendo un hijab.
Muhammad ha conseguido el bronce formando parte del equipo de Estados Unidos y
ha dado un paso al hacer visible que los musulmanes pueden formar parte de su
equipo olímpico con todo orgullo, sin distinción. Muhammad es norteamericana y cuál sea su religión es cosa
suya. Los Estados Unidos se formaron con muchas personas que venían huyendo de las
persecuciones y guerras de religión. Trump no es América, sino inquisición. Su retórica de la discriminación y la violencia nunca puede acabar bien.
En diciembre pasado, Ibithaj Muhammad fue clara en un tuit a sus seguidores: "Friends
don't let friends like Trump"***. La ya medallista ha dicho hace unos días:
“I’m hopeful that, in my efforts to represent
our country well as an athlete ― that they change the rhetoric around how
people think and perceive the Muslim community,” she said.***
Esperemos que el ejemplo que cunda sea el de ella y no el de
un loco con una pistola esperando a la salida de una mezquita en Queens o en
cualquier otro lugar.
*
"Tension roils Queens immigrant community after killings" The
Washington Post 14/08/2016
https://www.washingtonpost.com/politics/tension-roils-queens-immigrant-community-after-killings/2016/08/14/deb00a14-6267-11e6-96c0-37533479f3f5_story.html
** "Secret
Ledger in Ukraine Lists Cash for Donald Trump’s Campaign Chief" The New
York Times 14/08/2016
http://www.nytimes.com/2016/08/15/us/politics/paul-manafort-ukraine-donald-trump.html
***
"Muslim Fencer On Team USA Takes Down Trump" ThinlProgress 7/08/2016
https://thinkprogress.org/muslim-fencer-on-team-usa-takes-down-trump-f557df98a644#.b9t5cpaak
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