Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
políticos han descubierto una forma sencilla de salir del paso: rodearse de
gente sonriente. La gente sonriente provoca un sentimiento empático de
felicidad mediante el que las personas preocupadas recuperan la esperanza, la
fe y lo que los políticos le hayan hecho perder con anterioridad. La irritada
Gran Bretaña del post Brexit se recupera con las sonrisas que rodean a Theresa
May por todas partes. El desastre ha sido
conjurado.
La
política británica siempre ha tenido sus peculiaridades. La salida de Cameron
del Parlamento parecía una despedida tras un campamento de verano o la reunión
de un grupo de ex alumnos de alguna de esas universidades tan selectas en las que solo está la gente importante. También a Cameron le dio por reírse y a
todos con él. El gobierno saliente feliz, el gobierno entrante feliz y la
oposición feliz. Acostumbrados a lo que tenemos por aquí el choque es mayor.
Lo
que los británicos viven con una especie de "espero que el fin del mundo
sea después del té de las cinco", el resto del mundo lo suele vivir de otra
manera. La imagen de David Cameron canturreando al entrar por última vez en la
residencia del Primer Ministro quedará como un signo de esa diferencia británica.
De
chiste puede ser considerado el nombramiento de Boris Johnson para el puesto de
Jefe de la Diplomacia británica. Será el encargado de llevar las negociaciones
con la Unión Europea, algo importante para alguien que la ha insultado tanto.
Tendrán ocasión de verse las caras y hacer más chistes cuando comiencen las
negociaciones. No sabemos cuál es realmente la intención de May si castigar a
Europa o castigar a Johnson, o quizá ambas cosas.
La BBC, con
el titular "Boris Johnson is foreign secretary: The world reacts",
señala:
Newspapers and politicians around the world
have been reacting to Boris Johnson's appointment as UK foreign secretary.
Many were surprised, citing his history of faux pas including insulting the
president of Turkey and commenting on the US president's ancestry.*
Le sigue un repaso de las reacciones de diferentes países
ante el nombramiento de Johnson. Sirvan como ejemplo las primeras que se nos
muestran, las del titular de The
Washington Post: "Boris Johnson, new Britain's top diplomat, had said some
very undiplomatic things". La BBC no sigue ofreciendo reacciones de los
amigos que Johnson ha ido reuniendo por el mundo en estos años de alcalde de
Londres, ciudad que decidió perderle de vista recientemente.
¿Cómo debe considerar la Unión Europea el nombramiento de
Johnson, futuro interlocutor para la salida británica? Me refiero, por
supuesto, en sentido extraoficial. Oficialmente, Gran Bretaña puede mandar a
quien quiera, faltaría más, pero dado lo delicado de la situación para el que
quiere salirse, una persona tan "poco diplomática", como señala The Washington Post, puede provocar falta
de empatía, por no decir el rechazo.
En cualquier caso, Europa ya se está posicionando entre los
que no quieren que Gran Bretaña siente un precedente positivo con su salida que
anime a otros y los que temen perder las especiales relaciones bilaterales que
puedan tener con ellos, sobre todo en el aspecto económico.
Por muchas sonrisas que los miembros del gobierno y
parlamento quieran ofrecer, es en clave de drama
como se resolverá esta historia. Bastará que se siente en la mesa y abran sus
carpetas para que muchas sonrisas desaparezcan de golpe.
The New York Times le dedica su editorial a May, a sus
nombramientos y futuro, más allá de las sonrisas. El editorialista concluye:
On Wednesday, Ms. May named Mr. Johnson as
foreign secretary. This was a surprising and, in some quarters, disturbing
choice given the ease and frequency with which he insults foreign leaders; it
is unclear whether it will complicate her task. In any case, she needs to move
quickly. Uncertainty has already battered Britain’s economy. Even as Ms. May
accepts the mandate to negotiate Britain’s formal exit from the European Union,
she should make clear to the British that their country’s economic future must
be within the single market. And that will inevitably require puncturing any
illusion that Britain can continue participating in that market without
allowing free movement of people and making any contribution to the E.U.
budget. More uncertainty can only do more damage.**
El editorial deja claro que Johnson puede ser contraproducente
y que lo que May considera una jugada brillante al nombrarlo se puede volver
contra ella y las negociaciones. La Unión no está ni para insultos ni para
chistes o sonrisas. Pronto tendrán ocasión de comprobar que el divertido clima con el que Cameron se
encontró en el parlamento en su despedida no tiene nada que ver con lo que se
van a encontrar en Bruselas. Y Johnson podrá comprobar si sus chistes funcionan
más allá de las islas y May podrá comprobar igualmente si ha acertado al poner
a Johnson donde le ha puesto. Ya ha anticipado que el "brexit" será
un éxito para Gran Bretaña. Quizá por eso se ríen.
La observación de los efectos a medio plazo del referéndum
en Reino Unido será interesante más allá de lo económico. Hay que ver qué
ocurrirá con los que se consideran perjudicados, los jóvenes especialmente, y también con los que se consideran engañados. La prensa británica destacó el caso de algunas ciudades que habían sido muy favorecidas por inversiones con fondos europeos y que sin embargo habían votado por la salida de la Unión. Veremos cómo van reaccionando cuando se vaya enterando de los cambios.
La
advertencia del editorialista de The New
York Times es acertada: no se debe jugar ni con la incertidumbre ni con la
credulidad. Hasta el momento,
han jugado con ambas.
*
"Boris Johnson is foreign secretary: The world reacts" BBC 14/07/2016
http://www.bbc.com/news/world-36790977
** "Theresa May to the Rescue" The New York Times 13/07/2016 http://www.nytimes.com/2016/07/14/opinion/theresa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.