Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Un intento
de golpe de Estado tiene siempre algo de test. Como la incertidumbre dura unas cuantas
horas (o días), los análisis de lo que
se dice o de lo que no se dice suelen ser interesantes. También sirve para ver
el grado de conocimiento de la situación "general" de los
evaluadores. Quedó claro, por ejemplo, que si quieres tener una buena
información en Radio Televisión Española, el equipo que debatía sobre lo ocurrido en
el mundo un viernes por la noche, un 15 de julio, no es el más indicado. Cuando
alguien introdujo el rumor de que "Merkel le había denegado el asilo a
Erdogan", la respuesta de uno de los contertulios es que solo le quedaban "Rusia
e Irán para pedir asilo". No sé lo iraníes lo que pensarían, pero seguro
que los rusos estaban "encantados de acogerlo" tras haberles
derribado un avión no hace mucho. Después establecieron una conexión con el secretario
de Relaciones Exteriores del PP quien, con buen juicio, se negó a evaluar la
situación hasta saber más. Preguntado sobre cómo estaba el "ambiente por
allá", les dijo que no estaba en
Turquía, sino en España. Otra metedura de pata con pocos minutos de
diferencia.
Podemos
entender que no sea fácil llevar a un estudio a un experto sobre cualquier tema
un viernes a las 11'30 de la noche en julio, pero los titulares del equipo dejan mucho que desear en este caso y el
sistema de llamar a los partidos políticos para que opinen —más allá del error de localización— ha generado una forma
perversa —pero barata— de informar. Quede como queja.
Un
lugar interesante desde el que percibir informativamente el intento turco de
golpe es Egipto. La rivalidad pareja de Egipto y Turquía, cada uno en un
extremo de la zona, hace que el análisis ofrezca interés. Es lo que ha hecho la
publicación Mada Masr con el anticipador título de "Egyptian media
prematurely declares overthrow of Erdogan". Los medios egipcios se dejaron
llevar por el deseo.
En cierto sentido, el golpe de estado turco era importante
para Egipto por varias cuestiones. En primer lugar, eliminaba a un rival
directo en la figura de Recep Tayyip Erdogan. El presidente turco se ha manifestado
repetidamente en contra del régimen de El-Sisi, el nacido del 30 de junio de
2013. Erdogan no ha perdido ocasión de atacar y manifestar su rechazo contra el
régimen respaldado por los militares. En segundo lugar, Erdogan ha dado cobijo y
fuerza a los Hermanos Musulmanes tras su derrocamiento. El partido de Erdogan
forma parte del grupo de partidos islamistas de los Hermanos; son de la misma
cuerda, pero con destinos distintos. En tercer lugar —y quizá más interesante—
la caída de Erdogan se veía como una especie de destino histórico de los islamistas,
derrocados por el Ejército salvador.
En este último punto, la caída de Erdogan a manos del
Ejército turco se consideraba como un caso de justicia histórica, por decirlo así, que confirma la validez del
caso egipcio y su propio golpe de estado. El golpe, según declaraciones, se
daba en nombre de la democracia y para frenar el sectarismo y la corrupción del
gobierno islamista de Erdogan. Las razones son parecidas a las que llevaron al
golpe en Egipto.
Pero la diferencia es enorme en el sentido histórico: en
Egipto el golpe se da tras las protestas masivas contra el sectarismo de Morsi,
si bien no se pide un golpe sino su dimisión y la convocatoria de elecciones
anticipadas para corregir el engaño de los islamistas que han prometido
gobernar para todos para recibir los votos de los que se niegan a votar al
candidato de los militares, Safiq.
Tras señalar la rapidez con que vendieron la piel del oso
sin tenerlo atrapado, Mada Masr repasa la información de algunos medios:
Al-Ahram, the flagship state-owned newspaper
announced in its main headline “Turkish army overthrows Erdogan,” reporting on
the initial hours of the attempted coup where it looked like it might succeed
when the military blocked the two main bridges in Ankara and the president was
rumored to have fled the country. Similarly state-owned Akhbar-Al-Youm declares in its main headline “A military coup in
Turkey,” continuing in its subhead “The military announced it has taken charge
to protect democracy and human rights, Erdogan calls on citizens to go down to
the streets to protect ‘legitimacy.’”
The placing of the word legitimacy in quotes
suggests that the newspaper is drawing a parallel with Egypt where Morsi used
the word repeatedly in his final speeches as president and it became for a
rallying cry for his supporters in the period immediately following his ouster.
Privately-owned Al-Masry Al-Youm led with a similar headline declaring Erdogan’s
downfall. Other papers, such as Al-Watan,
made changes to their print edition. Al-Watan’s
first edition declared “The military rules Turkey and overthrows Erdogan” and
reports on rumors that Erdogan had requested asylum in Germany. However, the
paper edited its second edition with no mention of the events in Turkey.
Youm7 addressed the events with a story
on Friday night posted on the paper’s social media accounts about “the reasons
for Erdogan’s fall,” listing animosity towards Egypt as one of them. However,
when it turned out that Erdogan would remain president, Youm7 shifted its strategy with a story declaring that the coup was
a “farcical show” orchestrated by Erdogan to further cement his powers.*
Los deseos y los paralelismos buscados por la prensa egipcia
ante el "odiado" Erdogan se han quedado en poco, pero se percibe la
frustración porque no haya caído un enemigo.
La situación turca se complica mucho. Turquía, en estos
momentos, es un espacio de una enorme complejidad donde cualquier incidente puede
costar un infarto en las cancillerías de todo el mundo. Por muy odioso que
resulte Erdogan y cada vez más autoritario su régimen, lo último que quieren
los que ya tienen dolores de cabeza con la situación en Oriente Medio es un
cambio de juego en el tablero que lo convierta en mayor incertidumbre y riesgo
de cada acción. Una guerra civil en Turquía es lo último que nadie desea a
menos que carezca de un mínimo de cordura.
Puede que la acción fallida de los militares retrase en
décadas un cambio islamista en Turquía, siempre y cuando no haya sido un ensayo
general. Sorprende que un Ejército con cierta tradición en estas prácticas se haya
lanzado a la aventura con tan pocas garantías sabedor del alto riesgo de la
operación. Erdogan ya tiene la nueva excusa (no necesita muchas) para avanzar
en las purgas del Estados, haciendo desaparecer a todos los que se le oponen y
ampliando la penetración islamista en todos los rincones.
Egipto no pierde un enemigo, sino que lo amplía. Para que no
haya dudas, Egyptian Streets nos deja una noticia producida hoy mismo:
Egypt blocked a United Nations Security Council
U.S.-drafted statement condemning the military coup attempt in Turkey over the
phrasing of a clause.
According to Egypt’s Ministry of Foreign
Affairs spokesman, the initial statement, which requires all members of the
council to agree to in order to pass, urged all parties to “respect the
democratically elected government of Turkey.” Egypt opposed this statement as
it believed that the 15-member Security Council is “in no position to qualify
or label [the Turkish] government, or any government, as democratically elected
or not.”
Instead, Egypt proposed to change the phrasing
to urging parties in Turkey to “respect the democratic and constitutional
principles and the rule of law.”
However, the United States, which has been
accused by some figures in Turkey of orchestrating the coup attempt, and the
United Kingdom objected to the change, resulting in no statement of
condemnation being passed.
Egypt expressed surprise at the rejection of
its amendment and criticized the media for claiming it had solely obstructed
the condemnation.**
Con esto se asegura el odio eterno de Erdogan y un nuevo
tema de conflicto bilateral. Cuando Erdogan consiga asegurarse de que tiene todo
bajo control, se ocupara de Egipto y del gobierno de El-Sisi. Más allá del
juego de palabras, está el odio profundo de los gobiernos de ambos países.
La rivalidad turca y egipcia no es nueva. Se han acabado los
tiempos en los que Turquía era propuesta como modelo de democracia para los
países musulmanes: miembro de la OTAN, candidato a la Unión Europea,
democracia. Sin embargo, esos no son los objetivos reales de los islamistas,
solo vías para conseguir sus objetivos. Erdogan ha dejado claras sus formas
para todos los que lo han querido ver. Lo padecen todos aquellos que se le
oponen. Es dudosa su lucha con el Estado Islámico y Occidente ha tenido que
confiar en los kurdos, lo que le sirvió a Erdogan para romper la tregua que
tenían y atacarlos. Los motivos eran claros: no consiguió poder electoral
suficiente y rompió la tregua para evitar que existiera una alianza de la
oposición, devolviendo a los kurdos a la guerra civil.
Cuando Morsi subió al poder, lo negocios entre Turquía y
Egipto subieron. Los avispados islamistas constituyen por sus cúspides un club
de negocios entre ellos. Cuando llegan al poder refuerzan sus lazos con las
ventas; negocios cerrados rápidamente.
Al-Monitor publicó
en 2013, tras el golpe militar en Egipto, un artículo mostrando la preocupación
de los inversores turcos que se habían lanzado a los negocios. Una vez
invertido su dinero, les preocupaba la excesivamente beligerante actitud de
Erdogan ante la caída de Morsi, señala la publicación, esperando que a Erdogan
se le pasara pronto la furia y no se resintieran los negocios.
Señalaba el artículo, titulado "Will Erdogan's Policies
Endanger Turkish Investments in Egypt?" y escrito apenas unos días después
de la caída de Morsi esta preocupación:
Turkish businessmen, who have invested $2
billion in Egypt, are seriously worried by the AKP-led government’s policy of supporting
deposed President Mohammed Morsi and not recognizing the new government that
came in with the coup.
We spoke with many businessmen to find out how
the uprising and the coup in Egypt is affecting the Turkish business world.
Most of the investors are known to be close to the ruling AKP government. We
found them in shock, but much more cool-headed than the politicians.
When we asked them about the fate of their
investments in Egypt, it became clear
that they didn’t yet have adequate information. One of them said, “We don’t yet
have a complete damage report. We are all trying to understanding the situation
in our workplaces. We will have a joint meeting next week and try to
consolidate our views.”
Turkish bosses, who have about 60,000 Egyptians
working for them, oppose the coup. But they don’t want the relations between
the two countries to reach a point of irreparability, as happened with Syria.
They have concerns about Prime Minister Recep Tayyip Erdogan’s unparalleled
tough position against the Egyptian military administration, and hope he will
change it. We understand that they don’t want to take this up directly with
Erdogan. None of the businessmen we spoke with agreed to the use of their names
for this article.
One businessman said, “The prime minister will
change. In the end, this is a global game. Turkey will act according to its own
interests. What is important now is to transfer power to civilians in Egypt as
soon as possible.”***
Pero la ira de Erdogan no se aplaca fácilmente y los inversores
turcos se encontraron con serios problemas en un país al que se declaraba
enemigo y con el que las relaciones incluso hoy siguen sin normalizarse. Es
dudoso que tras el veto en Naciones Unidas, se puedan normalizar en cualquier
sentido.
El artículo señalaba un aspecto global de las inversiones
turcas y la estrategia de Erdogan a través de las relaciones comerciales entre
los países. Para Turquía los países de la zona de Oriente Medio cumplían una
labor importante en su desarrollo de las inversiones. Por decirlo así, el imperio
otomano resucitaba con un ejército de inversores dispuestos a hacerse con los
negocios de la zona:
Erdogan's policies to shape a Sunni bloc in the
Middle East and North Africa were strongly supported by the Turkish business
world. This provided the Anatolian capital an important source of income. Many
businessmen succeeded in turning their increasingly friendly relations into
trade and money. Friendly relations with countries of the former Ottoman
[Empire] — which are rich in energy resources, but way behind Turkey in
production and consumption — offered economic opportunities.
Turkey’s success story in former Ottoman lands
is reflected in the numbers. For example, exports to the MENA region boomed by
fourfold in the last seven years. Exports to these lands, which were $12.7
billion in 2005, climbed to $52 billion in 2012. Meanwhile, growth in exports
to EU countries slowed and the EU’s share in Turkish exports decreased from 56%
to 38%.***
Es la versión en la sombra del islamismo: los negocios. Mientras
por abajo se vende radicalismo, por
arriba los ricos hacen negocios a la sombra de la fe. Cuando las inversiones
peligran, como hemos visto con las reacciones de los que invirtieron en Egipto
y ahora temían las reacciones de su presidente Erdogan, las diferencias parecen
menores y el destino del piadoso Morsi deja de importar tanto. Pero Erdogan es
inflexible en sus fobias y frustraciones. El fallido Egipto islamista de los
Hermanos Musulmanes le ha sacado de sus casillas pues le pone en pie de guerra
un rival que no juega a la renovación del Imperio Otomano, como le gusta pensar
a Erdogan, sino que juega a otro tipo de prestigio.
El medio
terminaba su artículo de 2013 con una frase clara y concisa: "In a
nutshell, Egypt is a market that must not be lost for Turkish businessmen close
to the AKP, who have made almost all the Turkish investments there."*** Los
negocios del AKP y de Erdogan pueden haberles salido mal.
Queda por ver si el Ejército turco acepta su
desmantelamiento o si dan el salto definitivo al poder, lo que llevaría a una
situación con cierto parecido a la
egipcia, por un lado, pero profundamente diferente por otro, con un resultado
muy incierto. Los años en el poder no han sido desaprovechados. Y la situación
en la zona no hace que muchos apoyen nuevas aventuras que introduzcan más caos.
Los islamistas turcos son como los egipcios (o como todos), pasan rápidamente
de sonreír cuando les va bien al explosivo cuando les va mal.
Hoy por hoy, Erdogan sigue. Los golpistas militares le han
llamado "traidor". Habrá que esperar a que esa acusación se aclare y sepamos a qué se referían.
El golpe a la turca puede que solo esté comenzando su andadura.
*
"Egyptian media prematurely declares overthrow of Erdogan" Mada Masr 16/07/2016 http://www.madamasr.com/news/egyptian-media-prematurely-declares-overthrow-erdogan
**
"Egypt Blocks UN Condemnation of Military Coup Attempt in Turkey"
Egyptian Streets 17/07/2016
http://egyptianstreets.com/2016/07/17/egypt-blocks-un-condemnation-of-military-coup-attempt-in-turkey/
*** "Will
Erdogan's Policies Endanger Turkish Investments in Egypt? Al-Monitor
10/07/2013
http://www.al-monitor.com/pulse/business/2013/07/turkey-businessmen-egypt-fear-erdogan-support-morsi.html#ixzz4Ef0p7W9z
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