lunes, 19 de agosto de 2024

Del silencio al barullo, la desinformación

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Durante décadas, la censura ha sido un arma mortífera. La censura implicaba preferentemente silenciar al enemigo, recortar sus palabras, hacerlas desaparecer del mapa. George Orwell, en su clásico 1984, con el modelo soviético en mente, lo llamó "vaporización", que era hacer desaparecer "lo molesto", el trabajo del protagonista.

Cada nuevo medio, al surgir, se ofrecía como  nuevas posibilidades de propaganda y, en paralelo, nuevas formas de censura. La censura es "ideológica", por un lado, pero por otro es "material". Se combaten las ideas con cortes y recortes, cambios, en el mensaje, entendido este como la materialización del texto, como el mensaje. Un recorte de sonido, uno fotográfico, la supresión de un párrafo en un texto escrito. Por eso, el espacio censurado se mide en segundos en radio o tv, en líneas en los textos escritos, etc.

Los nuevos medios han cambiado las estrategias. Ahora, en un mundo sin fronteras comunicativas, no es tan sencillo hacer una censura eficaz y se produce el ascenso de la propaganda y de la desinformación. Han existido siempre, es cierto, pero se ha modificado su papel central. Donde antes se elegía el silencio, ahora se prefiere la desinformación, el ruido, la afirmación sin fundamento con cara inexpresiva, basada sobre todo en la tecnología existente y en nuestra confirmación científica de cómo funciona el cerebro humano individualmente y en grupo, es decir, cómo escuchamos, seleccionamos y reaccionamos ante las informaciones que nos llegan. En esto los análisis masivos de datos han hecho mucho al facilitar la profundización en los mecanismos. La continua exposición a los medios ha hecho el resto.

En RTVE.es, en su sección "Una mirada europea", se recoge un artículo de hoy mismo de la AFP (Agence France-Presse), titulado "Los sitios de "noticias" prorrusos vierten incendiarias falsedades sobre las elecciones estadounidenses": 

Sitios pro-Kremlin que se hacen pasar por medios de "noticias" estadounidenses han difundido afirmaciones infundadas de que los demócratas conspiraron para asesinar a Donald Trump, un excelente ejemplo de cómo los portales falsos impulsados por inteligencia artificial están arrojando falsedades incendiarias en un año electoral en el que hay mucho en juego. Cientos de medios de comunicación falsos han proliferado en los últimos meses, según los investigadores de la desinformación, superando en número a los sitios de periódicos estadounidenses en una tendencia que está erosionando la confianza en los medios tradicionales a medida que se intensifica la carrera por la Casa Blanca. Los sitios falsos, en gran medida gracias a herramientas de inteligencia artificial baratas y ampliamente disponibles, están alimentando una explosión de narrativas polarizadoras o falsas, mientras las autoridades estadounidenses advierten de que potencias extranjeras como Rusia e Irán están intensificando sus esfuerzos por inmiscuirse en las elecciones del 5 de noviembre. A principios de este mes, una red de docenas de sitios web que imitaban sitios de noticias locales independientes -propiedad de John Mark Dougan, un ex marine estadounidense que huyó a Rusia mientras se enfrentaba a cargos en Florida por extorsión y escuchas telefónicas- lanzó la falsa afirmación de que el Partido Demócrata estaba detrás del intento de asesinato contra Trump en julio.* 

¿Es un nuevo tipo de "guerra"? Creo que ha existido siempre, pero decimos, la cuestión está en su uso más o menos intensivo. Una sociedad muy expuesta y participativa en los medios, como son las nuestras, ofrecen nuevas posibilidades de manipulación y acción. Lo que hacen los enemigos es aprovechar las posibilidades de actuación sobre un espacio social que se mueve.

Como todo, es una cuestión de costes. Lo que antes se hacía manualmente y requería grandes cantidades de personas, lo resuelven hoy algoritmos, bots e Inteligencia Artificial. Todo ello se pone en marcha y se rentabiliza.

Rusia siempre ha tenido una gran "afición" por la manipulación informativa desde los tiempos de la Unión Soviética. A las simples anexiones o conquistas de territorios, la nueva ideología buscaba fomentar la "agitación" con la propaganda, para lo que era necesaria la conexión con los medios interiores. Hoy es mucho más sencillo y las redes son los canales naturales para la desinformación. Se busca una mezcla entre la atracción informativa y la aceptabilidad. Conociendo lo que atrae y es más fácil de creer, se ofrece lo que se espera. La información manipulada va calando y son muchas veces las personas que las creen las que ayudan a difundirla a través de sus propios contactos en un proceso continuado.

El artículo de AFP nos deja en su cierre ideas y datos que es necesario tener en cuenta por lo que significan de cara a una intensificación de la desinformación: 

NewsGuard ha identificado al menos 1.270 "pink slime", como denomina a sitios web con motivaciones políticas que se presentan como medios de noticias locales independientes. Entre ellos hay redes partidistas de derecha e izquierda, así como la red rusa de Dougan. En comparación, el año pasado funcionaban en Estados Unidos 1.213 sitios web de periódicos locales, según el proyecto Local News Initiative de la Universidad Northwestern. "Las probabilidades de que un sitio web de noticias que pretenda cubrir noticias locales sea falso son superiores al 50%", afirmaba un informe anterior de NewsGuard. El auge del "pink slime" se produce en medio de un rápido declive de los periódicos locales, muchos de los cuales han cerrado o han sufrido despidos masivos debido a las dificultades económicas.

La Universidad Northwestern identificó el año pasado 204 condados de unos 3.000 en Estados Unidos como "desiertos de noticias", al carecer de "periódicos, sitios digitales locales, redacciones de radios públicas o publicaciones étnicas". Los sitios falsos "se aprovechan de los desiertos de noticias", apresurándose a llenar el vacío dejado por la desaparición de los medios tradicionales, dijo Sadeghi. "Pueden engañar fácilmente a los votantes en un año electoral difundiendo contenidos partidistas difíciles de distinguir del periodismo creíble", afirmó.*

Me parece esencial la idea de aprovechamiento del vacío informativo, de su declive como negocio de la información, para hacer proliferar estos pseudo medios dedicados a la desinformación.

Lo que desaparece no es solo el medio, sino la capacidad crítica y selectiva de sus profesionales y la formación de públicos y audiencias con sentido crítico. Es el vacío de esas zonas sin informadores lo que permite la entrada de la información manipulada. El crecimiento de las desapariciones, de los cierres de medios en esas zonas permite la entrada de esos medios tendenciosos desde los que partirá la información falsificada para ir creando corrientes de opinión favorables a los intereses parciales. No es nuevo, pero lo preocupante es la retirada de los medios en beneficio de aquellos cuya función es manipular.

La necesidad de profesionales de la información cualificados parece obvia. Lo que no es tan obvio es qué entendemos por "cualificados" y, en especial cómo se traduce en las carreras, en el sistema educativo-formativo.

Los últimos años han marcado la tendencia tecnológica formativa frente a la tendencia crítica, que pondrá el énfasis periodístico en los contenidos de los textos frente a su formato. El "dos por uno" que pretendió eliminar la separación que en los medios tradicionales existía entre el personal técnico —de los maquetadores a los impresores— con el de contenidos informativos (redactores) fue derivando en la creencia (más barata) que lo esencial era la "forma". De esta manera, se pensó que era más fácil "maquetar" que "explicar", que la información llegaba básicamente de las "agencias" y que se podía hacer un periódico con "técnicos", algunos redactores "locales", algunos columnistas de opinión y la información de las agencias.

La "comunicación" frente al "contenido·, la "forma" frente al "fondo", el "texto atractivo" frente al "conocimiento". Estas parecían ser las confrontaciones. Cualquiera podía crear un medio con un mínimo. Basta un poco de ingenio a la hora de titular, despertar la curiosidad; crear un mundo artificial de personalidades light, triviales, que enganchara al público, etc. para mantenerlo a flote.

Por supuesto, no se puede creer que la prensa es un medio "puro", no sujeto a intereses. La historia está ahí, clara y para ejemplo de lo que no hay que hacer. Pero ahora se trata de algo diferente, tanto en tamaño como en intensidad. Es un buen momento para hacer examen de conciencia y propósito de enmienda. El riesgo es que desaparezca la opinión crítica, desaparezcan los hechos y su delimitación y quede solo lo tendencioso, la manipulado. 

Es preocupante cómo en medios serios se imita el escamoteo de la realidad que otros hacen desplazando al final de las páginas los temas trascendentes y se desplaza la frivolidad, lo intrascendente a la primera línea. Con este escamoteo de la realidad que importa, se facilita precisamente su manipulación. Sencillamente: saben más de falsas vidas de personajillos que de lo que ocurre realmente en el mundo y puede ser relevante para todos.

Hoy, nos dice la AFP, los medios desaparecen y son sustituidos por otros usados para crear opinión mediante la introducción de la desinformación, de la trivialidad, de la pseudo realidad.

A países como Rusia e Irán les sale barata este tipo de guerra que les sirve para difundir sus posturas, apoyar a sus amigos (como con la Venezuela de Maduro) y desinformar de sus oponentes. El caso en el que se centra AFP, la autoría del atentado contra Trump por parte de los demócratas, es muy significativo del funcionamiento y de los momentos clave, como son los procesos electorales para la desinformación.

Ante esto, es fundamental disponer de fuentes de información fiables y, especialmente, de periodistas bien formados, gente capacitada para desentrañar mentiras y ofrecer visiones críticas. Esto no se consigue con la formación tecnológica, con la que se ciega a las personas en formación pensando que el Periodismo es cuestión de "experimentalidad" y "prácticas" en las que se busca la eficacia en otros términos. Hay que comprender primero y poder explicar después; solo tras esto adquiere importancia el proceso tecnológico de la comunicación. Páginas y páginas sin interés alguno son la mejor tapadera para la infiltración de la desinformación.

  

* "Los sitios de "noticias" prorrusos vierten incendiarias falsedades sobre las elecciones estadounidenses" RTVE.es AFP 19/08/2024 https://www.rtve.es/noticias/

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