Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los sistemas
educativos son esenciales para el desarrollo de los países y reflejan sus
esperanzas de futuro, en lo social y en lo personal. Lo que los países valoran
su educación es lo que valoran a las personas que viven en ellos porque
contienen un retrato indirecto de las personas que esperan que lo pueblen. Los
sistemas ofrecen esperanzas e ilusiones o frustración.
Hemos
tratado muchas veces los problemas que se producen en el sistema educativo egipcio
y la distancia enorme entre lo que esperan y lo que reciben. No hace muchas
semanas traíamos aquí el caso de los niños construyendo su escuela aunque no
les hubieran asignado un maestro en los ocho años que llevaban demandándolo;
contamos el miedo que tenían a que les hicieran derribar su escuela por
mantener el absurdo principio de autoridad que ni hace ni deja hacer.
Daily
News Egypt nos trae un ejemplo de cómo es visto ese sistema educativo desde
dentro y de cómo lo negativo ha logrado transformarse en creatividad y ganas de
cambio. Con el título "‘Happy Academic Year’: photography project
portrays problems plaguing pupils", el diario nos dejaba ayer la reacción ante
la experiencia vivida por un joven estudiante, Ahmed Mahrous, convertido en
fotógrafo.
“We learn at school how to fill our minds with
information that we don’t understand, without even questioning if the
information is false or true. You aren’t supposed to wonder how this happened
because you are only asked to memorise data without experiments or conclusions.
That’s why Egypt’s education system ranks very low in global competitiveness
reports.” This is how Ahmed Mahrous
described his photography project “Happy Academic Year”, which aims to shed
light on the setbacks in the Egyptian education system in past decades.
In his photos, students appear drowning in
piles of paper and books with desperate looks on their faces, and their mouths
covered in black muzzles to prevent them from asking questions or criticising
what they are being taught. Some photos paid special attention to the useless
ways of punishment that some teachers use, the piles of garbage in front of
public schools, and the unhealthy bathrooms that may spread diseases.
“I thought about this project because I wanted
to express the oppression I encountered in my school,” the 18-year-old
photographer said. “I used to ask a lot of questions, but my teachers used to
say ‘memorise it as it is to get good grades’. Therefore, I decided to work on
a project to spotlight the hardships our students face in public schools,
particularly the useless punishment methods and the large numbers of students
in each class.”*
El proyecto es algo más que un desahogo estudiantil ante el
sistema que le ha controlado más que enseñado durante su vida escolar. Es un
ensayo fotográfico, una visión simbólica de los miedos y frustraciones que
supone la educación cuando no tiene como función el llevar a los estudiantes
más allá de ellos mismos, hacerles descubrir el mundo y sus propias cualidades,
sino lo contrario, ponerles barreras, convertirla en un acto de aprendizaje de
la sumisión ante la autoridad que controla el mundo y sus significados.
Toda educación verdadera debe impulsar a buscar respuestas
más allá de los libros. La queja del joven Ahmed Mahrous es que lo que ha
aprendido es lo contrario, a mantener silencio ante lo que percibe, las
preguntas solo merecen castigo. A Ahmed no se le ha pedido nunca que cuestione
nada, sino que lo acepte, aprendiendo con ello dos cosas: que lo que se dice es
verdad y que quien lo dice tiene la máxima autoridad para otorgarle ese estatus
de verdad. No preguntarse sobre las
cosas es también no preguntar a otros.
El sistema educa, pero no en el conocimiento sino en la
sumisión a una autoridad que muestra así otra de sus caras. Se va aprendiendo
que existe una sola autoridad con múltiples facetas. Estas se van descubriendo
en diferentes situaciones de la vida, como muros en tu camino.
Lo que nos dice Ahmed Mahrous con sus palabras y con las fotos de su proyecto es lo mismo que nos dicen los estudios publicados sobre la educación e Egipto. No son ninguna novedad, pues se repiten año tras año, informe tras informe. Quizá lo haya hecho de una forma más directa y expresiva, de una manera que todos pueden comprender.
Challenges Facing the Egyptian Education System 2012 |
Citamos en ocasiones los siempre interesantes artículos de
Mohammed Nosseir. Esta vez creo que ofrece una respuesta complementaria a las
fotos de Ahmed Mahrous. Con el titular "Egyptians cross the Mediterranean
in search of a civilised life, not business opportunities" nos ofrece otra
visión de la increíble estigmatización política de los muertos en el barco de
emigrantes salido de Egipto. La campaña contra los muertos es la defensa
explicita del mundo de los vivos, del Egipto levantado por el régimen, en el
cual no cabe ni manifestar la frustración o la crítica. Solo se pide agitar la
banderita aparentando una normalidad inexistente. Su paralelismo con los que se
ve en el sistema educativo autoritario es grande. Escribe Nosseir:
The deficiencies of the Egyptian state lie not
only in its inability to prevent illegal immigration, but also in the fact that
it offers no hope for Egyptian youth to possibly realise their dreams at home.
Passing a new law for harsher penalties against human traffickers and
organisers of these unlawful sea crossings may reduce the number of illegal
trips, but it certainly will not stop our youth from thinking of other
migration alternatives.
Criminalising these people in the wake of the
catastrophic event, while making the excuse that it could not control thousands
of kilometres of Egyptian borders, demonstrates the government’s “state of
mind”, which continues to focus on controlling and penalising citizens, instead
of valuing the lives of Egyptians by establishing true moral values and
providing solid business opportunities.**
Difícilmente se puede decir más claro. Desprovisto de la
posibilidad de asumir críticas, el Estado se defiende con el autoritarismo y la
penalización de todo aquello que estima que erosiona su credibilidad e imagen.
La educación es una más de esas facetas. El potencial de
Egipto es enorme pero se desaprovecha precisamente por esas carencias que se
manifiestan, esa incapacidad crítica que pretende quitar las razones imponiendo
el silencio.
Hoy las preguntas son muchas, pero preguntar te puede
colocar en una situación comprometida. Ya en la escuela, el alumno egipcio
aprende a no cuestionar a la autoridad, a hablar cuando se le permite y a
repetir lo que se le ha enseñado. Son las bases de la obediencia que van del
maestro de la escuela al Gran Maestro.
La autoridad es incuestionable y eterna.
*
"‘Happy Academic Year’: photography project portrays problems plaguing
pupils" Daily News Egypt 3/10/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/03/happy-academic-year-photography-project-portrays-problems-plaguing-pupils/
** Mohammed
Nosseir "Egyptians cross the Mediterranean in search of a civilised life,
not business opportunities" Daily News Egypt 3/10/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/03/554699/
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