Joaquín Mª Aguirre (UCM)
The New York Times
recoge el fenómeno viral provocado por el videoclip "Soy yo" (That's
me), una canción del grupo colombiano Bomba Estéreo, protagonizado por la niña
de 11 años, Sarai González. El enfoque que la autora, Annie Correal, le da al
artículo es como una "contestación" a las negativas e insultantes
declaraciones de Donald Trump durante la campaña electoral en Estados Unidos.
El titular es "Declaring ‘That’s Me,’ and Empowering Latinas" y se
percibe como una especie de manifiesto latino frente a los desprecios de Trump.
El vídeo, cuya historia se nos cuenta, usa la mejor de las
armas, el sentido del humor, para darle la vuelta a los desprecios y mostrar la
reafirmación de la identidad hispana y de la persona, las dos dimensiones que se
funden en la representación de Sarai González. Es ella y es hispana. Soy yo, un "yo" que se llena de sentido en la reafirmación.
En el artículo se señala:
“Soy Yo” seemed to appear at precisely the
right moment — a defiant, and adorable, rebuke to the anti-Latino rhetoric of
the Trump campaign, and haters in general. “Don’t worry if they don’t accept
you,” goes the song’s chorus, in Spanish. “If they criticize you, just
say, ‘That’s me.’ ”
The video resonated particularly with Latinas.
Rarely in American life, especially in an era of ugly debates over immigrants,
had popular culture created a young, brown, working-class character so heroic,
free of victimhood, full of straight-up dignity.*
El videoclip debe formar parte de la historia de la
comunicación política, en donde cuenta muchas veces menos la intención real que los efectos producidos. Políticamente
vale con el sentido que los intérpretes le han querido dar aunque su intención fuera otra. Son
los comunicantes los que definen pragmáticamente el sentido de los discursos. La
niña Sarai González pasa a ser un icono en un contexto determinado: contestar a Trump. Los ataques a la
comunidad hispana se pueden responder mediante ese "¡Soy yo!" que es
asumido por la comunidad como parte de sus recursos defensivos.
Los ataques de Trump a la comunidad latina no cesan y siguen
en su misma línea. En el
momento en que escribo, un titular de The
Washington Post apunta "When Trump warns about ‘bad hombres,’ it’s our
job to explain what he means". El trabajo al que se refiere es el
de su autora, Kory Stamper, lexicógrafa del diccionario Merriam-Webster. Aunque
la autora se centra en los miles de mensajes preguntando qué significaba
aquello de "hombres" y ellos les explicaban que no debían confundir
con "ombré", importado del francés para la peluquería, lo que le
quedó claro a todos los que entendieron correctamente
es el componente xenófobo del discurso del candidato, su intención insultante y
discriminatoria.
Más allá de las explicaciones que la lexicógrafa del
diccionario pudiera dar a sus interesados lectores está la cuestión pragmática:
¿por qué decir "bad hombres" y no "bad men" que hubiera
entendido su audiencia?
La parodia de SNL, con Alec Baldwin |
Al insertar la palabra española en la frase en inglés, Trump
está creando un efecto sobre los que les escuchan, la invasión de la lengua. El sentido es: no es lo mismo
"man" que "hombre". Al establecer una deferencia, separa "anglohablantes"
de "hispanohablantes", les confiere realidades diferentes. Es una forma de segregación despectiva: no voy a usar
una palabra de mi lengua con ellos.
Hace tiempo que las películas y las series de televisión se
llenaron de un insultante maniqueísmo: los "buenos" y los
"malos". En las producciones norteamericanas se refieren a sí mismos
como los "buenos" frente a aquellos que los guionistas les hayan
puesto delante, que son los "malos". El infantilismo es brutal, pero
muy eficaz. La consecuencia es que existe un "nosotros bueno" y un "ellos
malo".
Trump ha elegido para el "ellos" a los "bad
hombres", a los que tenía más cerca y son más débiles. La maldad de la
estrategia seguida es realmente notable porque hace mirar a los hispanos como
esos "bad hombres" que se han colado en el territorio propio. No son "men"; son
"hombres" y nunca serán "men". No son como nosotros, viene a decir; no usemos la misma palabra.
Es ese contexto de los "bad hombres" en el que
surge como un canto icónico el "¡Soy yo!" afirmativo con Sarai
González al frente, lleno de humor e ironía. Sarai sale de la peluquería sin
preocuparle lo que otros dirán, mira directamente a los ojos, desde sus once
años, a todos los que la contemplan y pasa olímpicamente de los obstáculos con
los que se encuentra. Pasea por las calles no como una invasora, parte de esos "bad hombres", sino como una reina a la que no le importa lo que
piensen o digan.
La Norteamérica cerrada de Trump es la negación de la idea
de América. El nacionalismo de Trump
no se sostiene en pie pues no es más que xenofobia rancia. A Trump le han dado
lecciones todos, desde mujeres insultadas por su peso (como Rosie O'Donnell) hasta los padres musulmanes de un militar
condecorado, periodistas cuyas preguntas no le hicieron gracias (como Megyn Kelly, de la Fox) y ahora también Sarai González. A diferencia de sus contrincantes anteriores, Sarai es un icono. Ella no necesita enfrentarse a Trump; basta con que su imagen o su "¡Soy yo!" se expandan por redes y conversaciones, que estén en boca de todos.
Los analistas se preguntan cuáles serán los efectos a largo
plazo de la campaña de Donald Trump, una cuestión preocupante. Otros se
preguntan si ha fabricado esa América
xenófoba, racista, machista, etc. que hace campaña por él o si esta existía antes. Creo que la respuesta
debe unir las dos cuestiones: Trump ha conjurado los fantasmas americanos, los
conflictos internos, las fracturas que se arrastran desde la fundación, las
incongruencias entre los discursos y la historia, entre el deseo y la realidad.
Nada desaparece, solo se sumerge a la espera de la llegada
del mago demagogo que haga los conjuros adecuados. Por eso la vigilancia de los logros y las
libertades debe ser atenta.
* Annie
Correal "Declaring ‘That’s Me,’ and Empowering Latinas" The New York
Times 21/10/2016
http://www.nytimes.com/2016/10/21/arts/music/soy-yo-sarai-gonzalez-empowering-latinas.html
** Kory Stamper
"When Trump warns about ‘bad hombres,’ it’s our job to explain what he
means" The Washington Post 20/10/2016
https://www.washingtonpost.com/posteverything/wp/2016/10/20/the-surprising-ways-people-use-the-dictionary-during-elections/?hpid=hp_no-name_opinion-card-f%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.f10c9bed0a9a
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