Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los
economistas los llaman "huecos" del mercado; otros hablan de
"oportunidades" en el mismo sentido. Hay sociedades en la que los
niños y niñas quieren ser algo cuando
sean mayores, pero cuando llegan a cierto grado de ausencia de modelos, se
trata de sobrevivir al día a día buscándose la vida. La vieja pregunta del
"¿de mayor qué quieres ser?" ha pasado a la historia, sustituida por
el "¿qué harás mañana?". Las respuestas pueden ir del encogimiento de
hombros a los visionarios que están tratando de hacerse con algún método
innovador de supervivencia, algún tipo de pelotazo que les permita sobrevivir.
En
RTVE.es nos hablan de una nueva forma de negocio, la reventa de citas de la
Seguridad Social, un tipo de picaresca moderna innovadora. Nos cuentan que
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha asegurado este miércoles, en el Pleno del Congreso, que su cartera está reforzando los controles para evitar la reventa de citas en los servicios de la Seguridad Social.
"Un 1% de todas las citas hemos detectado que se hacen desde robots. Estamos bloqueando las IP de esas instancias que están haciendo un uso espurio de las IP. Estamos dificultando la identificación para que los robots no se nos metan en el sistema", ha respondido el ministro a las acusaciones de reventa de citas de la diputada 'popular' Alicia García.*
Ese "1%" de peticiones realizada de forma "tecnológica", con "bots" aseguran que España va en el buen camino de la innovación. Nuestra literatura ha distorsionado la imagen del pícaro acercándola a la tradición, cuando debería situarla en el "emprendimiento" y, como vemos, en la "innovación".
Sí, deberíamos aceptar, ese "de mayor quiero ser pícaro". Pero el pícaro de hoy ya no es Lázaro de Tormes. Encuadra una amplia gama que va del que vive de no trabajar, al que se lo plantea como un nuevo y próspero negocio en donde se aprovecha de las innovaciones tecnológicas para crear sólidos negocios en la sombra aprovechando esos huecos y necesidades del mercado, es decir, lo que las instituciones dejan al descubierto y las empresas no pueden abordar sin riesgos.
El pícaro moderno es una forma de "emprendedor", palabra que encierra muchos significados, quizá demasiados.
Que hayamos trasladado el negocio de la reventa de los toros, fútbol, musicales, etc. a la reventa de la citas de la Seguridad Social nos da cuenta del enorme talento y conocimiento que se desperdicia en un país donde la patronal de hostelería, según nos dicen hoy los medios, rechaza que las malas condiciones laborales sean las responsables de la dificultad de encontrar camareros. Esta patronal es la máxima responsable (¡qué ingratos somos!) del fomento del emprendimientos, de las ganas de viajar y ver mundo y de apuntarse a cursos de todo tipo para evitar sus bajos sueldos, horarios interminables, festivos trabajando y contratos —cuando los hay— de una inestabilidad digna de especulación metafísica.
La picaresca ya no se basa en la verborrea, en la capacidad de vender la moto, sino que ha entrado en el mundo tecnológico y con una buena causa, evitar el dolor, incluso la muerte, a todos aquellos que se pueden permitir pagarlo. ¡Se acabaron las esperas interminables! ¡Por fin se agilizan las visitas a la Seguridad Social! Eso 10 o 15 minutos en que te atienden te pueden salvar la vida, aunque también producir algún error médico. Por lo menos, esas personas que no se presentaban —quizá por olvido, quizá por fallecimiento— a las citas, nos dicen, ha descendido: "Además, entre los avances citados por el titular de la Seguridad Social también está la mejora de la asistencia a esas citas, ya que antes se ausentaban "uno de cada cuatro ciudadanos y ahora acuden casi todos"."
ABC |
La picaresca moderna aprovecha la lentitud, los fallos, la robotización de nuestras administraciones, la insuficiencia de recursos atencionales, la incapacidad de atender, etc. para atender los casos conforme a la lógica de la oferta y la demanda.
Telemadrid |
No debe tener dudas el señor ministro que el pícaro encontrará una nueva forma de burlar sus defensas, porque sabe que cuanto más dinero se invierta en defenderse de él, menos recursos habrá para atender y se acumularán las demandas de citas previas.
En una España que envejece, en la que faltan recursos ante el aumento de enfermedades crónicas, de achaques múltiples, con servicios a la baja por falta de presupuesto y de atención, el pícaro sobrevive e incluso sobrevive bien en su vertiente emprendedora.
Algunos viven del éxito, del buen funcionamiento; otro, en cambio, viven del río revuelto, del mal funcionamiento, de las tardanzas. Si les preguntas, te dirán que no comprendes que ellos satisfacen las necesidades del mercado enfermos dándoles la oportunidad de llegar vivos a su cita, que gracias a ellos se ha reducido el número de personas que no acuden cuando tenían programado, aunque el ministro no lo reconozca.
Dirán, en fin, que los "pícaros" de hoy son los que tienen un millón en el banco y solicitan el bono social de los 192 euros para la calefacción.
* "La Seguridad Social está reforzando los controles para evitar la reventa de citas: un 1% se hacen desde robots" RTVE.es 15/03/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230315/escriva-medidas-reventa-citas-seguridad-social-espana/2431774.shtml
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