Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Para el
presente, el pasado suele ser molesto. Está lleno de cosas que no nos gustan y,
peor, de cosas que tenemos que seguir utilizando en el día a día. El castigo con
el que nos encontraremos es ajustado: mucha de las cosas que hoy creemos y
usamos serán despreciadas en el futuro. Por muy pagados de nosotros mismos que
estemos, por mucho que consideremos que hemos alcanzado la perfección en
cualquier sentido, el tiempo nos pondrá en nuestro lugar y aquello por lo que
sacamos hoy pecho, cuando no estemos, será pisoteado por nuestros nietos. Pero
los humanos no aprendemos.
Las
soluciones no son buenas. Podemos destruir todo lo pasado e ir mirando hacia el
futuro o podemos tratar de convivir con nuestro pasado críticamente, es decir,
asumiendo que no somos ni hemos sido perfectos y que eso en algunos momentos se
nota mucho.
Muchas
de las cosas del pasado sencillamente no sobreviven porque no nos son útiles,
no las usamos y se pierden en la oscuridad. Pero existe una voluntad fuerte que
trata de nadar y guardar la ropa, mantener lo viejo, pero ajustándolo a lo
nuevo. En el fondo, es tratar la cultura como si fuera el condimento de un
plato que se arregla al gusto de cada uno.
El diario El Mundo nos trae otra de estas polémicas con información de EFE y el titular "Reescriben los libros de Agatha Christie para adaptarlos a las "sensibilidades modernas"" y explican:
Pasajes enteros de las obras de la
"reina del crimen" han sido eliminados o reescritos en las nuevas
ediciones de esos libros que se están preparando o que se han publicado desde
2020, señala el dominical.
Una comisión de "lectores
sensibles" ha revisado las obras de Christie para asegurarse de que los
"insultos o referencias étnicas" han sido suprimidos, así como las descripciones
físicas de algunos de los personajes.
El diario cita el ejemplo de varios
comentarios sobre la dentadura y el físico de personas que aparecen en los
libros que han sido suprimidos, especialmente en casos en los que los
protagonistas de las novelas encuentran a gente fuera del Reino Unido.
Monólogos internos de Marple y de Poirot han
sido seccionados y referencias a la repulsión de un personaje por los niños han
sido modificadas.*
La
polémica se puede orientar en dos sentidos: el de la distancia con lo que nos
resulta demasiado molesto y que podríamos olvidar, por un lado; pero por otro,
se trata de evitar la llamada cultura de
la cancelación, que implica el boicot activo de todos aquellos textos
literarios, películas, etc. que dejen de gustarnos hoy y presionemos para que
se retiren o alentar a la gente a que no los compre.
La
"cancelación" es dejar de comprar, el boicot, la protesta porque se
venda, etc. Esto, en un mundo activo de redes sociales, significa que la
inversión que se pretende recuperar con las ventas se ve amenazada. Lo malo es que inicia un movimiento poderoso que nunca tiene suficiente, que ejercita su músculo de forma constante.
El diario tiene varios artículos relacionados con las obras de otros autores, como Roald Dahl. El diario señala que "HarperCollins, de acuerdo con el Telegraph, ha creado nuevas ediciones de todas las aventuras de Miss Marple, así como de una selección novelas de Poirot."*
El hecho de que dispongamos de ediciones que "nos gusten", que nos resulten satisfactorias en la actualidad, no nos hace mejores en absoluto, sino más bien lo contrario. Podemos optar por la opción del olvido, que es más lógica y nada reprensible o, como señalábamos, tratar de educar en la idea de que los tiempos cambian y debemos aprender a vivir críticamente con ellos porque son nuestras raíces. Críticamente implica ser conscientes de nuestra propia evolución, pero sobre todo del sentido de la Historia, de lo que podríamos llamar la ceguera del presente, la creencia en su perfección ignorando que el futuro nos dejará en evidencia.
Pero lo que lleva a estas transformaciones y apaños es la codicia, la soberbia y la manipulación general, tres peligrosos aliados. La codicia porque hay poco respeto hacia la obra en sí y sus autores, que son modificados y convertidos en lo que no eran; soberbia porque nos creemos mejores y llegarán los que no soportarán nuestros errores y aciertos actuales aplicándonos la misma medicina; y, finalmente, lo más peligroso, la aceptación de que se puede cambiar cualquier cosa mediante presión, que da igual, que todo se doblega ante la amenaza de esa "cancelación". Lo que nos revela es la incapacidad de ser críticos (solo intransigente y destructivos) y nuestro poco sentido del pasado, como es propio de cualquier megalómano político arengador de masas.
Hoy son las obras de Agatha Christie; mañana tendremos que esconder la "maja desnuda" y quedarnos solo con la "vestida". Habrá que esperar al advenimiento de una cultura plenamente nudista para que ocurra lo contrario. Como ocurre en la vida, un exceso de limpieza puede dejarnos sin defensas, sin capacidad de ser críticos y, sobre todo, de mirar el pasado con cierto capricho. Convertir todo en "impecable" no es el camino.
*
"Reescriben los libros de Agatha Christie para adaptarlos a las "sensibilidades
modernas"" El Mundo / EFE 26/03/2023
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2023/03/26/642045a4fdddff1d488b45ba.html
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