Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Donald
Trump está convirtiendo a sus Estados
Unidos en una fortaleza recelosa e inexpugnable, en un territorio al que es
cada vez más difícil acceder debido a las paranoias que está generando.
Hasta
en alguna película comercial lo dicen: no hay como un buen enemigo exterior
para unir a la gente. El miedo es el más poderoso aliado de los
dictadores. Es el miedo el que justifica
el comportamiento exterior e interior norteamericano. Con esta herramienta
política repartida por los dictadores del planeta, pasados y presentes, se
trabaja la aceptación de políticas agresivas y represivas. Sí, un buen enemigo,
real o imaginario, une mucho y permite aceptar muchas cosas.
No
tenemos información muy clara sobre el estado de la opinión estadounidense ante
las campañas del miedo de Trump. Sabemos que le están fallando electoralmente
ciertos lugares emblemáticos. Algunos eran ya espacios demócratas, pero lo
interesante es saber cómo están aceptando todo esto los republicanos, la
comprobación de si respaldan todo esto o comienzan a dudar.
En el
caso más sonado, el de la alcaldía de Nueva York, se ha votado lo absolutamente
otro, lo que habían calificado como "socialismo",
"islamismo", etc. Pero Nueva York tiene su propio voto. Lo
interesante es el resto.
El
miedo fomenta el aislamiento y con ello facilita la manipulación, la creencia
unilateral, percibir de una forma a los otros, que se presenta como un peligro
inmediato, acuciante.
Como parte de esas campañas destinadas a hacer ver que su administración vigila y protege a los norteamericanos, el trumpismo, ha tomado medidas drásticas contra lo que quieren acceder al país. En RTVE.es leemos que
Estados Unidos plantea obligar a los turistas a incluir sus cuentas de redes sociales en la solicitud del permiso para visitar el país. Según una propuesta de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), que todavía no está aprobada definitivamente por la Administración de Donald Trump, los agentes fronterizos podrán revisar la actividad en redes de los últimos cinco años de cada visitante.
La medida afectaría a aquellos ciudadanos de países exentos de tener que pedir un visado, como la mayoría de los Estados europeos, incluida España, y otros como Japón, Corea del Sur o Australia. Los visitantes procedentes de estos países deben rellenar una solicitud en el Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes (ESTA, por sus siglas en inglés), que, de aprobarse esta propuesta, incluiría también la información de las redes sociales.
El documento también plantea incluir otra información de "alto valor" que hasta ahora no se pedía en el ESTA. Entre ellos, "siempre que sea posible", se requerirían también los números de teléfono utilizados en los últimos cinco años, tanto personales como de trabajo, o las direcciones de correo electrónico utilizadas en los últimos diez años, también personales y profesionales.
Además, sería obligatorio presentar los nombres de los miembros de la familia (padres, cónyuge, hermanos, hijos), sus fechas y lugares de nacimiento, su lugar de residencia, y sus números de teléfono. Se pedirían asimismo datos biométricos como huellas dactilares, una imagen del iris o muestras de ADN.*
Como puede apreciarse, el giro orwelliano es total, de Gran Hermano. La sensación que se transmite es la del peligro exterior absoluto. Lo que exige es un control cuya justificación solo puede ser arbitraria porque cualquier persona que presentara algún problema, vamos a decirlo así, no lo solicitaría. Esto supone el aumento de la vigilancia fronteriza y la justificación de nuevas detenciones y deportaciones.
Esta creación del miedo elude que ese miedo a ser atacados proviene de las propias acciones agresivas en el exterior. Si los Estados Unidos de Trump simplemente se encerraran, podría entenderse. Pero, además de encerrarse, la agresividad e intervencionismo norteamericanos han aumentado por todo el mundo con la justificación de anticiparse, como ocurre con la cuestión planteada con Venezuela, donde aparece como víctima, juez y verdugo. Estados Unidos nunca ataca; solo se defiende. De esta manera es posible que Trump aspire al Premio Nobel de la Paz sin sonrojo.
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| Brennan Center en español |
¿Hasta qué punto son conscientes los norteamericanos de todo esto, tanto para su estado interno como para la percepción que el mundo tiene de ellos? El primer punto es una lotería de la credulidad. Para esto, Trump trata de controlar los medios independientes para silenciarlos o desprestigiarlos y aporta sus propias fuentes de desinformación, Los que quieren creerle, lo hacen. No hay dudas en ellos; el mundo es tal como Trump lo describe. Otra cuestión es la propagación a través la creación de una ultraderecha internacional de muchos de sus postulados, de la Argentina de Milei a Viktor Orbán en Hungría, pasando por Benjamín Netanyahu, su ferviente aliado. También ellos juegan con diversas políticas del miedo, cada uno a su manera y estrategias para mantener sus objetivos.
El cierre orwelliano de los Estados Unidos le va a afectar en lo político, pero también en lo económico. Afecta en la inseguridad de los que están o deseen estar incorporados al tejido empresarial. Trump se preguntaba estos días porqué los daneses, una migración deseable, no iban a los Estados Unidos donde serían bien recibidos, mientras que gente perteneciente a "países de mierda" intentaban colarse por todos los huecos. Más allá del racismo que siempre le ha caracterizado, la respuesta es sencilla: los daneses probablemente no deseen vivir en una cárcel.
Ya en 2016, en los comienzos de la campaña presidencial que llevó a Trump a la Casa Blanca, podíamos leer en la BBC algo que nos muestra que no hay novedad:
Uno de los hechos más sorprendentes en la carrera de los aspirantes presidenciales de Estados Unidos, ha sido el desenfrenado éxito del multimillonario Donald Trump en los sondeos de opinión.Esto, sin embargo, no es sorprendente si se toma en cuenta una tendencia de la política estadounidense que se remonta a una época muy lejana: el miedo.Esta palabra simple de cinco letras funciona si el que la usa quiere ser elegido presidente.Los profesionales de la política saben que aprovecharse de los sentimientos de la gente, explotando lo negativo, es la manera de tener éxito.Hay otra palabra un poco más elegante que se usa para describir el miedo excesivo e irracional y la desconfianza: la paranoia.Esta palabra también funciona en ciertas ocasiones. Al menos en la política estadounidense.La actual temporada electoral presidencial es una de estas ocasiones.**
El tiempo ha confirmado lo que se temía, que se conviertan miedo y paranoia en el binomio prefecto para conseguir y mantenerse en el poder. Lo malo es lo que supone no solo para USA sino para el mundo, especialmente si cunde el ejemplo y se imita.
¿Habrá en algún momento —no con Trump, desde luego— un cambio hacia aguas más tranquilas?
* "EE.UU. plantea revisar las redes sociales de turistas y acceder a los datos de familiares como requisito para entrar al país" RTVE.es 10/12/2025 https://www.rtve.es/noticias/20251210/estados-unidos-revisar-redes-sociales-turistas/16853343.shtml
** Michael Goldfarb "Cómo el miedo y la paranoia han impulsado la carrera presidencial de Donald Trump" BBC 24/01/2016 https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160124_eeuu_elecciones_trump_paranoia_men








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