lunes, 8 de diciembre de 2025

Mujeres y partidos políticos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En los partidos políticos se están dando cuenta de una cosa: que no los controlan. Esta verdad salta cada día por casos de corrupción o, estos últimos días, por las denuncias de acoso sexual, machismo institucionalizado, etc. Les colocan en una difícil situación, no solo frente a la militancia sino ante el espejo en que se reflejan. Las palabras  —no dudo que sean sinceras las de muchos— se distancian de los hechos.

En RTVE.es se nos ofrece el primer estallido de mujeres en el PSOE, que ya no se contentan con lo que ellas mismas no se creen. Me refiero a los repetidos "fallos puntuales", "fallos informáticos", etc., es decir, todo aquello que ha servido para tapar el recorrido de las denuncias por todo tipo de casos de acoso y abusos.

En RTVE.es leemos:

El caso Salazar está haciendo mella en el PSOE, tanto que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha entonado el 'mea culpa' "en primera persona" por los fallos en la gestión de las denuncias por acoso contra el que fuera su asesor en Moncloa, que se conocen desde julio. Un "error no premeditado" que choca con el ideario de una organización que dice ser "el partido de las mujeres", que son una parte importante de su electorado. En este contexto, mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en el Partido Socialista exigen una transformación feminista "profunda" en la organización, que se acabe con cualquier posibilidad de "proteger" a los agresores y que "se escuche" a las víctimas.

"Ante la violencia machista, las feministas que militamos en el PSOE siempre hemos pedido, desde la autonomía que la conciencia feminista nos proporciona, que se alineen los discursos con la práctica de los principios que declaramos defender". Es lo que firman este domingo en un artículo de opinión en El País Andrea Fernández (portavoz de la Comisión de Igualdad en el Congreso), Carmela Silva (portavoz de la Comisión de Seguimiento de la Violencia de Género en el Senado) y Araceli Martínez (vicepresidenta de la Comisión de Cultura en el Senado).*


Eso de que "alineen los discursos con la práctica" es una forma "bonita" de decirlo, pero no por ello menos contundente. Esta vez los "enemigos" no están fuera; están dentro. Son las mismas personas a las que apoyan para situarse en los puestos de primera línea para descubrir dos cosas. La primera es que muchos de ellos llevan una doble vida infame; son machistas violentos y aprovechados de sus cargos. La segunda es que parte de la estructura les protege por diferentes motivos, de compartir sus oscuros principios a tratar de proteger la imagen del partido. Ninguna de las dos es buena porque acaba siendo una enorme hipocresía de efectos terribles para imagen y urnas.

¿Es la lucha de las mujeres por la igualdad en todos los niveles algo meramente propagandístico en la que no creen los que practican esta forma de machismo? Muchas mujeres manifestaron sentirse "asqueadas" por las palabras intercambiadas por los dirigentes socialistas del "caso Koldo" al hablar despectivamente de las mujeres, incluidas las prostitutas elegidas por catálogo. Creo que la única mujer que ha salido en su defensa ha sido la ex esposa de Ábalos que dijo que en el fondo "era buena personas" y que le visitaría en la cárcel si este se lo pedía.

¿Qué es ser una buena persona? ¿Qué es ser un político progresista? ¿Cuál es su realidad, lo que piensan realmente?

No son preguntas retóricas. Seguro que han rondado por la mente de las muchas mujeres que se preguntan por el sentido de todo esto. Hay un aspecto disciplinario, desde luego, pero es el fondo lo preocupante. Esto no es más que la punta del iceberg del machismo persistente en la sociedad española; es un síntoma de que las cosas tienen dos niveles, el público y el privado, lo que se dice y lo que se hace. En especial, lo que se hace cuando se tiene poder, que es la otra clave del machismo. Ese poder es el que crea impunidad y miedo.

Comete un enorme error el PP al usar esto como un arma contra el PSOE. Los casos pueden estallar en su casa en cualquier momento porque esto no es cuestión de ideología, sino de un estado previo, milenario que hace sentir ese peligroso supremacismo masculino que se cree a salvo tras las estructuras burocráticas, que siembra el miedo a denunciar porque quién te va a creer.


El mal está en los partidos, como lo está en toda institución que representa un poder ante los ojos sociales. No es exclusivo, sí desafiante. Se supone que hay en los partidos el deseo de la igualdad y de luchar contra estas formas de violencia contra las mujeres.

Van saliendo a la luz los apaños de algunos para evitar que aparecieran los casos con el consiguiente escándalo. Como se pierda el miedo, tendrán que recurrir a otros métodos más agresivos.

Nos dicen en RTVE.es sobre el escrito de las mujeres del PSOE:

Las tres socialistas admiten que "el machismo no es una suma de conductas puntuales, sino un sistema que atraviesa de manera estructural y transversal todas las esferas de la vida", lo que incluye también a los partidos políticos. Por ello, exigen "transformaciones profundas que garanticen una igualdad real, plena y efectiva" también en estas esferas.

Ante lo sucedido con Salazar o ante casos que puedan ser similares, exigen "proceder con determinación" y "atajando cualquier posibilidad de generar entornos protectores con los agresores, silenciar a las víctimas o, como ya se ha apuntado, debilitar la credibilidad de un partido que, sin duda, ha contribuido de manera decisiva al avance de los derechos de las mujeres".* 

Quizá sería el momento de que las mujeres dieran ejemplo de unidad frente a los partidos entendiendo que esto es patriarcal, algo que las afecta como mujeres. Es difícil ante el actual sistema de polarización política en vigor, pero es precisamente eso lo que aprovechan los abusadores camuflados, inmersos en las redes políticas de poder. Es un problema que va más allá de la lucha partidista.

Quizá sería interesante que algunas de ellas, de diferentes partidos, de forma conjunta, plantearan sus reflexiones sobre algo que les afecta a todas en su doble condición de mujeres y de militantes, al margen de la ideología y el reproche. Sería bueno para todos. 

* Rocío Gil Grande "Mujeres del PSOE piden al partido una transformación feminista "profunda" y el fin de la "protección" a los agresores" RTVE.es 7/12/2025 https://www.rtve.es/noticias/20251207/mujeres-psoe-exigen-partido-transformacion-feminista-profunda-acabar-proteccion-agresores/16848706.shtml

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