Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¡Lo ha
conseguido de nuevo! ¡Trump ha vuelto a llamar la atención! Esta vez lo hacho
con su traje azul en medio del funeral por el Papa Francisco. Melania lo
entendió; él no. Se trataba de algo sencillo y fácilmente comprensible. El luto
es una señal de respeto y de dolor común, iguala a todos. Pero eso es demasiado
pedir para el ego de Donald Trump.
Algunos
pensarán que no es importante, pero lo es por lo que significa, por lo que nos
dice de lo que vemos y de lo que se puede esperar de él. Trump —aunque no lo
entienda— estaba allí en representación del pueblo norteamericano. Biden, por
ejemplo, estaba allí a título particular, para mostrar su respeto y cariño al
papa fallecido. Trump, en cambio, no. Era el presidente norteamericano, no el
representante del dolor de los estadounidenses, al menos de su respeto. Pero es
demasiado pedir al que se ve como un destino, como alguien por el que los
norteamericanos son bendecidos por Dios. Es él quien prestigia el acto con su presencia.
Pero
Trump no es más que el poder y la presunción; no es hijo de la divinidad, sino
un mero "divo", el divo azul, aquel que necesita llamar la atención,
el más débil de todos, pues necesita de las miradas que otros le dediquen.
Para
Donald Trump confundirse entre la multitud es, sencillamente, insoportable,
algo inconcebible. Necesita saber que es visto. El improvisado diálogo con
Zelenski es el elemento que le sustrae a lo común. No está allí para despedir a
un Papa que le dijo "más puentes y menos muros"; está allí para ser
visto, para ser enfocado por los medios y convertirse en el objeto de la mirada
de los millones que no pueden dejar de mirar.
Donald
es el "divo azul". Si todos hubieran ido de azul, el habría ido de
negro.
En
RTVE.es podemos leer:
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha convertido este sábado en uno de los grandes protagonistas, tanto por sus interlocuciones con el resto de mandatarios, como por su vestimenta. Acompañado por la primera dama, Melania Trump, ha lucido un traje de chaqueta y una corbata azules que, si bien en el interior de la basílica de San Pedro parecían más oscuros, ante el potente sol de la mañana en Roma le han hecho destacar entre el resto de jefes de Estado.
Sentado en primera fila, la vestimenta de Trump contrastaba con la de presidente de Francia, Emmanuel Macron, o del rey Felipe VI, que, ubicados a escasos metros, han optado por el tradicional negro siguiendo las indicaciones trasladadas por la organización del funeral. Según fuentes del Vaticano, en la invitación no se exigía el uso de frac, pero se especificaba el uso de trajes oscuros. Asimismo, se indicaba que el Cuerpo Diplomático podía llevar condecoraciones debido a la singularidad del acto.*
¿Han "optado"? ¿La han elegido ellos? ¿Se han levantado pensando en qué se iban a poner? Para los asistentes, el luto es una señal de respeto, una forma de seguir un protocolo que está por encima de sus "decisiones", no porque no puedan, sino porque no es opcional. Es una forma común de mostrar respeto, algo que no va con Trump.
El calificativo como "no protocolo" de la vestimenta azul de Trump es engañoso y, sobre todo, descuida la consideración de lo que supone. Esto tiene sentido porque nada hace más felices a los medios que esas actitudes divergentes, maleducadas, de Trump, algo de lo que él es perfectamente consciente y usa para atraer a los medios sobre su figura, palabras y acciones.
Trump ha convertido el protocolo, lo que debe ser seguido, en algo opcional, cuando es precisamente su función la contraria. Así Trump no solo ha llamado la atención, sino que ha convertido el luto en una "opción". Los demás decidieron seguir el protocolo; él no.
Para cubrir un poco la situación se han mirado otros casos, como el del príncipe Andrés o la ropa de guerra de Zelenski, pero creo que otra la intención y sobre todo el deseo de protagonismo.
Calificar como "no protocolo", como se hace en el titular de RTVE.es, es evitar llamar a las cosas por su nombre: un acto de falta de respeto en una ceremonia protocolaria. Lo mismo que su reunión con Zelenski, que puede ser considerada igualmente una falta de respeto a las circunstancias, al motivo por el que se estaba realmente allí. Pero Trump sabe cómo convertirse en el centro. Simplemente un traje azul. Sencillo.
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Daily Mail |
* "El 'no protocolo de Trump': ignora las directrices del Vaticano al no llevar traje oscuro en el funeral del papa" RTVE.es 26/04/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250426/trump-ignora-protocolo-vaticano-traje-oscuro-funeral-papa/16555842.shtml
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