miércoles, 3 de abril de 2024

Netanyahu el exterminador

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La muerte de los siete cooperantes de la ONG del chef español José Andrés son —en palabras de Benjamín Netanyahu, que todos resaltan— "cosas de la guerra". Con estas y otras muertes frías e impunes, Netanyahu no solo bombardea en el presente sino que está dinamitando el pasado y, especialmente, el futuro de Israel. Paso a paso, el pasado triste y rentable de Israel se ve cada vez lejano y distante, el victimismo tradicional israelí basado en las persecuciones centenarias va perdiendo consistencia por lo injustificable de sus actuaciones en el presente, pura barbarie.

BBC

Netanyahu está destruyendo la rentabilidad histórica judía, la previa a la israelí, la que le buscó y creó un estado tras la II Guerra Mundial, Pero es peor es lo que está haciendo con su futuro. Es realmente el futuro lo que está destruyendo el líder israelí. 

¿Qué futuro le queda a Israel después de lo que está haciendo? Ya no le valdrán justificaciones históricas, porque es Israel bajo su mando el que se ha convertido en aquello de lo que huía, en un exterminador. Ha ido perdiendo los apoyos y simpatías hasta llegar a comprometer a los que han sido sus aliados que apenas encuentran justificaciones ni excusas para seguir armándolo ante los resultados y objetivos buscados.

El ejemplo más claro de esto lo tenemos en los aprietos en que está poniendo a Joe Biden, obligado por la historia a defender y armar como aliado en la zona a Israel y tener que hacerse responsable de sus tropelías.

Lo ocurrido con los siete cooperantes de la ONG que llevaban alimentos a los palestinos sitiados, que habían notificado sus posiciones para evitar "errores", no es casual, "cosas de la guerra", pero es sobre todo un aviso cuya función es alejar a los que intentan paliar el sufrimiento creado a los millones de desplazados en la zona, un sufrimiento cuidadosamente planeado para rendir a las fuerzas de Hamás. Estas no se escapan de la instrumentalización cobarde que siempre han hecho escudándose entre la población civil. Saben que esos "mártires" son gasolina para sus causas, que le restan apoyos internacionales a Israel y que sus líderes, cómodamente asentados fuera, regresarán un día como héroes victoriosos. Lo han hecho en otras partes y aquí se confirma esa estrategia cobarde de las murallas humanas. Dios se lo agradecerá en la otra vida.

Hoy veremos en nuestra cinefórum la película "Diarios de la calle" (2007) en el que el ejemplo del "holocausto", con la lectura del Diario de Ana Frank sirve para sacar de la destructiva vida callejera a un grupo de jóvenes norteamericanos agrupados para que "no contaminen" su saludable instituto. La joven profesora, que se estrena con ellos, cuando ve la violencia en la que viven, les lleva a ver el Museo del Holocausto. Les lleva allí cuando un alumno pregunta en clase "¿qué es el holocausto"? y todos los miembros de la clase confiesan no saber a qué se refiere. La profesora les hace ver lo que supuso la persecución a los judíos y su exterminio a manos nazis. Todos quedan impresionados por aquella experiencia, por conocer las historias concretas de miles de personas que relataban cómo fueron perseguidas, muertas sus familias, etc. Lo ocurrido con la persecución antisemita les permitía comprender su propia vida de violencia callejera e interracial.

Diarios de la calle (2007). Estudiante leyendo el diario de Anna Frank

La lectura de la película, basada en un caso real, puede ser diferente hoy con un Israel dinamitando su renta, hipotecando el sufrimiento de millones de personas al darle la vuelta a la situación. Benjamín Netanyahu es el mayor agente anti semita que ha dado Israel a la Historia.  Está consiguiendo que la lógica de la empatía con la causa judía se pierda cerrando un ciclo milenario: Israel pasa a ser el exterminador.

La puntería de los misiles en pleno centro de los automóviles de la ONG, sobre sus grandes logos en el techo, hace dudar de su accidentalidad. Netanyahu sabe que está a un paso de la "solución final", el exterminio palestino. No ha tenido la capacidad del auto análisis para entender que ha invertido los papeles en el mismo drama que se repite, el drama exterminador.

Las guerras no se ganan destruyendo, sino encontrando soluciones posibles a problemas reales. Pero el problema de Israel es el que proviene de toda situación visionaria, de todo aquel que se cree el brazo ejecutor del destino manifiesto. Esto lo sabe Hamás, que tiene ese sentido de la rentabilidad suicida que da el terrorismo, donde las víctimas no seres humanos sino ingredientes de horror buscado. Por eso se dividió Palestina, pero eso también lo está dinamitando el mismo Israel.

Le Figaro

Detrás de Hamás los que están debilitando los apoyos internacionales a Israel, los que buscan un nuevo orden en la zona aprovechando el caos y la destrucción que están generando las acciones de ejército israelí.

Si Netanyahu cree que son estas acciones brutales las que le garantizan el futuro a Israel, debería aprender su propia historia. Israel solo juega ya a una baza, la del exterminio, que es paradójicamente la que señalará el principio del fin, el declive, su hundimiento internacional.

Los movimientos para el reconocimiento de un inexistente estado palestino comienzan ya, incluida España. La idea del terrorismo está pasando de un lado al otro: Israel es ya un "estado terrorista", algo que supone romper todas las barreras del derecho internacional y evitar las reglas humanitarias. ¿Qué otra cosa supone el ataque a las ONG de ayuda humanitaria? ¿Sigue siendo aceptable para la comunidad internacional esta hipocresía?

Las portadas de los medios españoles dan especial relevancia al asesinato de los cooperantes. También se recoge en los medios de todo el mundo. Pero la acción de muerte irracional, esas "cosas de la guerra" según sus palabras y percepciones, ha quedado reflejada en los medios de todo el mundo.

A Israel ya no le quedan excusas sobre su forma de actuar, solo obsesiones. Netanyahu lo ha conseguido finalmente. Ha pasado de víctima a depredador sanguinario. Se lo ha llevado todo por delante. No hay futuro a la vista con él, solo una oscura sima de barbarie, un camino de no retorno que necesitará de otros para poderse realizar. A Netanyahu solo le queda mostrarse en la zona negativa de la Historia, junto a otros villanos, muchos de ellos por querer exterminarlos.

Han muerto siete cooperantes internacionales; muchos otros lo han hecho antes que ellos. "Cosas de la guerra", supongo. Hay más de treinta mil muertos, la inmensa mayoría civiles y dentro de estos, una gran mayoría de niños. Netanyahu no discrimina. Los niños de hoy serán un problema "mañana". Lo serán doblemente cuando no hay ningún tipo de lógica más que la del exterminio. Las matanzas no solucionan nada; solo aseguran la violencia futuro. Ni paz ni seguridad ni solidaridad se pueden encontrar por este camino.

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