Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
presidente al-Sisi sigue manteniendo su ilusión con Donald Trump señalando que
lo que se dice en campaña para que a uno le elijan no tiene nada que ver con lo
que uno hace en su caso*. El presidente sabrá por qué dice estas cosas que no
son buenas para la democracia, en donde uno debería ser sincero con sus
electores. Defendiendo lo que Trump ha dicho como una estrategia de conseguir
el poder, no hace sino tirar piedras a su propio tejado, es decir, no considera
que la manipulación de los discursos electorales sea algo malo, sino una forma
razonable de conseguir el poder. Deben ser las cosas que se aprenden cuando se
estudia la "guerra psicológica", a la que es tan aficionado. Diciendo
estas cosas, se complica el solo y deja al descubierto su pobre sentido de la
democracia, algo que tampoco era necesario que explicara en demasía por los
resultados de su llegada al poder.
De
todos los ataques a la democracia por parte del poder que se producen en
Egipto, que son muchos, uno de los más graves es precisamente el que se refiere
a la Prensa, uno de los pilares de cualquier sistema democrático. Sin una
prensa realmente libre es difícil construir un edificio de libertades que se
oponga a la tendencia, que tan normal le parece al presidente, de decir una
cosa y hacer otra.
Recordarán
que la cúpula del Sindicato de Periodistas estaba bajo juicio después de que la
Policía entrara en su sede —por primera vez— a detener a dos periodistas que se
encontraban en una asamblea. Los periodistas eran buscados por haber dado
información sobre el conflicto de las islas de Tiran y Sanafir. La Policía
entró en la sede del Sindicato y los detuvo allí.
Entonces
comenzó el caso a la egipcia. Cuando
el Sindicato informó de la detención, al Ministerio no le gustó. Según ellos,
habían entrado "menos" agentes que los que se decía y todo habían
sido buenas maneras. El Sindicato boicoteó al Ministro y la respuesta fue
acusar, además de "faltar a la verdad" sobre las condiciones de la
detención (en Egipto preocupa mucho la verdad a las autoridades), de "ocultar
fugitivos" de la ley porque estaban dentro del Sindicato en una asamblea
de periodistas. Ante tamaño despropósito, se abrió un frente y la mayor parte
de la prensa que puede hacerlo se dedicaron a reproducir la imagen del Ministro
en negativo fotográfico. Pero la gota que colmó el vaso fue la exigencia de una
disculpa al presidente al-Sisi y el cese del ministro del Interior.
Como
pedir disculpas es el principio del fin,
el presidente no se dio por aludido. Todo el mundo sabe que se empieza pidiendo
disculpas y se acaba mal, muy mal. Lo más a lo que se pueda llegar es que con
motivo del cumpleaños del presidente se suelten algunos presos para
congraciarse, pero siempre como un acto generoso y no como una disculpa, que es
cosa de débiles o de personas que se equivocan, y no es ninguno de los casos.
La
cuestión es más sangrante y surrealista desde el momento en el que un tribunal
paró la entrega a Arabia Saudí de las islas. Se debía haber manejado, al menos,
la astucia de dejar que se enfriara un asunto tan turbio y controvertido como
esta de dar parte del territorio, sin más explicación a otro país. Pero la base
de la "autoridad", tal como es entendida en el gobierno egipcio, es
no ceder nunca para que no se pueda pensar que no acierta siempre en sus
decisiones.
Los
tres dirigentes del Sindicato de Periodista han sido condenados a dos años.
Otro nuevo error del gobierno egipcio, que ha conseguido unir a la prensa. Así
es como daba la noticia el diario estatal Ahram-Online:
The head of Egypt’s Journalists Syndicate Yehia
Kalash said Saturday that “imprisonment is a simple price we can pay” hours
after a Cairo misdemeanour court sentenced him and two other syndicate board
members — Gamal Abdel-Reheem and Khaled El-Balshy — to two years in prison for
harbouring fugitives inside the syndicate's headquarters.
“I’m not concerned with [imprisonment],” Kalash
told dozens of journalists who gathered inside Downtown Cairo’s syndicate to
express their anger at the verdict.
“I urge you to face the real problems... such
as the new press law [currently being debated in parliament], the social and
economic rights of journalists and to focus on changing the syndicate’s
bylaws.”
The verdict, which was issued in absentia after
the trio abstained from appearing in court, can still be appealed, and the
court set bail at EGP10,000 for each defendant.
Kalash called for the board to meet at 5pm Cairo
Local Time (CLT) to further discuss possible actions against the verdict.
Abdel-Reheem described the verdict against them
as “harsh and historic,” adding that the ruling is a move against all syndicate
members and journalists, not just the trio.**
Esta es la perspectiva que han adoptado no sin razón, ya que
han sido condenados por un acto absurdo. Es obvio que el hecho de que los
periodistas estuvieran en la sede del Sindicato no formaba parte de ningún plan
de huida sino de obtener el respaldo de sus compañeros ante la arbitrariedad
del gobierno, que acalla las críticas a base de detenciones. Los periodistas
fueron al sindicato porque son periodistas, es una obviedad pero hay que
recordarla.
Todo el mundo tiene claro que se trata de un ajuste de
cuentas del Ministro del Interior que se sintió "maltratado" por la
respuesta de los medios y el boicot a su imagen, además de la petición de su
cese. Lo político del cao es indudable y, como señalan los condenados, se hace
en un momento en el que se presenta una nueva ley para los medios.
Nunca ningún gobierno se había atrevido a tanto con la
prensa. Egypt Independent indica:
The verdict marks the first time for a head of
the journalists syndicate to be put on trial since the union was founded 75
years ago. Human rights activists and lawyers have condemned the decision.
"The case shouldn't have gone to court to
begin with," said Gamal Eid, a human rights lawyer and founder of a rights
organisation, the Arab Network for Human Rights Information.
"The decision is political ... We are not
talking here about law and the judiciary."
Egyptian prosecutors in May ordered Qalash,
al-Balshy and Abdel Rahim be tried on charges of harbouring colleagues wanted
by the law and spreading lies.***
Como acontecimiento histórico lo perciben todos. Aunque sea
al Ministro del Interior al que se remiten, la condena la han puesto los
jueces, lo que deja bastante que desear sobre la imparcialidad en un caso
claramente político. Con ello el sistema en su conjunto sigue perdiendo
crédito. Encarcelar a la dirección del Sindicato de Periodistas es un gesto
poco amigable y sobre todo muy indicativo de lo que espera por delante con la
información sobre la crisis económica y social abierta.
Los egipcios siguen haciendo reservas mentales sobre el
sistema tratando de separar a su presidente de casos que solo se pueden
realizar con el acuerdo de la presidencia. La reserva del presidente en muchos
casos solo puede considerarse como un intento de nadar y guardar la ropa para
tratar de preservar su imagen pública, en franco deterioro. El sistema empleado
es absurdo pues nadie duda de cuál es el origen de las detenciones y quién ha
dado el visto bueno.
Daily News Egypt
se plantea la participación del presidente como un caso de abandono de la prensa y sus problemas:
In more than a hundred years of Egyptian press
history, there has never been a court verdict ordering the imprisonment of the
syndicate’s president.
Following unprecedented assaults on press
freedom and laws on one hand, and escalating protests by journalists on the
other, President Abdel Fattah Al-Sisi turned a blind eye to the problems
plaguing Egypt’s press.
The president, who previously apologised to
lawyers for police brutality; who vowed that activist Shaimaa Al-Sabbagh,
killed by police, would be served justice; who expressed anger towards
demonstrations against the Red Sea islands deal, has refrained from addressing
violations against press freedom.
Al-Sisi has remained quiet and vague when asked
about the situation of press freedom in Egypt and the detention of journalists,
with the exception of the Al-Jazeera case which brought on an international
headache.
On Saturday, coinciding with the president’s
birthday, an Egyptian court marked one of the worst days for press freedom on
record. The Qasr El-Nil Misdemeanours Court ordered a two-year prison sentence
and EGP 10,000 bail each for Press Syndicate president Yehia Qalash, secretary
general Gamal Abdul Reheem, and head of the Freedoms Committee Khaled
El-Balshy.****
En términos muy contenido por lo que pueda ocurrir, el medio
pide explicaciones sobre lo que resulta obvio. Desde el principio de su acceso
al poder, el presidente ha basado su estrategia en el control de los medios.
Primero lo intentó con la idea de patriotismo intentando que no se criticara a
jueces, militares y policía, en un encuentro que levanto las iras de muchos.
Las tres instituciones en su conjunto son responsables de la situación actual
de Egipto. Ponerlas por encima de la crítica es una aberración informativa y
cívica. Jueces, militares y Policía han sido merecedores de crítica por sus
actuaciones, muchas muy controvertidas, cuando no arbitrarias.
Los casos citados por Daily News Egypt en los que ha habido
alguna "sensibilidad" por parte de la presidencia solo han sido
demostraciones de relaciones públicas, como la liberación de algunos activista
jóvenes. En realidad, no se ha ido más allá de las palabras en el caso citado
de Shaimaa al-Sabbagh y, en cambio, su asesino —el oficial de policía que la
disparó a la cabeza a pocos metros— vio revisada su condena al pasar un año,
que es la táctica empleada en los casos más escandalosos, incluidos los
corruptos del régimen anterior, que van saliendo a la calle por las revisiones
de sus casos.
Consciente de la debilidad creciente de su posición y de lo
que se avecina en las calles, a Al-Sisi no le interesa tener a la prensa enfadada,
pero no confía en ellos y su forma de "arreglar" la cuestión es que
se condene a los dirigentes del Sindicato y que se apruebe en el Parlamento una
ley más restrictiva que sirva de amenaza para el conjunto. Aunque haya la
posibilidad de apelación, el tiempo que transcurra estarán bajo amenaza.
La respuesta de los dirigentes del Sindicato condenados a
dos años ha sido valiente. La cárcel no les intimida. Saben lo que se están
jugando. Las cárceles egipcias no son plato de gusto, pero la dirección del
Sindicato sabe que no se les juzga a ellos, sino que se trata de doblegar a la prensa
que tiene todavía espacio para la crítica a sabiendas del riesgo que supone. Mada Masr cierra su información sobre la
condena con las respuestas de otros miembros de la dirección del Sindicato advirtiendo
de la gravedad de la situación:
Syndicate board member Abul Souad Mohamed
described the ruling as “political” predicting that it will lead to “a state of
anger among journalists that the state won’t be able to solve overnight.”
“The syndicate has filed dozens of complaints
before the prosecutor general concerning the Interior Ministry’s attacks
against journalists, as well as a complaint concerning the storming of the
syndicate,” he said. “But the prosecution chose to respond only to the Interior
Ministry’s complaint against the syndicate’s board members.”
Mohamed believes that the ruling undermines to
social and journalistic work in society, at a time when the state has made
great headway in its efforts to restrict the work of civil society.
Board member Mahmoud Kamel, agreed with
Mohamed: “The three journalists pay the price of the syndicate taking a stance
against it being stormed in what was a flagrant violation of the law and
Constitution on the part of the Interior Ministry.”
“The syndicate has been defending the law, and
will continue to, in the face of the Interior Ministry’s law of force,” Kamel
added. “The syndicate is now paying the price of adopting any oppositional
voice.”
The syndicate board will hold an emergency
meeting on Saturday to decide how to respond to the ruling.*****
El gobierno egipcio acabará arrepintiéndose de sus malas
relaciones con la prensa, un pilar esencial de la democracia. Comenzamos
señalando cómo el presidente quita importancia a lo dicho por Donald Trump en
su campaña respecto al mundo árabe y supone que hará cosas distintas a las
dichas. Es una concepción muy pobre de la democracia aquella en la que los
políticos pueden decir lo que quieran sin cumplirlo y, en cambio, se acalla a
la prensa cuando realiza la tarea de recordarles sus promesas o les preguntan
por lo hecho.
*
"Egypt president says don't 'jump to conclusions' on Trump" Egypt
Independent 19/11/2016 http://www.egyptindependent.com//news/egypt-president-says-don-t-jump-conclusions-trump
**
"Head of Egypt's press syndicate sentenced to 2 years in jail" Ahram
Online 19/11/2016
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/250294/Egypt/Politics-/Head-of-Egypts-press-syndicate-sentenced-to--years.aspx
***
"Egypt journalist unionists get 2 years' jail for harbouring
colleagues" Egypt Independent 19/11/2016
http://www.egyptindependent.com//news/egypt-journalist-unionists-get-2-years-jail-harbouring-colleagues
****
"Press Syndicate president jailed for first time in Egypt’s history"
Daily News Egypt 19/11/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/11/19/598915/
*****
"Journalists Syndicate leading figures sentenced to two years in
prison" Mada Masr 19/11/2016 http://www.madamasr.com/en/2016/11/19/news/u/journalists-syndicate-leading-figures-sentenced-to-two-years-in-prison/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.