Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Uno de
los problemas más urgentes de Egipto es la educación, algo que afecta a todos
sus niveles, como podíamos ver hace unos días con la caída de todas las universidades
en los listados internacionales que se citaban o las cifras de analfabetismo.
Muchos de los problemas que se acumulan tienen su origen precisamente en el
abandono educativo, algo de lo que hemos ido dando cuenta estos años a través
de diversos casos de todo tipo.
Es una
pena, cuando se ha conocido a esos alumnos, personas valiosas, ver cómo se
desperdician sus ganas de aprender y de mejorar, cómo queda en nada su ilusión
frente al deterioro constante del sistema educativo, acorde con la debacle
social y política. He tenido ocasión de comprobarlo y sé contra qué desidia
tienen que luchar muchas personas valiosas, contra que desmoralización cotidiana, contra qué muros.
La
educación es la única salida. Una mejor educación que permita superar las
enormes cifras de analfabetismo que se nos daban también hace unos días. De
todos los problemas, es el único que puede ayudar a mejorar los otros. Egipto
se ha permitido el lujo de alejar de sí a los jóvenes que tuvieron el valor de
sublevarse contra un gobierno de treinta años y el deterioro en todos los
sectores. Muchos jóvenes se han cansado de esperar y buscan sus propias
soluciones alejándose del régimen, al que ya dieron la espalda en las
elecciones presidenciales. Ellos, los jóvenes, querían otra cosa.
Los
cambios de mentalidad que están tras muchos de los problemas solo son posibles
desde la educación, única forma de que el país de un salto hacia un futuro
mejor y deje de estar manejado por los que buscan su ignorancia o sencillamente
dejan que llegue.
Egypt
Independent nos trae hoy uno de esos reportajes de cosas pequeñas pero que son
grandes por lo que revelan, el deseo de mejorar frente al abandono
generalizado. Es un reportaje de Tareza Kamal que nos cuenta una historia
sencilla:
Just 80 km from the city of Minya lies the
village of Reedy, where 4,000 people live just above the poverty line but are
still keen to educate their children.
However, the nearest elementary school is 3 km
away in the neighboring village, requiring the roughly 400 children to navigate
dangerous traffic and criminal elements in order to attend classes.
The villagers of Reedy have long argued for
their own school, which would allow them to educate their kids closer to home,
even offering to build it themselves. But for the past seven years, local
authorities have refused their request to begin construction on a patch of land
they selected for the purpose.
Now the villagers have gone ahead and started
construction anyway, despite the lack of official approval for the scheme.
Parents, children and relatives have chipped in to make their plan a reality,
and have already put up six cottage-like classrooms.
While the construction is under the direction
of adults, pupils have been providing labor, fetching and carrying bricks and
other materials, apparently unfazed by the physical effort.
“We collected the money for the school from all
the people of the village, even widows and the poor,” said Haitham Khalifa,
adding that the kids were the driving force of the initiative, and the adults
have followed.*
Siete años reclamando una solución es mucho tiempo. El
reportaje nos cuenta los peligros de los desplazamientos hasta la lejana escuela
con un largo historial de robos, atropellos, secuestros y abusos a los niños
que recorren ese camino para intentar aprender algo.
¡Cuántas oportunidades, ilusiones y esfuerzos se
desperdician en Egipto por la desidia de sus gobernantes! Una administración
cuya finalidad es poner obstáculos para sentirse poderosa, crear problemas para
que finalmente brote la corrupción que permite el enriquecimiento desde la
ventanilla más modesta hasta el sillón ministerial.
La educación en Egipto ha sido denunciada como un sistema
corrupto e ineficaz. Mal pagados, los maestros se convierten en vendedores de
una educación paralela o de los simples aprobados. La educación egipcia se paga
por duplicado. La historia de la niña copta conocida como "Zero
Girl", una estudiante brillante cuyo examen fue cambiado por el de un
inútil bien relacionado, dejándola fuera. Este año, como contamos, ha obtenido
un 94'05 sobre 100 en su examen. Un año de su vida desperdiciado.
Los niños de Reedy no quieren seguir desperdiciando su
infancia. La zona de Minya ha sido noticia por múltiples casos de ataques
sectarios. Las escuelas pueden hacer llegar algo de educación a los que hasta
el momento la viven como una experiencia dramática por los peligros que supone.
La educación no la dan los edificios, la dan los maestros.
Pero sin los edificios no tienen la oportunidad de que la lotería les premie
con un maestro a quienes les importe. Con un espacio pueden hacerse otras
actividades y, ¿quién sabe? puede que algunos de esos jóvenes con ganas de
trabajar por su país se animen a hacer cosas con ellos. No hace mucho dimos la
noticia de la creación de una escuela de ballet, algo insólito en la zona,
junto con otras actividades culturales. Para empezar a soñar hace falta un
espacio.
Pero la administración egipcia no consiente que los demás
encuentren soluciones a lo que ellos no pueden o quieren hacer. Señala el periódico:
However, Minya Governor Tareq Nasr told
Al-Masry Al-Youm that the construction project is taking place on government
land and that it will be demolished if it is proven illegal.
While the discussions about a new school have
been ongoing for years, the bottom line, say some locals, is that officials
claim there is no public money for such a project. In view of the lack of
movement on the part of officials, villagers have taken matters into their own
hands, raising the money and providing construction materials themselves.
Villager Mamdouh Abd al-Rasoul said, “We
started demanding a school in 2009. The local council that is responsible for
Reedy in administrative matters allocated 14 kirats [one kirat equals 175 m2]
from state land for the school.
“And from 2010 to 2014, the General Authority
for Educational Buildings (GAEB) was studying the project. Then in 2014, they
demanded further documents concerning the land,” Rasoul added.
“Every time we go to Minya to ask about the
thing, we return frustrated, because the officials are absent. And when we find
them, they say there is no budget for new schools,” says Amr Kamel.
Officials from Minya Educational Directorate
say that the governor have to sign the papers of the land for the school to be
built, they add that a school building can’t be recognized officially unless
constructed by the GAEB.*
Es una buena descripción del funcionamiento del sistema. Es
lo que llamamos el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Cuando queda
en evidencia su inutilidad y arbitrariedad o su impotencia, la reacción es
siempre la misma: atacar a quienes los dejan en evidencia. Fue de esta
inoperancia y falta de sentido de lo que es una administración y cuál debe ser
su relación con los administrados, de la que se valieron los islamistas en el
pasado para cubrir las deficiencias ingentes del sistema, su mala voluntad
incluso. En Egipto el poder es poder;
la prohibición es su arma más barata y eficaz. Si no tiene dinero para pagar un
profesor, te prohíbe construir una escuela. Parece que si la escuela se
construye, quedaran en evidencia porque no ponen un profesor. Si no hay
escuela, no hace falta profesor. Una
lógica sencilla y milenaria, tanto como las pirámides.
La foto final que acompaña al reportaje es la de los niños
levantando cartulinas y hojas de papel pidiendo un maestro y poder construir su
escuela. Emociona verlos así y frustra que tengan que llegar a ello. Emociona
escuchar sus deseos y ver sus ilusiones y temores:
Hanin Saddam, 7, had a message for the
Education Minister: “I am the little pupil Hanin, building my school.”
Finally, Hind Hany, 9, said: “We want to learn.
We do not want to die.”*
Sí, quieren aprender y no morir en un trayecto, ser secuestrados, robados, acosados.... Quieren esto
ahora. Pasados los años pedirán un futuro como se lo pidieron a Hosni Mubarak y
su régimen cuando se levantaron los jóvenes en 2011. Lo hacían pidiendo un
futuro a una autoridad que funcionaba entonces de la misma manera que ahora: muy mal. La solución siempre es la negación, la represión, la prohibición. Algunos les recriminarán por haber salido en la prensa y convertirlo en un "problema político".
Espero que la escuela se construya. Será su escuela porque
ellos han puesto todo: dinero, trabajo e ilusión. Solo les falta un maestro porque, dicen, no hay
presupuesto. El presupuesto se ha ido, mucho me temo, en la construcción de
cárceles, las peores escuelas. En ellas entran y salen —algunos no salen— muchos jóvenes.
Me gustaría que la escuela siguiera, que tuviera un buen
maestro, alguien que les respetara y les enseñara que es bueno construir escuelas porque son como los ladrillos con los que se construyen los países, los mejores
ladrillos para la mejor construcción. Pero ellos han hecho lo que estaba en su mano. Quien llegue —si llega alguien o si no mandan destruir la escuela— deberá tener la misma ilusión que esos niños. Pero no será fácil.
¡Ánimo!
* "After 7 years of government rejection, pupils build school in Minya! Egypt Independent 10/09/2016 http://www.egyptindependent.com//news/after-7-years-government-rejection-pupils-build-school-minya
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