Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hace
unos días hablábamos de la importancia de mantener la "Biblioteca
familiar" en Egipto ante la subida imparable de los precios, tal como la
reclamaba el presidente del Asociación de escritores, Mohamed Salmawy. Los
libros abren mentes cuando no las cierran. No es el objeto en sí, sino el
contenido lo que es importante.
Ahora
la prensa egipcia nos trae otra cuestión relacionada con los libros, esta vez
con los de texto. Con el titular "Same Textbook for Muslim and
Christian Students in Schools Despite Opposition", Egyptian Streets aborda
una cuestión delicada en el presente pero especialmente para el futuro de la
convivencia.
No todos están de acuerdo con la medida de un texto común
para el próximo curso:
In an effort to combat religious extremism in
Egypt, the Ministry of Religious Endowments plans on introducing a new academic
textbook to be used in the beginning of the academic year in September. The
Ministry has been accused of cancelling the religious education in schools thus
it clarified that this initiative, formerly announced in April, is to further
vitalize the importance of decent behavior and religious tolerance among
students of different backgrounds and beliefs.
As Muslim and Christian students were previously
separated into two separate religious education classes in Egypt, the idea of
students learning from the same curriculum has arisen noticeable irritation
amongst religious conservatives. “Do we really need the new book when religion
books contain all the values and ideals contained in it?” asks Salafist
preacher Sameh Abdel Hamid.*
Ese diez por ciento de cristianos coptos en Egipto ha pasado
un año 2017 complicado y este no lo ha sido mucho menos. Hemos recogido aquí
noticias de atentados con bombas en iglesias durante las celebraciones,
degüellos de personas en Alejandría, expulsiones y asesinatos en zonas
islamistas, etc.
La idea de un libro de texto y de una conjunta incide en un
nivel en el que los islamistas de distinto pelaje no están dispuestos a
retroceder. El error de los gobiernos egipcios ha sido creer que con el control
de la fuerza se controlaba la sociedad. Los hechos han demostrado que los
islamistas tenían más interés en las costumbres que en las leyes. Hay muchas
leyes egipcias que sencillamente se ignoran. Los islamistas han sabido modelar
las cabezas a través de las costumbres y la presión social. Es una presión
desde abajo. Eso incluye las escuelas.
La idea de un libro de texto conjunto para musulmanes y
cristianos les resulta especialmente repulsiva y provocadora porque ellos
siempre han jugado a la separación. En su mente no entra la idea de una ciudadanía común sino de una presencia,
la del otro, no deseada. La ciudadanía es un concepto demasiado moderno para ellos,
que no pasan de la distinción "fiel", "infiel" y
"hereje". Las dos categorías últimas les sirven para clasificar a los
que no son ellos: a los que reniegan o practican una variante no reconocida de
la religión o a los que pertenecen a otra religión.
La ciudadanía no
es una forma comprensible porque solo hay una dimensión aceptable, la religiosa,
y una sola religión, la musulmana. Ellos enseñan su superioridad y que solo es
cuestión de tiempo que se imponga en el mundo, ya que es "la voluntad de
Dios".
La escuela siempre ha sido la primera fuente de control
junto a las familias. Controlarlas, junto a las mezquitas y sus escuelas, es un
objetivo prioritario. La lucha armada de los terroristas es solo una parte. La
mentalidad totalitaria se extiende por unas vías u otras, pero el objetivo es
el mismo.
Señalan en
Egyptian Streets:
Mohamed Mokhtar Gomaa- the Religious
Endowments’ minister -insists that this book which has been pre-approved by
both Al-Azhar, the country’s leading Islam authority, and the Coptic Orthodox
Church, is to accompany and support the religious education in the schools of
Egypt but not replace the current curriculum.
“The new textbook tries to teach that
difference is not a sin and that the world is made to have enough room for
everybody” Gomaa says. The Ministry, which is to regulate the country’s mosques
and determine the Islamic courses taught in schools, has been leading a
campaign against religious extremism that is strongly supported by the
government.*
No sabemos si la iniciativa será eficaz para erradicar el
terrorismo, pero es una de las vías obligadas para intentarlo. Cuanto más
rechazo social tenga, será mejor. El terrorismo no se ve a sí mismo como tal,
sino como una agente liberador de la sociedad. En la medida en que la sociedad
logre transmitir que no comparten los fines e ideas de los terroristas, podrá
conseguir una mayor firmeza en la lucha.
Las negativas de las autoridades religiosas de Al-Azhar a
considerar "herejes" o "apóstatas" a los terroristas del
Estado Islámico ha sido un golpe para una parte importante de la sociedad que
lo ha reclamado tras cada atentado cometido en el país. La doctrina de la
Universidad de Al-Azhar es que un musulmán es musulmán pese a la enormidad de
sus pecados. Para la Universidad, por tanto, asesinar no los sitúa fuera de la
comunidad. El fundamente teológico del asunto no convence a la sociedad que
insiste en no ser confundidos con
terroristas por el hecho de ser musulmanes.
El texto común aprobado por las dos instituciones religiosas
será eficaz o no en función de su uso en las aulas y, por supuesto, por la
visión que los maestros quieran dar de los textos.
En un estudio comparativo entre Egipto y Túnez de la
educación en 2012, es decir, tras la llegada de los islamistas al poder en ambos
países, se señalaba respecto a Egipto:
The objectives of the current religious
education program in Egyptian public schools are, to a large extent, compatible
with the goals of the Muslim Brotherhood. The Ministry of Education pays a good
deal of attention to religious instruction: “Religious and moral values should
be deeply ingrained among our children.” The ultimate goal of the state under
former president Mubarak may have been to combat Islamic extremism, but the
state did allow more Islamic content into the curriculum in an attempt to
offset the Islamists’ criticism that it intended to destroy culture and Islam
through secularization. For example, Hussein Kamel Bahaedddin, minister of
education in the 1990s, acted decisively against “terrorism” in education, yet
he had to declare that the state’s education policy enhanced religious values
and that the religious education curriculum was approved by Al-Azhar, the
respected Islamic center of learning. This education policy, which was adopted
by secular ministers of education, appeased the public sentiment because the
majority of Egyptians are religious Muslims. And ironically, it also concurs
with the FJP’s current policy.
The FJP could also use the numerous Muslim
Brotherhood teachers in public schools as an effective force to impart the
Brotherhood’s Islamic vision, values, and code of behavior. The party could
restructure teacher pre-service and in-service training programs to include
more Islamic orientation and to recruit Islamist trainers for teachers. It
might also try to add new co-curricular and extracurricular activities modeled
after the Muslim Brotherhood’s private schools. These changes could be
introduced gradually and discreetly without much resistance from secular
politicians or education officers at the Ministry of Education.**
Como se puede apreciar, el gobierno de Mubarak ya había
intentado la estrategia actual de Al-Sisi y a la que hemos aludido con
frecuencia: asumir una parte del islamismo identitario para evitar que las
críticas al gobierno le lleguen por ser "desviacionista" y pueda ser
acusado de ser poco religioso o anti religioso. Ese ha sido el argumento que
los islamistas han usado ya desde los tiempos de Nasser, hacer ver a la
sociedad que las calamidades que les ocurren provienen de su oposición a que se
imponga la ley de Dios.
Los que han pagado esta postura son precisamente aquellos
que todos ven como peligrosos: los secularistas. Para unos porque son demócratas y denuncian el autoritarismo
gobernante y para otros porque no son creyentes,
lo cierto es que es a quienes todos atacan por el miedo a ser considerados
permisivos e ir contra Dios. Desde esa perspectiva, el libro de texto sirve de
bien poco porque lo que hace es dejar fuera a los que desean una vida al margen
de la religión. Para unos y otros es una forma de control.
Se puede controlar el hambre o la falta de medicamentos,
puede ser controlada la caída de la libra y el aumento de la inflación, etc. pero
lo religioso es un control que nadie quiere perder y que todos temen que pueda
ser manipulado en su contra.
Dice el ministerio que se trata de mostrar que la "diferencia
no es un pecado", sin embargo se trabaja constantemente sobre la especificidad de lo egipcio, más que sobre
la diversidad y diferencias. Todas las acciones tratan de ser reflejo de esa uniformidad
que se reclama. Los esfuerzos del ministerio de Mubarak no sirvieron de mucho y
el islamismo se hizo con la sociedad en parte beneficiado por las propias
estrategias del gobierno. Un libro de texto común, aprobado por unos y otros,
tendrá que pasar el filtro social, algo que no será fácil. En otros lugares,
controlados por el islamismo sectario ser imposible.
Cairo Scene también ha dedicado espacio a la polémica del libro de texto:
The heat from conservatives seems to also stem
from mixing both Muslim and Christian students in the same classroom, with
regards to the course itself. Doubly strange, seeing as the textbook is not
meant to replace religion classes at schools, but is merely a much-needed step
forward in closing the gap left by unchecked religious divide “We only want our
children to agree on a certain set of morals, be averse to violence and
tolerate differences,” Said Mohamed Mokhtar Gomaa, Minister of Religious
Endowments. “These are all values important to spread as we fight this
ferocious war against extremism.”***
Es la idea de la convivencia, del trato igual lo que les preocupa. Muchos de los discursos islamistas juegan con los "peligros" que suponen los cristianos, su intento de "recuperar" lo perdido en Egipto y sus "conspiraciones" contra el islam. La simple idea de "normalidad" se les escapa. No la quieren, la rechazan de plano.
Veremos si esta medida es acogida por la sociedad egipcia en
su conjunto mejor que por lo que ya han manifestado los salafistas y "conservadores". El futuro en paz de Egipto pasa por la necesidad de aceptación y la convivencia.
* "Same Textbook for Muslim and Christian
Students in Schools Despite Opposition" Egyptian Streets 25/05/2018
https://egyptianstreets.com/2018/05/25/same-textbook-for-muslim-and-christian-students-in-schools-despite-opposition/
** Muhammad Faour "Religious Education and
pluralism in Egypt and Tunisia" The Carnagie Papers Agosto 2012 p. 13
https://carnegieendowment.org/files/CMEC_34_Religion_and_Citizenship_final.pdf
*** "MINISTRY OF RELIGIOUS ENDOWMENT INTRODUCES SAME TEXTBOOK FOR BOTH MUSLIM AND CHRISTIAN STUDENTS" Cairo Scene 14/05/2018 http://www.cairoscene.com/Buzz/egypt-textbook-morals
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