domingo, 7 de abril de 2024

Restricciones de humo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Si hace un par de días hablábamos aquí de lo que ocurre cuando los sectores económicos se vuelven poderosos poniendo como ejemplo el sector de la hostelería, hoy tenemos una nueva posibilidad de comprobar cómo se defiende ante una posibilidad: la prohibición de fumar en las terrazas de restaurantes y cafeterías.

Hemos pasado de un mundo en el que todos fumaban en casi cualquier parte a un mundo parcelado entre lugares en los que no es posible y otros, cada vez menos, en los que está permitido hacerlo.

En RTVE.es se entra en las primeras escaramuzas con el artículo de Ruth Drake titulado "La hostelería mira con recelo la posible prohibición de fumar en terrazas: "Notaríamos una caída del 40% de clientes"". En el texto se plantea el problema:

 La prohibición de fumar en todas las terrazas de bares podría estar más cerca de convertirse en realidad, un horizonte que la hostelería no ve con buenos ojos. "No tiene sentido, sería un esfuerzo añadido que no es necesario pedir al sector", defiende Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España. Para él, el Plan Antitabaco impulsado por el Ministerio de Sanidad "no responde a una demanda social" y defiende el papel del sector en la lucha contra el tabaquismo: "Ya está muy prohibido fumar en la hostelería, ya hemos aportado mucho. No nos pidan un esfuerzo más y no generen conflicto" 

Para él, la iniciativa de Sanidad supone "una vuelta de tuerca" sobre la actual legislación que, en su opinión, es suficiente, y podría conllevar un "impacto negativo" para muchos negocios. "No hemos hecho cálculos, pero el mayor problema sería a nivel de gestión: tendríamos que exigir a nuestros profesionales que hagan una función de policía que no nos corresponde", defiende.

Además, hace hincapié en que los países vecinos no tienen una normativa tan estricta y el hecho de implantarla también podría causar un perjuicio en el turismo. "Solo en Suecia está prohibido fumar en todas las terrazas. Si se hace también en España, los millones de turistas que nos visitan no estarían acostumbrados ni asimilarían fácilmente una norma que en sus países tienen", argumenta.*


Los argumentos puestos sobre la mesa son reveladores de la forma de enfocar el problema y los conflictos. Se nos plantea primero los "sacrificios" realizados anteriormente por el sector como si no lo hubieran hecho muchos otros, por no decir, todos aquellos espacios en los que hay más de dos personas. Cines, teatros, autobuses, trenes, etc., todos, tienen prohibición sin alternativa de fumar en sus espacios. Se pasó, por ejemplo, de los "vagones de fumadores" —la primera clasificación— en los trenes a la prohibición absoluta.  La alternativa no existe porque todos los medios de transporte dejaron de tener espacios, asientos, para fumadores, incluidos los aviones.

El "no generen conflicto" suena un tanto a "amenaza", que es lo que suelen hacer manejando que se resentirá el empleo. ¿Se preocupan por un empleo, por ejemplo, expuesto a los humos y a la precariedad, además de a jornadas interminables sin rechistar?

Pero quizá es en el argumento turístico donde se percibe con más claridad el juego utilizado: si se prohíbe fumar dejarán de venir a España los turistas que vienen aquí precisamente porque se les deja fumar. El argumento es el mismo que se utilizó para quitar (o no poner) restricciones sanitarias durante la pandemia. Esto implica la condena de España a ofrecer todo lo que otros países europeos prohíben por salud o —¿por qué no?— por cualquier otra cosa que marque las diferencias.

Hemos mencionado en muchas ocasiones los casos de los trenes desde Francia cargados de jóvenes y no tanto que venían el fin de semana a España, según su confesión, a hacer todo lo que no les dejaban hacer en sus casas.

El origen del llamado "turismo de excesos" es precisamente el poder hacer aquí lo que no está permitido allí. Saben que será visto con buenos ojos, como un plus turístico, una licencia para hacer de todo mientras gastes tu dinero con intensidad. Surgen entonces los conflictos entre los sectores implicados y los que se sienten afectados por estos excesos dentro de la población. Comienzan a producirse las protestas de las asociaciones de vecinos en las zonas afectas, así como otros sectores económicos que ven mermadas sus posibilidades ante los efectos negativos. Cuando, como en el caso del tabaco, se toman medidas sobre la salud general, se producen entonces las "amenazas", como esa pérdida del 40% de turismo / clientela si se prohíbe fumar.

La fuerza del sector es determinante y sus contactos, por llamarlo así, en la política a la hora de aplicar las nuevas y restrictivas medidas. Es entonces cuando se ve su capacidad de presión y resistencia.

Los que viven del tabaco buscan atraer a los que son vistos como parias en otros lugares del mundo. Se genera entonces un "turismo del tabaco" del que solo tímidamente participamos y en el que se llama abiertamente a destinos tabaqueros. En la publicación EGM Cigars nos hablan de los múltiples paraísos turísticos que se les ofrecen a los fumadores en los países productores:

Después de que la resaca se haya desvanecido y los horarios volvieron a la normalidad, necesitamos algo bueno en el horizonte para superar lo que parecen los 60 días de enero. Para algunos, la luz brillante por la que luchar será el hecho de que en febrero muchos destinos caribeños albergan festivales de cigarros que coinciden con el comienzo de la temporada de cosecha, encabezada por el Festival del Habano anual en La Habana. Un viaje al calor de Cuba es el sueño ideal para atravesar un largo invierno europeo.** 

Cuba, Nicaragua, Honduras... ofrecen sus mejores hoteles y vistas para la degustación se cigarros. El reportaje ya nos habla de ellos como forma de compensar ese "largo invierno europeo", el de las restricciones para fumar en interiores. Solo queda la fría calle y ya sin terrazas.

Es fácil imaginar muchas otras restricciones que se pueden eliminar si se quiere atraer ese turismo —local o internacional— al que se le ofrece saltarse las normas. Que la hostelería diga que "ya ha hecho bastante" por la salud de los españoles no deja de ser un sarcasmo en un país donde se suele usar con generosidad. Decir que "ya se ha hecho bastante" y que otros países se "aprovecharan" de nuestra preocupación por la salud es otro que deja claro cuál es la preocupación real de algunos.

* Ruth Drake "La hostelería mira con recelo la posible prohibición de fumar en terrazas: "Notaríamos una caída del 40% de clientes"" RTVE.es 6/04/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240406/plan-antitabaco-hosteleria-recela-medida-fumar-terrazas/16044591.shtml

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