Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Se
plantea en 20minutos una cuestión trascendental en la vida laboral y personal,
la del despido, anunciándose un debate a tres bandas, la de los socios de
gobierno, por un lado, y con la patronal. Por si no se tuviera claro, parece
que el despido es España está muy por debajo de lo que el consenso europeo
establece. Aquí resulta más sencillo que en otros lugares.
Las
consecuencias que esta facilidad tiene son muchas. La facilidad de despido
causa inestabilidad e inseguridad, que no son precisamente cuestiones baladís a
la hora de llevar una vida medianamente tranquila.
Las
posibilidades de ser despedidos hace vivir en un estado de angustia y con pocas
ganas de planificar un futuro en el que lo esencial, el empleo, puede cambiar
en cualquier momento. Se nos dice en el inicio del texto:
Los sindicatos hacen frente común en Europa para forzar al Gobierno a acometer una reforma del sistema de despido en la que los dos socios de la coalición tienen importantes discrepancias. La resolución favorable del Consejo de Europa a una demanda de UGT en la que el sindicato cuestionaba el despido improcedente en España ha abierto la caja de los truenos. Una caja que el Ejecutivo los sindicatos y los empresarios acordaron dejar cerrada en la última reforma laboral, cuando este fue uno de los temas que no se discutieron para tratar de atraer a la patronal al acuerdo.
Tanto UGT como CCOO han denunciado que el sistema de despido español incumple la Carta Social Europea, un tratado suscrito por España en 2021 cuyo cumplimiento vigila el Comité Europeo de Derechos Sociales, dependiente del Consejo de Europa. Ambos sindicatos lo hicieron en 2022, aunque con enfoques algo diferentes. *
Ya hemos señalado en otras ocasiones que las cifras económicas no reflejan el día a día de la situación española, su realidad a pie de calle. Se vive políticamente más de las grandes cifras que de los números que reflejan a la mayoría de los españoles, cuya situación depende de la del empleo, de su calidad y circunstancias, algo que dista mucho de ser satisfactorio. Un país que ha creado en las páginas de sus medios secciones fijas sobre las gasolineras más baratas, sobre las horas más baratas de consumo eléctrico o las ofertas de ventas, etc. no es precisamente un país bien repartido, sino más bien lo contrario. Nos encontramos así en un país de creciente desigualdad real, donde las cifras reflejan las ventajas de los que pueden permitírselas.
La situación endeble del empleo es una puerta abierta al abuso, ya que crea una situación de temor. Un despido barato es una fuente de problemas para la estabilidad de los trabajadores. Esto es especialmente frecuente si resulta que se focaliza especialmente una economía basada en la estacionalidad, como es la creciente hostelería, de la que tratamos a menudo por ocupar cada vez más un papel central y modelador en nuestra vida laboral y económica.
En el diario se señala al respecto:
En el panorama internacional, España tiene una legislación que es relativamente poco estricta en comparación con la de sus socios europeos. En el índice que elabora la OCDE, España es el cuarto país de la UE con legislación menos estricta en materia de despido improcedente. Solo, Irlanda, Dinamarca, Luxemburgo, Estonia y Lituania tienen una regulación. Sin embargo, la indemnización que cobran los trabajadores españoles que se ven en esta situación (33 días por año trabajado con un tope de 24 meses) es de las más elevadas de la UE, aunque está por debajo de las tres grandes economías del bloque (Italia, Francia y Alemania).
Los últimos datos disponibles de despidos en general reflejan que en España se despidió a 528.413 trabajadores en 2022, con una indemnización que en promedio se situó en 8.251 euros. Sin embargo, esa cifra engloba situaciones muy dispares. Para los menores de 24 años, la indemnización no llega a 800 euros de media. En cambio, para mayores de 55 alcanza los 19.366 euros.*
Es esa disparidad la que hace precisamente que nuestra economía sea muy dura con las nuevas incorporaciones al mercado laboral. Son los jóvenes los que padecen esta dureza en la baja calidad de su empleo basado en una demanda cada vez más precaria.
Ayer
confirmamos el cierre de un restaurante de una conocida franquicia en la que
comíamos los fines de semana. Todos gente joven. El restaurante se llenaba,
tanto su amplia terraza como su interior. Su funcionamiento era en dos tandas
de personal. Con unos hacían la jornada del medio día; una segunda tanda de
personal se ocupaba de las cenas. En los últimos meses empezabas a encontrarte
gente distinta, cambios en el personal. Las caras más conocidas desaparecían;
otras nuevas les sustituían, pero estas duraban también muy poco, encontrándote
cada semana con personas desconocidas atendiéndote. Eran los primero avisos de
lo que se consumó hace una semana y se confirmo ayer, su cierre.
Me
imagino que muchos no habrán entendido porqué han cerrado cuando tenían sus
mesas llenas. Quien haya tomado esa decisión no le ha importado el número de
empleados que han ido a la calle. No le habrá salido caro, la mayoría de ellos
llevaban poco tiempo; los más veteranos eran también jóvenes. Lo siento por
ellos. Se comía bien y tenían buen servicio. Así lo confirman los comentarios
repartidos por la red.
Dicen
en el artículo que es fácil despedir, pero que las indemnizaciones son
elevadas. Esto vuelve a dividir el país con la línea de los "50
años". Los que tienen más han vivido en una época diferente, han acumulado
tiempo, derechos e indemnizaciones. Aprendida esta lección, la solución del
problema es sencilla: contrata barato y por poco tiempo. Ese es nuestro
panorama con las consecuencias fácilmente visible. En la encuesta sobre la "felicidad"
los datos españoles tenían esa línea fronteriza: los mayores de 50 eran mucho
más felices que los menores, que vivían en un estado de infelicidad constante y
profunda.
Si se da un despido barato, las consecuencias son estas. Antes se decía que una empresa, un negocio, era una responsabilidad social, que el papel de los empresarios era crear empleo. Hoy no hay más responsabilidad que ganar dinero. Lo haces abaratando el empleo, reduciendo plantillas para que menos hagan más cobrando menos. Eso crea un mundo complicado, pues las implicaciones son muchas. Estabilidad en el empleo es estabilidad social. Lo contrario también vale.
Habrá que ver qué se ha abierto con la condena al sistema español, cómo afecta a esas relaciones entre socios de gobierno y las relaciones entre sindicatos y patronal.
* Jorge
Millán "¿Sale barato despedir en España? Los sindicatos presionan en
Europa para que el Gobierno endurezca las condiciones" 20minutos 7/04/2024
https://www.20minutos.es/noticia/5233555/0/sale-barato-despedir-espana-los-sindicatos-presionan-para-endurecer-las-condiciones-los-ceses/
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