Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Tras el
atentado en Egipto, las huellas han desaparecido de la prensa estatal. Solo
quedan las palabras del gobierno sobre la firmeza de la resolución de
enfrentarse al terrorismo. La única noticia de Ahram Online de hoy es la
titulada 'Terrorism will not lessen our resolve': Egypt's interior
minister"*, que puede considerarse una declaración de intenciones y un
mensaje institucional.
Lo importante, como señalábamos ayer, era el titular de los
40 muertos a manos de las fuerzas de seguridad y que la prensa internacional
calificaba como "supuestos terroristas" ante la rapidez de las
medidas. La cantidad de datos sobre lo que preparaban en estos días, armamento,
etc. es tan "excesiva" que ha hecho dudar a la mayoría de que no se
tratara de una simple operación de castigo antes que de un combate eficaz. Si estaban
preparando atentados, ¿a qué esperaban las fuerzas de seguridad para detenerles,
a que atentaran? Mientras la "eficacia" se mida en muertes, no hay
mucho que hacer en seguridad, sobre todo si son "respuesta" a los
atentados y no eficacia preventiva. Tras la Operación Sinaí, coincidente con la
campaña electoral a la presidencia —una buena propaganda—, esta es la operación
con más muertos. Pero los muertos de los terroristas o afines no compensan las
muertes de los inocentes, da igual cuál sea su número. Pero ese no es el
pensamiento doméstico, que gusta de las matemáticas; cuatro ellos, cuarenta
nosotros.
La reunión del ministro con las fuerzas de seguridad y su
conexión con las diferentes provincias es una forma de escenificar la guardia
del país. Tiene su lógica para tranquilizar al país, si es que esto es posible.
Las páginas de la prensa se desmoronan en su intento de
mantener una imagen exterior de normalidad. Tras la muerte de los turistas vietnamitas
a pocos kilómetros de las pirámides de Guiza, en la Avenida de las Pirámides,
se nos muestran como ingenuas, por no decir otra cosa, el reportaje con los
"influencers" norteamericanos en las redes sociales encargados de
transmitir a su país la tranquilidad y seguridad de hacer turismo, tal como nos
mostraban hace poco más de un mes en Egyptian Streets. No consolarán mucho a
los vietnamitas muertos.
Cuanto mayor énfasis se ponga en la seguridad del país y del
turismo más tentadora es la idea del atentado contra el turismo extranjero. De
esta forma queda en entredicho tanto su palabra como su capacidad para tener
controlado el país. Aumentará la represión y con ella el hartazgo de los
egipcios que la padecen, objetivo final del terrorismo, que no puede
considerarse un fin sino un medio.
Muchas veces nos olvidamos de cuál es su objetivo final. La
lucha no es tanto por un territorio o unas fronteras que puedan ser cambiadas,
de un país que pueda ser invadido. Esa es la enorme ventaja que tienen los
grupos islamistas, su conquista no es de un territorio sino de un estado mental.
Luchan para desafiar una autoridad que consideran impía, una autoridad que no
sigue las leyes de Dios y que ha vendido a Occidente su alma por un plato de
lentejas.
En Ahram Online sí se da información, en cambio, sobre la
cuestión afgana, que da unas perspectivas interesantes sobre la forma de ver
los conflictos:
The Taliban have rejected Kabul’s offer of talks
next month in Saudi Arabia where the militants, fighting to restore strict
Islamic law in Afghanistan, will meet U.S. officials to further peace efforts,
a Taliban leader said on Sunday.
Representatives from the Taliban, the United
States and regional countries met this month in the United Arab Emirates for
talks to end the 17-year war in Afghanistan.
But the Taliban have refused to hold formal
talks with the Western-backed Afghan government.
“We will meet the U.S. officials in Saudi
Arabia in January next year and we will start our talks that remained
incomplete in Abu Dhabi,” a member of the Taliban’s decision-making Leadership
Council told Reuters. “However, we have made it clear to all the stakeholders
that we will not talk to the Afghan government.” **
Los talibanes no consideran enemigos reales al gobierno actual, al que desprecian como una marioneta de Occidente. El enemigo es con
quien se negocia y ellos solo lo harán con los Estados Unidos. De esta forma,
su "victoria" es ante un enemigo poderoso y no ante unos
"traidores" (que es como acaba de calificar el Gran Muftí de Egipto, Shawki
Allam, a los terroristas del atentado de Guiza que acabó con los turistas
vietnamitas). El desprecio es una parte importante de la psicología de estos
grupos y mentalidades. Despreciar significa no reconocerles autoridad ninguna.
De ahí el terrible error cometido por Donald Trump al anunciar la salida de la
mitad de las tropas de Afganistán en breve. Les ha puesto en bandeja el argumento.
Mientras los Estados Unidos intentan convencer a los talibanes que negocien con
el gobierno afgano, los talibanes se niegan a reconocerles y quieren la foto
con los Estados Unidos al otro lado de la mesa, quieren derrotar a una gran
potencia y no a unos "traidores". En eso se basa el
"prestigio" y la garantía de la nobleza de la causa.
Egipto no es Afganistán, pero la mentalidad de los
terroristas tiene mucho en común. Lo principal es que no quieren ser
considerados terroristas, sino luchadores de la fe, liberadores de los errores
de los gobernantes. Por eso los objetivos son seleccionados cuidadosamente:
"traidores" (fuerzas de seguridad, jueces, funcionarios...),
cristianos y sufís. Los turistas son una categoría especial, múltiple, que tiene
un fácil discurso de justificación desde su perspectiva. No solo favorecen los
planes de los gobiernos, sino que son una especie de ejército de ocupación
repletos de malas costumbres.
Las muertes recientes de dos turistas nórdicas en Marruecos
tiene la misma finalidad de crear problemas a los gobiernos de los distintos
países. Ha sido Marruecos, es Egipto, pero también Túnez. Es la forma de crear
problemas a los gobiernos sembrando descontento en la población, que ve
reducidos los ingresos en los negocios dependientes del turismo. El malestar
crece ante los problemas económicos, como ha pasado en Túnez y ahora en Marruecos.
No es casual que el turismo sea un objetivo prioritario.
Los ataques contra el turismo acrecientan el descontento
social, causan crisis económicas, generan desconfianza en la capacidad de los
gobiernos. Satisfacen, además, el odio hacia lo que viene de afuera, a los que
acusan de inmoralidad y descreimiento.
Mientras tanto siguen su avance en los estratos de la
sociedad que más les interesan, arriba (los poderosos, con dinero para
financiarse) y las clases populares, necesarias para los levantamientos.
En el resumen semanal de las columnas de opinión que realiza
Daily News Egypt, se centran esta vez en dos temas, el centenario de Anwar
El-Sadat —el presidente asesinado por los islamistas y firmante de los acuerdos
de paz de Camp David— y la situación de los medios de comunicación. Resulta
interesante la valoración de Sadat, al que el presidente ha dado importancia y,
recordemos, el mensajero onírico que le dijo que debía ser el presidente de
Egipto:
In state-owned Al-Akhbar daily, Karam Gabr
highlighted Sadat’s ‘shock’ policies, describing him as a daring man, hard to
predict. In one example, Gabr accounted for how the former president, a few
days before the 6th of October War, gave army officers and soldiers vacations,
released some political detainees, and ordered the media to provide
entertaining, distracting content, which would give the illusion of a relaxed
environment. Then, he totally surprised the Israelis, Gabr continued. After
that, Sadat, a visionary leader in the writer’s opinion, realised he could not
win the war by fighting the US, instead opting to free the land through a peace
treaty. However, Gabr pointed out that his mistake of trusting the Muslim
Brotherhood led to a chaotic situation and his assassination.
This openness to the Brotherhood was the
subject of Salah Montasser’s opinion piece in state-owned Al-Ahram. Montasser
described this as ‘Sadat’s worst decision,’ mistakenly believing he would gain
their loyalty, and thus useful for his fight against the communists and
Nasserists, which he blamed for the 1977 protests against price hikes. But the
Brotherhood was neither loyal to him nor to former leader Gamal Abdul Nasser,
whom they plotted to assassinate even though he thought he levelled them after
the 1952 coup.***
Es interesante que haya columnistas coincidentes en que el
error de Sadat fue intentar incorporar a la Hermandad, que había sido
desplazada del ámbito político por Nasser. Anuncia un periodo duro y también es
una advertencia para el propio presidente, que se ha puesto a la sombra de
Sadat. Los islamistas no han sido nunca fiables por la sencilla razón de que
creen seguir los designios de Dios. Cualquier negociación que implique ceder en
algo es solo cuestión de "astucia", un movimiento estratégico para
conseguir un fin que no consideran propio, sino un mandato.
Las relaciones de los Hermanos con el poder en Egipto siempre
han tenido dos caras, la visible y la que la Historia oculta hasta que algún
osado la saca a la luz. El presidente al-Sisi también considera su mandato
divino, un servicio a la patria para el que no obtiene el respaldo religioso
que necesita para desplazar a los islamistas como influencia. Su enfado por la
falta de apoyo de los clérigos de Al-Azhar no tiene otro fundamento. Sabe que
la guerra se da en el campo de batalla, en las calles, pero que la verdadera se
da en las mezquitas cada viernes y en las casas, cafés, reuniones, etc. cada
día.
El ejemplo de lo que ocurre en Afganistán es malo para
Egipto. La retirada norteamericana es un enorme error estratégico, por lo que
dimitió James Mattis, el secretario de Defensa. Dara alas a todos los
movimientos de la zona, mandándolos hacia los países del Oeste, hacia el norte
de África, que verán perturbada su estabilidad. Presentarán la retirada como
una victoria que confirmará que Dios está de su lado y que la construcción de
su Reino está más cerca. Su idea es que solo pueden ganar y las derrotas solo
son dilaciones.
Se trata de crear las situaciones para que todo estalle. En
eso han sido maestros los Hermanos Musulmanes. Cada nuevo proyecto que Egipto
comience será su próximo blanco, pues no se trata de impedirlo, sino de generar
frustración.
El islamismo, por encima de grupos nacionales o diferencias, tiene un objetivo y un enemigo. Los enemigos son todos aquellos que se oponen al objetivo, la "islamización". Lo que ocurre en un lugar tiene repercusión en otro. No hay paz posible, entendida como un pacto. Solo se contempla el triunfo, porque de no hacerlo se estaría perdiendo la fe en Dios. Es este tipo de razonamientos con los que hay que luchar.
Recuerdo una historia terrible acaecida en Siria, la muerte de una madre a manos de su hijo, un yihadista del Estado Islámico. La madre le pidió desesperadamente que no partiera al frente por temor a perderle. Él se lo tomó como una desconfianza hacia Dios y la mató. No hay patria o familia, solo un Dios que les promete el paraíso. Y su visión del paraíso se parece bastante al infierno, como han podido contar los que lo han vivido.
Cualquier objetivo, turístico o no, será válido para ese camino que les lleva a un horrendo paraíso. El ejemplo más claro es el asesinato de Sadat, el confiado, el piadoso, ametrallado durante un desfile. Confiar no le sirvió de mucho.
* 'Terrorism
will not lessen our resolve': Egypt's interior minister" Ahram Online
30/12/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/320927/Egypt/Politics-/Terrorism-will-not-lessen-our-resolve-Egypts-inter.aspx
**
"Taliban dismiss Afghanistan's peace talks offer" Ahram Online
30/12/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/9/320920/World/International/Taliban-dismiss-Afghanistans-peace-talks-offer.aspx
***
"Op-ed review: Sadat, MB, governing, information" Daily News
Egypt 26/12/2018
https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/12/26/op-ed-review-sadat-mb-governing-information/
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