Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Cuando
el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi fue hace unas pocas semanas a la
asamblea de Naciones Unidas a Nueva York se había hecho a la idea de que iba a
encontrar pocas simpatías. Las expectativas mundiales sobre la democracia en
Egipto son más bien sombrías y encontrarse con un mandatario extranjero en esas
condiciones no es precisamente un plato de gusto salvo que sea para hacer
negocios, algo que todo el mundo disculpa.
El
presidente se reunió con los dos candidatos a la presidencia de los Estados
Unidos. De Hillary Clinton recibió unas recomendaciones sobre los Derechos
Humanos en Egipto que auguraban unas relaciones tensas en el caso de ser
elegida presidenta de los Estados Unidos. En su etapa como Secretaria de
Estado, miles de egipcios se pasearon por las calles con carteles con su foto
luciendo tachaduras, con colmillos vampíricos y una amplia gama de insultos.
Esta es
la descripción de lo ocurrido durante su visita a El Cairo en julio de 2012 tal
como la recogió la agencia Reuters, que tituló "Egyptians pelt
Clinton motorcade with tomatoes":
Protesters threw tomatoes and shoes at
Secretary of State Hillary Clinton's motorcade on Sunday during her first visit
to Egypt since the election of Islamist President Mohamed Mursi.
A tomato struck an Egyptian official in the
face, and shoes and a water bottle landed near the armored cars carrying
Clinton's delegation in the port city of Alexandria after she gave a speech on
democratic rights.
A senior U.S. official said neither Clinton nor
her vehicle, which was around the corner from the incident, were hit by the
projectiles, which were thrown as U.S. officials and reporters walked to the
motorcade after her speech.
Protesters chanted "Monica, Monica,"
a reference to the extra-marital affair conducted by Clinton's husband, former
President Bill Clinton, while in the White House. Others earlier chanted
"leave, Clinton" an Egyptian security official said.
It was not clear who the protesters were or
what were their political affiliations. Demonstrations have become common in
Egypt since former President Hosni Mubarak, long-time U.S. ally, was brought
down by mass street protests last year.
Egypt is gripped by political uncertainty as
two major forces, the military and the Muslim Brotherhood, engage in a power
struggle over the future of a country that remains without a permanent
constitution, parliament or government.
On Saturday night, protesters outside Clinton's
luxury hotel in Cairo chanted anti-Islamist slogans, accusing the United States
of backing the Muslim Brotherhood's rise to power.
In her speech at the newly re-opened U.S.
consulate in Alexandria, Clinton rejected suggestions that the United States,
which had long supported former Mubarak, was backing one faction or another in
Egypt following his ouster last year.
"I want to be clear that the United States
is not in the business, in Egypt, of choosing winners and losers, even if we
could, which of course we cannot," Clinton said.
"We are prepared to work with you as you chart
your course, as you establish your democracy," she added. "We want to
stand for principles, for values, not for people or for parties."*
Es comprensible que Abdel Fattah al-Sisi, aunque nadie diera
entonces demasiadas probabilidades de victoria a Donald Trump, se encontrara
más cómodo con un egipcio, país en el que se hablaba de Hillary Clinton en los
mismos términos que en sus mítines, "¡Mónica, Mónica!", "¡mátala!"
o "¡que la encarcelen!". Parecido tratamiento dieron a la embajadora
Patterson durante el tiempo que duró su estancia o de forma más generalizada
acusando al presidente Obama de ser un terrorista, algo que también comparten
con los seguidores de Trump. Una de las primeras vergonzosas estrategias que han
llevado a Trump a la Casa Blanca fue dudar de la nacionalidad de Obama y
considerarlo una especie de agente extranjero (Obama = Osama) que pretendía
destruir los Estados Unidos desde dentro. Las presiones consiguieron de dejara
de afirmarlo y solo lo insinuara. Como tantas otras cosas.
Las fotos del encuentro de Trump fueron utilizadas para
burlarse en las redes sociales de ambos. En algunas de ellas, Trump —con
probable déficit de atención— aparecía mirando en distintas direcciones como si
no hiciera caso de los que el presidente del país de las pirámides le decía.
Al-Sisi era el segundo presidente extranjero que Trump veía tras el show
montado en México con Peña Nieto.
Es interesante recuperar la información de The Washington Post sobre el encuentro
de al-Sisi y Donald Trump porque puede tener importancia grande para el
equilibrio de Oriente Medio:
Although Donald Trump doesn't have too many
nice things to say about people in the Middle East, he has spent the past year
and a half lionizing one man in particular: Egyptian President Abdel Fatah al-Sissi.
The Egyptian leader and former army officer
came to power in a military coup in 2013 and has since set about consolidating
his grip through a ruthless campaign of repression, censorship, arrests and
disappearances. Sissi also is believed to have presided over the massacre of hundreds,
perhaps thousands, of suspected Islamists who supported the ousted
democratically-elected President Mohamed Morsi.
Nevertheless, for Trump as well as other senior
Republican politicians, Sissi has become an exemplar of a solid ally, a soldier
who is tough on terrorism and vehemently opposed to political Islam. In August,
Trump hailed Sissi as someone who recognizes "this ideology of death that
must be extinguished."
Donald Trump seemed to praise Saddam Hussein at
a July 5 rally, but it's not the first time the presumptive Republican
presidential nominee said nice things about authoritarian leaders. (Peter
Stevenson/The Washington Post)
On Monday evening, Trump met the Egyptian
president in New York on the sidelines of the sessions at the U.N. General
Assembly. It was his second face-to-face encounter as presidential nominee with
a foreign leader — the first occurred when he jetted to Mexico City to meet
President Enrique Peña Nieto, a publicity stunt that seems to have backfired on
the Mexican president.
Sissi also sat down with Trump's rival for the
White House, Hillary Clinton. According to an aide, the Democratic candidate
and former secretary of state "emphasized the importance of respect for
rule of law and human rights."
Trump, though, seemed less concerned. He is on
record lamenting the democratic uprisings that shook Egypt in 2011 and led to
the departure of longtime dictator Hosni Mubarak. And after the sit-down with
Sissi, Trump's campaign issued a glowing statement.
"Mr. Trump expressed to President el-Sisi
his strong support for Egypt’s war on terrorism, and how under a Trump
Administration, the United States of America will be a loyal friend, not simply
an ally, that Egypt can count on in the days and years ahead," it said.
The words "democracy," "human
rights" and "rule of law" do not appear in the text. This
shouldn't be surprising. Trump has been conspicuous in his celebration of
strongmen and decisive leadership, no matter how problematic their governance
may be. He claims to have an affinity with Russian President Vladimir Putin,
backs Sissi's crackdowns and even advised the Washington establishment to curb
its criticism of Turkish President Recep Tayyip Erdogan's widespread purge
following a failed coup this summer.**
La visión de los derechos humanos es similar en ambos: al-Sisi
cree que son un invento occidental que no se puede aplicar en Egipto y a Trump le
parece muy bien que no existan allí donde no benefician a los Estados Unidos,
incluidos los propios Estados Unidos. ¿Qué visión de los derechos humanos puede
tener alguien en cuyo programa se incluyen expulsiones, muros, racismo, discriminación
religiosa, etc.? Si para al-Sisi son un invento occidental, para Trump son un invento izquierdista, cosa del diablo.
Son muy pocos los políticos que han manifestado su apoyo a
Trump más allá de dictadores, golpistas y ultraderechistas, incluido el
presidente Putin. Son los que ahora se sienten respaldados por la elección un
personaje como Donald Trump. La descripción que se hace del presidente egipcio en
The Washington Post es muy negativa
en cualquier sentido y coincide con la de la mayoría de la prensa
norteamericana que ha visto cómo se han desarrollado estos años.
Pero lo interesante es ver cómo se ve desde el lado
contrario, desde Egipto, la llegada de Trump a la presidencia. Para los
enemigos de al-Sisi, las tintas se irán cargando en lo que más debate ha
causado: sus declaraciones de expulsión de los musulmanes de los Estados Unidos.
Como ya le explicaron, eso va contra la Constitución, pero eso no es óbice para
que sea usado contra él.
Se usará también contra él que es "americano", ya
que no será fácil torcer la fuerte corriente "antiamericana" —como
vimos en un post anterior, es el segundo país con más sentimientos
antiamericanos— que existe en Egipto y en la zona.
Si los egipcios han podido recibir a Vladimir Putin como un
"salvador", ¿por qué no pueden hacerlo con Donald Trump? La
comparación no es simplemente una paradoja, sino el principio de un problema en el que la descentrada
política egipcia se puede encontrar muy pronto en el plano internacional, con
repercusiones internas.
Si recordamos lo dicho por The Washington Post en el encuentro de Naciones Unidas respecto a
la zona de Oriente Medio tenemos: a) le parecía bien Saddam Hussein (que se lo
explique a los republicanos); b) le parece mal la Primavera árabe (que se lo explique a los demócratas del mundo) y
le encantaba Hosni Mubarak (que vaya a la cárcel a contárselo); y c) le gusta
Erdogan y su contragolpe de estado (que se lo explique a los turcos procesados,
a los aliados kurdos y a los mismos egipcios, que lo consideran un enemigo
visceral).
La política internacional de Trump se centra en ponderar lo
contrario a lo que decía o había hecho Hillary Clinton. Donde ella tenía
enemigos, Trump buscó los amigos. Recordemos, además, que Trump hizo suya la
teoría conspiratoria por excelencia de Oriente Medio: que el Estados Islámico
es un invento de los norteamericanos para destruirlos y desprestigiar al islam.
Es la teoría que gusta a todos: a los piadosos les deja con la conciencia
tranquila de que no es cosa suya, a los antiamericanos les confirma que son el
diablo. A Trump le ha bastado con afirmar que no era cosa de los americanos
sino un plan de Obama (el musulmán infiltrado) y de Hillary Clinton para ser
creído y aceptado por los deseosos de creerse lo que les conviene.
La calamitosa situación del país hace que se haya recibido
el triunfo de Trump con esperanzas,
aunque no se sepa muy bien de qué. En este momento, desde luego, de ayudas
económicas. Las ayudas militares no se comen (o solo se las comen algunos). Y
los egipcios esperan que les lleguen ayudas en forma de turistas, préstamos o
lo que sea para poder ¿volver a la era de Mubarak? Pues no piden mucho más o los
que las pedirían se callan.
Por lo pronto la prensa recoge el orgullo egipcio de haber
sido los primeros en felicitarle. Lo cierto es que muchos líderes mundiales,
especialmente aquellos que han sido insultados por Trump en su campaña, han
tenido que medir mucho los términos de las palabras con las que acogen la
llegada al poder de un verdadero descalabro mundial, más allá de la escena
norteamericana, cuyo público es el mundo entero. Putin le ha echado una mano
para salvarlo del ostracismo o de las reacciones: juntos salvaremos el mundo.
En Egyptian Streets
se recoge esa salutación récord del presidente egipcio al nuevo presidente:
Egyptian President Abdel Fattah Al-Sisi called
Donald J. Trump within hours of his triumph to congratulate him and invite him
to Cairo, announced the Egyptian Presidency.
Earlier in the day, the Egyptian President had
released a statement congratulating the Republican President-elect on his
victory.
Following the statement, President Sisi
telephoned Trump and personally extended an invitation for Trump to visit Cairo
once he takes office.
In response, Trump expressed his gratitude and
his wishes to meet the Egyptian President. It is unclear whether Trump will be
visiting Cairo within his first year of Presidency in 2017.
According to the Egyptian Presidency, Trump
thanked Sisi for the call, particularly given he was the first world leader to
congratulate him.
Some on social media have criticized the
Egyptian President for congratulating Trump due to his anti-Muslim rhetoric.***
La perspectiva de los puentes del Nilo, las calles y plazas
de El Cairo decoradas con retratos del presidente golfista será una experiencia
que los egipcios, tras Putin, brindarán al mundo. Serán el reflejo de eso que
el periódico llama finalmente "buena química" entre ambos.
Sin embargo, creo que Egipto se está metiendo en una nueva e
imprevisible fase con Trump. Es cierto que Trump necesitará romper el cinturón
de aislamiento que él mismo se ha creado y que la mayoría de los países han
mantenido por prudencia ante un candidato a la presidencia de estas
características. ¿Qué actitud se puede tomar desde países responsables ante la
irresponsable campaña llevada a cabo por Trump, por más que le haya funcionado?
La prensa americana ya advierte que muchas de sus promesas se evaporarán porque
sencillamente no son posibles. Los gobiernos del mundo tienen una enorme prevención
ante Trump y hacen bien. La pregunta que muchos se hacen es si tendrá alguien
junto a él permanentemente al que haga caso cuando la ignorancia y la soberbia
le lleven a afirmar las mismas barbaridades que ha dejado caer en esta campaña.
Muchos egipcios ya están haciendo el cuento de la lechera.
Trump era su candidato (porque no lo
era Hillary Clinton) y ha ganado. Han logrado convencerse que ha sido el
periodo Obama (al que recibieron con grandes esperanzas) la base de sus
desgracias. Ningún pueblo practica con tanta perfección el arte del autoengaño
y por ello es manipulado hasta el extremo de vivir en una burbuja. Una vez
convencidos de que con Mubarak se vivía en el paraíso, que la democracia es
mala para la economía y que lo que les ocurre es culpa de Occidente y, en
especial, de Obama y Hillary, creadores del Estado Islámico, se lanzan ahora en
manos del amigo fiel americano. Ahram
Online recoge el comunicado oficial de la presidencia egipcia:
In a statement issued on Wednesday by the
Egyptian presidency, El-Sisi expressed his hope for more cooperation between
Egypt and the United States in all fields.
On his part, the newly-elected 45th president
of the United States thanked El-Sisi, saying he appreciated the call and
hinting that it was the first telephone call he had received from a world
leader.
Trump also expressed his wish to meet with the
Egyptian president soon.
"Egypt is looking forward to seeing a new
spirit brought to the presidential term of President Trump in terms of
Egyptian-American relations, including more cooperation and coordination for
the mutual benefit of the American and Egyptian people," the Egyptian
presidency's statement read.
The Egyptian Presidency added that Egypt is
looking forward to the enforcement of peace and development in the Middle East
and hopes for continued stability and prosperity for the American people.****
No creo que a Donald Trump le importe mucho el desarrollo de
Egipto en cualquier plano. Su política será una variante dura de la
republicana: los intereses de los Estados Unidos exclusivamente. La única diferencia es que
dejarán de hacer críticas a la situación de los derechos humanos, lo que padecerán todos los
egipcios. Si consiguen más dinero será para financiar el Ejército en su lucha
contra el terrorismo, pero que esperen poca ayuda económica de alguien que
quiere restringir la globalización y es proteccionista.
La táctica habitual de
convertir los países en barreras de contención se seguirá manteniendo. A Trump
le interesa de Egipto la represión, por eso Al-Sisi es una figura que le gusta:
es el hombre fuerte favorito, como titulaba The
Washington Post.
Las reacciones en el parlamento egipcio han sido de gran satisfacción
por la elección de Trump, lo que ha servido para la exposición de las fobias
acumuladas y de los tópicos recurrentes. Ahram
Online las recoge:
In a quick reaction to the results of America's presidential election, Egypt MPs said the triumph of republican candidate Donald Trump could be a very positive development for Egypt.
Most of the MPs who spoke with parliamentary
reporters Wednesday also agreed that the election of Trump should be
considered good news for Egypt's president Abdel-Fattah El-Sisi—the first Arab
ruler to congratulate him on his triumph. Besides, they added, Trump's victory
means a big setback for the Muslim Brotherhood and other Islamist movements
who had high hopes that Democratic party candidate Hilary Clinton would win.
Margaret Azer, a Coptic MP, said in a
statement that the election of Trump will surely mean a positive new
beginning for the world and the Middle East.
"Trump's victory represents a radical
departure from the Obama-Clinton clan who supported the Muslim Brotherhood and
other political Islam movements," said Azer, adding that "in fact
Hilary Clinton was the candidate of the Muslim Brotherhood — rather than the
Democratic party — in the US presidential election."
"The election of Trump should also help
put an end to the terrorist group ISIS and to chaos in Syria," said
Azer.
Azer said that she hopes Trump will move
quickly to restore old strategic relations between Egypt and the United
States. "This strategic relationship is necessary for America to win the
fight against terrorism in the Middle East," said Azer.
Parliament's Human Rights Committee also
issued a statement Wednesday, stating that the election of Trump should not
come as a surprise. "This election has clearly shown that the American
people have voted against the disastrous policies of (current US president)
Barack Obama and his former secretary of state Hillary Clinton," said
the committee's chairman Alaa Abed.
Abed accused Obama and Clinton of spending
billions of dollars on support for Islamist movements in the Middle East.
"They were under false convictions that these movements are moderate and
democratic, and in this way they gave them cover to spread their terrorism
and poisonous ideology in the Middle East," said Abed.
Abed said the stunning victory of Trump has
also exposed the American media's flawed and biased coverage of the election
and how it managed to mislead the American people and the world. "Please
review the hundreds of flawed anti-Trump reports and opinion polls which the
American media published for months, to discover the disgusting reality of
this malicious media," said Abed.*****
Las interpretaciones son interesantes porque sirven para
tapar las carencias. El resultado sirve para atacar de nuevo a la prensa
norteamericana (en general a casi toda la occidental) y se saluda que el pueblo
americano no se haya dejado engañar por
las conspiraciones periodísticas contra el beatífico Trump, del que ya muchos
se olvidan que quería prohibir la entrada en Estados Unidos a los musulmanes,
entre otros insultos. Así es la naturaleza humana de veleidosa y especialmente
la de los políticos.
La llegada de Trump —como la de al-Sisi, que iba a arreglar Egipto—
cambiará el mundo y resolverá los problemas de los egipcios. Si todos los males
vienen de Estados Unidos, ¿por qué no debían llegar los milagros? Siempre
mirando al cielo, el egipcio confía. La diputada copta Azer cree en el comienzo
de un "nuevo mundo" para Egipto y Oriente Medio y ya ha adelantado
que Estados Unidos necesita a Egipto
para cambiarlo todo.
Los sueños americanos
de los egipcios es difícil que se materialicen. La guerra al terrorismo que
Al-Sisi ha estado vendiendo es en gran parte una guerra a su propio terrorismo, es decir, al producido tras el "no-coup"
que le llevó al poder. Desde el principio intentó desentenderse de la
cooperación internacional aduciendo que ellos ayudaban actuando contra su
propio terrorismo, que era presentado como parte del terrorismo global. Ese
terrorismo no va a cesar por más que el Estado Islámico sea vencido
militarmente en Siria. El reciente asesinato de dos generales y el intento de
asesinato contra un juez prueban que tiene sus propios objetivos.
Tampoco está claro que dure mucho la ilusión de que los
problemas egipcios vayan a resolverse con Trump. Lo mismo ocurrió con Putin,
que iba a mandar millones de turistas y comprar de todo a Egipto. Más bien ha
intentado venderles, desde trigo a armamento y centrales nucleares. Putin es
otra pieza clave en el futuro. Si los saudíes se enfadaron con el doble juego
de Egipto, que pasará con su corazón dividido entre Putin y Trump, perspectiva
que no deja de ser triste.
Pero la tendencia egipcia a la melancolía se compensa con su
capacidad innata para acoger esperanzas de que todo se arreglará con lo que
venga de fuera:
The victory of Donald Trump in the US
presidential elections on Wednesday sparked new hopes for Egypt, as the
presidency positively received the news.
At the same time, it raises the question on how
the new Trump administration will affect the issue of terrorism and the Middle
East as a whole, where politicians differ on whether Trump’s stances towards
Muslims and Islamists will bring positive or negative results.
On one hand, Nader El-Sharkawy, secretary
general of the Free Egyptians Party (FEP), sees the presidency of Trump as a
better alternative for Egypt, given that the new American president had
previously expressed support for his Egyptian counterpart Abdel Fattah Al-Sisi.
Moreover, El-Sharkawy highlighted Trump’s rejection
of the Muslim Brotherhood, a group outlawed by Egyptian authorities. According
to El-Sharkawy, “unlike the polls predictions, Trump was able to attract more
voters to the right wing by playing on the fear of terrorism.”
Commenting on Trump’s controversial statements
on Arabs and Muslims, El-Sharkawy argued that there is a difference between
Trump, the candidate who was acting on his personal volition, and Trump, the US
president bound by the rule of institutions, constitution, and laws.
“Now the entire congress will be controlled by
the Republicans, which I find more realistic when dealing with the Middle East
and approaching terrorism. There’s going to be a boycott of relations with
Iran, maybe a softer approach to the Syrian crisis, but we will have to wait
and see how the strategic alliance with Saudi Arabia will develop,” El-Sharkawy
said in comments to Daily News Egypt on Wednesday.*****
La estrategia egipcia vuelve a ser la habitual: el peligro
del terrorismo solo puede ser conjurado con ayuda. Ayudando a Egipto se ayuda a
los Estados Unidos al contribuir a eliminar enemigos potenciales. Eso ya lo hizo
Mubarak como lo hizo Sadat. Ahora es la única baza que al-Sisi tiene para
conseguir recursos. Pero no está claro que eso sirva de algo en un estado
calamitoso como el que en estos momentos vive el país que necesita de paz para
crecer y no de ser convertido en una trinchera.
El mensaje de la lucha contra el terrorismo, además, entra
en contradicción con el de la paz deseable para atraer al turismo, que es el que
trae el dinero que se reparte de forma más justa y extensa por el país, frente
al que le llega en forma de ayudas que se pierde por el camino.
Sigue sorprendiendo la capacidad egipcia para fabricar estas
ilusiones en vez de intentar arreglar sus propios problemas, los que les causan
sus dirigentes, su economía desfasada, la corrupción reinante, el gigantismo de
la administración, el militarismo, las subvenciones fraudulentas, el fracaso de
la educación, la ausencia de una sanidad eficaz, etc. Todo esto no se resolverá
con Trump y los republicanos.
En este último sentido se manifiestan otros políticos egipcios
que desconfían de Trump:
On the other hand, Farid Zahran, head of the
Egyptian Social Democratic Party (ESDP) was much more sceptical of Trump’s
intentions towards the Middle East.
“Trump is known for his anti-Islamic and
anti-Arab stance, even if at some point he retracted some of his outrageous
comments for calculations related to the electoral process,” Zahran told Daily
News Egypt on Wednesday.
To Zahran, Trump’s victory will reinforce
worldwide racism and polarisation, although he said he hoped that US
institutions will be able to control some of Trump’s “wildness”.
“It would be a mistake to celebrate Trump’s
hostility towards Islamist extremism, even if he helps a particular force or
country in the Middle East in countering terrorism, because he does not
differentiate between Islamist extremism and Muslims or Arabs in general,”
Zahran reasoned.******
La campaña de Trump no se ha centrado en las relaciones
internacionales precisamente porque uno de sus argumentos es el aislacionismos,
sacar a Estados Unidos de donde otros le han metido. Aunque hay incongruencias,
estas se resuelven en el concepto de amenazas. Si a Trump le gustaba Saddam no
es por nada en especial, solo porque considera que fue mala la guerra de Irak.
La idea es que cada uno se ocupe de lo suyo y los Estados Unidos se lo que le
afecte realmente. Si eso incluye a Europa y la OTAN, ¿qué esperan conseguir los
demás?
La imaginación se ha puesto a soñar y algunos han ido a buscar,
debajo de las banderas rusas, las banderitas americanas que no hayan sido
quemadas. Los habrá que crean que el apoyo de al-Sisi ha sido decisivo para la
elección de Trump, pues la fantasía no tiene límites razonables. La
desesperación actual de los egipcios hace confiar en cualquier cosa que les
haga recuperar algo de confianza. Probablemente sea el único país que se alegra
del triunfo de Trump y no solo de la pérdida de Hillary Clinton. Eso de la buena química entre ambos presidentes
les parece prometedor.
Los misterios electorales han querido que Hillary Clinton,
sacando más votos en las urnas que Trump, sea la gran perdedora y con ella los
propios Estados Unidos, cuyas reacciones son de espanto, temor y vergüenza. Pero
ese es el sistema. Los votos no valen lo mismo y a Clinton se le han escapado
donde más falta hacían.
Cuanto antes se den cuenta los egipcios de que sus problemas
son suyos y que no llegará nadie a arreglárselos, será mejor. Lo que
descubrirán pronto es que a Trump le importa un bledo Egipto, que necesitaba
una foto con alguien que le permitiera dejar de ser el candidato paria ante el
mundo. De la misma manera, al-Sisi necesitaba la foto con alguien que no le
recriminara la situación de los derechos humanos o sus cambiantes políticas
internacionales.
Esa es la única seguridad en los tiempos de incertidumbre
que se abren al mundo. Es difícil que Trump pueda arreglar algo en Estados
Unidos o en el resto del mundo. Es mucho más fácil que lo acabe de enredar. Aquí hemos criticado con dureza la falta de acierto de la política norteamericana en Oriente Medio, pero Trump es otra dimensión de la política. Es negación e incógnita. No ha demostrado tener una sola idea válida para la solución de un solo problema, aquí o allí. Solo ha mostrado maneras contrarias a lo que debe ser un político. Pero son malos tiempos para la virtud, que escasea. También la inteligencia.
Donald Trump no es bueno para los Estados Unidos ni para Oriente Medio ni para nadie. No es la solución a nada; solo es parte de los problemas. Es una excrecencia que ha aprovechado precisamente los errores de otros y la frustración de muchos para emerger. Es un indicador de los males y deficiencias del sistema. Poco más.
* "Egyptians pelt Clinton motorcade with tomatoes" Reuters 15/07/2012 http://www.reuters.com/article/us-egypt-usa-clinton-idUSBRE86D07520120716
** "Trump met his favorite Middle East strongman. What happened next will not surprise you" The Washington Post 20/09/2016 https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2016/09/20/trump-met-his-favorite-middle-east-strongman-what-happened-next-will-not-surprise-you/
*** "Egypt’s President Sisi Invites Trump to Cairo, First to Congratulate Him for Victory" Egyptina Streets 9/11/2016 http://egyptianstreets.com/2016/11/09/egypts-president-sisi-invites-trump-to-cairo-first-to-congratulate-him-for-victory/
**** "Egypt's Sisi invites Trump to Cairo" Ahram Online 9/11/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/248648/Egypt/Politics-/Egypts-Sisi-invites-Trump-to-Cairo-.aspx
***** "Trump's victory a setback for Muslim Brotherhood, say Egypt MPs" Ahram Online 9/11/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/248684/Egypt/Politics-/Trumps-victory-a-setback-for-Muslim-%E2%80%8EBrotherhood,-.aspx
****** "Politicians between hope and scepticism on how Trump administration will affect Middle East policies, terrorism" Daily News Egypt 9/11/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/11/09/politicians-hope-scepticism-trump-administration-will-affect-middle-east-policies-terrorism/
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