Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No
tengo muy claro si Manuel Valls ha propuesto a las mujeres francesas que vayan
con un seno descubierto como ideal
republicano. Lo malo de cuando los símbolos se toman literalmente es que
pasan estas cosas. Es como pedir a los jueces que se pongan una venda mientras
están en los tribunales porque las estatuas llevan una y acusar de parciales a los que no la lleven.
Valls
no solo se está equivocando sino que está haciendo un ridículo espantoso. Lo
del error jurídico ya se lo ha dicho el Consejo de Estado al anular las
ordenanzas municipales que prohibían bañarse con la cabeza y el cuerpo
cubierto, para desgracia de las personas alérgicas al sol que toda la vida se
han bañado con camisones que evitaban que el sol les quemara la piel, o los
frecuentes pañuelos que todos hemos visto en la playa para proteger el pelo de
viento y sol. En fin, todas estas cosas cotidianas, de toda la vida, han sido
convertidas por Valls en referencias integristas de la falta de libertad frente
al seno desnudo de Marianne, la mujer que simboliza la República francesa y
cuyo seno descubierto en algunas representaciones —en muchas no lo lleva
descubierto— representa el alimento del pueblo.
La
explicación de porqué unos días Marianne lleva el seno cubierto y otro al aire
tiene su fundamentación histórica. Y la explicación la ha dado la profesora de
Historia Contemporánea, especialista en el siglo XIX y sus revoluciones, Mathilde Larrere, de la Université
de Paris-Est Marne-la-Vallée, autora de las recientes "Le XIXe siècle
français" (Paris 2010) y
"Révolutions! Quand les peuples font l'histoire" (Paris, 2013). Lo ha
hecho ayer mismo a través de un artículo publicado con celeridad en Storify.com
—una plataforma dedicada a los temas de Historia— con el punzante título "Marianne
a le sein nu parce que c'est une allégorie! réponse à un 1er ministre
inculte"*. Especialmente hiriente tiene que haber sido el ser tildado de
"inculto", pero no será el primer político al que se lo digan.
La
"réponse" a Valls es muy escueta —el "artículo" reproduce
los tuits del día anterior, del 29— y se basa en lo justo: los datos y las
imágenes. En 23 "tuits", Larrere desmonta el argumento de Valls
señalando lo que todos saben y
recordando lo que el primer ministro ha olvidado o ignora. Lo obvio es en ocasiones
lo que primero se olvida: estamos ante códigos artísticos, ante elementos
simbólicos, no realistas. El arte tiene sus convenciones. Después establece las
diferencias entre las dos Marianne, la del seno desnudo y la del oculto. Señala
Larrere en sus tuits (numerados):
11) Il y a la marianne « sage », cheveux
attachés, seins couverts, pas d’arme, sagement assise
12) Et la Marianne révolutionnaire, cheveux
détachés, bonnet phrygien, poitrine découverte, combattante et armée
13) La première est la Marianne des
républicains libéraux conservateurs, la seconde des radicaux révolutionnaires*
La profesora de Historia recuerda que la República pronto se
volvió conservadora y que en 1849 se prohibió el uso de la Marianne
revolucionaria, la del seno desnudo, dominando la "sabia", la cubierta.
Las estatuas de las plazas, los cuadros, etc., han quedado como muestras
ideológicas de los periodos y su orientación, así como la de sus autores en
algunos casos.
Pero lo grave del caso no es que Valls haya ignorado las
Marianne que cubren su seno, sino las consecuencias que saca sobre la situación
de las mujeres, que es de lo que se trata con el burkini. Larrere señala que a
aquellos señores que representaban la "república", la
"libertad", etc. con forma de mujer les importaban bastante poco las
mujeres, las reales, a las que no
concedieron los derechos que tardarían en tener: «16) La Marianne sera bien rangée, ainsi veut la IIe
République (qui voulait remettre les femmes à leur place (interdites de club,
de vote)»*. Este aspecto es relevante porque muestra que una cosa son los
símbolos y convenciones artísticas y otra la dura realidad.
Ya hace
mucho tiempo que se descubrió —por parte del análisis feminista— que la
"idealización" de la mujer era una trampa para ella pues la definía a
su gusto (el masculino) y daba la impresión de que por hacer estatuas y
colocarlas en las plazas, dedicarle encendidos cánticos poéticos, pintar
cuadros y colgarlos en congresos y ayuntamientos, etc. se había dado algún paso
para la mejora de los derechos de las mujeres. Sin embargo, como señala
Larrere, esto no fue así. Las mujeres les importaban muy poco.
He
tenido ocasión de ver las imágenes de Valls y cómo se ha dejado arrebatar por
el verbo encendido y la pasión cuando ha hecho este discurso
proponiendo... ¿el topless playero?
como alternativa al burkini. Lo peligroso es apasionarse con cosas que
necesitan de mesura, estrategia y, como le ha dicho la historiadora, de conocimiento.
Meterse
en una guerra de símbolos es meterse en la boca del lobo porque la comprensión
literal (y parcial) de los símbolos de la república siempre chocarán con un
escollo: la Republica no puede defender la Libertad y decirle simultáneamente a
la gente cómo debe vestir o pensar. Es lo que le ha dicho su Consejo de Estado.
Es lo
mismo que le han dicho a otro "político" poco ilustrado, Donald
Trump, los constitucionalistas (o la gente de la calle): que se lea la
constitución y que verá como esta defiende la laicidad para poder defender las
creencias de cada uno. Es lo que diferencia a las repúblicas "hermanas"
de los Estados Unidos y Francia de las repúblicas soviéticas, islámicas o en
vías de serlo: defienden el derecho de las personas y la libertad de sus
creencias.
Valls
ha propuesto que una ciudadana francesa musulmana que quiera bañarse tenga que
usar el "modelo republicano de bañador", cuando lo republicano es no
tener modelo, dejar que cada cual lleve el suyo. Al montar un espectáculo político, sus enemigos
—sabedores de que perderá— le llevarán a que sus discursos sean cada día más
absurdos y, como le han dicho en lo ONU, "estúpidos".
Además
del Consejo de Estado, se lo ha dicho la Comisión de Derechos Humanos de la ONU,
según recoge El Confidencial:
La polémica del uso del burkini en las zonas
de baño francesas suma y sigue. La ONU pidió este martes a los municipios
franceses que mantienen su veto al burkini que revoquen de inmediato esta
medida, de acuerdo a la sentencia del Consejo de Estado -la máxima instancia
administrativa del país- que la anuló en Villeneuve Loubet, en la Costa Azul.
"Instamos a todas las autoridades locales que han adoptado prohibiciones
similares a que las dejen sin efecto de inmediato en lugar de aprovechar el
limitado alcance geográfico del dictamen", declaró el portavoz de la
Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville.**
Colville
ha hablado directamente de "estupidez" para que no haya dudas sobre
lo que opinan de la medida francesa. Lo malo es que esta medida pasa, como en
el caso de Trump en los Estados Unidos, a formar su propia corriente de
radicalización incontrolada. El asunto deja de tener la lógica playera y del
burkini. ¿Es que la seguridad solo afecta a las playas? Absurdo.
El último tuit de Mathilde Larrere es concluyente sobre la
cuestión central: «23) Car aucun de ces messieurs
n’a envisagé à l’époque de donner aux femmes une capacité civile, une liberté,
ou le droit de vote»*. A ninguno les preocupaban sus derechos. Lo de Valls es todavía peor:
les quita un derecho y cuestiona su ciudadanía.
Valls se está volviendo un fundamentalista
republicano.
Lo
dijimos ya: lo que hay dentro del
burkini es una mujer, una persona, una titular de derechos, una ciudadana. La
única forma de ganar la batalla al fundamentalismo religioso es defender los
valores de la libertad y evitar que nos conviertan en legisladores contra lo
más importante que tenemos y que niegan: las libertades y derechos individuales,
la capacidad de decidir. Todo lo demás es el "efecto Trump": suponer
que porque una mujer no habla es porque no la dejan hablar. Habrá muchas
mujeres musulmanas que se pierden en las playas con sus bañadores sin querer
llamar la atención. Y Valls está complicándoles la vida porque ahora la presión
sobre ellas será mayor.
En L'Obs - Le Plus, vemos desarrollado por
Mathilde Larrere lo que se hizo circular en tuits. El inicio es claro sobre la
valoración negativa del uso que Valls ha querido hacer de Marianne:
Les tentatives d’instrumentalisation par le
politique de l’histoire, et plus particulièrement de l’histoire de la
République, sont loin d’être rares dans notre pays. Manuel Valls vient une fois
encore de l’illustrer en faisant de Marianne et de son sein nu un symbole de la
liberté des femmes, par opposition à celles qui portent le voile :
"Marianne a le sein nu parce qu'elle
nourrit le peuple ! Elle n'est pas voilée, parce qu'elle est libre ! C'est ça
la République ! C'est ça Marianne !"
Le Premier ministre commet pourtant ici un
vrai contresens. Car Marianne n’est en aucun cas une représentation de la
femme, sinon l’allégorie d’un régime – la République. Elle apparaît par
ailleurs à une époque où les femmes sont loin d’être libres, car réduites à un
statut de mineurs (elles n’ont pas le droit de vote par exemple). Enfin, cette image d’une Marianne à
la poitrine dénudée est loin d’avoir fait consensus dans notre pays…***
Tampoco parece que un Valls metido a alegorista lo vaya a
conseguir con sus interpretación sesgada y literal
de la imagen de Marianne, la representación de un "régimen político" .
Al convertirla en un modelo de mujer no solo deja de ser universal, como los
valores que quiere representar en la ciudadanía, sino que se convierte en un
elemento de imposición y discriminación.
Hace un
par de años, dentro de esos temas cíclico del verano, se le preguntaba en televisión
a una familia norteafricana si regresaban de vacaciones a casa. Contestaron con una sonrisa diciendo que no, que ellos —que
venían de Francia— se quedaban en España para pasar las vacaciones, que se iban
a la playa. Como muchas otras personas, no se quedan donde les conocen ni
vuelven más que unos días a donde provienen. Lo que les apetecía era tumbarse
en una multitudinaria y anónima playa española, perderse entre bikinis,
bañadores y topless. Eso les resultaba complicado hacerlo en Francia por temor
a ser reconocidos por algún vecino y, mucho más evidentemente, a ser atacados en
su país. Necesitaban un espacio en el que nadie les conociera, nadie supiera ni
les preguntara si eran musulmanes, cristianos, zoroastrianos o amigos de Manuel
Valls. Querían tranquilidad, algo que ahora es un poco más difícil.
El
Confidencial termina su artículo con un ejemplo de las consecuencias de la
psicosis provocada por la prohibición, una mala respuesta a lo ocurrido en los
municipios turísticos:
Uno de los últimos sucesos de este tipo tuvo
lugar este fin de semana en la región de París, cuando un hombre pidió a dos
mujeres musulmanas que abandonaran su restaurante tras llamarlas
"terroristas". Ello atrajo la atención de otros musulmanes que
acudieron al establecimiento a increparle su actitud. "Cualquier medida
pública debe dirigirse a aquellos que incitan a la violencia y no contra
mujeres que simplemente quieren caminar por la playa o bañarse con una ropa con
la que se sienten cómodas", señaló la Oficina de Derechos Humanos. Se
estima que una treintena de municipios mantienen por el momento su veto al
burkini, pese a la decisión del Consejo de Estado, que ha sentado
jurisprudencia.*
Era muy
fácil prever que esto ocurriría. Es una forma clara de discriminación y es
especialmente clara en el móvil económico del asunto. El dueño del restaurante
de la región de París (no hay burkini) no quiere ser identificado como un lugar con musulmanes por temor a perder
clientela y las expulsa del lugar acusándolas de ser "terroristas".
Han hecho bien en recordarle que no ha expulsado a "terroristas" sino
a "mujeres", sin más, personas.
Son
estos acontecimientos los que los islamistas y muchos simpatizantes
antioccidentales usan para sus primeras páginas, sus redes sociales o la charla
en el café a todo el que les quiere escuchar: Occidente nos odia porque somos musulmanes, la frase de Erdogan
para abajo. Y Valls les ayuda a hacerlo. Ellos, por supuesto, están encantados.
Ya es hora de que los que viven lejos, en tierra
de infieles, sean discriminados convenientemente: del agravio sale el rencor;
de la injusticia, el odio y la violencia. Luego se preguntarán en qué falla la República.
Manuel
Valls parece dispuesto a no abandonar su discurso y su tono encendido y a que el
seno desnudo de su Marianne particular sea el modelo de todas las francesas. Lo
malo es que los discursos, además de absurdos, se radicalizan y ya no sabes si
escuchas a Marine Le Pen o a Valls, a Sarkozy o al que le toque. Pronto todos
estarán rivalizando en el miedo y en su forma de evitarlo. Lo único que harán
será convocarlo.
A las dos Marianne que Mathilde Larrere nos muestra, la liberal y la revolucionaria, habrá que añadir una tercera, la de Manuel Valls, que no es alegórica, que es realista y literal. Será la Marianne de Valls, la que niega los pechos alimenticios y las libertades a unos frente a otros.
Ya
algunos están diseñando el islam de/en Francia como si fuera el mapa de las
carreteras nacionales o la reforma de un museo parisino. Es la demostración
palpable de que se encuentran ante un problema que les desborda y que creen que
por mostrar estas actitudes intransigentes van a tranquilizar a alguien.
Nada relacionado con esta situación se puede resolver por decreto u ordenanza municipal. Es estúpido solo pensarlo. Hablen, lean, dialoguen, reflexionen... antes de tomar medidas contraproducentes y que abran más brechas de las que hay, que hagan nacer más malentendidos de los existentes. Abran puertas de cambio, no encierren. Se trata de aislar a los terroristas, no de aislar a los musulmanes.
* "Marianne
a le sein nu parce que c'est une allégorie! réponse à un 1er ministre
inculte" Storify 30/08/2016
https://storify.com/LarrereMathilde/marianne-a-le-sein-nu-parce-que-c-est-une-allegori
**
"La ONU pide la eliminación de las restricciones al uso del burkini en
Francia" El Confidencial
30/08/2016
http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-08-30/la-onu-urge-levantar-las-restricciones-al-uso-del-burkini-en-todas-las-playas-francesas_1252764/
*** ""Sein nu de Marianne" : Manuel Valls a tout faux. C'est une allégorie de la République" Le Plus - L'OBS 30/08/2016 http://leplus.nouvelobs.com/contribution/1554954-sein-nu-de-marianne-manuel-valls-a-tout-faux-c-est-une-allegorie-de-la-republique.html