Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
salida de algunos activistas de la cárcel poco antes de la intervención del
presidente Abdel Fattah al-Sisi ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas, no camufla la percepción cada vez más general de que se está produciendo
una reducción de los derechos humanos y que las leyes no caminan hacia una
democratización. Por el contrario, se percibe un endurecimiento de la represión
en distintos órdenes de la vida social. Ya no se trata de una guerra contra el
terrorismo islamista, sino de declarar "enemigo del
"estado" al que manifieste discrepancia, cerrando cada vez más la posibilidad de diversidad. Pasados cien días de la presidencia de Abdel Fattah al-Sisi, este sigue conservando una amplia mayoría de apoyos sociales, que cifran en un 80%. Pero esa mayoría necesitará pronto ver alguna justificación de su apoyo más allá de proyectos, discursos y fotografías. Para otros, Egipto está repitiendo los errores del pasado, confiando en la mano de hierro de sus dirigentes. La realidad de la situación durará lo que tarde en producirse la frustración social si no se avanza hacia caminos de estabilidad política y mejora económica. "Estabilidad política" quiere decir avance en la democratización que se reclama desde la Revolución y "mejora económica" solucionar los problemas graves para dar un futuro a los jóvenes que pidieron cambios y que no los ven todavía. El problema es confundir "estabilidad" con "mano de hierro", y pensar que esta traerá el orden y la prosperidad.
Prácticamente casi todos los periódicos que he revisado hoy
se lamentan de restricciones en las libertades y derechos, en aplicaciones
arbitrarias y en leyes cuyos borradores suscitan muchos interrogantes sobre la
finalidad y contra quién se vaya a emplear.
El diario Daily News Egypt abre así su noticia:
Publications have been confiscated, and two
cultural events and two TV channels have been banned during the first 100 days
of President Abdel-Fattah Al-Sisi’s rule, according to a report by the Arab
Network for Human Rights information (ANHRI).
The report “traces potential indicators” for
increased or decreased freedom, and the presence or absence of a “political
will” to move towards democracy, which requires at least 25 years to be
achieved in Egypt, according to a statement by Al-Sisi in May. It criticises
the president’s statement made in May that media freedom is “unprecedented”.
“So we’re in a unique situation,” the report
reads, “unprecedented freedom of expression and long years before democracy is
achieved.”
The report lists violations to freedom of
expression during the rule of Al-Sisi.*
A las quejas de los islamistas por ser perseguidos, que han
ido disminuyendo al quedar menos islamistas fuera de las cárceles, ser más los
que han huido y más prudentes los que se han quedado, se suman las de los
liberales y laicos de todos los colores.
Egipto quiere tener un solo color: el de los uniformes. En
este sentido es importante un artículo publicado por el mismo diario un día
antes, el 27 de este mes, firmado por Joana Saba. El texto lleva el título "The military and
the state: The role of the armed forces in post-30 June Egypt"**. En
él se recoge la intensificación del papel que los militares están adquiriendo
en todos los sectores de país. Esto no es una novedad en la historia egipcia en
donde el ejército ha constituido un grupo con intereses más allá de la defensa.
Los intereses militares abarcan la práctica totalidad de los sectores
económicos e industriales, algo que no se ha tocado desde la época de Mubarak.
El ejército controla fábricas, industrias, empresas de todo tipo. Es una combinación
oscura de poder político, militar y económico.
En estos días son muchos los artículos que debaten en la
prensa egipcia la cuestión de los inversores. Muchos de ellos insisten en la
misma cuestión: hay demasiada desconfianza hacia una economía distorsionada con
el peso tan importante de la maquinaria militar en la industria. El artículo de Daily News Egypt
señala:
The Guardian recently reported that thousands
have been evicted from their homes to make way for the Suez Canal project,
despite having lived on this land for over 30 years. However, this is not an
unusual case, as Egypt’s military remains as the highest authority land
ownership in Egypt.
“The armed forces possess the legal power to
confiscate public land at any time for purposes of national security,” Stephen
Roll wrote in a research paper for SWP Berlin.
This, along with the military’s economic and
political advantage, creates an extremely unwelcome environment for investors.
“There’s a conflict of interest in terms of
boosting the economy, because there is no environment that encourages natural
competition. The government should have been focusing on removing the many
obstacles that investors face in Egypt to foster a truly free market. Instead
the army is posing itself as competition with a major upper hand,” Ghoneim
said.
“And everything that is happening on the
economic front is mirrored on the political front. They’ve passed an elections
law that does not enable political parties. If the political parties are week,
you need to set the scene to strengthen them,” rather than the military simply
assuming all political roles, she said.**
El Ejército posee la mano de obra; la capacidad de legislar
en su beneficio y el poder del reparto. Es un escenario demasiado complejo para
que lleguen las inversiones internacionales, algo que Egipto necesita
urgentemente. El turismo ha caído un 25'4% respecto a los ya malos datos de
2013 y son los países del este de Europa y Rusia los que llegan más. Las
inyecciones exteriores de los aliados no son suficientes para mantener esta
situación. Se añade otro problema recurrente, el de la baja cualificación de
los trabajadores. Los mejores cualificados emigran desde mediados de los años
70 hacia los países del golfo. «“There could be a crisis, but it's a result of
a big bad training system and education,” said Moustafa Rostom member at Egypt
Federation of Workers»***, se señala sobre este grave problema en la prensa egipcia. De lo
mismo se quejan los inversores extranjeros que han cancelado proyectos al no
encontrar mano de obra adecuada. Los intentos de aprobar la entrada de
trabajadores extranjeros es también una demanda empresarial, que señala que
están mejor cualificados y cobran menos. Es el drama tradicional del uso de
mano de obra más barata pero que no soluciona el cambio del país, creando
divisiones sociales aún mayores.
Egipto está pagando el abandono de los treinta años de la
era de Mubarak, una época en la que la facilidad para los negocios venía de los
contactos políticos más que de la eficacia empresarial. Algo de lo que se ha
acusado a las empresas y fábrica militares, al recurrir a los soldados como
mano de obra barata, perturbando el mercado tanto laboral como empresarial. La
ineficacia ha llegado a cifras alarmantes y algunos piden lo que parece ser la
única salida a largo plazo: la industrialización para no depender tanto de los factores
tradicionales, petróleo, turismo y el canal. Así lo reclamaba Taha Abdel Alim
hace unos días en el diario Ahram Online, en el artículo titulado "Suez
project a good step, but Egypt needs to industrialise"****
La creencia en que "pacificando" el país a la
fuerza, los inversores y el turismo van a acudir a Egipto es un gran error que
se está pagando en términos de libertades, credibilidad y deterioro de la
economía. No parece que ese sea el camino más adecuado. Las tesis de que hay
que militarizar al país para que este sea atractivo tienen demasiadas décadas
de antigüedad y no son las que demanda la población egipcia, que está cada vez
más escarmentada y detecta antes la ineptitud. Los márgenes de supervivencia se
reducen y el descontento puede manifestarse pese a la capacidad de sacrificio
de los egipcios. La bandera nacionalista puede levantarse durante un tiempo, pero
no da de comer, al igual que el carisma del presidente al-Sisi. Solo una
transformación seria del país puede comenzar la remontada social que necesitan.
La ley electoral para las generales que se deben celebrar
según la hoja de ruta marcada tras las elecciones presidenciales no parece que
vaya a dar un parlamento plural, sino atomizado, que reforzará más si cabe la
autoridad presidencial. Eso limitará la capacidad de respuesta y dará lugar a
que se siga desconfiando de unos políticos que necesitarán respaldo de las
autoridades para salir elegidos privilegiando a los candidatos oficiales. Una
vez más se busca la unanimidad antes que la eficacia y la diversidad de voces
que puedan aportar algo al país. La psicología del poder en Egipto requiere de
la concentración en la persona, pese a las nefastas consecuencias que esto ha
tenido de Nasser en adelante. Una sola cabeza y una constelación de pequeños
partidos buscando algún protagonismo, desgastándose entre ellos en luchas que
nos sirven absolutamente para nada.
El último de los episodios de protesta nos lo daba el diario
Ahram Online y afecta a uno de los centros neurálgicos de la sociedad egipcia,
de los más importantes para la recuperación y que, sin embargo, sigue inmerso
en una crisis de décadas: la universidad. Situado en el punto de mira por las
protestas de estudiantes, se ha militarizado la estructura de la Universidad dando
a las autoridades la posibilidad de expulsar a los miembros del profesorado que
consideren díscolos. El diario señala las manifestaciones realizadas por el
movimiento de profesores "9 de marzo" ante esta situación:
Egypt's university professors have sounded
alarm bells over a draft law that they say will give university heads full sway
to unfairly lay off faculty members.
The Egyptian cabinet last week approved a new
amendment to a statute regulating university employees, allowing university
chairs to expel staff members in case of breaches without necessary legal
disciplinary actions.
The move came almost three months after
Egyptian President Abdel-Fattah El-Sisi issued a decree reintroducing the
direct appointment of university heads – a system enforced before the 2011
uprising but which gave way to elections.
Critics say the changes – passed without review
from faculty councils – jeopardise the independence of universities. If
ratified, they say, decisions by college boards will be dependent upon the
appointed heads for approval.
"Expanding authorities granted to a person
in office will ultimately lead to the abuse of power or exercising it
arbitrarily," said Hani El-Husseiny of the 9 March movement, a group of
university professors campaigning for university independence and against
corruption.****
A la prohibición de movimientos políticos en la universidad
se sigue ahora este decreto que reducirá las posibilidades de crítica, dando
poderes arbitrarios a las autoridades académicas como los anteriores a la
revolución. Convirtiendo la universidad en una institución sumisa solo se
logrará debilitar más el sistema educativo, algo que Egipto no se puede
permitir por más tiempo.
Anoche, el presidente Abdel Fattah al-Sisi dio un discurso
en la Universidad de El Cairo.
Speaking at a ceremony at Cairo University to
honour 27 top students from universities nationwide, El-Sisi confessed Egypt
wasn't "able to provide real channels of communication with its
youth."
"I want Egypt's youth to be by
my side," he said. "I love Egypt's youth and consider them my
children."*****
Algo tienen los presidentes egipcios que se empeñan en
considerar como hijos a la juventud del país. Esas fueron las palabras del
último discurso de Hosni Mubarak, decir que iba a hablar como un padre a sus
hijos. El paternalismo, literalmente, es un tópico para dirigirse a los
jóvenes. El problema de esos jóvenes brillantes a los que se celebró es si
pronto descubren que tienen más oportunidades fuera del país que dentro, que
tienen menos facilidades para montar empresas en otros lugares por falta de
mano de obra cualificada y competencia desleal de las empresas del ejército y
que si tratan de dedicarse a la investigación y al enseñanza corren el riesgo
de ser despedidos si a sus jefes no les gusta lo que hacen, dicen o simplemente
piensan:
The president's speech comes at the same time
as a new university draft law has come under fire for allowing the arbitrary
sacking of faculty members and also recent moves by the ministry of education
against political activity on campuses.
Several Egyptian universities were
embroiled in clashes between students supporting ousted Islamist president
Mohamed Morsi and security forces during the last academic year. Tens of
students were tried and given sentences for vandalism and rioting.
During his speech, El-Sisi stressed
the media's important role in reflecting the "values of the Egyptian state
and its ancient civilization, to protect youth from incorrect ideas in an age
where the outlets of exchanging information are many," reported Aswat
Masriya.*****
No sé si a los egipcios se les puede convencer ya con los
"valores del estado", del que no acaban de desprenderse el
autoritarismo ni la corrupción. En cuanto a la "civilización antigua",
no creo que sea la aspiración de los egipcios construir nuevas pirámides para
gloria de los nuevos faraones. Me imagino que por más orgullosos que puedan
estar de su pasado, le resultará más gratificante ilusionarse con un presente
más digno y un futuro más esperanzador.
Hazem Hosny, profesor de Ciencia Política de la Universidad
de El Cairo, ha señalado:
“President Sisi sees that politics are a luxury
that Egypt cannot afford, and that we must put politics aside, and rely on the
ruler who makes decisions and the Egyptian people must place their faith in one
man [the president], and as such must walk in the same line as him without
discussion. He sees that political discussion is a divisive form of activity.”**
La política no es nunca un lujo si implica una mayor claridad de la situación y la
participación de todos. El "lujo", por lo que tiene de despilfarro de
posibilidades, es la dictadura. Pensar que se puede dirigir un país como un
cuartel, la negación de la política, mediante promesas, sonrisas y mano de
hierro es ingenuo porque el coste es doble: sufrimiento y represión de la
verdad de lo que ocurre. Cuando más difieran las palabras de los hechos, más
violencia será necesario ejercer sobre la realidad para reprimirla y sobre los
discursos para censurarlos. No es un buen camino.
Puede que los egipcios estén cansados de la violencia y el
caos que se ha producido (y han producido) desde la Revolución, pero eso no
hace buena la situación anterior, que es la que llevó a que se produjera la
Revolución. Entre el caos y el paternalismo tiene que haber una fórmula que
permita un orden justo y la mayoría de edad.
* "New report criticises freedom of
expression during Al-Sisi’s presidency" Daily New Egypt 28/09/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/09/28/new-report-criticises-freedom-expression-al-sisis-presidency/
** "The military and the state: The role
of the armed forces in post-30 June Egypt" Daily News Egypt 27/09/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/09/27/military-state-role-armed-forces-post-30-june-egypt/
*** "Suez project a good step, but Egypt
needs to industrialise" Ahram Online 24/09/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/111528/Opinion/-Suez-project-a-good-step,-but-Egypt-needs-to-indu.aspx
**** "Draft law gives university heads too
much power: Egyptian academics" Ahram Online 28/09/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/111893/Egypt/Politics-/Draft-law-gives-university-heads-too-much-power-Eg.aspx
***** "El-Sisi promises bigger role for
youth in Cairo University speech" Ahram Online 28/09/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/111915/Egypt/Politics-/ElSisi-promises-bigger-role-for-youth-in-Cairo-Uni.aspx
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