Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
forma que tiene Barack Obama de asumir los errores no deja de ser curiosa y me
imagino que para algunos resultará algo cargante. En ocasiones hemos
considerado al presidente como el ciudadano peor asesorado de los Estados
Unidos, algo que no es para llenarse de orgullo, desde luego. No sabemos a ciencia
cierta si es así o si realmente es el presidente más difícil de asesorar de la
Historia. Por los resultados pudiera parecer lo mismo, pero las causas son
diferentes. La Historia nos lo dirá.
El
presidente Obama suele dar la razón a sus subordinados cuando se equivocan, que
es una forma interesante de mantener el liderazgo. No quiero decir que les
apoye, sino que les da la razón literalmente. Si un subordinado dice haberse
equivocado, inmediatamente Barack Obama le da la razón generosamente.
La
última ocasión se la han brindado respecto a la evidentemente errónea valoración del Estado Islámico:
En una entrevista emitida en la noche del
domingo por el legendario programa de CBS ’60 Minutes’, el presidente Barack
Obama admitió este error, citando a su director Nacional de Inteligencia, Jim
Clapper, quien hace dos semanas reconoció que el espionaje estadounidense se
había equivocado al valorar a la baja al EI.
“No fuimos capaces de prever que las fuerzas
iraquíes en el norte del país colapsarían”, dijo Clapper el pasado 18 de
septiembre en The Washington Post en
referencia al avance yihadista. “No fuimos capaces de predecir su voluntad de
luchar y eso es siempre un problema”, estableció Clapper. “No lo hicimos en
Vietnam”, finalizó el director nacional de inteligencia estableciendo un
paralelismo entre aquella guerra que transformó EE UU y el conflicto que ha
devuelto a Obama a una zona y una contienda que creía dejadas atrás.
El presidente utilizó la admisión de fracaso
de Clapper. “Es cierto, es absolutamente cierto”, dijo el mandatario. “Jim
Clapper ha reconocido que yo creo que ellos [la comunidad de inteligencia]
subestimaron lo que había estado pasando en Siria”, manifestó Obama.*
Es
interesante porque Obama no reconoce que se equivoca, sino que da la razón a
los que dicen haberse equivocado. Con el largo historial de errores de cálculo
que se tiene —del espionaje de Snowden al Estado Islámico, pasando por la pifia
del Obama-care en su vertiente
informática— las meteduras de pata suelen tener un abnegado subalterno que
evita que sea el presidente quien cargue con el mochuelo. En el Japón imperial,
a la antigua usanza, no sé lo que hubieran tenido que hacer sus subordinados
tras el reconocimiento de estos tremendos errores.
En
realidad Obama se ha equivocado en sus planteamientos generales sobre Oriente
Medio, como hemos tenido ocasión de tratar aquí en muchas ocasiones, no porque tengamos
más información que él, sino porque sumas dos y dos y escuchas lo que dice la gente todos los
días en vez de escuchar a los que fueron colocados por él o se dejó olvidados
el ex presidente Bush cuando se dedicó a la pintura. Sinceramente, no sé de
dónde los ha sacado. Y eso que tiene a Kerry como un bombero, para arriba y
para abajo. Se está ganando el hombre la nominación demócrata, si es que le
quedan ganas todavía.
La corresponsal
de El País en Washington, Yolanda Monge,
nos recuerda la afición del presidente Barack Obama a hacer comparaciones muy gráficas para que las entienda todo el mundo:
En enero, el mandatario comparaba a los
yihadistas del EI con un equipo canterano al decir al periodista David Remnick
que por mucho que los aspirantes se pusieran la camiseta de Kobe Bryant eso no
los convertía en los Lakers.*
Y le creyeron, claro. No
menos desafortunada es la calificación de Rusia como una "potencia
regional", que no sabemos si también fue un error de percepción —por no
ponerse las gafas— y que tan mal sentó a Vladimir Putin, que enseguida se puso
a corregir el malentendido sacando pecho imperial.
En
Oriente Medio y norte de África sus cálculos han sido desastrosos. Recuerdo un
artículo de hará un año en un diario egipcio en el que el analista, miembro del
consejo diplomático asesor nacional, señalaba que a Obama le habían dicho que
Mubarak no caería y se lo creyó. También le dijeron que Mohamed Morsi era un
valor seguro y que tampoco caería. También quedó en evidencia. No nos atrevemos
a preguntar por la situación actual, que parece sólida.
A Obama
le quedan muchos defensores fuera. Todos aquellos dirigentes que no han sido
espiados mantienen una gran simpatía por el presidente. Saben que, en el fondo,
no es cosa suya, que aquello de que se
espía porque se puede estaba destinado al consumo interno más que a los
amigos de fuera. También aquí ha sido un desdecirse constante con la NSA como
fondo. Pero a la gente no le entra en la cabeza que la persona más poderosa del
mundo esté generalmente tan mal informada. No solo se les fuga la información,
sino que la que les llega va de mal en peor.
Lo
cierto es que lo de Jim Clapper tiene su mérito; que el jefe de la Inteligencia
salga así, en plan kamikaze, a descargar de responsabilidades a su Comandante
en Jefe, y dispuesto a confesar sus errores de cálculo, es muy sacrificado y no
lo hace cualquiera. Sin embargo, James Clapper es un clásico en pedir disculpas
y reconocer errores. Se le ha cuestionado desde sus comienzos. Cuando fue nombrado por Obama en 2010, los que le examinaron para ver su idoneidad para el cargo, ya manifestaron sus reticencias sobre este general de aviación retirado.
Al menos, quizá
para curarse en salud, advirtió en 2013 que los recortes en el espionaje
tendrían efectos desastrosos para los Estados Unidos. Como eso lo suelen decir
todos los "recortados", no fue profeta en su tierra. Y ocurre lo que
ocurre. Se mire como se mire, se ha espiado mucho a quien no se debía —a los
aliados y socios, como Merkel o Rousseff, a los ciudadanos norteamericanos y
europeos— y no se ha espiado nada a los que lo ponen un poco más difícil y no
se dejan. Luego sales con lo de que has valorado
mal la situación. Es siempre el exceso de confianza lo que pierde a los
imperios.
Cuando
saltó en 2013 otro escándalo de la NSA, el espionaje a los propios
norteamericanos, a Clapper le tocó ir a dar la cara al Senado. El director contestó
sobre lo que sabía, que si estás a
cargo de la Agencia Nacional de Inteligencia debería ser mucho. Sin embargo, Clapper tuvo que mandar una carta
desdiciéndose de sus repuestas poco después y pidiendo disculpas:
Director of National Intelligence James
Clapper apologized to Congress in a letter released today for giving a “clearly
erroneous” answer to a question about whether the government
collects data on millions of Americans.
“My response was clearly erroneous – for
which I apologize,” Clapper wrote in a letter to Senate Intelligence Committee
Chairman Dianne Feinstein, D-Calif.
The letter came
after Clapper was accused of lying in response to a question by Sen. Ron Wyden,
D-Ore., about whether the National Security Agency collects “any type of data
at all on millions or hundreds of millions of Americans.”
In his March testimony, Clapper answered “no,”
later adding, “not wittingly.”**
¡Lo que se consigue con añadir una palabra tras el
"no"! Maravillas del lenguaje. Pero a Clapper le ha tocado ir a dar
más explicaciones sobre cosas absurdas, como considerar a la Hermandad Musulmana
como un grupo "secular". Clapper es la "guerra fría" él
solo y tengo mis dudas de si es materia novelesca de LeCarré o Graham Greene.
Clapper
ha dicho esta vez:
“No fuimos capaces de prever que las fuerzas
iraquíes en el norte del país colapsarían”, dijo Clapper el pasado 18 de
septiembre en The Washington Post en referencia al avance
yihadista. “No fuimos capaces de predecir su voluntad de luchar y eso es
siempre un problema”, estableció Clapper. “No lo hicimos en Vietnam”, finalizó
el director nacional de inteligencia estableciendo un paralelismo entre aquella
guerra que transformó EE UU y el conflicto que ha devuelto a Obama a una zona y una contienda que creía dejadas
atrás.*
Le ha
faltado decir que no fueron capaces de prever el Crack del 29. Creo que Clapper
ha decidido tirar por la calle de en medio y cantarlo todo. El enemigo, los yihadistas, puede engañarte, que para eso es
el enemigo; pero que te engañen los amigos, el ejército iraquí, después de
tantos años dándoles instrucciones, armas y cobijo, es un poco fuerte. Eso de "no
fuimos capaces de predecir su voluntad de luchar y eso es siempre un problema"
es una frase digna de un gran momento, de un Custer en Little Big Horn. La
diplomacia tampoco es lo suyo, ni tan siquiera la psicología, porque no se le
ocurre a nadie mencionar a nadie Vietnam en las actuales circunstancias.
Supongo que es su idea de dar moral a las
tropas.
Efectivamente,
sí, es un problema estar formando un ejército durante años y que luego salgan
corriendo dejando el armamento atrás. Clapper lo llama "colapsar". También
lo es estar financiando ejércitos en Oriente Medio y que luego les compren
armas a los rusos y se hagan la foto con Putin para chinchar. Y también armar
rebeldes que luego luchan contra ti y cosas así. Lo es que se te escapen los
analistas de la CIA con los datos de tus espiados. ¡Contentos tienen que estar en el Pentágono!
Hoy,
con el mundo patas arriba, el verbo "subestimar" se nos antoja
demasiado eufemístico para una superpotencia que presume de escuchar a todos.
*
"Obama admite que EE UU subestimó la fuerza del Estado Islámico" El
País 29/09/2014
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/29/actualidad/1411961563_538668.html
**
"James Clapper Apologizes to Congress for ‘Clearly Erroneous’
Testimony" ABC News 2/07/2014
http://abcnews.go.com/blogs/politics/2013/07/james-clapper-apologizes-to-congress-for-clearly-erroneous-testimony/
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