Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo
llevamos diciendo desde que Netanyahu perdió el norte, desde que consideró que
el ataque terrorista del 7 de octubre del pasado año era una carta blanca para
una política de exterminio. Hace tiempo que el estado de Israel no es la
víctima, sino un agente de destrucción indiscriminada, solo protegido por los
negociantes de las armas y los Estados Unidos. Lejos de trabajar por la paz o
cualquier vía diplomática que detenga la masacre de inocentes, contribuyen a
hacer que el conflicto se haya ampliado por toda la zona y se intensifique el
grado de destrucción.
Cada día está más clara la política de tierra quemada de Israel. No solo apenas han conseguido recuperar rehenes, para desesperación de sus familiares, sino que pueden llevar a una guerra abierta en toda la zona.
Es una
guerra que Israel nunca ganará. Si el objetivo es la "seguridad", está
claro que, por muchas victorias parciales que Netanyahu pueda lograr, se le
escapa el objetivo final, solo conseguible exterminando y expandiendo sin
límites, condenándose a la destrucción propia.
Hay un factor cada vez más importante: el rechazo internacional. Las opiniones públicas de muchos países se vuelven a para señalar como "cómplices" a sus propios gobiernos si no se alejan de Israel, de sus políticas destructivas. Es lo que ya empiezan a pedir en las calles de sus ciudades.
En RTVE.es leemos sobre las respuestas a las manifestaciones en España:
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha publicado un comunicado en el que, con "indignación" y "tristeza", acusa a España de convertirse en "un paraíso para sembrar el odio e incitar a la destrucción de Israel".
Según la nota, compartida en X, "Masar Badil, organización vinculada a grupos terroristas como el FPLP y Samidoun, ha elegido Madrid para su congreso internacional anual y la manifestación prevista para hoy para conmemorar la brutal masacre del 7 de octubre".
El ministerio israelí considera "inaceptable" que una sociedad democrática permita "la glorificación del terrorismo y la celebración de los crímenes contra la humanidad perpetrados por Hamás".*
La pregunta que surge ahora es "¿es ahora Israel un lugar democrático?". Pocos responderían que sí, pues la democracia es algo más que realizar votaciones. El efecto de la guerra brutal es permitir que se cuelen para el rechazo organizaciones o grupos que tampoco lo son, pero ese era el riesgo de Netanyahu, el blanquear al terrorismo anti Israel. De repente, el villano pasa a ser Israel, algo fácil de extender por el planeta ante las imágenes de destrucción que sale de Gaza, Cisjordania y Líbano, de todas las zonas que Israel está borrando del mapa.
Cada hospital, cada edificio, cada campamento bombardeado, cada civil, cada niño... son dedos acusadores que se vuelven contra Israel y su política de tierra quemada. Está claro que cada víctima inocente no hace más fuerte o seguro a Israel. Distancia a todos de sus acciones y de ahí es fácil dar el siguiente paso, la condena.
Hay un segundo efecto destructivo de las acciones del Israel de Netanyahu, el desbordamiento del orden internacional, un concepto que queda destruido por las acciones para impedir su condena o su freno.
Si continúa la guerra, como es previsible, cada día habrá más países que, presionados desde dentro, tengan que cambiar la actitud hacia el Israel de Netanyahu. Sencillamente, nadie podrá aceptar la retórica de la defensa necesaria, del ataque preventivo, etc. empleado hasta el momento. Lo que se ha hecho es sembrar la semilla de la distancia y del anti estado de Israel. Tampoco le valdrá la retórica del "anti semitismo", esgrimida hasta el momento de forma exculpatoria.
Son las acciones del gobierno de Netanyahu las que está arrastrando a Israel y al mundo a una guerra total, capaz de arrasar la vida de la zona y además perjudicar a países que va a ver afectada su forma de vida por sus acciones. Las economías van a ser llevadas a tensiones que empezarán a tener efectos graves. La interconexión mundial no podrá ser evitada.
Las quejas diplomáticas, el rasgado de vestiduras ante el apoyo a Palestina y la condena a Israel, no le servirá de mucho a Netanyahu y su gobierno. Por mucho que se condene la respuesta exterior, esta irá creciendo contra Israel y dejando hueco para sus enemigos. Es lo que trae una política en la que se considera "defensa" el exterminio. Cuando el mundo vea dónde le arrastra la política de Netanyahu, que el conflicto deja de ser "local" y tiene efectos en todo, alguien tendrá que darle el alto.
Tras un año de guerra, los más de 40.000 muertos deberían hacernos ver que esto no va a ninguna parte. La política de tierra quemada no evitará la resistencia y cada vez habrá más codenas. Israel deja de tener a la opinión publica a su favor ante lo que se ve cada día. Sus enemigos crecen con cada bombardeo,
* "Israel reprocha que España es un paraíso para "sembrar el odio e incitar a la destrucción" del Estado hebreo" RTVE.es 6/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241006/israel-reprocha-espana-paraiso-sembrar-odio-incitar-destruccion-estado-hebreo/16276465.shtml
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.