Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El caso
Errejón sigue el guion anticipado ayer, entre los "mea culpa" y los
"dedos acusadores", según el reparto de papeles. La política española
padece el mal que ella misma ha gestado, del que se alimenta; el personalismo.
El
personalismo funciona como un antes y un después del escándalo, cuya potencia
está ligado, claro está, al peso mediático y político del señalado. El
personalismo es lo que ha hecho que algunas acusaciones previas no salieran a
la luz y que algunos miraran para otro lado entre incrédulos y temerosos, El
personalismo, igualmente, actúa amplificando el escándalo y lanzándose contra
él y lo que representa. Este último factor es importante porque sirve para la
lucha ideológica de las negaciones. Si, pequeño favor le ha hecho el acusado a
las causas que defendía públicamente aunque las incumpliera en privado.
Ante
esto, los próximos se han declarado públicamente tontos y ciegos en
diversas proporciones. Alguna ilusa salió a defenderle y ahora se encuentra ya
en la calle.
La
personalización y promoción de los líderes es peligrosa cuando se dan casos
como este. El líder, la cara visible, la voz autorizada, etc. se vuelve contra
todos y el edificio al completo se derrumba tras él. Los rivales lo atacan y
sacan consecuencia generales destructiva. "¡Ya lo decía yo!", dicen
los rivales. "¡Esta claridad no pasa en la derecha, que no defiende a las
mujeres!", decía una voz ayer haciendo de la necesidad virtud.
Desaparecidos en la sombra los "partidos" porque los asesores de comunicación creen que es más
eficaz la política personalista que las ideologías, que la gente pasa de eso y se
aferra a la empatía, a las emociones, al chiste ocurrente y al ingenio, a la
buena presencia, los partidos políticos pasan a depender de los giros vitales,
de los errores y aciertos, de sus líderes. Es más fácil engatusar al electorado
que convencerle con explicaciones. Ahí es donde un buen líder gana la partida a
un mal líder.
La
única salida que le queda al sistema es la "ejemplaridad". Errejón va
a pagar lo suyo y lo de los demás, deseosos todos de salir del fango creado. El
País habla de "panorama brumoso", interesante expresión.
Como la
lucha política española (y en más lugares) se produce en ese fango de lo
asqueroso, a Errejón solo le queda experimentar el daño común de sus compañeros
que tras confesarse inútiles y crédulos, se lanzan sobre él para tratar de
evitar el previsible daño causado y los aprovechamientos de los amigos de siempre.
Ahora
podemos apreciar la distancia entre la "imagen" construida y la
"realidad" de los hechos. Podemos apreciar también la doble violencia
sobre las víctimas: la que ejerce el personaje en cuestión sobre ellas y la que
ejercen los círculos protectores de popularidad y poder. Las víctimas lo son de
maltratador, acosador, violador, etc., por un lado, y de la falta de respuesta,
del silencio o, peor, de la reacción contra ellas, algo que también se ha dado
inicialmente en este caso. La gente no quiere que le derribe los ídolos y se
revuelve furiosa contra quienes lo hacen. Luego vienen los golpes en el pecho y
los actos de contrición con la evaluación de daños. Hay muchas cosas que
aprender de nosotros mismos en este caso. Hay mucho que aprender de cómo
elegimos líderes, de cómo no hay que dejar de mirarlos con el rabillo del ojo
por si acaso.
La
guerra de las mujeres por la igualdad de derechos, por su libertad plena en
todos los ámbitos, es una guerra que ganamos todos, pero que para muchos
debilita un mundo construido patriarcalmente. La política necesita en lo social
de personas que se preocupen por los demás, pero en lo personal atrae
narcisistas a los que el poder les fascina y ejercerlo es una tentación muy
poderosa. Es difícil acabar con esa atracción totalitaria del poder, ese deseo
de ejercerlo sobre los demás. La política personalista atrae a narcisistas personas
deseosas de que el mundo se rinda a sus pies. La adulación constante, el estar
representando continuamente un "papel" es peligroso y muchos sucumben,
cayendo en la doble vida. Atraen con su imagen construida y destruyen después.
No se esperaban algo así, dicen las víctimas, atraídas por la imagen pública. A
solas ya es otra cosa.
Tras el
caso Errejón, que acapara todas las miradas, hay otros con patrones parecidos:
Ecologistas en Acción ha iniciado una investigación interna contra uno de sus fundadores, el histórico activista Santiago Martín Barajas, tras ser acusado de agresión sexual. La organización ecologista ha comunicado que busca "esclarecer lo ocurrido, colaborar con la investigación policial y tomar las medidas que sean necesarias" tras conocer "la gravedad de los hechos que se comunican".
Según ha adelantado elDiario.es, una mujer le denunció el verano pasado, relatando que quedó con el investigado para tomar un café tras años sin verle, y él aprovechó que estaban solos en su casa para agredirla sexualmente. El activista declarará como investigado el próximo 30 de octubre ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Arganda del Rey por estos hechos, según han confirmado a EFE fuentes jurídicas.
El juzgado tuvo conocimiento de los hechos por dos vías: por un parte de lesiones que envió la médica de un centro de salud que atendió a la mujer y por la denuncia que la víctima interpuso. Esta mujer supo después que a otras dos mujeres, que a día de hoy no han denunciado, el presunto agresor les había hecho lo mismo, según detalla Eldiario.es*
El prestigio se usa para vencer las barreras de desconfianza. Sin embargo, cuando menos se espera salta el violento, el violador, el agresor. El caso no debería influir sobre la validez del ecologismo, de la misma manera que el caso Errejón no debería acabar con lo que es positivo. Lo que sí debería someter a juicio son las formas de selección y control de las personas que se ponen en situación de liderazgo y se carga sobre ellas un peso representativo grande. Con el aumento de las denuncias y la salida a la luz de los casos, es un riesgo.
No es fácil manejarse con esta doble condición de público y privado. Lo público actúa como cebo y en privado se enfrentan a esa realidad tapada. Después, la tendencia a defenderse, a minimizar o a desconfiar de lo que el propio líder ha hecho. ¿Cuentan con ello los agresores? ¿Saben que la tendencia natural es a protegerle para protegerse ellos mismos?
Las caras y voces en Sumar que nos mostraban los medios eran penosas, de no saber realmente como enfrentarse a esa situación a la defensiva. Tampoco las de la oposición eran demasiado convincentes, aunque intentaban parecerlo. Lo ocurrido no debería ser una "buena noticia" ni para la oposición, Es una muy mala noticia para el sistema y para la sociedad en su conjunto. No es solo cuestión de "Sumar", es un problema de todos que aparece y reaparece por distintos lugares. Que cree una crisis política tiene su propia lógica, pero no es la única.
Habría que llevar la cuestión más arriba para intentar comprender la profundidad de las huellas de la violencia machista en nuestra sociedad. Deberíamos aprovechar estos casos para reflexionar y poner remedios más allá de las cuestiones partidistas. Sin embargo, no parece que esto atraiga tanto.
Preocupante es también la censura y cierre de la cuenta de Instagram de la periodista denunciante del caso ante la avalancha de quejas. Nos muestra el tipo de "reacción" defensiva del "popular" y el papel oscuro de las redes sociales, tomadas por grupos y consignas.
Los medios tiran de hemeroteca y nos muestran a Errejón lanzando encendidos discursos contra machistas y violadores, participando al frente de manifestaciones en defensa del feminismo. Un novelista intentaría indagar sobre lo que había en su cabeza en esos momentos. Hoy nos lo preguntamos todos.
Entre el personalismo de los líderes y el apocalipsis de su caída tiene que haber un espacio en el que las cosas adquieran su dimensión adecuada. Nadie va a renunciar a la rentabilidad política de la caída, pero sí deberíamos pensar que mañana puede ocurrir en muchos ámbitos y grupos.
Hoy los partidos e instituciones se enfrentan a las caídas de líderes, ministros, presidentes, diputados, asesores, familiares, líderes sociales, culturales, etc. Ya sea por machismo, por corrupción o por cualquier otra causa, la confianza queda minada hasta la próxima promesa. Aquellos que estaban protegidos por su poder y admiración, hoy lo están menos. Más dura será la caída.
Muchas cosas para pensar.
* "Ecologistas en Acción abre una investigación contra uno de sus fundadores tras ser acusado de agresión sexual" RTVE.es 24/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241024/ecologistas-accion-investigacion-fundadores-agresion-sexual/16302099.shtml
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