Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
En
estados Unidos ya no saben qué hacer para obtener un mínimo sentido de la
realidad por parte del presidente Trump. Pero cuanto más se le dice a Trump,
mayor es su negación, sus promesas de próximas "sorpresas" o
manifestación de milagros.
Trump
ha usado la visita del presidente polaco y sus recepción en la Casa Blanca como
un "acto de normalidad", para hacer creer que todo ha pasado. Sin
embargo lo que los norteamericanos se encuentran cada día es algo muy distinto,
con cifras crecientes en más de treinta estados, manteniéndose en 10 y
descendiendo solo en dos. Es un panorama muy distinto al que el dúo Trump Pence
quiere mostrar a los ciudadanos.
Las
mentiras de Trump siempre son dañinas, pero en este caso la situación está
desbordando los límites de la cordura. Un presidente acostumbrado a falsear lo
que hiciera falta se enfrenta ahora a uno de los peores casos de negligencia
criminal vistos en la historia de los Estados Unidos. Llamar negligente a Trump
es quedarse corto. Todas sus maniobras han fallado y se han mostrado
contraproducentes para frenar la expansión del virus. Alentados por sus
políticas, los gobernadores de muchos estados le han creído y ahora se
encuentran enfrentados a una realidad que no pueden esconder ni disfrazar.
En la
CNN leemos a Stephen Collinson:
Health experts, whose predictions about the
course of the virus and the consequences of reopening states have proven to be
far more accurate than those of the White House, increasingly appear to be
despairing about what is about to unfold.
Dr. Leana Wen, an emergency physician and
visiting professor at George Washington University's Milken School of Public
Health, warned that the sacrifices made by millions of Americans who lost jobs
in lockdowns designed to flatten the curve of infections and ease pressure on
hospitals were being squandered.
"Unfortunately, we reopened too
soon," Wen told CNN's Don Lemon on Tuesday night. "We also reopened
also in not the safest way possible and now we are seeing these surges all
across the country. We are basically back to where New York was back in March
except that this time I don't think there is the political will and the public
support to have these shutdowns to be able to control this virus from really
surging out of control."*
Recordar el estado en que se encontraba Nueva York es evocar
el peor escenario alcanzado. Sin embargo, pasado el tiempo, muchos estados se
dirigen directamente a escenarios de contagio y muerte cuyo tope es casi
imposible imaginar. Si el corononavirus no se frena con medidas, no se parará.
Los contagios seguirán aumentando y con él las muertes. De poco sirve camuflar
los números con porcentajes o expresando tecnicismos. Cada número es una muerte, esas
que recogen en pantalla o en la prensa en cada actualización.
El titular de hoy mismo en la CNN, firmado por Stephen Collinson
y Caitlin Wu es muy expresivo: "The world isn't laughing at America --
it's pitying us". El titular muestra una realidad ante el espanto de las
cifras norteamericanas y, sobre todo, ante la visión de los efectos demoledores
del partidismo, la ignorancia y la soberbia presidencial, transmitidas a una
parte del pueblo norteamericano que las blande con un incomprensible orgullo.
No, Trump no ha hecho a América "más grande", en realidad la ha
hundido hasta niveles de auténtica lástima. No son los misiles ni los
satélites, no son los portaaviones ni las sanciones a terceros, no son las
retiradas de las instituciones o los insultos y gracietas desde un tuit. No.
Trump lo ha pisoteado todo y ha hecho bueno el eslogan del 1984 de George
Orwell, "la ignorancia es la fuerza". Trump es una versión liberal de
la paradoja orwelliana, lo que ha permitido ver que es la ignorancia el gran
peligro. Lo mismo ocurre con los otros dos principios orwellianos, "la
libertad es la esclavitud" y "la guerra es la paz". Pero es la
ignorancia la que nos lleva a la aceptación de los otros dos, dándolos por
buenos.
Da miedo pensar en una reelección de Donald Trump. Si el
pueblo norteamericano refrenda lo que ha hecho, la piedad no será la actitud que reine en el marco internacional.
Dicen que todos los gobernantes sienten el deseo de ser recordados, por lo que
tratan de dejar alguna obra que quede. Trump no tiene ese problema, la obra ya
la ha dejado. Y será difícil que la Historia se olvide de su mandato y de sus
resultados nefastos.
* Stephen Collinson "Trump is not just in
denial but also indifferent to an unfolding American tragedy" CNN
25/06/2020 https://edition.cnn.com/2020/06/25/politics/donald-trump-coronavirus-indifference/index.html
** Stephen Collinson y Caitlin Wu "The
world isn't laughing at America -- it's pitying us" CNN 29/06/2020
https://edition.cnn.com/2020/06/28/world/meanwhile-in-america-june-26-intl/index.html
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