Donald
Trump está cambiando los estándares gesticulares en la televisión
norteamericana. Me refiero a las caras que se les pone a algunos comentaristas
cuando escuchan a Trump hablar o cuentan las que ha dicho o hecho. Solo el
Brexit causa reacciones parecidas.
La debacle
gesticular la ha provocado Trump con sus declaraciones a la cadena ABC en donde
ha afirmado que no tiene inconveniente en escuchar
lo que le digan gobiernos extranjeros sobre sus rivales de cara a las próximas elecciones. En términos
comerciales es una especie de convocatoria internacional para que los países
presenten sus interferencias en la política norteamericana. Es como si, por
llevarlo al terreno nacional, el presidente de nuestro gobierno dijera que
aceptaría informaciones comprometedoras sobre sus rivales electorales, de Casado a Iglesias sin dejar a ninguno fuera. El descaro
y la inmoralidad de Trump son infinitos.
Los
servicios de seguridad, de la CIA al FBI, se han llevado las manos a la cabeza.
Con las investigaciones en curso sobre la interferencia de Rusia, Trump sale
con estas. La labor de estos servicios, lógicamente es proteger de lo que su
presidente no entiende que sea un peligro. Una vez más, el peligro es él.
Con el titular "Trump says he would accept dirt on
political rivals from foreign governments", la CNN recoge y comenta lo
dicho por el presidente en la entrevista con la ABC:
President Donald Trump says he would listen if
a foreign government approached him with damaging information about a political
rival -- and wouldn't necessarily report the contact to the FBI.
"I think you might want to listen,"
Trump said in an interview with ABC News that aired on Wednesday. "There
isn't anything wrong with listening."
It was a stark -- if not entirely surprising --
expression of nonchalance from the President over foreign efforts to influence
US politics. Trump has consistently downplayed Russian efforts to interfere in
the 2016 contest, and cast doubts on US intelligence agencies' assessments of
the meddling.
It's a crime for a campaign to knowingly
solicit or accept items of value from foreign nationals.
In the interview, though, Trump seemed to
suggest rebuffing foreign governments would be unwarranted -- and unnecessary
to report to federal law enforcement authorities.*
El enorme problema de Trump (más bien de los Estados Unidos)
es que nunca ha entendido qué es ser presidente. Cegado por la luz del poder
(es más que una metáfora), Trump solo ve un lado. No ve la responsabilidad que
supone ni mucho menos que sea el representante de un país con compromisos. Trump es Trump, una tautología reservada
a la divinidad. Él no se sube al carro de la Historia porque son los Estados
Unidos los que se han subido al carro de Trump. No hay más pasado que el error
y no hay más futuro que él. Solo en esos términos es posible escuchar una frase
como "No hay nada malo en escuchar".
El periodista perdió una gran oportunidad al preguntarle si
le parecería bien, por ejemplo, que a sus próximos rivales a la Casa Blanca les
llegara información "sucia" sobre él. Habría que estudiar su
respuesta con detenimiento.
No hay sorpresa, no puede haberla cuando en plena campaña
electoral hizo un llamamiento público a Wikileaks ("I Love
Wikileaks") para que sacaran lo que pudieran sobre su rival, Hilary
Clinton. Pero entonces era un espectáculo andante al que se le daban pocas
posibilidades presidenciales. Pero lo que parecía imposible ocurrió. Y a los
que le votaron no les pareció mal que invocara a fuerzas exteriores para
derrotar a su rival. Ese es el enorme efecto perverso que Trump ha lanzado
sobre el electorado norteamericano, ser culpables de llevar a un personaje
inmoral como Trump hasta la Casa Blanca. Es peor que el caso Nixon, que les
engañó y ellos pudieron acogerse al engaño para liberar su responsabilidad.
Pero Trump no ha engañado a nadie; como narcisista, ha necesitado exhibirse en
su campaña. Otra cosa es que nadie lo creyera posible, pero estaba ahí, en toda
su indecencia.
Leemos en la CNN:
House Intelligence Chairman Adam Schiff found
Trump's comment "stunning on the one hand and not at all surprising on the
other," he told CNN's Erin Burnett.
"Donald Trump has made it clear that he
will engage in any action, no matter how unethical or unpatriotic, that he will
go right up to the line of what's legal and indeed it looks like he crossed
that line many times," Schiff added.
Democratic Rep. Brenda Lawrence of Michigan
told Burnett that Trump's meaning "is clear -- he didn't stutter, he said
the FBI probably wouldn't understand it."
Accusing Trump of trying to determine "how
he can violate the rules and policies of our country," Lawrence added,
"It is past sad. It is past frustration. This is criminal. It is criminal,
and we need to hold this President accountable."
¿No lo es la forma de llevar sus guerras comerciales y contra la inmigración (o la mezcla de ambas,
como acaba de hacer con México), no lo es casi todo lo que hace? En Estados Unidos,
todo aquel que no se manifieste en contra de lo que hace Trump se convierte en
parte de esa inmoralidad. Las llamadas a WikiLeaks se aplaudían en sus mítines,
como se aplaudía los comentarios, racistas, machistas o contra la prensa, a la
que definió como la enemiga del pueblo.
Un presidente de un país no puede decir que atenderá lo que
le tengan que decir otros sobre sus rivales electorales, sobre sus enemigos
políticos. Es fácil de entender si no eres Donald Trump, que no ha conseguido
entender que el mundo de los negocios no es el de la política, que no se trata
de hacerse rico o de arruinar a sus rivales recurriendo a cualquier truco
sucio, sino de otra cosa muy diferente. No entenderá nunca que el país está por
encima de él. Por eso hundirlo lo deja a su altura.
*
"Trump says he would accept dirt on political rivals from foreign
governments" CNN 13/06/2019
https://edition.cnn.com/2019/06/12/politics/donald-trump-abc-political-dirt-foreign-country-rivals/index.html
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