Hay
traducciones que pierden y traducciones que ganan. También hay traducciones
cuyos errores provocan malentendidos por exceso de voluntad traductora. Algo
así ha debido pasar con los medios egipcios emocionados por la visita del
presidente al-Sisi a Washington para encontrarse con su admirador confeso, el
presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Me
imagino que estas cosas le pueden ocurrir a cualquiera, pero no están los
tiempos para cometer muchos errores en las traducciones. Ya es complicado
discernir entre la verdad, la mentira y la "noticia falsa", como para
tener que estar revisando más allá de los matices. Egypt Independent, tras el
glorioso encuentro entre los dos viejos amigos, nos da el siguiente titular: "Translation
error in Trump speech confuses Egyptian media". Es cierto que Donald Trump
no es precisamente un orador que maneje un idioma pulcro; los lingüistas
todavía están debatiendo algunas expresiones suyas durante la campaña electoral
que pueden inducir a error. El error detectado es relevante:
A translation error in US President Donald Trump's speech on military cooperation between Egypt and the US during President Abdel Fattah al-Sisi's recent visit to Washington on Monday caused confusion among the Egyptian press.
At the beginning of his speech, Trump spoke of
the United State's support for Egypt, confirming that Egypt and the United
States will fight terrorism together and will be friends for a long time.
He demonstrated the importance of this support
by addressing the great military potential of the United States, saying that he
will raise the US military's capabilities to the highest levels through major
deals for aircraft, aircraft carriers and warships.
From this statement, some Egyptian media
outlets inferred that Trump has a plan for US-Egypt cooperation through a range
of military deals that aim to raise the capabilities of the Egyptian army to
the highest level.*
Como error, resulta bastante particular, pues da la impresión
que lo que traía en la maleta el presidente es bastante menos de lo que declaró
en la aduana, por expresarlo así. La foto de al-Sisi con Trump no es la misma
que la foto de Trump con al-Sisi. Los egipcios han sacado sus consecuencias favorables de lo que Trump les haya podido prometer. Las expectativas del presidente egipcio han sido ampliadas
por los medios egipcios que han querido vender la visita como un éxito sin
parangón.
La forma de expresarse el presidente norteamericano es
difícil de traducir por el sencillo motivo de que es difícil de entender.
Esto es una habilidad del que quiere ser entendido de forma nebulosa para decir
después que no dijo lo que dijo, que el sentido era otro y que ha sido
malinterpretado. Como el vendedor que es, Trump habla para que cada uno se
imagine lo mejor, mientras que él controla el sentido oculto, es decir, lo que
realmente piensa hacer (si es que lo sabe). Esto puede ser astucia o
sencillamente una incapacidad de decir la verdad y de dar un pensamiento
ordenado. Es la diferencia entre tener un plan oculto y no tener ningún plan,
Los errores interpretando a Donald Trump no son exclusivos
de los medios egipcios. Trump hace ver fantasmas agradables con sus palabras.
El problema se plantea de forma directa con esa acción selectiva que es la
traducción. Cuando los traductores intentan reducir las posibilidades del
ambiguo significado del discurso a una sola posibilidad en el otro idioma es
cuando se enfrentan al sinsentido.
La revista Newsweek
señaló estos problemas a los que se enfrentaban los traductores en el mes de
febrero:
Translators worldwide are struggling to render
Donald Trump’s unique speaking style and Japanese interpreters are finding it a
“nightmarish” experience, according to the Japan
Times.
“He is so overconfident and yet so logically
unconvincing that my interpreter friends and I often joke that if we translated
his words as they are, we would end up making ourselves sound stupid,” said
Chikako Tsuruta, a professor at Tokyo University who covers Trump-related news
as an interpreter for CNN, ABC and CBS.
“He rarely speaks logically, and he only
emphasizes one side of things as if it were the absolute truth,” she added.
“There are lots of moments when I suspected his assertions were factually
dubious.”
The U.S. president’s speaking style, which has
been described as a “ stream of consciousness,” presents challenges even for
Miwako Hibi, a Japanese broadcast interpreter with more than 20 years’
experience. She remembers translating a speech and wondering who the
Secretariat was, and mistranslating it as if Trump was referring to Reince
Preibus. Hibi said: “It didn’t even occur to me that he was talking about a
race horse...It’s really hard to follow his train of thought.”**
Los traductores son los primeros en hacer saltar las
alarmas. Cuando se enfrentan a lo dicho por Trump, el abanico de lo que quiere decir es demasiado amplio como
para tener la seguridad de que lo que han traducido es correcto. Pero ¿qué es lo correcto con Trump? Pese a que la
traducción siempre tiene unos márgenes de oscilación, los traductores están
acostumbrados a trabajar con ellos y resuelven sus dudas mediante sus dudas
mediante la aplicación de los principios de cohesión y coherencia.
La cohesión textual viene dada por su gramaticalidad, por su
ajuste a las normas que lo hacen comprensible al hablante de una lengua, y por
el factor léxico, la adecuación de las palabras seleccionadas para el texto. El
otro factor, la coherencia, tiene que ver con el sentido. Se supone que el
hablante ha dado al texto un sentido, en cuya obtención los elementos del texto
trabajan. Esto implica que primero está claro en la cabeza de la persona y
después se usan los recursos señalados, gramaticalidad y léxico, para
expresarlos. Si el texto no sigue las reglas de la gramática y no somos capaces
de entender su sentido porque es "incoherente" ("He rarely
speaks logically"), el texto apenas puede ser comprendido.
¿Qué hacer entonces en una traducción si es este el caso? Si
no hay más remedio, los traductores tendrán que exponerse e imponer al texto
algo que no está en el original. Se enfrenta al terrible momento de tratar de
construir un Trump "gramatical y coherente", algo que muchos no
encuentran en el original. Empiezan a tener problemas serios con esta cuestión:
But some interpreters, like Tsuruta, are
concerned that translating the U.S. president too accurately might reflect
badly on them. Alina Cincan, a Romanian interpreter and translator, tells
Newsweek: “He’s not known for his eloquence nor his diplomacy. Either you
translate exactly what he says which means it’ll be repetitive and sometimes
gibberish—you’ll be saying ‘tremendous’, ‘very’ or ‘great’ a lot, or you try to
make some sense out of it and ‘beautify’ it. If you choose the former, some may
judge your interpreting abilities as poor, whereas if you choose the latter,
you’ll make him sound better.”
“If Trump is not making sense, you don’t get to
make sense, either,” said Kumiko Torikai, a retired Japanese translator. “If
his language is coarse, that’s the way you translate him.”**
El problema se agrava porque el mal hablante, el hablante
confuso, es el presidente de los Estados Unidos de América y tienen un montón
de cosas que deben ser claramente entendidas por todos.
Dudo que este problema se haya planteado anteriormente con
esta intensidad. No son tantos los idiomas, como la voluntad de claridad o la
imposibilidad de la misma. No tengo datos sobre la educación de Donald Trump,
pero es obvio que el esfuerzo por entenderle lo han tenido que hacer siempre
los demás. Problemas de nacer rico.
En Newsweek, un
lector —profesor universitario de italiano— ha dejado su opinión:
It's not simply a question of
translation/interpretation difficulties. Trump's use of language is often pure
gibberish to a native speaker like myself. His limited vocabulary,
inappropriate use of words, and incoherently organized content make me cringe
with embarrassment on a daily basis.**
Y así es. Difícilmente se puede clarificar lo que no se
tiene claro. La complejidad del mundo —el "lío" en su terminología—
no cabe en la pobreza de ideas y palabras de Donald Trump. Y esto lo pagaremos todos en confusión o peores monedas.
Por lo pronto ha logrado que los que le apoyaban porque no quería ir a Siria, ya no le apoyen; que los terroristas le den las gracias por bombardear al ejército sirio; que Rusia —¡su Rusia!—, con la que quería entenderse, no entienda lo que ha hecho... Es mejor darle un poco de espacio antes de seguirle.
El primer malentendido oficial parece que le ha tocado a
Egipto. Y sobre armas, ejércitos y ayudas.
* "Translation error in Trump speech confuses Egyptian
media" Egypt Independent 5/04/2017
http://www.egyptindependent.com//news/translation-error-trump-speech-confuses-egyptian-media
**
"THE WORLDWIDE STRUGGLE TO TRANSLATE TRUMP" Newsweek 17/02/2017
http://www.newsweek.com/worldwide-struggle-translate-trump-557894
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